jueves, 2 de abril de 2020

¿Cuán Grandes Somos?

Las leyendas e historias populares dan grandes lecciones. Contaba un fabulista famoso que había una vez una rana presumida que rechazó con mucha soberbia a un sapo por considerarlo «poco» para ella. Contaba también que más tarde la rana necesitó de la ayuda del sapo y que, con humildad, se vio obligada a pedirle perdón y a asumir que ella no era más que cualquier otro anfibio.

Lo que le ocurrió a la famosa rana de esta fábula es lo que les ocurre a muchas personas, o lo que puede pasarnos a todos en algún momento determinado de nuestras vidas. Además, están tan acostumbradas a que su actitud sea consentida que no se molestan en disimularla.

«Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría.»
-Salomón-

¿Qué significa ser humilde?

Como siempre que tratamos de definir algo de la forma más estándar posible, nos solemos acercar al diccionario. En este caso, el Diccionario de la lengua española dice que la humildad equivale a tener la virtud de ser conscientes de las debilidades y limitaciones propias.

Según esto, ser humilde se opone al orgullo vanidoso que va más allá del que tiene que ver con el amor propio y la dignidad individual. En el momento en el que la rana de nuestra fábula decide rechazar al sapo, lo hace porque lo considera feo, pero empleando una actitud arrogante de superioridad.

En este sentido, el comportamiento prepotente y la superioridad moral no definen a las personas humildes. Se trata de entender quiénes somos sin la necesidad de recordárselo al resto en forma de logros y éxitos.
¿Cuándo estamos practicando la humildad?

La humildad, es en la misma medida, una cualidad y un comportamiento que nos sitúa ante los demás, por lo que podemos decir que la humildad se puede practicar en cualquier acción que tomemos. Por ejemplo, lo hacemos en estas situaciones:

Descubriéndonos a nosotros mismos: comprendiendo que todos tenemos nuestras experiencias y circunstancias y dando por hecho que no podemos juzgar el camino de los demás sin habernos puesto sus zapatos.

Admitiendo nuestras equivocaciones y aprendiendo a pedir perdón cuando sea oportuno: esta quizá sea una de las actitudes que más nos cueste asumir porque nos pone de cara a nosotros mismos. Por esa razón, saber perdonar y aprender de los errores nos hace humildes.

Valorando las limitaciones y las libertades que tenemos: somos libres para decidir, para tomar direcciones hacia un futuro u otro, pero dentro de unas limitaciones. Saber cuáles son los defectos que nos frenan nos ayudará a superarlos humildemente.

«El que con perspicacia reconoce la limitación de sus facultades, está muy cerca de llegar a la perfección»
-J. W. von Goethe-

Reconociendo que vivimos en una sociedad y que como tal la integran personas de diversa formación, con mayor o menor edad, más constantes o más inteligentes, etc. Con el respeto de unos hacia otros, teniendo en cuenta esas particularidades se puede seguir siendo humilde.

Elogiando las virtudes de los demás de una forma sincera: dice mucho de lo que somos el ser capaces de reconocer las virtudes de los que nos rodean tanto como lo hacemos con las nuestras. No es una forma hipócrita de acercarnos a otros, sino de hacer saber que todos tenemos un valor preciado, ya sea descubierto o por descubrir.

Teniendo en cuenta todo lo dicho, la humildad tiene tanto valor que aquel que la consigue recordará siempre como mantenerla, porque habrá sabido encontrar armonía y paz interior. Además, habrá sabido alejarse de la vanidad y del apego material a las cosas.

La mariposa siempre recordará que fue gusano porque sabe que puede caerse en algún momento del vuelo y, entonces, entenderá que no es lo mismo ser humilde que tener una baja autoestima. La humildad desbordada es muy bonita, siempre que sepamos cuáles son los límites a los que hay que llegar, porque de lo contrario podemos hacernos daño.

La humildad logra que nos perfeccionemos, que sean amables y fraternales con nosotros, que encontremos a gente auténtica que nos quiera de verdad, que valoremos el esfuerzo por conseguir lo que nos hace felices, que huyamos del ego…

 «Un hombre debe ser lo suficientemente grande como para admitir sus errores, lo suficientemente inteligente como para aprovecharlos y lo suficientemente fuerte para corregirlos».
 -Khalil Gibran-

Nuestros Logros


Tener la capacidad de Valorar los logros personales es muy importante para mejorar la
autoestima. 

Muchas personas pueden no dar importancia a la mayoría de sus logros simplemente porque no han logrado alguno en particular. Sin embargo, es importante darse cuenta de todo lo que se ha hecho en la vida y todo lo que se ha aprendido por pequeño que sea.

Algunas personas también son capaces de reconocer sus logros personales pero no le dan la importancia que deberían porque se comparan con otras personas que han logrado otras cosas que también les hubiera gustado conseguir.

Para poder mejorar la autoestima, lo mejor es tomarse un tiempo para plantearse y pensar todo lo que se ha logrado en la vida y todas las cosas que hoy nos hacen felices y hemos conseguido.

Mucha gente puede no darse cuenta que toda su vida persiguió un supuesto sueño y que aunque no lo ha logrado ha conseguido otras tantas cosas que le han dado una gran felicidad. Por este motivo,
sentarse a pensar o hacer una lista sobre los logros más importantes que se han conseguido, es una excelente práctica para mejorar la autoestima. 

Seguramente nos sorprendamos nosotros mismos de las cosas que más valoramos y que hoy nos hacen felices y que nunca hubiéramos pensado.
Por ejemplo, es habitual ver personas frustradas y con baja autoestima porque piensan que no lograron nada solo porque no obtuvieron el trabajo que querían. Sin embargo, estas personas pueden ser incapaces de valorar que han logrado formar una familia que les quiere, que han tenido hijos de los cuales pueden sentirse orgullosos y un sinfín de cosas más.

