miércoles, 11 de julio de 2018

Radicalización


La pirámide de la radicalización es un modelo teórico que nos ayuda a interpretar y comprender por qué las personas se radicalizan. Según esta teoría, la radicalización es el resultado de la extremización de creencias, sentimientos y comportamientos en apoyo de un conflicto intergrupal y de la violencia

Y es que la radicalización puede ocurrir desde diferentes ideologías, desde creencias religiosas hasta políticas.

Según la pirámide de la radicalización, existen dos formas de radicalización. Una sería la radicalización de la narrativa o de la ideología y, la otra, la radicalización de la acción. Además, los procesos de radicalización podrían darse a tres niveles diferentes. Esto es, a nivel individual, cuando se radicaliza una persona por su cuenta; a nivel grupal, cuando se radicaliza un conjunto de personas, un grupo; y a nivel de masa, cuando es un conjunto más grande de personas el que se radicaliza.

Mientras que la radicalización de las acciones es un fenómeno individual o de grupos pequeños, la radicalización de la narrativa es un fenómeno de masas. 
Un país entero puede llegar a radicalizar su narrativa y pensar que están en guerra y tienen que derrotar a un enemigo, mientras que aquellos que van a luchar será solo una pequeña parte de esta población
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Las pirámides que usan como metáfora para explicar la radicalización son como las pirámides demográficas, donde la mayoría de la gente se encuentra en la base de la pirámide. Por contra, en la cúspide solo habría unas pocas personas en comparación con el total de la población. A su vez, las pirámides cuentan con cuatro niveles.

En el caso de la pirámide del artículo, el primer nivel está constituido por los neutrales. En este grupo entrarían las personas que no siguen una ideología radical y constituirían la base de la pirámide. Si subimos un nivel, nos encontramos con los simpatizantes, los cuales aceptan algunas ideas radicales, como que existe un conflicto del cual son las víctimas.

A continuación estarían los justificadores, los que creen que las acciones de los radicales están justificadas moralmente y por su ideología. Finalmente, en la cúspide de la pirámide, se sitúan quienes creen que es un deber individual apoyar y participar en las acciones radicales, aquellos que tienen una obligación moral personal. Estos últimos piensan que la amenaza bajo la que viven justifica una obligación individual de actuar.

Sin embargo, lo general es que la escalada en las dos pirámides se dé a la vez. Que lo que alguien piensa vaya acode con lo que haga. Además, el participar en un grupo radical hace que se aprenda la narrativa e ideología radical, aunque esta no sea necesaria para iniciar una acción radical.

El escalar en una pirámide no implica que se escale en la otra. Una persona puede justificar un conflicto sin llegar a actuar. Encontramos muchos ejemplos en instituciones que promueven ideas radicales, pero que no llevan a cabo acciones. El polo opuesto, el de personas que se convierten en terroristas sin tener una ideología radical es más complicado, pero no imposible. Realizar acciones radicales y llegar a convertirse en terroristas requiere de una justificación que evite la disonancia cognitiva.


Por último, nos encontramos con otra peculiaridad y es que para escalar en la pirámide se pueden saltar escalones. Es posible que alguien inerte, que no realiza ningún tipo de acción en defensa de su grupo, pase a realizar acciones radicales. Por ello hay que tener en cuenta los peligros que una radicalización tan rápida puede presentar.

martes, 10 de julio de 2018

Integridad Sin Grietas

La integridad es la respuesta a la doble moral que maneja la sociedad, donde las personas actúan de una manera relativa (a su conveniencia y acomodo), evitando todo tipo de compromiso serio con los demás, con la vida y con Dios. 

Doble moral que se caracteriza por ser bondadosa cuando se requiera (conveniencia), pero participa de actos denigrantes sin que otros se den cuenta de ello, por otra parte.

De manera que, una persona íntegra responde a sus valores adquiridos, a sus convicciones más profundas, orientadas siempre hacia el bien y la construcción de la familia y la sociedad donde participa. La integridad es cierta evidencia de excelencia en el comportamiento integral de la persona.

Continuamente creamos nuestra realidad a través de las elecciones que hacemos, momento a momento -creando y manteniendo la armonía al seguir nuestra conciencia y actuar por el bien más elevado.

