sábado, 24 de junio de 2017

La Ruta Del Éxito


¿Verdaderamente quieres éxito en tu vida?

¿Estás dispuesto a emprender el camino que te lleve a ser un gran exitoso y a vivir la vida que anhelas?
Hay muchas personas que precisamente no saben lo que quieren en la vida… No saben cuál es el camino que en realidad quieren transitar.

Algunos simplemente se pasan los años tomando diferentes rumbos, transitando cada camino que se encuentran… Nunca tienen una meta fija y un verdadero plan para conseguirla. Aquellas personas precisamente, son las que no alcanzan el éxito en la vida.

Pero, del otro lado, estás tú, alguien que sí quiere alcanzar el éxito.

Necesitas desear tu éxito desde lo más profundo de tu ser. Muchos se conforman con la vida que viven, muchos son felices con las limitaciones que les impone un jefe, con un sueldo cada mes y con ver pasar sus días yendo del trabajo a la casa, y de la casa al trabajo… Tú debes ser diferente, 

¡Debes anhelar tu éxito, anhelar más!

Tener Mente Positiva
¡Cambiar tu mentalidad es clave en el camino para alcanzar el éxito! Deja de quejarte, deja de pensar que es “mejor poquito pero seguro”… Atrévete a soñar en grande y a mirar nuevos horizontes.

Aprende a tener una mente positiva a pesar de todo.

"Locura es hacer las mismas cosas una y otra vez esperando obtener diferentes resultados"
— Albert Einstein

No dejes para mañana empezar a correr la carrera en busca del éxito… Mientras más rápido empieces, más rápido llegarás.

Hugo W Arostegui


Tiempo Al Tiempo


Antes de entrar en el tema que involucra el tomar decisiones en un momento determinado, es importante, dar una breve explicación de lo que es decidir, esto no es más que escoger una alternativa de varias que se tengan para darle solución a algo o simplemente poder hacer una actividad, muchas veces no se tienen alternativas sino que se tiene que actuar a riesgo.

Existen muchos tipos de decisiones, pero para poder tomar una decisión es importante tener en cuenta el contexto en el que se está, la importancia de la misma y el tiempo que tiene para decidir. La calidad de las decisiones que se toman puede considerarse como una medida significativa de la eficacia de un gestor individual, de la gestión de la empresa o de un equipo de trabajadores.

El tiempo es una factor determinante en la toma decisiones, ya que si se requiere tomar decisiones se supone que es para dar solución a actividades que lo necesitan o exigen.

No se puede hablar de cuantificar el tiempo en la toma de decisiones, ya que cada persona tiene criterios diferentes, muchas veces cuentan con información que le permite ver el problema con más sencillez que otra, por lo que el tiempo de respuesta ante la circunstancia es breve y la solución la correcta.

Por el contrario existen casos donde la persona a quien le corresponde tomar decisión, toma más tiempo del necesario, bien sea porque no tiene suficiente información del caso, porque tiene muchas dudas en cuanto a cuál es la mejor, y entonces cuando decide ya no tiene importancia, o que alguien tuvo que tomar la decisión antes, en este caso pudo haber sido una solución efectiva en menos tiempo, pudo no haber sido la mejor pero como no se tomó en un tiempo menor no causó ningún impacto.

Por lo que el tiempo es determinante en la toma de decisiones, pero difícilmente se puede hablar de un patrón para decir cuánto tiempo se necesita para tomar decisiones, sólo la persona que decidirá será la que determine cómo y en cuanto tiempo dará solución al problema.

El tiempo como variable que incide en la toma de decisiones, determina si una decisión que se ha tomado es oportuna, ya que se debe tomar una decisión en el momento apropiado y ponerla en práctica en el tiempo requerido, por lo que el papel que juega el tiempo en la toma de decisiones es determinante, se tiene que tener presente que cada individuo es una persona con características diferentes, lo que conlleva a decir, que no es fácil responder la siguiente interrogante ¿Cuándo se tiene que decidir?.

Hay decisiones en las que el individuo no puede esperar, es decir, que el tiempo lo obliga a decidir casi de forma inmediata, en el momento de enfrentar la situación, esta decisión está sujeta a riesgos, que en ningún momento son evaluados.

El decidir con un tiempo que exige respuestas rápidas y efectivas, está sujeto al tipo de decisión o modelo de decisión que se utilice tanto individuales como institucionales, porque muchas veces cuando se habla de toma de decisiones las personas se ubican sólo en un contexto institucional u organizacional, pero esto no es así, porque la toma de decisiones es un proceso que está presente también en el plano personal o individual.


Hugo W Arostegui

viernes, 23 de junio de 2017

Introspectiva


Todo comienza con el acto de prestar atención. Si estamos siempre en la acción, vivimos reaccionando a los estímulos mecánicamente. En lugar de precipitarnos hacia la situación que tenemos enfrente, podemos dedicar un momento a examinar nuestro interior, observarlo, CONECTARNOS CON LO QUE SENTIMOS y verificar la razón del porque actuar como estamos a punto de hacerlo. EL CENTRARNOS Y MIRARNOS INTROSPECTIVAMENTE NOS ASEGURA QUE, SUCEDA LO QUE SUCEDA EN EL EXTERIOR, NO PERDEREMOS NUESTRO EQUILIBRIO INTERIOR NI AUTORESPETO.

Habiendo verificado nuestro estado interno, podemos entonces llevar nuestra atención hacia la situación en sí y observarla con mayor objetividad y claridad, para enfrentarla no desde nuestros hábitos, sino de verdad siendo fiel a nosotros mismos en ese determinado momento. Sin este proceso no podríamos realmente tomar la iniciativa correcta, ya que el control y la concentración dependen del nivel de nuestra introspección.