Para mejorar la autoestima, es importante saber valorar los logros que se han conseguido y no sufrir por aquellos que no se han alcanzado. Si tanto nos duele no haber conseguido algo, lo mejor es luchar por conseguirlo pero no sentarse a sufrir, a lamentarse, a sentirse mal y a quitarle importancia al resto de las cosas que si se han conseguido.

Tener la capacidad de Valorar los logros personales es muy importante para mejorar la autoestima. Muchas personas pueden no dar importancia a la mayoría de sus logros simplemente porque no han logrado alguno en particular. Sin embargo, es importante darse cuenta de todo lo que se ha hecho en la vida y todo lo que se ha aprendido por pequeño que sea.

Algunas personas también son capaces de reconocer sus logros personales pero no le dan la importancia que deberían porque se comparan con otras personas que han logrado otras cosas que también les hubiera gustado conseguir.

Para poder mejorar la autoestima, lo mejor es tomarse un tiempo para plantearse y pensar todo lo que se ha logrado en la vida y todas las cosas que hoy nos hacen felices y hemos conseguido.

Mucha gente puede no darse cuenta que toda su vida persiguió un supuesto sueño y que aunque no lo ha logrado ha conseguido otras tantas cosas que le han dado una gran felicidad. Por este motivo, sentarse a pensar o hacer una lista sobre los logros más importantes que se han conseguido, es una excelente práctica para mejorar la autoestima. Seguramente nos sorprendamos nosotros mismos de las cosas que más valoramos y que hoy nos hacen felices y que nunca hubiéramos pensado.

Por ejemplo, es habitual ver personas frustradas y con baja autoestima porque piensan que no lograron nada solo porque no obtuvieron el trabajo que querían. Sin embargo, estas personas pueden ser incapaces de valorar que han logrado formar una familia que les quiere, que han tenido hijos de los cuales pueden sentirse orgullosos y un sinfín de cosas más.

Para mejorar la autoestima, es importante saber valorar los logros que se han conseguido y no sufrir por aquellos que no se han alcanzado. Si tanto nos duele no haber conseguido algo, lo mejor es luchar por conseguirlo pero no sentarse a sufrir, a lamentarse, a sentirse mal y a quitarle importancia al resto de las cosas que si se han conseguido.

Crecer En La Adversidad

Todas las personas, en un momento u otro de nuestras vidas, nos enfrentaremos a alguna situación difícil o complicada. De hecho, a veces, estas circunstancias aparecen cuando menos lo esperamos. Por ello hay que estar preparados y saber cómo hacerles frente, consiguiendo crecer ante las adversidades.

De lo contrario, si no se toman las decisiones apropiadas, estas situaciones que irrumpen en nuestra rutina diaria, pueden suponer una verdadera catástrofe. Es importante mantener una buena actitud antes y después del suceso negativo.

«La adversidad es un hecho de la vida. No se puede controlar. Lo que sí podemos controlar es cómo reaccionar ante ella.»
-Anónimo-

Muchas veces la más mínima acción puede desencadenar las adversidades. Y, ante ellas, en primer lugar hay que dejar de lado la apatía, esa actitud de indiferencia o desmotivación. Pues esto supondrá una tendencia inevitable a enfocarse en lo negativo, llegando a convertirse en un cúmulo de problemas que pareciera no tener solución de ningún tipo. Por tanto, tener una actitud apática puede ser un gran obstáculo para superar las situaciones difíciles.

Debes tener en cuenta que la batalla se pierde en el momento en el que nos deja de importar. Muchas veces decimos o pensamos “da igual”, sin saber que cualquier conducta que realicemos puede cambiar el curso de los sucesos, y, asumiendo una actitud negativa solo lograremos ir hacia el desastre.

«Los golpes de la adversidad son muy amargos, pero nunca son estériles.»
-Ernest Renan-

Tener una actitud positiva y proactiva ante la vida es como construir una presa para cambiar el rumbo de la corriente. Esto no es sencillo, pero con constancia, esfuerzo y persistencia se puede conseguir.

«No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.»
-Séneca-

Al asumir una actitud positiva se pueden evitar las situaciones desagradables, pero esto no es infalible. A veces, los sucesos negativos están de una u otra forma destinados a ocurrir, sea como consecuencia de la acción de otros o no.

Cuando llegan esas adversidades, lo recomendable es mantenerse firmes, respirar y, con calma y tranquilidad, intentar reflexionar sobre el problema y su posible solución.

Lo más sano es analizar a fondo el camino recorrido, hay que aprender a identificar qué acciones pudieron preceder al problema y cuáles fueron las posibles razones de lo sucedido.

Pero, no se trata de buscar culpables, sino de adquirir el conocimiento necesario para evitar que una situación similar a esta se pueda repetir.

«Todas las adversidades que he tenido en mi vida, todos los problemas y obstáculos, me han fortalecido. Uno no se da cuenta cuando sucede, pero una patada en los dientes puede ser lo mejor que le puede pasar en un momento dado.»
-Walt Disney-

Es muy importante crecer ante las adversidades. Esto nos ayudará a encontrar nuestro camino y a conocernos mejor a nosotros mismos. Ya que en la situaciones límite, es cuando realmente ponemos a prueba nuestras capacidades y, por tanto, podemos evaluar nuestras reacciones.

Y, recuerda, intenta ser previsor y no llevar a cabo acciones que puedan desencadenar en graves problemas. Pero, si estos suceden sin que puedas evitarlo, sé firme y observa atentamente lo que ocurre a tu alrededor, sin perder la calma mientras pasa todo. De tu actitud dependerá el impacto que en ti tengan esas adversidades.

