La vida es como un
camino, hay caminos largos y cortos, planos y empinados, fáciles y difíciles.
En nuestra vida, atravesaremos por muchos caminos conforme vayamos viviendo.
Hay caminos que
llevan a la fama y la fortuna, hay caminos que llevan a la desolación y la pobreza,
hay caminos que llevan al matrimonio, y hay caminos que llevan a la soltería.
Hay caminos de
felicidad, y hay caminos de tristeza, caminos de victoria y júbilo y caminos de
derrota y decepción.
Así como en
cualquier camino, existen esquinas, giros y cruces en nuestras vidas. Quizás el
camino más complejo que puedas encontrar en tu vida sea una bifurcación o un
cruce de caminos, en el que debes tomar la decisión de ir por alguno de los
dos
.
Con sólo dos
opciones para escoger y poco conocimiento sobre los resultados finales de ambas
¿Qué camino tomarías? ¿Cuál sería ese camino correcto que garantice tu éxito? Y
en todo caso ¿Tomarías algún camino? O ¿Te quedarías donde estás sin moverte?.
Bueno, lo cierto es
que no hay garantías.
No sabes a donde te
llevará un camino hasta que empiezas a recorrerlo. No hay garantías, y a
diferencia de la vida real, difícilmente podrás retornar en el tiempo y tomar
otro camino distinto. El hecho de que no haya garantías sobre el éxito con casi
cualquier opción que tomes, es una de las cosas más importantes que debes tener
en cuenta para tu vida.
Nadie dijo que
hacer lo correcto todo el tiempo te llevaría a la felicidad. Amar a alguien con
todo tu corazón no te garantiza que seas correspondido. Ganar fama y fortuna no
te garantiza la felicidad.
Recibir consejos de los mejores en ciertas áreas no
te hace igual que ellos y por tanto no tienes garantías de que harás las cosas
igual de bien.
Existen muchos
posibles resultados y todos ellos dependerán de lo que hagas al respecto en el
presente. Todo se trata de tus pequeñas decisiones. Tu vida es el resultado de lo que has
pensado y las decisiones que has tomado.
En lo único que si
tienes pleno poder, es en cómo piensas y reaccionas ante las situaciones que se
presenten en tu vida, y déjame decirte que sabiendo esto, cuentas con una gran
ventaja con respecto a las personas que no lo saben.
Estás por delante de los
demás porque sabes cómo influenciar el mundo influenciándote primero a ti
mismo.
Cuando tienes la
potestad de autocontrolarte y efectivamente decidir cómo sentirte y reaccionar
ante las eventualidades de la vida, puedes convertir tus resultados en exitosos
independientemente de las situaciones y los caminos que tomes.
¿Si supieras que
estás tomando una mala decisión, continuarías de todos modos? Posiblemente no.
¿Por qué escoger un camino que seguro te llevaría a la perdición? ¿Por qué
tomar una decisión si desde un principio se sabe que no es la correcta?
Solamente luego de
tomar una decisión y reflexionar sobre ella, es que te das cuenta si se
encuentra acorde a tus deseos. Si las consecuencias o resultados son buenos
para ti, entonces has decidido correctamente, sino, tu decisión estuvo mal
tomada.
Sin embargo, debes tomar riesgos.
Con base en el hecho
de que en la vida no existen garantías de éxito en todo camino que se escoja,
por más que otros lo hayan vivido congruentemente, y sumándole a esto el hecho
de que conscientemente puedes escoger dominar tus emociones, pensamientos y
reacciones ante ciertos eventos en tu vida, una muy buena opción es tomar
riesgos.
Suena extraño, pero
lo mejor cuando se tienen dudas es arriesgarse. Es mucho mejor arrepentirse de
lo que se hace, y no de lo que se deja de hacer. Finalmente, si tomaste tu
decisión y te equivocaste, algo tuviste que haber aprendido. Y si fue la
decisión correcta, gozaste y también aprendiste. El riesgo por consiguiente, se
convierte en una excelente opción.
Pero hay que tener
mucho cuidado con la palabra “riesgo”, pues no me refiero a vivir la vida
aleatoriamente ni de manera errática. Me refiero a que cuando exista
incertidumbre, es bueno tomar el riesgo de seguir por dicho camino, y enfocarse
en generar éxito y buenas decisiones subsiguientes, todo desde un plano mental.
Tomar riesgos, es
definitivamente mucho mejor que no hacer nada. Moverse a través de un camino es
mucho más satisfactorio y te brinda mucho más aprendizaje que quedarte quieto
sin hacer nada.
A pesar de que es
cierto que cualquier pequeña decisión mal tomada puede cambiar el rumbo de las
cosas y hacerte perder en el camino, también es cierto que muchas veces es
posible convertir una mala decisión en una oportunidad. Lo mismo aplica con las
adversidades y malos momentos.
Todo es cuestión de
perspectivas. Tienes la opción de ser un viajero perdido, o un turista casual
de la vida.
Toma precauciones
de no vivir la vida a la ligera y escoger los primeros caminos que aparezcan,
se aventurero, pero no corras peligros si no es lo que quieres. Toma riesgos
calculados. Arriesgarse no es ser incauto o idiota.
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