“Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti.
Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes
hacer. La existencia no admite representantes”
El pasado siglo se ha caracterizado filosóficamente por el
intenso debate en torno al humanismo, es decir, la llamada crisis del
humanismo. Por diversos factores históricos, culturales y filosóficos, que son
ampliamente conocidos, en los años 40 surgió una ‘disputa’ acerca de qué se
entiende por humanismo entre el existencialismo de Sartre y el antihumanismo de
Heidegger.
Ahora bien, éstos no han sido los únicos interlocutores en
tal debate; otros muchos han participado en tan interesante discusión. Uno de
los nombres que están más vinculados al debate sobre el humanismo es, sin duda,
el de Emmanuel Levinas.
Este pensador lituano, nacionalizado francés, es el
representante de una nueva y personal filosofía conocida como humanismo del
otro.
Se trata de un pensamiento que ha encontrado un lugar de
preferencia en la reflexión filosófica actual y que ha dado lugar a una gran
cantidad de estudios. Su concepción del humanismo se expone especialmente en
sus obras maestras, Totalité et infini. Essai sur l’extériorité, Humanisme de
l’autre homme y Autrement qu’être ou au-delà de l’essence.
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