«La adversidad tiene el don de despertar talentos, que en la comodidad hubieran permanecido dormidos.»
-Horacio-

No Perder Nuestra Altura


Nuestros deseos vienen a constituir la ansiedad de la realidad, y el solo hecho de alimentarlos ya puede conceptualizarse como una realización inicial.

Para llegar a la meta de las más altas miras, es necesario ser un entusiasta sincero y constante y actuar bajo el influjo de la inspiración.

“Ningún hombre ha llegado a ser grande si no ha sido movido por cierta divina inspiración”, decía Cicerón.

En la altura de miras es donde se mide la grandeza del espíritu. Las grandes empresas, una vez encarriladas, suelen causar menos fatigas que las pequeñas actividades.

Nuestra obra debe proyectarse no sólo para cubrir las necesidades del presente, sino para que en la posteridad nuestro paso por el mundo haya dejado huella.
El que poco ambiciona, poco puede recibir. La altura de miras no sólo abarca lo mucho, sino lo elevado, lo digno y glorioso.

Nuestros deseos vienen a constituir la ansiedad de la realidad, y el solo hecho de alimentarlos ya puede conceptualizarse como una realización inicial.

Para llegar a la meta de las más altas miras, es necesario ser un entusiasta sincero y constante y actuar bajo el influjo de la inspiración.

“Ningún hombre ha llegado a ser grande si no ha sido movido por cierta divina inspiración”, decía Cicerón.

En la altura de miras es donde se mide la grandeza del espíritu. Las grandes empresas, una vez encarriladas, suelen causar menos fatigas que las pequeñas actividades.

Nuestra obra debe proyectarse no sólo para cubrir las necesidades del presente, sino para que en la posteridad nuestro paso por el mundo haya dejado huella.
El que poco ambiciona, poco puede recibir. La altura de miras no sólo abarca lo mucho, sino lo elevado, lo digno y glorioso.

Nuestros deseos vienen a constituir la ansiedad de la realidad, y el solo hecho de alimentarlos ya puede conceptualizarse como una realización inicial.

Para llegar a la meta de las más altas miras, es necesario ser un entusiasta sincero y constante y actuar bajo el influjo de la inspiración.

“Ningún hombre ha llegado a ser grande si no ha sido movido por cierta divina inspiración”, decía Cicerón.

En la altura de miras es donde se mide la grandeza del espíritu. Las grandes empresas, una vez encarriladas, suelen causar menos fatigas que las pequeñas actividades.

Nuestra obra debe proyectarse no sólo para cubrir las necesidades del presente, sino para que en la posteridad nuestro paso por el mundo haya dejado huella.


miércoles, 1 de abril de 2020

Libertad De Pensar



El Librepensamiento, es la más elevada de las manifestaciones del ser humano porque es la facultad que posee cada individuo de utilizar con entera libertad la razón, para conocer la esencia de todo lo que existe y ocurre, en la realidad. El Librepensamiento, es la más elevada de las manifestaciones del ser humano porque es la facultad que posee cada individuo de utilizar con entera libertad la razón, para conocer la esencia de todo lo que existe y ocurre, en la realidad.

El libre pensamiento “auténtico” es aquel que ha sido provocado por motivos constantes y esenciales; por aquello que al individuo le resulta significativo e indispensable Aquel que le permite, llegar a conclusiones no contradictorias después de recorrer el proceso cognoscitivo, en forma responsable y metódica, sin apartarse del orden lógico planeado, utilizando todos los mecanismos de la razón y leyes que conoce.

Un librepensamiento “natural y puro” es solo aquel que le permite al individuo alcanzar por si mismo en forma independiente, sin atenerse o apoyarse en suposiciones, teorías y métodos ajenos o impuestos, un propósito liberador.

De modo que cualquier pensamiento que esté basado en la ignorancia, no es un pensamiento libre, como tampoco lo es el que este encaminado a suprimir o restringir las libertades de cualquier otro hombre, y nunca lo será el de aquel que se alquila para pensar y luego decir lo que conviene al que paga, aunque lo enmascare con un lenguaje bien estructurado Nunca será libre ni tan sabio ni tan transparente como el del hombre sencillo que trabaja y vive para el bien

El librepensamiento es además por naturaleza un pensamiento amplio porque abarca un extenso círculo de cuestiones teóricas y prácticas, considera los problemas desde distintos puntos y utiliza toda la imaginación parar crear algo nuevo.

Es también un pensamiento profundo porque penetra en la esencia de los problemas, llega al fundamento de los hechos, revela el sentido de lo que pasa, expone las leyes y las causas próximas y lejanas de los fenómenos así como la variedad de relaciones y conexiones que hay entre ellos y prevé sus consecuencias últimas.

Es así mismo un pensamiento crítico porque valora con exactitud, las propias conclusiones, sus puntos débiles y fuertes, descubre sus valores y equivocaciones y frena las fantasías cuando estas comienzan a llevarlo por un camino falso hacia planes irreales y proyectos irrealizables.

Y es también un pensamiento flexible porque rectifica y cambia los medios utilizados que permiten abordar el asunto desde nuevos puntos de vista cuando las soluciones resultan equivocadas

Los diversos grados con que esas propiedades acompañan a la “libertad” en el pensamiento de cada individuo, dependen en gran medida, de su capacidad de razonar, pero también de su desarrollo cultural, de los conocimientos que posea sobre las leyes de la naturaleza y de la sociedad así como de su ideología, intereses y necesidades, y también del medio y del momento histórico que le ha tocado vivir

Como fenómeno individual El Librepensamiento es, también una tendencia a la satisfacción plena de sus propósitos de liberación .personal y al disfrute de una vida superior de paz espiritual, a la realización de los más elevados y permanentes ideales, virtudes principios objetivos, valores, verdades y convicciones por los cuales vivir

El ejercicio constante de dicha tendencia, es una experiencia autentica, natural y genuinamente espiritual que le da estilo, afirmación, forma y sentido a la persona.