La introspección es realmente la puerta al progreso y transformación personal, es central en términos de nuestro desarrollo personal y espiritual. Sin la capacidad de asimilar lo que aprendemos y de reflexionar profundamente sobre lo que soy, lo que siento, lo que he aprendido de mí y también sobre los principios del conocimiento espiritual que tantas veces hemos leído o escuchado (para convertirlos no sólo en comprensibles sino en practicables) no podemos avanzar de manera efectiva. Podemos pensar y hablar de progreso y de desarrollo espiritual, pero es la facultad de la introspección, del autoobservarnos en silencio, de discernir qué es lo bueno para mí, la que nos proporciona las herramientas para transformar cualquier situación que afrontemos y avanzar en nuestro camino de la vida. La introspección es la base de nuestra estabilidad personal, especialmente frente a las adversidades y también es la posibilidad de hacer cambios y explorar formas más profundas de mi ser.

Para incrementar esta consciencia interna cada día, es importante hacer paradas en nuestro camino y LLEVAR LA ATENCIÓN HACIA NUESTRO SER, nuestra esencia, y conectar con nuestro centro interior de paz y silencio, desde el cual somos un observador desapegado de las situaciones externas y podemos observar de forma objetiva y apreciativa el juego de la vida que se está desarrollando constantemente a nuestro alrededor.

Te invito a hacerlo, inténtalo. Es simple, una vez que pudiste parar. Una vez que te detienes puedes quedarte en silencio, meditar, contemplando cada situación, conectándote con tus emociones genuinas, dejando que aparezca lo que aparezca, aceptarlo para luego escribir, dibujar, traer imágenes.

Tú sabrás cómo te resulta mejor.
Adelante!



Hipocondríacos


El término hipocondríaco es un término que se utiliza en el ámbito de la medicina para designar a aquellas personas que demuestran permanente y constante sensación de estar enfermos, incluso cuando están físicamente saludables. La hipocondría, así se llama la condición que sufre el hipocondríaco, es una condición muy común en la actualidad ya que debido a la constante y variada información a la que las personas pueden acceder al respecto de la salud, se suelen generar diagnósticos falsos e inapropiados sobre posibles sensaciones que en realidad no representan ninguna complicación médica.

La palabra hipocondríaco proviene del griego y se usaba para hacer referencia a una sección del abdomen conocida como hipocondrio. Se estima que el nombre proviene del hecho de que las personas que se sienten constantemente enfermas tienen la tendencia a aferrarse al propio estómago en señal de incomodidad o dolencia. Sin embargo, esta teoría no está del todo comprobada.

La actitud del hipocondríaco es aquella de sentir que de manera permanente sufre de dolencias, molestias o complicaciones corporales que pueden derivar, de acuerdo a sus ideas y juicios propios, en enfermedades graves e irremediables. Así, el hipocondríaco suele realizar sus propios diagnósticos sin siquiera consultar a profesionales de la salud o a veces pueden consultarlos pero ya teniendo decidido o asumido el problema que enfrentan. 

En muchos de los casos, las dolencias o molestias que estas personas tienen son exageraciones que la mente les ayuda a crear y que no se representan de manera verídica a nivel corporal, por lo cual los profesionales de la salud no encuentran respuesta a las manifestaciones que estas personas dicen tener.

Muchas veces se suele aplicar el tratamiento placebo en aquellos individuos que sufren de hipocondría. Este tratamiento se basa en la administración de remedios, medicamentos o pastillas que en realidad son inocuos y que no tienen ningún efecto con el objetivo final de hacer sentir a la persona más tranquila de que realmente está siendo tratada. 

Sin embargo, este tipo de tratamiento no cambia la actitud obsesiva que tiene el hipocondríaco por lo cual no ayuda a terminar con el problema mayor.




A Regañadientes


Cuando hacemos las cosas con disgusto o repugnancia, solemos hacerlas a regañadientes. Pero, ¿por qué decimos ´a regañadientes´? Pudiera pensarse que como desahogo de nuestra frustración y sin deberla ni temerla,  nuestras piezas dentales reciben de nuestra parte una soberana regañada. Como sabemos que esto no es así, debemos entonces, buscar una explicación más racional.

La expresión “a regañadientes“, es muy antigua. Ya la encontramos en una rima que, en 1435, escribió Juan Alfonso de Baena:
“Tiene muchos combatientes en las gentes y más el signo del gato,
que le pegan bien el pato, cada rato dáñelas a regañadientes;
pégamelas tan valientes Reticentes desde el pie hasta el oído;
de todos es aburrido y escupido, hasta dentro a sus parientes le vienen los accidentes”

Para entender por qué decimos “a regañadientes“, hay que ver con atención a un perro enojado que, mediante un gruñido y una muestra de su dentadura, nos da a entender que no está de buen humor y que más nos vale que lo dejemos tranquilo.

En viejo latín, “gannio” significaba “gruñir el perro” y si el gruñido era continuado, entonces se decía “regannio“.

De ahí, en castellano, nacería el verbo “regañar“, del que es interesante analizar viejas acepciones:
Sebastián de Covarrubias, en su “Tesoro de la lengua Castellana” (1611), De “regañar” decía:
Es propio de los perros, cuando muestran los dientes y sin ladrar, hacen cierto sonido con que manifiestan su saña; de “re” y “genio”.

Después, le quitamos la exclusividad al perro cuando descubrimos que también nosotros sabemos regañar. De esto ya se habla en el Diccionario de Autoridades (1737), donde encontramos estas definiciones:

regañado: Adjetivo que se aplica a lo que se da con disgusto y con repugnancia”, también dice: “regañar: Vale también por dar muestras de enfado, con gestos y acciones, y algunas veces con palabras desabridas y mal pronunciadas”.

Con estos antecedentes, ahora es fácil entender que de ver a un perro “regañando“, con su respectivo “pelar de dientes”, nació la expresión a regañadientes” para enfatizar una actitud de enojo canino.

Así que ya lo sabes, si tienes fama de regañón, o suele hacer las cosas a regañadientes, estás usurpando funciones que, en su origen, fueron exclusivas de los perros.


No Todo Lo Que Reluce…


En esta vida hay que tener mucho cuidado con las apariencias. Las cosas no siempre son lo que parecen, sino que hay que investigar un poco para llegar a averiguar cómo son realmente.