Estamos siendo valientes cuando vivimos de acuerdo a nuestra conciencia cuando sería fácil esconder de los otros que no estamos siguiendo nuestra conciencia. Es más cómodo deslizarse hacia abajo por la colina de la vida, manteniendo o divagando en nuestro estado de conciencia actual, que seguir las escaladas algunas veces duras del camino de lo que sabemos es correcto.

La recompensa de enriquecer continuamente nuestra integridad personal es que nos volvemos más conscientes de nuestra naturaleza armónica, de nuestra “chispa” divina.

Al vivir con integridad personal los demás se dan cuenta que pueden confiar en nosotros -nos convertimos en un amigo digno de confianza- un valor para nuestra familia del mundo.

Cuando integramos personalmente nuestra conciencia más elevada en nuestra vida diaria, en nuestras acciones cotidianas, tenemos mayor capacidad para disfrutar la felicidad y la armonía.

Los griegos eran expertos en hacer figuras en mármol. Muchas veces al estar trabajando el mármol descubrían grietas en él, la cual, naturalmente, le quitaba valor a la obra. Algunos, entonces, cubrían esas grietas con una cera especial; la pulían y quedaba aparentemente perfecta, pero cuando la figura era expuesta al calor del sol la cera se derretía y quedaba descubierto el engaño. 

Por eso, era común encontrar, donde vendían esas piezas de mármol, un letrero que decía: “Se venden figuras en mármol puro; sin cera.” De ahí, viene nuestra palabra en español sincera/o.

Eso es lo que significa integridad: sin grietas.



La Madurez


¿Cuándo uno demuestra madurez? La madurez es una cualidad deseable pues expresa una mejor y elevada perfección humana. Se debe imitar las personas virtuosas y repetir las buenas acciones hasta que sean parte de nuestra vida.

La madurez es el valor de hacerse cargo de nuestra propia vida, con claridad y conscientes de nosotros mismo. La madurez nos permite realizar acciones precisas para cada circunstancia.

Madurez es la destreza de controlar la furia y solucionar las diferencias sin violencia o destrucción, la madurez evita el odio y no guarda rencor.

La madurez es lealtad, lealtad a la familia, lealtad a la pareja, al equipo de trabajo, al país, etc.

La madurez permite mantener la calma en situaciones complicadas.

Madurez es paciencia. Es la voluntad de aplazar el placer inmediato a favor de un beneficio a largo plazo.

Madurez es el control sobre uno mismo, sobre nuestra persona y emociones.

Madurez es paz con los demás. No discutimos y violentamos por cualquier cosa. 

El maduro pone el ejemplo de ser pacifico.

Valorar Lo Que Tenemos


Lamentablemente pocas veces sabemos apreciar lo que la vida nos ofrece, los caminos que nos toca recorrer, las personas que llegan a formar parte de nuestra vida y de los momentos que se presentan como aprendizajes necesarios, tristemente no nos damos cuenta que la vida nos ofrece una oportunidad hermosa, maravillosa, eterna y continuada, para apreciar cada instante y cada respiro.

“Pero la vida es corta: viviendo, todo falta; muriendo, todo sobra”
 Félix Lope de Vega y Carpio

Resulta muy común y fácil renegar constantemente de lo que tenemos, manifestamos inconformidad con respecto a nuestras viviendas, lugares de trabajo, con nuestro entorno social, con el poco tiempo que tenemos, con el mucho tiempo que nos sobra, con la actitud de nuestra pareja, con el comportamiento de nuestros hijos, lamentablemente pocas veces  reconocemos la virtud de la vida de manera espontánea, siempre es más fácil ver los defectos y aquello que nos entristece y nos hace vivir constantemente en la insatisfacción.

“El que no valora la vida no se la merece”
 Leonardo Da Vinci

Si tan sólo tuviéramos conciencia de las puertas que nos abre el hecho de reconocer y aceptar lo que la vida nos ofrece, en lugar de vivir renegando de ello, debemos disfrutar lo que llega a nuestras manos y de igual manera saber apreciar lo que parte de ella.


A veces pensamos que en la media en la que disfrutamos de las cosas aprendemos a valorarlas, no miramos en la profundidad para darnos cuenta que ocurre lo contrario, en la medida en la que valoramos lo que tenemos, podremos disfrutar de lo que nos ofrece, sin agregarle si es justo o injusto, si lo merecemos o no, simplemente disfrutar de los detalles que nos regala la vida, en tanto la vivimos o pretendemos vivirla.

lunes, 9 de julio de 2018

El Ruido Que Ensordece


Si hay algún sitio donde podamos encontrar nuestro autentico yo, es en nuestro silencio interior, pero lamentablemente, muchos no se pueden escuchar, porque el ruido de nuestros pensamientos constantes y emociones turbulentas nos impide llegar a nosotros mismos. Pero aunque es difícil, saber escuchar nuestro interior es el camino para lograr ser nosotros mismos.