El librepensamiento aparece como FENÓMENO SOCIAL cuando dicha tendencia se generaliza y se convierte en un movimiento social que se concreta en una doctrina y se traduce en las ideas luminosas que son expresadas por sus líderes.

El Librepensamiento, como movimiento social ha pasado a la historia como el motor impulsor de la vasta creación cultural, de las mejores enseñanzas, tradiciones y revoluciones, en todas las ciencias y artes que han conmovido y transformado a la sociedad y que ejemplarmente se hicieron visibles en las más refulgentes y eclosivas épocas de la historia de la humanidad, como el Renacimiento, y la Ilustración.

El librepensamiento fue el motor que impulso a todos los grandes hombres, a los sabios, héroes, mártires, apóstoles, líderes y libertadores de pueblos y benefactores de la humanidad, que vivieron en diferentes latitudes y nos dejaron a través de diferentes medios y en diferentes idiomas; el testimonio de sus reflexiones profundas, inventos, descubrimientos producciones, martirios y luchas.

El Libre pensamiento como fenómeno social a pesar de los cambios ocurridos a través de los siglos en la sociedad humana, ha permanecido constante en la búsqueda de valores permanentes, que son rasgo este inseparable de la vida humana-

Siempre se ha mantenido en permanente desarrollo, perfección y adaptación a las condiciones renovadas, sin cesar, de la sociedad, a los avances científicos y a los cambios sociales de cada época.

El Concepto De Deber

Del latín “dehibere”, compuesto por “de” que indica falta o privación y por “habere” tener; el deber indica algo que tenemos en nuestro poder pero no nos corresponde, y por eso tenemos que reintegrarlo. Es por lo tanto el deber la contra cara del derecho y su más íntimo aliado ya que para tener ciertos derechos debemos cumplimentar otros tantos deberes (si queremos cobrar un sueldo, debemos trabajar, si deseamos aprobar un examen debemos estudiar)

El deber es algo a lo que estamos obligados, ya sea porque lo impone una norma legal, moral, religiosa, o la costumbre. Si no cumplimos con nuestros deberes legales seremos sancionados coercitivamente con penas de multa o de prisión; si no cumplimos nuestros deberes morales, será nuestra conciencia, por medio del remordimiento la que se encargue de juzgarnos.

El deber encamina nuestra voluntad hacia lo correcto, dominando los instintos; por ejemplo: “Deseo salir a pasear en este bonito día de sol, pero debo ir a trabajar para mantener a mi familia”.

Todas las personas deben cumplir deberes; los niños las tareas escolares, respetar a sus padres, realizar pequeñas tareas de colaboración doméstica; los adultos cumplir con las normas de tránsito, pagar impuestos, trabajar, etcétera.

Se llaman deberes cívicos los que poseen las personas como ciudadanos de un Estado democrático, entre los cuales es fundamental sufragar en las elecciones para cargos gubernamentales.

Para el filósofo Kant los actos que se realizan por deber son moralmente buenos. Si los deberes morales tienen carácter absoluto (se aplican en todo tiempo y lugar) los llama imperativos categóricos; si son relativos, para conseguir un fin, los denomina imperativos hipotéticos. Estos últimos no son mandatos morales en sentido restrictivo.

Sociedad Civil



La civilidad es la cualidad social de la que procede el civismo o conducta del buen ciudadano. En un sentido más profundo puede decirse que de la civilidad proceden las virtudes cívicas. 

Habría un tercer sentido de civilidad en cuanto contrato social o contrato de asociación civil, que fue llevado a la práctica por las revoluciones liberales. Los derechos civiles y políticos significan su mayor logro. 

La civilidad es ahora el fundamento de la sociedad civil en cuanto contrapuesta de la sociedad política. Este paso teórico-práctico de enorme trascendencia social había sido teorizado por los tratadistas del contrato social en diferentes modulaciones (Hobbes, Locke, Rousseau) que resultan muy significativas en las diferentes concepciones históricas de la civilidad que inspiran. 

El civismo hace referencia directa al cumplimiento de los derechos y obligaciones recíprocas entre las personas.

Para Aristóteles, la sociedad civil consiste en una asociación armónica y equilibrada de ciudadanos. Pero la armonía sólo es completa cuando existe civilidad, conducta cívica mutua entre los ciudadanos. Este planteamiento, que se mantiene en la Edad Media y el Renacimiento, tomó un matiz netamente conservador, expresando con claridad la nueva situación el pacto social hobbesiano: ante los movimientos revolucionarios, la civilización sólo puede ser garantizada por monarcas absolutos a condición de que su despotismo sea encauzado por ciertas reglas que aseguran la paz y la seguridad de los súbditos. La civilidad se guarece bajo el poder coercitivo del Estado. 

Sin embargo, los nuevos modelos sociales de Locke y de Rousseau expresan claramente la posición de una sociedad civil cada vez más pujante frente a los restos del Antiguo Régimen. La civilidad ya no queda vinculada exclusivamente al orden social, sino también al cambio social, pues será precisa la consolidación del régimen democrático para que la civilidad vuelva a virar hacia el orden social, 
aunque ahora enraizada en la nueva sociedad civil y en la concepción activa de la ciudadanía.

En definitiva, el concepto de civilidad no es algo natural, sino que se construye históricamente, cambiando de época en época. El sentido más fuerte y más autoconsciente del concepto de civilidad va a surgir de las teorías del contrato social, en las que el individuo va a reconocerse como miembro de la sociedad civil, más o menos netamente diferenciada de la sociedad política, y con derechos y obligaciones públicamente establecidos.


El Espacio Interior

Emplea tus sentidos plenamente. Trata de estar donde estás.


Mira a tu alrededor. Simplemente mira, sin interpretar.