Con esta expresión española, no es oro todo lo que reluce, lo que queremos decir es que, aunque a primera vista algo parece ser bueno, a lo mejor (o bueno, a lo peor) no lo es, sino que tenemos que mirar bien de cerca, investigarlo, para ver si realmente es así.

¿No les ha pasado nunca que han visto algo en el suelo que brillaba mucho y, después de pensar por unos segundos que sería algún objeto valioso de joyería ha resultado ser un simple cristal que reflejaba la luz del sol? Pues esto es lo mismo.

Si se anuncia una oferta de trabajo en la que se ofrece un excelente salario desde el principio, coche de empresa, ordenador personal, gastos pagados, etc., cuidado, es posible que sea un trabajo tan estresante que no los deje vivir.

Así que, como no es oro todo lo que reluce, antes de aceptar que algo es bueno, investiguemos un poco para ver si realmente lo es. Nos llevaremos muchas menos decepciones a lo largo de vuestra vida.

La apariencia es como los demás nos ven y nos perciben: El vestuario, la forma de hablar, como actuamos… pero no podemos reflejar con ella lo que realmente queremos expresar.

Pero cuando conocemos de verdad a una persona, compartimos con ella nuestros pensamientos y descubrimos realmente, la personalidad de cada uno.

Cuando vemos a una persona por primera vez, observamos su aspecto externo. Nos fijamos en su ropa, en su rostro, en sus complementos…y deducimos como es esa persona. Y es que tendemos a juzgar sin conocer.

Cada uno es el responsable de remediarlo ya que, si entablamos una amistad con una persona, vemos como es ella de verdad.

Hugo W Arostegui



Palos Porque Bogas Y Si No Bogas Palos También


Algunas respuestas:  “Tiene que ver con las galeras y los galeotes. Remes o no remes, te darán latigazos. Hagas o no hagas, palos te darán: siempre habrá alguien que te critique por lo que hagas o dejes de hacer.. “
 “Que nunca están de acuerdo... “

“Se oponen a que se haga una cosa
y si no se hace te critican por no hacerlo “

“O sea, hagas lo que hagas o dejes de hacer lo que dejes de hacer, siempre habrá alguien que te critique”
 “Que nunca están de acuerdo...”

“Que no importa lo que hagas.
Siempre te criticaran, que es tirar palos remes, o no remes.”
 Anoche al contestar algunas consultas que se habían acumulado en mi casilla de correo, encontré, como perdida entre los recibidos, la consulta de un joven lector en la cual me manifestaba su desazón  por las injusticias que le deparaba el hecho de ser muy joven y encontrarse inserto, por imperio de las circunstancias, conviviendo  en medio de personas mayores que él, aparentemente muy ocupadas en sus respectivas actividades y totalmente ajenas a lo que pudiese estar aconteciendo con un joven que apenas podían notar en medio de lo abrumadora de sus actividades.

Al leer el contenido de las expresiones de este joven lector confieso que mi primer impulso fue el de solidarizarme  con lo que se exponía ante mis ojos, contener en la madurez de mi análisis  esa reacción natural que nos lleva a pensar en los múltiples  casos de violencia, que diariamente son denunciados, en los cuales se puede apreciar como aquellos que manejan una mayor porción de un mal entendido poder, ejercen un injusto dominio sobre quienes consideramos como más débiles.

Creo que esta vez se accionaron “los frenos de la conciencia”  para evitar una colisión que a nada conduce entre la pasión que generan estos hechos enervantes y la necesaria mesura que debe primar a los efectos de aportar un enfoque que nos permita retrotraernos a los valores fundamentales que deben estar siempre vigentes y ser prevalentes en las relaciones entre humanos falibles, aportar a una convivencia pacífica hacen del hombre un “ser social” por excelencia.

Lo cierto es que situaciones como las descriptas son el caldo de cultivo para quienes se refugian “en dejar pasar”  los acontecimientos, quienes  hemos asumido alguna vez la responsabilidad de tomar decisiones hemos recibido  los consabidos “palos” tanto cuando acertamos o cuando aquello que hemos hecho no satisface a los consabidos “espectadores”  de todo lo que hacemos o dejamos de hacer.

Como puedes apreciar, joven amigo, esta es mi respuesta, nadie de los “hacedores” de algo está exento de los consecuentes palos, a lo largo de la historia, todos los hombres y mujeres que nos han  legado su valioso aporte, no se han librado de ser receptores de la reacción de sus contemporáneos, algunos, por no decir, todos ellos, han pagado el precio de su propia vida por ser coherentes con su pensamiento y sobre todo por no claudicar ante “las presiones” de quienes prefieren el uso de la crítica destructiva que solo destruye y apenas puede ocultar lo grosero de su mediocridad.

Ánimo pues y adelante.

Hugo W. Arostegui


Intransferibles


“Lo siento, pero tú no eres mi felicidad. No, no lo eres y por eso me libero. Me niego a poner mi vida emocional en tus manos. Si tú fueras mi felicidad, tu ausencia sería mi acabose y viviría en el filo de la navaja. No quiero intentar “adueñarme” de ti, no va conmigo, no me interesa.

Mi bienestar y mi autorrealización dependen básicamente de mí, lo demás contribuye, pero el proceso interior que va configurando mi ser no vendrá de afuera, no será prestado. Es cuestión de estética. No solo quiero mejorar, quiero hacerlo con la inspiración del artista, como una obra de la cual me sienta satisfecho.

¡Qué pesado es hacerse cargo de la dicha de otro! ¡Qué tarea tan difícil, por no decir imposible! Prefiero respirar por mí mismo, andar sin muletas y ser como soy. No quiero pertenecerte, ni que tú me pertenezcas. Andemos juntos, si nos apetece, pero no seamos “el uno para el otro”, por favor.
El bienestar psicológico o el intento de ser feliz requiere de un compromiso personal e intransferible.

No es algo que nos regalen, se compre o se posea por decreto: es intransferible. Y como yo no estoy en venta, y espero que tú tampoco lo estés, tenemos la oportunidad de ser libres.

