En momentos como los actuales donde pareciera que
imperan la violencia y la desconfianza, en que las personas se interrelacionan
entre sí “con los dientes apretados” partiendo de la base de que “aquel que
tenemos enfrente” es un potencial enemigo que en el menor descuido nos podría
“sacar ventaja” en cualquier asunto en cuestión.
Se nos hace bastante “cuesta arriba” aceptar de que
estos acontecimientos que son parte de este relato ocurren dentro de “nuestro
propio mundo” que nos estamos refiriendo a una actitud que hoy impera dentro de
nosotros mismos, no hablamos de seres extraños provenientes de “otras galaxias”
hablamos de nuestros semejantes, los que deberíamos convivir integrados y
protegidos por esa inmensa red que conformamos entre todos en esta sociedad de
humanos.
Las excepciones que encontramos afortunadamente nos evitan aplicar con
dureza una regla que nos califique a todos por igual, como bien dicen nuestros
viejos paisanos “todavía está dando buenos criollos el tiempo” en una
manifestación de confianza de que todavía priman en nuestro colectivo un
conjunto de valores que nos identifican con “nuestra razón de ser” y que bien
vale la pena el fomentar la puesta en práctica de esto tan especial que hemos
sabido construir con el aporte de todos, incluyendo a aquellos que sólo se
manifiestan con sus ruidos estridentes con el resto, una muy amplia mayoría,
que continúa en silencio compartiendo lo mejor de sí en el beneficio
mutuo.
“La palabra bondadoso la empleamos con recurrencia
en nuestro idioma para referirnos a aquel individuo que dispone de un carácter
tranquilo, apacible y se destaca por su caridad y bondad en la manera de actuar
y comportarse, especialmente para con su prójimo.
La Bondad permite referir la cualidad de bueno, la cortesía en el obrar y la inclinación natural que alguien dispone para hacer el bien a los demás.
Filosóficamente hablando, el bien es el valor que le atribuimos a la acción de una persona y que básicamente hace que ésta se incline de modo natural, espontáneo, a la realización del bien y a promover todo aquello deseable y bueno para las personas que lo rodean porque precisamente se dispone de una visión y comprensión del contexto que facilita el obrar de ese modo.
El bien siempre implicará algo correcto, bueno y que producirá en la otra persona satisfacción, en cambio, el mal, lo malo, desencadenará el dolor y el sufrimiento. Jamás, un individuo bondadoso provocará en otro o en la comunidad el padecimiento”.
La Bondad permite referir la cualidad de bueno, la cortesía en el obrar y la inclinación natural que alguien dispone para hacer el bien a los demás.
Filosóficamente hablando, el bien es el valor que le atribuimos a la acción de una persona y que básicamente hace que ésta se incline de modo natural, espontáneo, a la realización del bien y a promover todo aquello deseable y bueno para las personas que lo rodean porque precisamente se dispone de una visión y comprensión del contexto que facilita el obrar de ese modo.
El bien siempre implicará algo correcto, bueno y que producirá en la otra persona satisfacción, en cambio, el mal, lo malo, desencadenará el dolor y el sufrimiento. Jamás, un individuo bondadoso provocará en otro o en la comunidad el padecimiento”.
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