Hace unos días, un querido hermano me hizo recordar una experiencia de vida que relaté hace ya unos cuántos años atrás y confieso que al rememorar este relato he tenido que remontarme en el tiempo a épocas de mi vida que han dejado un entrañable sentimiento que permanece inmutable anidado en mi corazón.
Resulta que cuando yo era muy joven fui invitado por un grupo de amigos, compañeros de facultad, para asistir a una ceremonia muy especial a realizarse bien temprano en la mañana con el motivo de poder observar, un 23 de setiembre, la salida del sol a orillas de una playa con la vista puesta en el horizonte,
Entonces ahí estábamos nosotros, reverentemente sentados en silencio, observando atentamente el horizonte cuando de pronto, con el preámbulo de la aurora, emergió un sol majestuoso dando inicio al comienzo de una nueva primavera.
Recuerdo que previamente a la salida del sol, todos los presentes nos paramos y cuando el sol emergió raudo en el horizonte todos repetimos al unísono estas palabras: Yo Permanezco.
Nada más se dijo esa mañana pero sentimos latente de que habíamos asumido un compromiso de permanecer fieles a nuestra razón de ser, nada más y nada menos, que ante el propio creador del universo.
Esa experiencia, única en mi caso, ha permanecido desde entonces y ha sido una constante no solamente al inicio de cada primavera sino también en cada acción que he realizado desde entonces.
Adjunto un brevísimo texto que alguien me ha hecho llegar a mi despacho alguna vez que sinceramente no recuerdo.
"En
el centro de la voluntad de Dios, yo permanezco.
Nada apartará mi voluntad de la suya.
Implemento esa voluntad por el amor.
Me dirijo al campo de servicio.
Yo, el triangulo divino, realizo esa voluntad
Dentro del cuadrado y sirvo a mis semejantes.
Implemento esa voluntad por el amor.
Me dirijo al campo de servicio.
Yo, el triangulo divino, realizo esa voluntad
Dentro del cuadrado y sirvo a mis semejantes.
En
el centro de total amor, yo permanezco
desde ese centro, yo el Alma , me exteriorizaré
desde ese centro yo el que sirve, trabajare
que el amor del yo divino, se difunda en mi corazón
a través de grupo y por todo el mundo."
desde ese centro, yo el Alma , me exteriorizaré
desde ese centro yo el que sirve, trabajare
que el amor del yo divino, se difunda en mi corazón
a través de grupo y por todo el mundo."
Hugo W Arostegui