No son los pensamientos lo que te interesa,
sino el acto mismo de la percepción.

¿Puedes separar el pensamiento de la percepción? ¿Puedes mirar sin que la voz de tu cabeza comente, saque conclusiones, compare o intente explicar algo? Observa la luz, las formas, los colores, las texturas.

Sé consciente de la presencia silenciosa de cada cosa. Sé consciente del espacio que permite que cada cosa sea. Escucha los sonidos; no los juzgues. Algunos sonidos pueden ser naturales –agua, viento, pájaros- y otros son artificiales. Unos pueden ser agradables y otros desagradables. Pero no diferencies entre bueno y malo. Deja que cada sonido sea como es, sin interpretarlo. Escucha el silencio debajo de los sonidos.

Cuando miras y escuchas de este modo, puede que percibas una sutil sensación de calma, que al principio casi no se nota. Algunas personas la sienten como una quietud de fondo. Otras la llaman paz. 

Cuando la conciencia ya no está totalmente absorbida por el pensamiento, parte de ella permanece en su estado original sin forma, no condicionado. 
Esto es el espacio interior.
Eckhart Tolle


Honrar La Palabra

Imagínese esta situación:la agenda está llena de compromisos y cuando usted menos lo espera el día ya se está terminando. Su jefe le pide el informe, un amigo lo llama recordando el encuentro del fin de semana y usted aún no compró los preparativos para la fiesta de su hijo. Usted no podrá cumplir con todo lo que asumió para la semana que ya se está terminando y la opción que surge en su mente es volver atrás con la palabra empeñada, para evitar enojos.

Sin embargo, es importante destacar que la palabra es una característica del buen carácter de alguien. Ella muestra el tipo de persona que usted es. Cada promesa es una garantía. Por eso es tan importante mantener lo que fue dicho, sea a quien sea y cual fuere el grado de responsabilidad que se asumió.

Según el conferencista y autor del libro “50 tonos para el éxito”, Jadson Edington, históricamente, los contratos no eran hechos de papel y no necesitaban una firma.

“Los negocios eran hechos en base a la palabra. La palabra era el bien más precioso de una persona. (…) La mayoría de nuestra comunicación es hecha por las palabras. La palabra tiene tanto poder que es capaz de destruir y, también, de construir”, afirma.

La palabra es una herramienta que en el trabajo puede ayudar a prosperar y en casa puede contribuir con el bienestar de la relación familiar. Tener palabra es tener honra. Cuando usted cumple su palabra, honra también a quien le prometió. “¿Cómo espera conquistar la confianza de sus subordinados, de su jefe, de su cliente, de su cónyuge o de sus hijos si siempre está rompiendo promesas y volviendo atrás con su palabra y compromisos? pregunta Edington.

Evite trampas

Quien cumple con su palabra, gana respeto y construye una buena reputación. Por eso, piense y analice bien antes de comprometerse a algo. Mejor no hablar que hablar y no cumplir. Evite caer en la trampa de las promesas no cumplidas. Edington aconseja que sea cual sea el compromiso que se asume, debe ser una decisión consciente.

“No se comprometa a nada sin tener la seguridad de que podrá cumplir. Anote en la agenda y haga un pacto consigo mismo de hacer que aquello suceda. (…) Si cambia de idea al respecto de algo a lo que usted ya se comprometió, no vuelva atrás. Aunque le cause un perjuicio, mantenga la palabra”, dice el conferencista.

Sin embargo, el consejo más importante y que puede cambiar su tipo de comportamiento delante de situaciones embarazosas es aprender a decir no. “No diga sí a cosas que usted sabe que no va a hacer. Cuidado con las pequeñas promesas. Si usted dijo que iba comprarle algo a alguien, cómprelo. Si le dice a su empleado que recibirá un aumento, déselo. En caso contrario, no prometa”, concluye Edington.

De aquí en adelante, vigile, sea valiente y esfuércese al máximo para volverse una persona confiable. Las personas confían en que mantienen la palabra. Comience honrando un compromiso consigo mismo y sea honesto.

Conformista

No te conformes con poco solo porque es más sencillo que luchar por lo que verdaderamente mereces, a veces debemos estar dispuestos a perderlo todo en orden de obtenerlo todo. Si sabes quién eres realmente, que puedes hacer, y que es lo que te mereces, entonces sal y obtenlo, ¡y no te conformes!


No te conformes con migajas, sabes dentro de tu corazón que mereces más, sabes que la vida que quieres es posible, deseas y sueñas todos los días por un milagro que cambie tu vida para siempre, y eso es porque sabes que te has conformado con poco. No tengas miedo de perder lo que tienes con motivo de obtener aquello que mereces, porque el día que nos conformamos con una vida mucho menor de la que verdaderamente queremos y merecemos, ese es el día que nos condenamos a nosotros mismos a vivir una vida mediocre y vacía.

Si tienes lo que quieres, si tienes el trabajo, la relación, la carrera, o cualquier cosa que hayas querido y te sientes agradecido y feliz por ello pero al mismo tiempo te sientes insatisfecho, teniendo la sensación de que te está faltando algo en la vida, esto se deba probablemente a que te has conformado con una vida que es mucho menor a la vida que siempre has soñado tener.

La vida se trata de tomar decisiones y riesgos, donde en realidad el mayor riesgo de todos, es el riesgo de conformarnos con una vida que no está ni cerca de ser la vida que nos merecemos. Debemos tomar una decisión: O vamos a tomar la decisión de tomar el riesgo de conformarnos y vivir una vida mediocre por el resto de nuestras vidas dejando todo a la suerte, o si vamos a tomar el riesgo de fallar una y otra vez con el motivo de obtener la vida que nos merecemos.