La razón de que muchos vayamos perdidos por la vida, es porque no somos capaces de comunicarnos con nuestro interior, nuestro ruido interno nos descentra de tal manera, que es el propio ruido el que nos guía, no nuestro autentico yo.

Acallar ese ruido no es cosa fácil, pero es el camino que hemos de empezar a tomar, si tarde o temprano queremos ser dueños de nuestra vida y encontremos la conexión con el mundo.

Cada persona es un mundo, por eso cada persona ha de tomar su propia senda y técnica para acallar ese ruido que nos impide ser nosotros mismos, pero lo cierto es que ya son muchas personas las que han encontrado en su respiración, el camino para encontrarse a ellas mismas.

La respiración consciente o meditación calma nuestros pensamientos repetitivos y nuestras incontroladas emociones, de esta manera no estamos tan ciegos ni tan sordos para sentir nuestra autentica esencia o verdad interior.

Buscar una manera de expresar nuestro interior, es otro camino que nos puede llevar  a encontrarnos a nosotros mismos, expresar  nuestros talentos con una actividad que nos atraiga, puede hacer que emerja nuestra autenticidad como seres.

Encontrar nuestros auténticos valores en la vida y actuar alineados con ellos, es otra manera de conectar con nuestro guía interior, cuando actuamos según esos valores, nuestra energía es más intensa y fluimos por la vida, como si vida fuéramos.

Cada personas tenemos una misión en esta vida, la misión de encontrarnos a nosotros mismos, para así poder entregar al mundo lo que espera de nosotros, nuestra conexión con él, nos hace saber que nuestra vida tiene sentido y de que somos mucho más que ese ruido que nos ensordece.



Moldear El Carácter

Evita los pensamientos negativos porque estos debilitan la mente e incluso afectan a tu cuerpo. Es un ciclo difícil de parar, la mente y el cuerpo se alteran, lo que agita también el sistema nervioso. Hay que tener muy presente que las alteraciones emocionales son una energía destructiva muy poderosa.

Por lo tanto nuestro consejo es controlar por medio de la observación directa nuestra actitud mental, cuando venga a tu mente un pensamiento que te altere o te encuentres en una situación que la origine, se consciente y trata de evitarlo. Utiliza la respiración, el poder del ahora, la conciencia presente.

Nuestra mente tiene un gran poder de atracción, ¡cuidado con lo que piensas! Los yoguis siempre han defendido que “atraemos hacia nosotros lo que corresponde a nuestra cualidad dominante de pensamiento”. Por lo tanto es mejor tener pensamientos positivos, visualizarnos siendo felices, con abundancia y sanos.

Está en nuestras manos seleccionar que pensamientos mantenemos sobre nosotros mismos, debes tener claro que las personas que nos rodean no van a crear nuestro destino, ni mucho menos lo que puedan pensar de nosotros.

Conoce las leyes del pensamiento y así podrás controlar las emociones y modelar el carácter. Hay una ley que dice “En lo que una persona piensa en eso se convierte”. Los pensamientos tienen tanto poder que puede llevar a las personas a realizar acciones de las que pueden arrepentirse a la larga, en definitiva son las responsables de que nuestra vida sea positiva o no. 

Hay que aprender a distinguir que tipo de pensamiento surge de nuestra mente, si es constructivo o destructivo, trabajarlo cada día, mantenerse vigilante, dejar que prosperen los pensamientos positivos y esto hará que los pensamientos negativos se eliminen.

El efecto bumerán de la mente es una realidad, “si odias a alguien, el odio vuelve a ti y si amas a los demás, el amor vendrá a ti” así lo aseguraba en su libro “El Pensamiento y su Poder” el gran maestro de yoga Swami Sivananda

Hay que tener mucho cuidado con lo que pensamos, todo lo que emite nuestra mente acaba regresando. Si uno se convierte en aquello que piensa, la propia vida termina reflejando el carácter de los propios pensamientos, así que se hace imprescindible mejorar nuestro modo de pensar.