Tú no defines mi existencia ni yo la tuya, de ser así, no podríamos vivir el uno sin el otro. Tú no eres mi felicidad, afortunadamente, ni yo soy tu amo y señor. La mejor relación que podemos tener es no pertenecernos. El que no posee al otro lo respeta, y eso es belleza, ternura y desapego”.

La mejor relación que podemos tener es la de no pertenecernos. Esto es ser y existir. Quiero encontrarme contigo, pero en otro punto emocional. No quiero que seamos el uno para el otro, ni el amor de nuestra vida. No quiero necesitarte, quiero preferirte.

No quiero amarte ciegamente, no quiero cerrar mis ojos. Quiero abrirlos y ver a dos seres completos, diferentes y no dependientes entregando su pasión, viviendo momentos y colaborando en la vida.
Convertirnos en seres completos

Cuando me convierto en un ser completo, que no necesita de otro para sobrevivir, seguramente voy a encontrar a alguien completo con quien compartir lo que tengo y lo que él tiene. Ese es, de hecho, el sentido de la pareja. No la salvación, sino el encuentro. O, mejor dicho, los encuentros. Yo contigo. Tú conmigo. Yo conmigo. Tú contigo. Nosotros, con el mundo.
Jorge Bucay

No quiero que nos transformemos ni que nos necesitemos. Quiero dejar atrás las medias naranjas. Tú puedes ser una naranja, un limón o un melón. Puedes ser lo que quieras, no seré yo quien te pida que cambies. Lo importante es que rodemos juntos.

Tampoco tenemos que rodar por siempre de la mano. A veces el amor se acaba, no quiero verme exprimiéndote y sacando tu jugo. Por eso, si quieres tomar el sol, tómalo. Si quieres deshacerte de tu piel, hazlo. No hay más que hablar.


Por eso, no somos uno, somos dos. Tampoco somos el uno para el otro, es mejor que no lo seamos. Yo soy para mí y tú eres para ti.

Crecer Sin Detenerse


“Desde que nacemos hasta que dejamos de existir aquí en la tierra, estamos creciendo” 
transformándonos día a día, en todos los aspectos. Bueno en el aspecto humano, normalmente decrecemos, por ello, después, hemos de volver a crecer.

La autosuperación o Crecimiento Personal, es una tarea de investigación interna, que nos comunica desde nuestro sentir, con el sentir de todo cuanto nos rodea, sensibilizándonos con, personas, naturaleza, arte… Y la elección  más acertada.

De todos los pasos que iniciemos en nuestra vida, normalmente, los que damos desde el corazón, tienen más garantía para trasladarnos hacia la verdadera libertad y amor, que necesitamos y ansiamos para ser felices.

¿Por qué ahora y cómo?

¿Porque ahora es cuando me da por plantearme casi todas las preguntas  a la vez?, tales como:
¿Dónde estoy?. ¿Quién soy realmente?. ¿Estoy contento con mi vida?. ¿Las personas, lugares y trabajos con los que me relaciono, ¿son afines a mí?. ¿Soy honesto conmigo mismo?. ¿Por qué me cuesta aceptar los cambios?. ¿Soy feliz o me estoy engañando?
Si te has hecho este tipo de preguntas, ¡Aleluya!. Ya estás en el Camino del Crecimiento personal o autosuperación.

Hay veces en que la vida nos sitúa en un punto donde tienes que decidir caminos disyuntivos: izquierda derecha, norte o sur, este u oeste. Situaciones en que te puedes ver consumidas por el peso de tomar decisiones igualmente inciertas, sin ningún punto claramente a favor o en contra. Opciones que parecen semejantes, tanto en costes como en beneficios. Con el reloj en tu contra, forzándote a tener que decidir con una nube espesa de incertidumbre oscureciendo tu consciencia.

El destino no está escrito, está en continuo movimiento. El futuro siempre es incierto. Las probabilidades son volubles y nunca hay nada garantizado. Condicionar tu felicidad a las circunstancias te pone en peligro. Lo único con lo que puedes contar es con tu Fuerza Interior, tu capacidad de esfuerzo y de sacrificio, tu resistencia a los golpes de la vida y tus ganas de levantarte una y otra vez, con más energía aún que en la última caída. Ése es el camino del guerrero.

Sí. La vida es hoy. No es ayer, ni mañana. La vida es hoy. Y hoy es cuando debes empezar a construir todo aquello que siempre esperas que se cumpla mañana. Mañana es nada. Electricidad cerebral que se disipa en un pensamiento. El escondite perfecto donde resguardarte del miedo a crecer. Pero el tiempo es finito. Y no se detiene ante miedos o complejos.

El tiempo es quien marca los límites de tu existencia. Y es un tren que no espera: hay que subirse a él justo en el momento.


Hugo W Arostegui

Incertidumbre


La incertidumbre refiere la duda o perplejidad que sobre un asunto o cuestión se tiene. “Existe una enorme incertidumbre acerca del rumbo que tomarán las negociaciones tras la reciente decisión del director de abandonar su cargo”. En este sentido del término, la incertidumbre se iguala a un estado de duda en el que predomina el límite de la confianza o la creencia en la verdad de un determinado conocimiento.

Dentro de un estado de incertidumbre habrá una clarísima dificultad a la hora de efectuar un pronóstico sobre el futuro.

El sentimiento absolutamente opuesto a la incertidumbre es la certeza. Cuando alguien tiene certeza de algo es porque existe a priori un conocimiento seguro y evidente de que algo es cierto, hay pruebas irrefutables y un estado de cosas que lo confirman como cierto.

La incertidumbre en cuestión podrá afectar los campos de acción y de decisión o bien afectar la creencia, fe o validez de un determinado conocimiento.

Lo normal en estos casos es la suspensión de la decisión que se pensaba implementar ante un estado normal de situación para evitar de este modo alguna equivocación o error grosero que nos pueda complicar a futuro.