La verdad es que si seguimos a nuestro corazón y tomamos el riesgo de fallar una y otra vez significa que nos encontramos en el camino correcto a cumplir con nuestras metas y deseos porque el fracaso simplemente significa que estamos actuando, que algo estamos haciendo, y mientras que no nos demos por vencidos, vamos a obtener la vida de nuestros sueños y viviremos una vida feliz y plena.

 La vida está hecha para ser experimentada con felicidad, pero el problema es que generalmente nos subestimamos a nosotros mismos y es por eso que nos conformamos con menos de lo que nos merecemos solo porque no tenemos idea de quienes somos realmente y de que somos capaces, tenemos todo lo que necesitamos para conseguir nuestras metas y deseos, pero debemos creer en nosotros mismos y enfrentar todos nuestros temores. Debemos tomar la decisión de dejar atrás todo aquello que no nos merecemos con el fin de obtener aquello que verdaderamente merecemos.

No importa si te has conformado con una relación vacía, un trabajo mediocre, o cualquier otro aspecto de tu vida que sientas que no es lo que te mereces, porque tienes dentro de ti mismo el poder para decidir cambiar tu vida. Sé que es fácil decirlo pero créeme, no importa cuán difícil parezca cambiar tu vida, lo conseguirás si crees en ti mismo, te mereces algo mejor, lo sabes, y tu alma te lo grita desesperadamente, porque sabe quién eres realmente y sabe de lo que eres capaz de conseguir.

La vida es demasiado corta amigos, y la verdad es que no sabes cuándo será nuestro momento para abandonar esta tierra, por eso disfrutemos cada segundo de él, no hay tiempo para tener miedo, no hay tiempo para estar tristes, solo hay tiempo para hacer aquello que amamos y ser felices.

¡No te conformes con poco, sal y obtén todo lo que te mereces!



Conocer Tus Miedos

Si quieres triunfar en la vida, debes superar tus mayores miedos. 


Algunos temores nos detienen más que otros. Los más fuertes se comportan como camisas de fuerza sobre nuestras habilidades, haciendo que nuestros sueños se vuelvan imposibles. Para ser exitosos, debes “tomar el toro por los cuernos”. 

Aquí hay siete miedos comunes que debes superar para ser exitoso. 

Muchas personas temen vivir la vida de sus sueños por miedo a lo que otros pensarán. Hace poco recibí una carta de un universitario que me decía: “Mis padres quieren que terminé mi maestría, pero yo ya quiero empezar mi negocio propio”, escribía. “Ellos creen que sería estúpido salirme de la escuela ahora. ¿Qué debo hacer?”. 

Este temor es muy común, pero tomar decisiones importantes basándonos en lo que las personas piensan – incluso tus amigos más cercanos y tu familia – puede debilitar el resto de tu vida.  En lugar de eso, piensa en lo que esas mismas personas dirán cuando alcances el éxito. A este estudiante, mi consejo fue pensar qué dirían sus padres si su negocio se vuelve ganador. ¿Estarían orgullosos de ti? ¿Qué tal si es la mejor decisión que jamás hayas tomado? Bien podría serlo. 

Miedo a la pobreza 
Muchas personas están atoradas en el “modo de supervivencia”. 
“Tengo 26 años y estoy atrapado en un cubículo 50 horas a la semana”, un hombre recientemente me escribió. “Pago las cuentas y llevo una vida promedio, pero sé que puedo tener un mejor empleo y alcanzar mi potencial. Estoy cansado de estar aburrido y quiero usar mis talentos. Sin embargo, temo quedarme sin dinero. ¿Qué sugieres que haga?”.  

El miedo a la pobreza puede ser paralizante. Sin embargo, este hombre me expresó en su correo electrónico tener guardados US$10,000, dinero suficiente para subsistir sin empleo por algunos meses en los que decide qué hacer con su vida. Muchas personas se contentan con la mediocridad porque piensan que deben “sobrevivir” en lugar de “prosperar”. 

Miedo a la vejez (y a la muerte) 
Hay una cierta edad en la que las personas renuncian a su vida. Benjamín Franklin una vez dijo “Muchas personas mueren a los 25 años pero son enterrados a los 75”. Para algunos individuos, esta muerte metafórica – cuando deciden instalarse en un estilo de vida mediocre – llega incluso antes de los 25 años. Ellos creen que nunca lograrán sus sueños y renuncian por adelantado. 

El miedo a la vejez, por otro lado, llega cuando las personas tienen que hacer un cambio radical de carrera. El esquema de pensamiento a menudo se ve así: “Tengo 46 años. ¿Cómo esperan que aprenda de bienes raíces cuando he estado toda mi vida en el sector salud? Además, tiene que salir todo perfecto, de lo contrario no podré mantener a mi familia”. 
Sin embargo, al final la edad es menos importante que tu confianza en ti mismo. 

Miedo al fracaso
Es aquí cuando las personas hacen la temida pregunta “¿Y si…?”, excepto que típicamente está fraseada de forma negativa: “¿Y si no funciona?” “¿Y si fracaso?” “¿Y si no les gusto?”. 

Estas son las preguntas equivocadas. En lugar de pensar en todas las maneras en las que podrías fracasar, ¡concéntrate en todas las maneras en las que podrías triunfar! Incluso si te equivocas o cometes un error, tienes la oportunidad de corregir el rumbo. 

Debes fallar antes de vencer. Cada maestro fue alguna vez un desastre, así que no dejes de tratar. 

Miedo de ofender a otros
Aquí hay algo que alguien me dijo el otro día: 

“Yo no voy a llamar a Recursos Humanos hasta que ellos me busquen con un ofrecimiento de trabajo. Además, podría molestarlos y no quiero que me vean muy necesitado. Solo esperaré en el teléfono. Si no obtengo ese trabajo, entonces no era mi destino tenerlo. Si los llamo, podría arruinar mis oportunidades y no obtener el trabajo”. 