Debemos ser conscientes de esta ley natural, si tenemos pensamientos de calidad, nuestra vida y circunstancias serán de la misma forma. Por lo tanto creo que es una opción para no escatimar en el esfuerzo de conquistar nuestra mente y moldearla de tal forma que nos convierta en esa persona que queremos ser, esa persona con la vida que queremos tener.


Dar De Sí Mismo


Desde niños nos educan a ser generoso, a compartir nuestros juguetes y jugar felizmente con nuestros amigos sin ningún tipo de conflicto. Mientras crecemos sabemos que la generosidad es necesaria para vivir una vida plena. Saber dar sin recibir nada a cambio es efectivamente una de las cosas más importantes que aprendemos en la vida. Sin embargo no es un aprendizaje fácil. 

Vivimos rodeados de una sociedad consumista y violenta, obsesionada con el dinero y con las ganancias y los éxitos personales.

Varios estudios han hecho experimentos para saber qué es lo que da más beneficios mentales a nuestros gastos. 

Un experimento hecho por la Universidad de California le dio dinero a varias personas: un grupo tenía que gastarlo en lo que quisieran, otro grupo estaba obligado a gastarlo en un objeto material, y el otro estaba obligado a gastarlo compartiendo tiempo con alguien que quisieran. El resultado fue que las personas que dedicaron su dinero a ayudar o a compartir con personas que querían se sentían mucho más realizadas que las personas que lo gastaron todo en un objeto material.

La generosidad no es solo importante en el ámbito económico: debemos ser generosos con nuestros conocimientos, con nuestro cariño, con los animales y con las personas necesitadas. 

A pesar de vivir en una sociedad que parece dura y mezquina estamos rodeados de ejemplos silenciosos de generosidad: hay quienes alimentan una vez a la semana a los mendigos, activistas que trabajan por ofrecerle una vida plena a los animales, padres que duermen menos de lo debido para pasar tiempo con sus hijos, personas que defienden a otras desinteresadamente cuando los ven en problemas en la calle.


Los Buenos Modales

Desde mi punto de vista los buenos modales van unidos a la buena educación, y con buena educación no me refiero a tener muchos conocimientos o haber asistido a los mejores colegios del mundo.

Ser educado, tener buenos modales, es comportarse correctamente en cada una de las situaciones que nos encontremos en la vida, es tratar a las personas, a todas las personas, con total respeto aunque no coincidamos con ellas en su forma de pensar.

Tener buenos modales no es sinónimo de ser personas “estiradas” ni de tener que conocer todas las reglas de etiqueta. Saber comportarse tiene más que ver, desde mí punto de vista, con mostrar respeto y ayudan a que todos puedan sentirse cómodos.

Creo que casi todos nos hemos encontrado en alguna ocasión con personas guapas y atractivas que, desgraciadamente, han demostrado ser solamente un envase bonito sin demasiado contenido. 

Personas que no han sabido comportarse, ni tratar a los demás con cortesía, con educación, con respeto.

Los buenos modales son indispensables para desenvolvernos en la vida y ser apreciados por todo lo que podemos ofrecer y van de la mano de valores como el respeto, la lealtad, la gratitud, la compresión, la tolerancia, etc., todo ello muy necesario para ser una persona íntegra.

Saber comportarse es importante para todas las personas, sin importancia del sexo o de la edad y para llegar a ser adultos íntegros y con buenos modales se ha de trabajar desde el hogar. Se ha de enseñar a los niños a tener un buen comportamiento, padres y educadores han de unir esfuerzos para conseguirlo.

Algunas personas pueden sentirse avergonzados al actuar de acuerdo con las normas básicas de buena educación delante de otros que no lo hacen, no debería ser así. No debemos sentirnos avergonzados por tener buenos modales.

Los buenos modales consiguen que la interacción con otras personas se mucho más fácil y agradable. Tener buenos modales es poner en funcionamiento la “regla de oro”: compórtate con los demás como quisieras que ellos se comportaran contigo.

Estas son algunas normas básicas que siempre es aconsejable seguir en nuestro caminar cotidiano por la vida:

Pedir siempre las cosas por favor y dar las gracias por el servicio recibido.
Disculparnos si, involuntariamente, tropezamos con alguien o le causamos algún tipo de perjuicio.
Saludar siempre cuando lleguemos a un lugar.
Si viajamos en transporte público ceder el asiento a personas mayores o mujeres embarazadas.
Hablar siempre correctamente evitando usar un tono de voz excesivamente alto y el uso de palabras malsonantes e inapropiadas.

