En ese intercambio en los que compartimos a menudo
es muy probable en que digamos algo “que se nos escape” algo “que
no quisimos o no debimos decir” situación por la cual recibamos como respuesta
“un retruque” algo fuerte u ofensivo que por su agresividad nos pueda “golpear
en un punto muy sensible” con la contundencia de “un directo a la mandíbula o a
la boca de nuestro estómago” en otras palabras, alguien con la habilidad como
para causar un daño que haga “tambalear” nuestra autoestima.
Es en casos como los descritos en que suelen
aflorar tal como si fuesen “anticuerpos” los mencionados “mecanismos de
defensa”
“Los mecanismos de defensa son aquellos mecanismos,
principalmente inconscientes, que los individuos emplean para defenderse de
emociones o pensamientos que producirían ansiedad, sentimientos depresivos o
una herida en la auto-estima si llegasen a la consciencia.”
Ahora bien, como decimos una cosa también deberemos
considerar que estos mecanismos de defensa los cuales acuden como anticuerpos
con la intención de proteger nuestra autoestima no deben confundirse como si
tales mecanismos pudiesen sustituir a nuestra facultad de utilizar los
valores propios de toda criatura humana que se precie, me refiero a la
autocrítica y al pedido de excusas cuando lo que hacemos, aunque, repito, no
haya sido nuestra intención de causar un agravio u ofensa, nos indiquen cual es
la forma correcta de proceder.
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