Esta es la forma incorrecta de verlo. Creo firmemente que las personas deben ser audaces en sus actos si desean conquistar sus metas. Muchas personas temen ofender a otra con la auto promoción por miedo a aparecer arrogantes. No obstante, nadie reconocerá tus talentos a menos que se los muestres.

Miedo a quedar en ridículo
Muchas veces vemos nuestros atuendos y decimos “No me voy a poner esto hoy. Me voy a ver tonto. Tal vez otro día”. Pero, ¿por qué no? Muchas veces actuamos como si lo que queremos fuera malo, pero debemos tener más fe en nuestra capacidad de decisión. Necesitamos poner nuestras capacidades a prueba, ya sea que vayamos  dar un discurso, escribir artículos, grabar videos o cualquier otra cosa. 

Millones de las mejores decisiones se hicieron “en caliente”. Personas de todo el mundo en el transcurso de la historia se han desviado de sus planes originales para alcanzar el éxito. Descubre quién eres y cuál es tu estilo.  Muchas veces deberás empezar por descubrir quién no eres. Confía en tu instinto y reconoce que estás tomando las decisiones correctas. Solo te verás ridículo si te quedas congelado. 

Miedo al éxito
Muchas veces, las personas temen ser las mejores versiones de sí mismas. Tienen miedo de cómo es su verdadera expresión personal, que es de lo que se trata realmente el éxito. Ven a otras personas y piensan “Yo podría hacerlo también” o “¿Por qué eso no me pasa a mí?” En realidad temen recibir fama, riqueza, reconocimiento y amor. 

A la gran mayoría de nosotros nos enseñaron que nunca podríamos ser exitosos en la vida. Muchas familias operan bajo la creencia de que lograr los sueños no es realista, así que nunca impulsan a sus hijos. Asumen que es imposible porque no lograron ellos mismos. En lugar de adoptar este esquema de pensamiento, cree en que vas a lograr un éxito masivo en el camino. 

Al final del día, todos los miedos anteriores se superan con fe y amor. Si sabes lo que quieres, toma los pasos necesarios para afrontar tus miedos y lograrás más de lo que esperas en la vida, más de lo que obtendrías si dejas que la duda y la incertidumbre te dominen. 

Carácter Firme


¿Alguna vez has sentido que quieres rendirte o dejar de hacer algo? ¿Cómo puedes desarrollar la fuerza interna necesaria para alcanzar tus metas de largo plazo?

Resulta que la firmeza de carácter — la perseverancia que nos mantiene andando — es muchísimo más importante de lo que piensas. De hecho, es el mejor vaticinador de éxito entre los cadetes de West Point.
De Drive: The Surprising Truth About What Motivates Us (Impulso: La sorprendente verdad sobre lo que nos motiva):

Lamentablemente, la mayoría de la gente cede muy fácil a presiones, vengan de donde vengan, y ese comportamiento, tan típico, tan solo fomenta abusos que más tarde se pagan muy caros.

Esta situación la vemos a diario en todas partes: el padre que falla en disciplinar a su hijo porque le da pena castigarlo y se deja engañar por sus promesas vacías. El bully que atormenta a sus compañeros de escuela porque le tienen miedo y prefieren humillarse y hacer el ridículo antes que mostrar cualquier resistencia (y mantenerla). El profesor que se aprovecha de su condición para repartir favores a cambio de favores porque nadie se atreve a denunciarlo. 

El jefe que hace lo mismo. El que se refugia en la seguridad se deja atormentar de gente "poderosa" y, a cambio de mantener su empleo, cede a cada capricho, porque no tiene quien lo defienda. Ejemplos hay por montones.

El ser humano es un ente complejo. No hay una posición uniforme en cuanto a lo que califica de abuso. Tampoco la hay en lo califica de mantener la firmeza ante estas situaciones, algo que a nivel coloquial le llaman "ponerse los pantalones".

Hay gente que desde las trincheras se comporta como todo un macho, por falta de una mejor palabra. 

Sin embargo, a la hora de enfrentarse a la verdad, termina comportándose como un ratón, con consecuencias negativas de alcance inimaginable en ocasiones. No importa que sea hombre o mujer, estas cosas pasan en cada escenario posible, con mucha más frecuencia de la que cualquiera imagina.

El no mantener una posición firme tan solo engendra falta de respeto, y esa falta de respeto a la larga se convierte en una serie de abusos que resultan muy difíciles de parar y revertir. Una vez se muestra el lado suave, hay que prepararse, porque lo más probable es que se busque siempre ese lado para salirse con la suya, sin importar que vaya en detrimento de una o de miles o de millones de personas. El abusador no repara en daños ni consecuencias, solo quiere lo cuyo, cueste lo que cueste.

¿Por qué es tan endeble el carácter de algunas personas? ¿Qué es lo que impide mantener una postura con firmeza, sobre todo cuando se sabe que se tiene la razón? No hay respuesta fácil para estas preguntas porque, bien lo dice el refrán, cada cabeza es un mundo.

Todos tenemos una forma de pensar que ha sido moldeada por la educación recibida, el entorno en que nos desarrollamos, experiencias vividas e influencias externas. Lo que para algunos está bien para otros está mal. Lo que para algunos está tan claro que no requiere de explicación alguna para otros está tan enredado como una madeja infinita. Lo que para algunos constituye un abuso para otros es fuente de pena.

En algunas instancias no importa lo que se piense ni importan las emociones. 

Es en estos casos en que se debe actuar con firmeza, exigir y hacer cumplir. Si no se hace esto, entonces vienen problemas mayores y a largo plazo.