Es muy conveniente saber comportarse en la mesa, prestar atención a la forma de comer, pedir las cosas por favor, no usar el teléfono móvil mientras estamos comiendo, aprovechar ese momento para charlas relajadamente y disfrutar de la compañía.

También son importantes los buenos modales cuando hablamos por teléfono. Si recibimos una llamada hay que contestar con educación y si somos nosotros los que la realizamos debemos saludar y presentarnos correctamente.

Y no debemos olvidar que los buenos modales no pasan de moda.


Hazlo Ya




Las palabras se las lleva el viento....
Hechos, no palabras....

No hables, sólo ACTÚA!
y tus hechos hablarán más que tus palabras...

No digas lo que vas a hacer... 
DEMUESTRA cómo lo estás haciendo...

No permitas que las promesas salgan de tu boca
Sin aterrizar y sin lograr ningún cambio...
Mejor HAZLO ya... 


Encontrar El Lado Positivo


Lo negativo atrae a lo negativo, ser pesimista y pensar siempre en lo peor no traerá nada bueno a tu vida. Con negatividad perderás oportunidades que podrían hacerte feliz, piensa que en la vida casi todo se consigue con una buena actitud, así que negando problemas, no siendo resolutivo o teniendo miedo a tomar medidas y decisiones, serás incapaz de mejorar tu calidad de vida.

Deja de pensar que todo y todos están contra ti. Eso tan solo es una idea, una suposición que está en tu mente, así que recházala y conseguirás no sumergirte en la amargura

A veces echamos la culpa a todo lo que nos rodea porque no somos capaces de solucionar todo aquello que nos atormenta. Aparta la nube gris que está sobre tu cabeza y piensa que no es posible que el mundo se haya conjugado en tu contra, sino que eres tú el que no le saca el lado positivo

El pasado es pasado. El hecho de haber tenido una mala experiencia o decepción, por dolorosa que sea, no significa que debas volver a pasar por lo mismo o que siempre deberás estar retraído por miedo a volver a sufrir. 

Si vuelves a tropezar con la misma piedra, será el momento de levantarse de nuevo y seguir tu camino. ¡Debes superarlo! El futuro es la suma de tus experiencias y no debes tener una mala disposición ante él. Si piensas que todo irá mal, de veras, lo irá.

Tú no eres un defecto. Deja de pensar en lo que has hecho o lo que no has hecho y... ¡actúa! Tan solo tú puedes cambiar tus circunstancias y hacer que algo ocurra, pues no eres una víctima sino un factor más capaz de cambiar situaciones, métete en la cabeza que tienes tal poder.

Utiliza tus experiencias negativas y dolorosas para construir un carácter mejor. Piensa en quién quieres ser y hacia dónde quieres ir, asumiendo riesgos y tomando decisiones a diario. 

En eso consiste la vida. Arriesgar, apostar, decidir... Y si algo sale mal, tendrás tiempo para rectificar, aprender y superar cualquier circunstancia. Siempre buscando el lado positivo de las cosas.



Confianza

Para generar la confianza en los demás, es importante ser honesto y actuar de forma correcta, a la vez que hay que agradecer al que cumple sus promesas y reclamar ante aquel que no las cumple.

Para mantener la confianza debemos comprometernos y cumplir nosotros también con las promesas, pedir disculpas cuando no las cumplimos y sobre todo, aprender a perdonar los errores. Por último, cuando vemos que la confianza con la otra persona se ha roto, es importante crear nuevas oportunidades donde se pueda volver a generar esa confianza que se tenía.

Autoconfianza:
La autoconfianza, o la confianza en uno mismo, es una característica que muchos pueden tener. Con esfuerzo y tiempo cualquier persona puede llegar a construir su autoconfianza. Para desarrollar esa autoconfianza es imprescindible creer en uno mismo y, para ello, la auto aceptación es fundamental.

Además de estos elementos, para lograr tener una buena autoconfianza es importante conocernos y comprender nuestros pensamientos y emociones (lo que denominaríamos como autoconocimiento), ser persistente y disciplinar (para asegurar los objetivos y metas que se quieren lograr), tener una perspectiva clara de la vida (saber exactamente lo que quieres ser o lo que quieres conseguir), y tener un autocontrol.