Ahora bien, debemos remarcar que en los contextos económicos y estadísticos, es donde más se aprecia el uso de este concepto, cuando las circunstancias que se presentan hacen imposible la realización de un diagnóstico certero acerca de lo que vendrá como consecuencia del estado de cosas vigente. Por supuesto y como ya vimos gracias al ejemplo, la incertidumbre tiene sí o sí consecuencias negativas para la actividad económica porque limitará las inversiones de cualquier tipo de manera trascendente.

Por caso es que la incertidumbre es abordada científicamente desde la economía para poder considerar decisiones y soluciones apropiadas a ese contexto tan especial.

Por otro lado, por incertidumbre también se suele llamar a la inseguridad que un individuo puede experimentar tras determinado suceso. “Luego del violento alud existe una gran incertidumbre acerca del paradero de los expedicionarios”.

En ambos casos mencionados precedentemente la incertidumbre goza de una connotación negativa y que básicamente consistirá en un importante grado de desconocimiento, o en su defecto, de falta de información porque en efecto existen desacuerdos sobre lo que se sabe o lo que podría llegar a saberse.

Vivimos en el mar del cambio y la incertidumbre, pero eso no tiene por qué ser malo. En su libro La ley del quizás, la consultora de negocios Allison Carmen toma como punto de partida una célebre fábula oriental que le contó su profesor de chi kung, una terapia medicinal de origen chino que se basa en el control de la relajación, para explicar su teoría sobre lo incierto. La historia se resume así:
"Un día, el caballo de un campesino se escapó. Su vecino le dijo: “¡Qué mala suerte has tenido!”. El granjero le respondió: “Quizás”. Al día siguiente, el animal regresó acompañado de cinco yeguas. El hombre volvió y le felicitó: “¡Qué buena suerte has tenido!”. El dueño replicó: “Quizás”. Poco después, el hijo del campesino, que solía montar a caballo, se cayó y se rompió una pierna. El amigo le comentó: “¡Qué mala suerte has tenido!”. Este contestó: “Quizás”. Al día siguiente llegaron unos oficiales del Ejército para reclutar al muchacho y luchar en la guerra, pero no pudieron llevárselo porque tenía la pierna rota. Entonces el vecino exclamó: “¡Qué buena suerte has tenido!”. El padre repitió: “Quizás”.
El mensaje de este tradicional relato es claro: no se puede saber el alcance de lo que sucede a nuestro alrededor en todo momento. Las cosas acostumbran a pasar por algo, según dicen algunos maestros, pero tal vez tardemos un tiempo en desvelar en qué consiste ese algo. Era lo que Steve Jobs, fundador de Apple, definió en su teoría de “conectar los puntos” y que explicó en el célebre discurso que dio en 2005 a los recién graduados de la Universidad de Stanford. 
Muchos acontecimientos inesperados que suceden en la vida de cualquiera adquieren todo su sentido cuando se contemplan en perspectiva. Por ejemplo: una vocación que se descubre después de haber perdido un trabajo que solo producía insatisfacción, el padecimiento de una enfermedad que facilita la reflexión y que desembocará en importantes cambios, o una ruptura que va seguida de forma imprevista por el hallazgo del verdadero amor.
Allison Carmen dice al respecto: “Los seres humanos tienen una asombrosa capacidad para olvidar que una de las pocas certezas con las que pueden contar a lo largo de la vida es que esta va cambiando. En cuanto las cosas dan un giro inesperado, tendemos a sentirnos abrumados por la incertidumbre. Pero cuando empezamos a aplicar la idea del quizás vemos que el ciclo del cambio es incesante. Cada resultado ofrece más posibilidades futuras”.
Hugo W Arostegui


Sin Ilusión No Vale La Pena


La ilusión es la “chispa de la vida”, sin ella, la vida pierde color, todo se vuelve monótono, apagado y nada tiene sentido. Recuperar la ilusión o volver a ilusionarnos conlleva buscarla, y salir del momento apático en el que vivimos.

La ilusión, hace que cada momento de la vida sea especial y único, además vivir con ilusión nos permite adelantar el momento deseado, ya que la ilusión nos motiva a visualizar, a proyectar y desear lo que queremos vivir, de manera que lo disfrutamos antes de que llegue.

“No rechaces tus sueños. ¿Sin la ilusión el mundo que sería?”
-Ramón de Campoamor-

¿Dónde habita la ilusión?
"La ilusión habita en aquellos instantes de la vida que nos acercan a nuestros proyectos" 

Se trata de desear conseguir algo, y poner toda nuestra energía en conseguirlo. La ilusión es ese sentimiento interno que nos hace disfrutar antes de que nuestro deseo se haya cumplido. Podemos potenciar la “chispa de la vida”, si nos proponemos hacerlo cada día.

La Ilusión habita en nuestro interior y en la forma en la que hacemos las cosas, podemos vivir nuestro día a día, de forma monótona, sin ganas, rutinariamente, en automático, es decir, sin ilusión por vivir.

Pero también podemos proponernos vivir cada instante, como si fuera único, poniéndole todas nuestras ganas, nuestra alegría, toda la ilusión, porque sabemos que estamos más cerca de conseguir aquello que queremos conseguir.


jueves, 22 de junio de 2017

La Brevedad De La Vida

Dicen que la vida es corta, que pasa en un suspiro y que cuando nos damos cuenta, estamos ya viviendo más de los recuerdos que de lo que acontece a nuestro alrededor.

Y la verdad, es que más que temer a esa fugacidad de nuestra existencia, lo que de verdad asusta no son los errores, ni las caídas, ni aún menos las veces que nos hemos perdido en el camino. Lo que aterra, es una vida no vivida, o más aún, haber dejado que nuestros días se fueran ajustados a los planes y sueños de segundas personas.

“Yo no estoy en este mundo para cumplir las expectativas de nadie, ni tú estás para cumplir las mías. Somos dos seres que han colisionado en un encuentro maravilloso y que juntos, construyen un camino en común hilando vida, armonizando sueños, planes y objetivos”

En ocasiones, tardamos bastante en darnos cuenta que la vida que mantenemos no nos hace feliz. Al principio nos dejamos llevar, tal vez por amor, tal vez por esperanzas e ilusiones que poco a poco se desgranan en forma de falsedad. En algo que una vez nos prometieron y que nunca se cumplió.