Ni Eres Más Ni Eres Menos

Durante gran parte de nuestra vida hemos asociado nuestra valía como personas a lo que piensan los demás sobre nosotros. En realidad no es extraño si tenemos en cuenta que de pequeños aprendimos que para ser aceptados debíamos cumplir ciertas normas, hacerle caso a ciertas personas y adaptarnos a ciertas situaciones. Nos gustara o no. Nuestra opinión y gustos poco peso tenían en la ecuación.

Así fuimos formándonos la imagen que tenemos de nosotros mismos, una imagen que depende, en gran medida, de los otros. Por eso, los elogios nos hacen sentir tan bien y las críticas nos hacen sentir tan mal. Detrás de esas sensaciones en realidad se esconde una profunda creencia que fue sembrada en nuestra infancia: nuestro valor depende de los demás, son los otros quienes deciden.

Obviamente, se trata de una falacia que ya había descubierto Thomas de Kempis en el siglo XV cuando afirmó que no eres más porque te alaben ni menos porque te critiquen. Somos personas completas, las opiniones de los demás son solo eso, opiniones, no determinan nuestro valor.

Somos adictos a los elogios, ergo nos afectan las críticas

De cierta forma, la necesidad de aprobación sienta sus bases en el deseo de ser elogiados, un deseo que, según un estudio llevado a cabo en el University College London y la Aarhus University, se encuentra grabado en nuestro cerebro.

Estos psicólogos notaron que cuando las personas eran elogiadas por sus decisiones, se activaba el estriado ventral, un área vinculada con la recompensa. Y mientras más validación recibían de los demás, mayor era esa activación.

En otras palabras, los elogios nos hacen sentir bien y desatan un mecanismo similar al que se produce en las adicciones. De hecho, estos psicólogos apreciaron que cuando recibimos aprobación social se activa una red neural casi idéntica a la que se encuentra en la base de las adicciones. Por tanto, es como si estuviéramos “cableados” de forma natural para buscar la aceptación.

Por supuesto, hay personas en las que esta conexión no es tan intensa. Es probable que en su infancia no se hayan visto “obligadas” a buscar constantemente la aprobación de los demás o que hayan hecho un gran trabajo de crecimiento personal en su adultez que les haya permitido desligarse de esa necesidad d aceptación. En esos casos, la conexión es mucho más débil y, por tanto, la sensación de bienestar cuando se recibe un elogio también lo es.

Obviamente, el hecho de que estemos “programados” para buscar la aprobación del grupo también implica que las críticas nos duelen ya que, de cierta forma, son una señal de rechazo. Y el rechazo social activa las mismas áreas en el cerebro que el dolor físico, por lo que es normal que deseemos evitarlo.

Sin embargo, debemos tener claro que tanto los elogios como las críticas son solo opiniones, no son una medida de nuestra valía como personas.

¿Podemos hacer oídos sordos?

Somos seres sociales y no podemos hacer nada para cambiarlo. De hecho, ni siquiera deberíamos intentarlo porque las relaciones con los demás nos nutren y nos permiten crecer. La clave consiste en comprender que los juicios de los demás sobre nosotros representan una visión limitada y solo expresan su idea de cómo deberíamos comportarnos o qué decisiones deberíamos tomar.

Aún así, no estamos obligados a seguir ese esquema, sobre todo si esas opiniones nos restan valor. Podemos escuchar, reflexionar y descartar una opinión si esta nos daña o nos encumbra artificialmente.

De hecho, en muchos casos puede ser más dañino un elogio desmesurado que una crítica. Los elogios excesivos y sin sustancia pueden hacer que nos formemos una imagen errónea de nuestras capacidades, lo cual nos puede llevar a tomar decisiones precipitadas y poco objetivas de las que más tarde nos arrepentiremos.

Por eso, es importante proteger nuestra valía. Recuerda que las personas más infelices son aquellas que se preocupan demasiado por lo que piensan los demás. Imagina que eres un pintor y que a tu alrededor hay personas que elogian o critican el cuadro. Puedes escuchar sus opiniones y tenerlas en cuenta pero al final lo más importante es que hayas disfrutado del acto de pintar y que te satisfaga el resultado. Y eso solo lo lograrás si miras dentro de ti y sabes lo que deseas.

Sin duda, se necesita mucha fuerza, pero debes recordar que tu valor depende solo de ti. Solo tú conoces tus sueños, sabes lo que es verdaderamente importante para ti y puedes valorar el esfuerzo que has tenido que hacer a lo largo del camino. No dejes que las opiniones de los demás desvirtúen tu esencia o te aparten del camino que desearías recorrer.

Diferencias Del Genoma


A medida que avanzan nuestros conocimientos sobre el genoma mejora nuestra comprensión sobre las pequeñas pero cruciales diferencias que nos separan de otros animales y que nos han permitido desarrollar nuestra inteligencia.

Un punto clave es determinar porque nuestros cerebros crecen mas y de forma diferente a los de otros animales como los chimpancés. Investigadores de la Universidad de California han localizado una secuencia de ADN implicada en desarrollo del cerebro y que ha cambiado mucho y muy rápidamente en los últimos millones de años.

La secuencia conocida como HAR1 es esencialmente idéntica en todos los mamíferos excepto en los humanos. Entre una gallina y un chimpancé solo hay dos diferencias, pero entre el chimpancé y un humano hay 18. Esto parece muy significativo porque se sabe que esta secuencia genética regula el funcionamiento de otros genes implicados en el desarrollo de las neuronas Cajal–Retzius. 

Este es un tipo de neurona especial implicado en el desarrollo embrionario y en la formación de la corteza cerebral.

Pero no hay que lanzar las campanas al vuelo porque aún quedan muchos detalles por conocer. 

Para empezar cual es el papel exacto de la secuencia HAR1 en el desarrollo del cerebro y como actúa.

Tendremos que esperar a futuras investigaciones para saber si es la la diferencia crucial o hay más y con mayor importancia.