La autoconfianza trae múltiples ventajas para nuestras vidas, ya que si logramos tener un gran nivel de confianza en nosotros mismos podemos conseguir el éxito más fácilmente. Por el contrario, si tenemos falta de confianza e inseguridad, no estamos satisfechos con nosotros mismos, lo que genera situaciones negativas tanto para nosotros, como para los que nos rodean. 

A nivel personal, si no tenemos autoconfianza nos sentimos insatisfechos con nosotros mismos, tristes e incluso depresivos porque no nos valoramos. A nivel social, nos genera dificultades para relacionarnos con el entorno en el que nos desenvolvemos, lo que causaría que nos retrajéramos hacia nosotros mismos. A nivel laboral, nos puede crear dificultades para conseguir, mantener o progresar dentro de un trabajo. Por último, a nivel de pareja, nos puede causar sentimientos negativos.

Pero, además de la confianza con los demás y la autoconfianza, existen también otros tipos de confianza. Hay tres tipos que todos deberíamos desarrollar: la confianza conductual, que es la propia capacidad que tenemos para actuar, tomar las decisiones correctas y superar los obstáculos; la confianza emocional, es decir, saber lo que sentimos en cada momento para protegernos del dolor y tener la capacidad de conectar con otros seres humanos emocionalmente; y, la confianza espiritual, la fe que tenemos sobre la vida que nos rodea. Sin esta última confianza es difícil desarrollar los otros dos tipos de confianza.


También podemos distinguir otros dos tipos de confianza: la confianza simple y la confianza alimentada. La primera es una confianza primaria, con la que todos nacemos. La realizamos de manera automática, es una confianza total y completa, pero cuando se rompe (siempre en algún momento de la infancia), se rompe para siempre, ya que aparece algo que no estaba hasta ese momento: la desconfianza. La segunda, en cambio, es un tipo de confianza que se construye de manera consciente y reflexiva. 

La confianza alimentada también se puede romper, pero nos da la oportunidad de ser reconstruida.

Tu Mejor Versión

Dar lo mejor de ti mismo es la única receta que te llevará al éxito. En el plano material, aparentemente no siempre ganamos cuando damos lo mejor de nosotros mismos. Muchas veces las cosas no salen como lo planeábamos, y es frustrante a veces ver que nuestros sueños o ideales no se mueven al ritmo que nosotros queremos; pero en el plano espiritual, no hay forma de sentirte perdedor si estás dando siempre lo mejor de ti mismo.

La receta del éxito es simple: ¡Da siempre lo mejor de ti mismo! y no te rindas, no mires atrás, no midas tu valor en relación a la retribución o a la opinión de los demás; sino en respuesta a tu satisfacción personal. Toma tiempo  para que la gente te escuche, y te escucharán sólo quienes estén listos. 

Tu pasión, tu dedicación y tu determinación; son las herramientas que se encargarán de que tu voz llegue lejos, de que tus sueños se materialicen en una maravillosa realidad; que por maravillosa, nunca será perfecta, ni nunca estará completa. Porque los soñadores se alimentan de sueños, y cuando un sueño se cumple, uno nuevo y más grande se vuelve a soñar.

El mundo es de quienes tienen fe en sí mismos, y encuentran en cada reto una oportunidad de transformación, de ajuste. Un llamado de atención! Acercarnos al éxito o crecer en él no hace las cosas más simples, sino que cuando estamos haciendo lo que amamos, esa pasión es la que hace que todo sea posible; y es la que nos mantiene conectados, activados y dispuestos a invertir toda nuestra fe en lo que creemos.
Un ingrediente indispensable de la receta al éxito es: Determinar cuál es tu propio éxito.

Mientras no tengas claro dónde vas, estarás caminando en círculos.

Mientras dejes que el éxito ajeno influencie el tuyo, nunca llegarás a ningún lugar.

Cree en ti, en tu éxito personal, y sin mirar a los lados, camina despacio, o si quieres camina rápido.

Pero no dudes que tarde o temprano llegarás, y es ese sendero el que te dará todas las armas para continuar; aunque a veces caigas, aunque a veces dudes o aunque a veces necesites parar a descansar.


Construir El Destino


Ciertamente, el pasado influye en tu vida actual. Pero si eres capaz de detectar la raíz del problema, enfréntalo y verás que todo empieza a fluir. 