Son muchas las formas en que la vida se oxida al lado de otras personas. A veces son familiares, otras son parejas… Sea como sea, es algo que no debemos permitir.
Porque pocas cosas son tan personales y distintivas como el modo en que de verdad, deseamos vivir la vida. Y nadie debe poner en ella moldes, anclas o hilos de títere para llevarnos por sus propios caminos.

Tú eres tus valores, tus sueños del ayer y tus deseos del presente. Tú eres tus elecciones, tus ilusiones de la mañana y tus tristezas de la tarde. Eres lo que has conseguido y lo que te queda por alcanzar… ¿Cómo permitir entonces que otros difuminen tu identidad para calzarse tus zapatos sin tu permiso?

“Puedes perder tu orgullo por amor, puedes dejar a un lado tus sueños para soñar los de otra persona si así lo deseas, pero lo que nunca, lo que jamás debes permitirte es perder tu dignidad por nadie”
Es necesario transitar por este camino llamado vida de la forma más sencilla posible: en libertad, sin cargas en el corazón, y sin ruido en la mente.

A la vida no hay que tenerle miedo, hay que gozarla con alegría y plenitud. Y si en estos momentos no sientes nada de esto último, si cuando abres los ojos por la mañana te ves azorado/a por un sinfín de emociones negativas, es que tal vez, no estás viviendo la vida que deseas. 

Tal vez estés en el escenario que otros han creado para ti.



Educar Nuestro Ego


El ego es producto de una educación emocional deficiente, que se ha hecho fuerte alrededor de una idea: el éxito es mostrar ante los demás una imagen sin defectos, sin miedos o dudas. Prácticamente es una obligación deslumbrar al otro, aunque eso suponga ensombrecer lo que en realidad sentimos, lo que verdaderamente deseamos. Así, en muchas ocasiones confundimos la autoestima con mantener nuestro ego a salvo.

Tu ego herido revela que sufres por cualquier marca de humillación y derrota ante la vista de los demás, algo que no toleras bien y que te hace sentir triste y colérico al mismo tiempoNos enseñar a ganar, pero para ello debemos estar dispuestos a aprender. Eso implica sentirnos vulnerables, caer y volvernos a levantar infinidad de veces. Perder el ego, para ganar lecciones de vida.

En ese ciclo, debes estar preparado para no ser siempre la mejor versión de ti mismo y aceptar que los demás pueden ver de ti aquello que siempre quieres ocultar. Si quieres moverte de donde estás, hay que asumir el riesgo de perder la vanidad en muchas circunstancias. Muchas personas se consumen a ellas mismas por no asumir riesgos que puedan situarlos “en la cuerda floja. Dejan ganar a su ego y pierden todo lo demás.

La lucha por nuestro ego nos arrebata la tranquilidad
Un vacío existencial puede estar consumiéndote, pero prefirieres seguir fingiendo a tolerar mostrarte vulnerable. Por suerte o por desgracia, no padeces ninguna patología en especial, simplemente padeces un rasgo común que desgraciadamente engloba a un gran número de personas: la vanidad, llena de ego, carente de “yo”.

Se dice que a veces es más preferible ser felices a tener la razón. Asumir lo que ante los demás se puede llamar fracaso, pérdida o debilidad para conquistar la nuestra propia tranquilidad. A veces ni tan siquiera luchamos por una causa o por un asunto en el que sepamos que nuestro punto de vista es certero en su totalidad y aun así nos empeñamos “en salirnos con la nuestra”.

La lucha por mantener nuestro ego a salvo es una lucha sin tregua de nuestro yo con el mundo, en la que implícitamente ya tenemos la derrota asegurada. Un día podemos darnos cuenta de que no asumir una debilidad la ha potenciado y ha hecho que incluso perdiéramos personas a las que queríamos y nos querían en el camino.

“Andar por ahí con ego es algo malo. Tener confianza en ti mismo es algo grande”
-Fred Durst-

Deja perder al ego la lucha por conquistar tu interior para recuperar el control de tu vida. Tus emociones, sentimientos y pensamientos son automáticos e impredecibles al igual que los sucesos que pueden acontecer en tu vida. Bastante difícil es lidiar con las contradicciones y eventos diarios de nuestra vida como para intentar que siempre todo salga perfecto o exactamente como le gustaría a los demás.


Si quieres ser siempre perfecto y mostrar siempre la mejor versión de ti mismo, quizás no te quedará otro remedio que ver la vida pasar.

miércoles, 21 de junio de 2017

Nuestra Capacidad De Pensar


El pensamiento es lo que caracteriza al ser humano, es la capacidad que ha generado todas las consecuciones de la cultura y la civilización creadas por nuestra especie. Pero, aparte de los avances colectivos, también nos sirve para gobernar nuestra vida personal, para reflexionar sobre lo que queremos, lo que necesitamos, lo que podemos y los pasos a dar para conseguirlo.

Las relaciones con nuestros semejantes transcurrirán de uno u otro modo según la manera en que pensemos en ellas, las enfoquemos y tengamos claro qué significan para nosotros. La manera en que nos conducimos en las situaciones por las que atravesamos, la posibilidad de posicionarse en cada momento vital, con realismo, es algo que también atañe a la actividad de pensar.

Cualquier movimiento, actividad, decisión, relación, han de ir precedidas por esta actividad mental.
Cada ser humano nace con igual potencial respecto al desarrollo de sus funciones cerebrales, el cerebro de los humanos haciendo una analogía con un maquina es eficiente en cuanto a consumo y transformación de la energía, posee una asombrosa capacidad de optimización   en la manera de memorizar y un constante aumento de la velocidad de procesar información, un órgano realmente asombroso, pero lo que en verdad me propongo tratar en este escrito no es el funcionamiento de nuestro cerebro, ni sus capacidades, tampoco sus cualidades, sino que quiero abordar una pregunta la cual todos los seres humanos alguna vez en nuestra vida nos hemos hecho : ¿Por qué nos resulta tan difícil pensar?

