“Por lo tanto, una persona responsable es aquella que desarrolla una
acción en forma consciente y que puede
ser imputada por las derivaciones que dicho comportamiento
posea. De este modo, la responsabilidad es una virtud presente
en todo hombre que goce de su libertad.”
La definición de esta locución es encargarse de algo.
“Es en este sentido que se utiliza para referirse a alguna tarea o
acción que hay que realizar.
De este modo se puede considerar que una persona se hace cargo de un
empleo específico, de una tarea que le han pedido, de un puesto en el que se
desempeña. Pero en esta acepción no solamente se tiene en cuenta la ejecución,
sino la manera en que se realiza. Ya que cuando se dice que alguien se hace
cargo de su trabajo, por ejemplo, es que lo realiza con responsabilidad,
dedicación y a conciencia.
También significa ser consciente de alguna cosa o comprenderla y
considerar sus circunstancias y de este modo asumir la responsabilidad al
respecto.”
“Tienes tanto derecho a molestarte por algo que haya ocurrido como
cualquier otra persona, no pasa nada. Pero si te haces cargo de ello, todo será
más satisfactorio, porque te encontrarás en un proceso de descubrimiento y crecimiento
personal, en el que cada malestar originado ya sea en relación con los demás o
con el contexto, será una oportunidad para seguir conociéndote.
De lo contrario, siempre estaremos a expensas de los demás y de las
circunstancias, de todo, menos de nosotros mismos.
Y esto, también sucede cuando hablamos de los que están a nuestro
alrededor. Te invito a que cuando estés opinando o criticando a alguien,
intentes ser un poquito más consciente sobre lo que estás diciendo, la mayoría
de las veces, eso que estás diciendo tú también lo contienes, lo has contenido
o te has sentido identificado.”
“Yo me hago responsable de cómo me siento”
¿Y qué hacer ante
todo esto?
“Primero, aceptar que existe la posibilidad de
proyectarnos en el otro. Que no es tarea fácil, si tenemos en cuenta que
si lo hacemos, es porque de momento no somos capaces de asumirlo y lo
trasladamos fuera. Por ello, tendemos a resistirnos a asumir la responsabilidad
de nuestras reacciones. Y segundo, darse cuenta.
“Tú no me enfadas, me enfado yo ante lo que has hecho o ha
sucedido”,
“Yo soy quien, siente ira, tristeza o rabia, ante las distintas
circunstancias que se presentan en la vida y no las rechazo o las evito, sino
que voy a quedarme en ellas, aceptándolas para después ver qué puedo hacer con
ellas. Pero ante todo, yo soy responsable de mí mismo”