En tiempos como los
actuales, en que la tónica general es la zozobra y la angustia, la paz confiere
ventajas al que la posee. Las más importantes son:
La serenidad
del pasado. El pasado queda allí donde pertenece: no agobia, y se transforma en
un punto de partida desde el que es posible crecer y construir.
La claridad
de visión de las oportunidades del presente, adecuadas a nuestras capacidades.
Permite
visualizar un futuro profesional esperanzador
La persecución
activa de la paz interior, no debe confundirse con la falta de inquietud como
meta. El buen estrés ayuda a pensar, actuar y vivir nuestro trabajo con
satisfacción y eficacia. El estrés excesivo en cambio, tiene efectos
destructivos.
La paz de verdad no
es fantasiosa, y considera la realidad tal cual es. La tensión surge cuando
pretendemos llevar una vida desadaptada a los hechos. Las 7 actitudes/acciones
clave que generan paz interior (con mayúsculas), son las siguientes:
1. Afrontar
los hechos. No esconder la cabeza. Aceptarse uno mismo en lo que es
inevitable.
2. Ver las
cosas en perspectiva y con visión de conjunto, sin perderse en los
detalles. Aprender a diferenciar lo que es trascendente de lo que no lo es.
Acostumbrarse a identificar lo que es importante y lo que no lo es. No hacer
nada que no sirva para nada.
3. Aceptar
la incertidumbre. Mejorar lo que se puede mejorar, aceptar lo que no se
pueda mejorar… y aprender a distinguir la diferencia entre unas cosas y otras…
4. No
pre-ocuparse. Es decir: no ocuparse de las cosas antes de hora. Un viejo
proverbio chino dice así: “Si tienes un problema y lo puedes
solucionar, no te preocupes y soluciónalo. Si no lo puedes solucionar, no te
preocupes y olvídalo”.
5. Actúa
lentamente: hay tiempo de sobra. La impulsividad, actuar instintivamente
sin pensar, es propio de los animales. Concederse un tiempo de reflexión antes
de actuar es un camino mejor. Y nunca, nunca, nunca… pagues una ofensa con
otra.
6. No
detenerse en los propios fracasos o fallos, que objetivamente no son otra
cosa que experiencias… aunque duras, quizás. Hay que seguir adelante y verlos
como una oportunidad de aprendizaje.
7. No solamente hay
que trabajar: hay que cuidar el corazón, el cuerpo y el espíritu;
amar, hacer deporte, dormir… y orar. Según muchos estudios e investigaciones,
orar es el principal generador de paz.
No vivir de acuerdo
a estos enunciados trae estrés negativo (distrés), y más estrés cuanto más nos
distanciemos de ellos. Conviene pues, y más que nunca en los momentos duros,
verificar regularmente que nuestras actitudes no se alejan de las que convienen
al ser humano.
Estas nos traerán la paz.
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