Lo que sí que es cierto es que nunca usamos todas nuestras neuronas a la vez. Claro, dirán algunos, eso es lo que ocurre: como no las usamos a la vez, no podemos, por ejemplo, desarrollar poderes telepáticos. Pues tampoco. La actividad simultánea de todas las neuronas nos arrojaría al suelo víctimas de convulsiones como las de un ataque epiléptico.

Cuando las neuronas se disparan al mismo tiempo, el cerebro queda inundado de actividad eléctrica y se anula toda capacidad para pensar y actuar de manera coordinada. Para impedir ese infierno, al menos la mitad de las neuronas funcionan como un filtro atenuador o moderador de flujo. De modo que la próxima vez que alguien os diga que no usáis todo el cerebro, contestémosle que menos mal.

El mayor enemigo del pensamiento es la complejidad, porque conduce a la confusión Intentamos hacer demasiado al mismo tiempo.


La Extensión De La Lectura


En estos últimos días he vuelto a recibir algunas “observaciones” con referencia a los artículos que periódicamente hago públicos a través de enlaces de face book, digo observaciones por no decir lisa y llanamente, “quejas”, todas ellas relacionadas con la extensión de sus contenidos.

Entiendo que la lectura de los referidos temas suelen ser, algo, no mucho, un tanto más extensos de lo que pudiera caber en una carilla, de esas “comunes y silvestres” que son las que comúnmente contienen el contenido de todo lo que publico, pero, permítanme expresar, de que no obstante realizar un verdadero esfuerzo en ser lo más escueto posible en la exposición de los temas en cuestión, me resulta una tarea casi imposible la reducción del espacio para poder dar cabida a todo lo que se expone en los mismos.

Siempre entendí de que uno debe ser franco y directo en todo lo que expone y que no se debe dar “vueltas y vueltas a la noria” que para decir Gregorio no hace falta repetir gre, gre, hasta el infinito, pero digamos que una cosa es una cosa, y otra, a nuestro entender, muy diferente, la pretensión de enriquecer el contenido de todo lo que expresamos, prácticamente, esto nos obliga a no dejar “en el tintero” todo aquello que entendemos que deberíamos decir, cuando en el desarrollo de nuestros artículos decimos lo que decimos.

Tenemos una natural inclinación a la lectura y aceptamos que en materia de gustos “no hay nada escrito” es evidente que no todos tenemos las mismas costumbres y claro está que estos mismos conceptos se aplican a la extensión y al tiempo que pudiéramos aceptar como oportunos en todo lo que pudiera significar “una puesta al día” de lo que “se dice y expone por ahí” pero digamos en criollo, como nos decía un ahora muy viejo profesor, está todo bien y se nos es permitido una opinión discordante, pero recuerden: “hay un límite para el macaneo”

Hugo W Arostegui



martes, 20 de junio de 2017

Cuando No Bastan Las Buenas Intenciones


“El camino al infierno está construido de buenas intenciones”

En ocasiones muchos de los buenos propósitos que tenemos quedan vacíos si no van acompañados de actos que los dibujen sobre la realidad. Otras veces es mejor quedarse en las buenas intenciones en lugar de pasar directamente al acto: podemos predecir una consecuencia indeseada y suficientemente disuasoria como para apartar el propósito.

Aunque muchos de los buenos deseos los realizamos pensando en lo mejor para el otro, es posible que el resultado final no sea el esperado. Muchas veces tomamos decisiones en base a sentimientos y, con la ingenuidad de nuestro lado, pensamos que todo es posible si se acompaña con el corazón.

Sin embargo no siempre salen las cosas como nos gustaría. Pese a los buenos deseos nuestras acciones pueden hacer mucho daño. Antes de pasar a la acción conviene reflexionar sobre qué hacemos, si tenemos la capacidad necesaria para llevarlo a cabo y qué consecuencias puede producir su materialización.

Cuando el acto es peor que la intención

Pese a los continuos mensajes que recibimos del tipo “para conseguirlo solo necesitas soñarlo” o “no hay nada imposible”, lo cierto es que sí hay cosas que no podemos lograr solo con desearlas.
Si las buenas intenciones no están apoyadas de los conocimientos necesarios pueden resultar peligrosas. 

Las decisiones que tomamos pueden influir tanto en nosotros mismos como en las personas que queremos y, sin intención de hacerles daño, pueden acabar resultando perjudiciales.

Si quisiésemos operar a un familiar enfermo para salvarle la vida necesitaríamos no solo buenas intenciones, sino también los conocimientos necesarios; de lo contrario acabaríamos matándole (eso sí, lo habríamos hecho con toda nuestra buena intención).

El conocido efecto Dunning-Kruger viene a decir que cuanto menos sabemos de algo más creemos saber. Así, las personas que poseen poco conocimiento sobre un área concreta pueden sentirse competentes sin ser conscientes de su gran ignorancia. de hecho. Muchos psicólogos están cansados de escuchar: “si yo sé más de psicología que tú, aunque no haya estudiado la carrera”.

Lo mismo puede pasar con las acciones que realizamos o consejos que damos a otros pensando en lo mejor para ellos. Familiares, amigos o personas desconocidas que construyen su negocio únicamente sobre los cimientos de las buenas intenciones, sin reparar en el conocimiento, normalmente están sellando su fracaso.

Encerrados en nuestras ideas
Cuando alguien solo mira en una dirección es complicado abrirle los ojos a otros horizontes. Las ideas en conflicto no se llevan bien, causan malestar y no son bien recibidas en nuestra mente. Por eso mismo solemos desechar una perspectiva, acomodando la realidad a la visión que más nos agrada.

El efecto de la disonancia cognitiva explica que cuando la persona tiene dos pensamientos contrarios, por ejemplo, “creo que lo que hago es bueno para los demás” y “muchas personas dicen que lo que hago puede ser perjudicial” sentimos un malestar interno que trataremos de eliminar.

Pese a que muchas personas se acercan a nosotros con buenas intenciones recuerda que a veces no son suficientes. Reflexionar antes de actuar y acudir a una opinión experta en ocasiones puede ser más beneficioso que dejarse guiar por palabras que resultan tan bonitas y seductoras como peligrosas.


La Mejor Versión De Ti Mismo


Todos buscamos sacar lo mejor de nosotros mismos, pero muy pocos lo logran.
Somos el peor enemigo al momento de alcanzar el éxito, soñar y vivir la vida que deseamos. Algunas personas incluso adoptan comportamientos autodestructivos como adicciones.

No importa la edad que tengas, siempre resulta complicado sacar lo mejor versión de nosotros mismos.
Hay quienes son autodestructivos sin darse cuenta y otros que lo saben, pero no hacen nada para cambiar. Si te sientes listo y decidido para ser la mejor versión de ti mismo sigue los siguientes pasos:
Deja de hablar en negativo
“Soy un fracaso en el amor”, “nunca podré tener el cuerpo que deseo” y “mi vida es un asco” son solo tres de las frases que solemos decir constantemente.

Cuando tienes esta clase de conversación negativa te convences de que ciertas ideas irracionales son reales y verdaderas.
Esto es un verdadero problema porque ocasiona que te sabotees o que dejes de intentar las cosas. Aprender a callar la autocrítica negativa es muy importante y debes comenzar tomando conciencia de ella.

Identifica los momentos en que estas frases comienzan a aparecer en tu mente.
En cuanto veas que has comenzado a sabotearte, piensa en algo positivo y cambia por completo esta conducta. Con el tiempo te será más fácil.

Deja de criticar y juzgar a los demás
¿Te has dado cuenta de lo fácil que resulta criticar a los demás? Esto nos da una sensación de superioridad aunque no tenga fundamento alguno.

“Para ser la mejor versión de ti mismo necesitas eliminar toda la energía negativa de tu vida”

El primer paso puede ser evitar juzgar a otros. Cuando pasas el tiempo criticando, dañas a esa persona en su autoestima y a ti en tus relaciones interpersonales.

Permítete conocer a quienes te rodean sin crear ningún tipo de expectativa y sin esperar que sean como deseas. Cada uno de nosotros es distinto y eso está bien.

Cada uno vive como desea y tú debes hacer lo mismo.
Deja de temer al fracaso
Una de las cosas que evitan que seas la mejor versión de ti mismo es el miedo al fracaso. Quizás deseas algo con todas tus ganas pero no atreves a lanzarte porque tienes miedo de equivocarte. Entonces optas por evitar el riesgo y pasar el tiempo sintiendo que algo va mal con tu vida.

“Las personas más auténticas son aquellas que saben lo que quieren y van por ello”

El resto solo se conforma con recibir lo que la vida le da. No temas equivocarte, los errores son la mejor fuente de conocimiento y crecimiento.

Haz lo que deseas
Esto tiene mucho que ver con el fracaso. Si pasas la vida entera huyendo del fracaso es probable que termines haciendo cosas que realmente no quieres. Desde estudiando algo que ni te interesa hasta casándote con alguien que no te hace feliz.

La mejor versión de ti mismo aparece cuando te arriesgas a encontrarte. 

Sueña y haz lo posible por volver reales esos sueños.

lunes, 19 de junio de 2017

El Sentido De Lo Que Ocurre


Calma… que la vida se encarga de explicar las cosas que hoy no tienen sentido

Durante nuestro tránsito por la vida, vamos experimentando un sinfín de vivencias, nos vemos expuestos a todo tipo de situaciones, pasamos por cosas que nos facilitan nuestra felicidad y por cosas que nos generan mucho sufrimiento, siendo éstas las que por lo general nos cuesta tanto entender y darles sentido.

Muchas veces pensamos que la vida es injusta, que no nos merecíamos vivir tal cosa, que teniendo tantas opciones cómo haya resultado posible que una situación desencadenara en el resultado menos apreciado por nosotros, que existiendo tanta gente que podemos considerar que necesita mayores lecciones, nos veamos tan afectados por la vida, con cosas que pueden estar aparentemente fuera de nuestro control.

Pero resulta, que la vida, la maravillosa y peculiar vida, por lo general no nos deja con muchas dudas, sino que se encarga de aclararnos a medida que pasa el tiempo, por qué algo que no nos encajaba en su momento, resultó siendo una pieza tan crucial de nuestro rompecabezas.

Qué aprendizaje o cambio de visión nos dejó esa experiencia tan amarga, cómo el amor de nuestras vidas, vino justo después de esa experiencia fallida que sentimos que nos robaba las ganas y la confianza en el amor, cómo después de haber sido despedidos de algún trabajo, emprendimos en la búsqueda de nuestra realización, cómo haber sufrido de ansiedad nos permitió conocer un lado de la vida totalmente diferente y resultar en un ser humano fortalecido y sin miedo a nada.

En fin, solemos cuestionar muchas cosas que ocurren en nuestras vidas, sin aceptar, solo resistiéndonos a que ocurran y con esa resistencia y negación, lo que hacemos es empeorar las cosas, 
alargamos la experiencia y no vemos lo que en realidad quiere mostrarnos. 

Solo cuando soltamos las armas y aceptamos con humildad que desde donde estamos solo nos queda aceptar y dejar fluir, es cuando veremos que la vida no quería atacarnos o hacernos mal, que es nuestra aliada y solo quiere para nosotros lo mejor, nuestro mayor crecimiento, que evolucionemos, que saquemos de nosotros lo mejor.

La vida está allí jugando a nuestro favor, somos nosotros los que la sentimos un tanto parcializada con otro equipo, o bien saboteando nuestro juego, pero la realidad es que los únicos que interferimos en nuestra vida, en nuestra evolución, somos nosotros mismos, somos nosotros los que nos ponemos límites, los que nos derrumbamos, los que acabamos con nuestra paz a través de pensamientos angustiantes, pero de la misma manera que nos perturbamos, podemos tomar el hábito de hacer lo contrario.

Podemos decidirnos confiar en la vida, en sus procesos, en sus dinámicas, poniendo siempre lo mejor de nosotros mismos y esperando siempre lo mejor.

Hugo W Arostegui