Deja de culpar al pasado por lo que te sucede en el presente. Y si realmente eres incapaz de superarlo, busca ayuda profesional y verás que ningún complejo o trauma es insuperable. Quizá algunos sean más difíciles de resolver, pero con el tiempo, y la ayuda necesaria, todos somos capaces de superar los problemas del ayer que nos afectan.

Muchas veces, lo que te ata al pasado te causa mucho dolor y te paraliza, no te permite ubicarte en el presente. Si durante tu infancia no se cansaban de repetirte que eras “gordo/a”, o “tonto/a”, o “inútil” (o cualquier otro adjetivo con el ánimo de descalificarte), es seguro que eso lo tienes grabado y te hace pensar que es natural que seas así, aunque no te agrade ahora que eres adulto/a. Pero eso no quiere decir que debas mantener esa creencia por el resto de tu vida. Tú puedes cambiar si te lo propones.

Madurar, crecer y cambiar
El proceso de adultez conlleva madurar, crecer y cambiar. Tu etapa como adulto/a no debe ser negativa solo porque tu infancia lo fue. Cambiar las etiquetas que cargamos puede costar mucho trabajo, pero a la larga, el pensamiento positivo lleva a un cambio proactivo y este hace crecer el amor propio y la aceptación.

Aunque mucha gente recuerda su infancia como una de las mejores etapas de su vida, otros, lamentablemente, la recuerdan como una desgracia. Eso ya no se puede cambiar, pero al madurar, uno mismo es quien tiene las herramientas para construir y reconstruir su vida, porque ya no depende de nadie para crear su propio presente. Uno mismo lo crea. Eso significa dejar las malas experiencias en el pasado y hacerse responsable de uno mismo.

También hay personas que se escudan en el pasado, no porque necesariamente haya sido tan malo, sino porque no encuentran el coraje para cambiar y asumir su responsabilidad como adultos.

Los miedos no son insuperables, aunque siempre es más fácil decir que así fuiste educado/a de pequeño/a que enfrentar tu incapacidad o ignorancia. Solo recuerda que nadie podrá moverte de tu zona de confort más que tus propias acciones. 

A veces el mismo miedo es motivador, solo es cuestión de que tú te lo propongas.

Superar los obstáculos que te frenan para seguir adelante es algo que podría determinar tu existencia y nada es más cierto que esta afirmación: solo tú eres dueño de tu propio destino.



domingo, 8 de julio de 2018

Pensamiento Libre No Es Solo Pensar


Las peores prisiones son las que no tienen rejas. La ilusión de la libertad es la más cruel de las cárceles pues no permite tener consciencia de los límites de nuestras elecciones, al no percibir que las fronteras son cada vez más estrechas y, al contrario de lo que parece, apenas limita el tamaño y empalidece los colores del mundo. El pensamiento libre, la autonomía de las ideas, el espacio para aceptar lo diferente exige esfuerzo, osadía y coraje, mercancías raras en los estantes de los corazones y mentes.

Al mundo siempre le han parecido extrañas voces y actitudes disonantes que interfieran en la administración, el control y los negocios de quienes piensan que los otros están ahí para servir y no para compartir. Quien no se adecua queda relegado del mundo, son marginales.

No cito aquí a los que confunden coraje con violencia, o a los que se encaminan por las sendas de la delincuencia por ignorancia o cobardía. Me refiero a los hombres más sabios y valientes de la Historia, aquellos que le quitaron el sueño a los gobernantes sin dar un sólo golpe o incluso emitir alguna palabra agresiva.

Jesús fue el mejor ejemplo, sin embargo tenemos otros más contemporáneos como Martin Luther King. Mahatma Gandhi colocó al poderoso Imperio Británico de rodillas usando como armas la sabiduría de pensar diferente, la osadía de desobedecer, concomitante con el amor de caminar por la senda de la no violencia. Arrebató multitudes, pues tocó sus corazones y mentes. Le dio color a sus almas

La convivencia social crea la falsa sensación de que para ser aceptado es necesario pertenecer a alguna tribu, pues, además de cómodo, facilita el control de la administración al encuadrarte en modelos preestablecidos y con límites definidos. Tu escoges un clan y  haces una especie de contrato de adhesión, tácito e inconsciente, igual a esos que vienen listos para operadoras de telefonía o TV por cable, aceptando los conceptos y preconceptos, ideas preconcebidas y enlatadas, definiendo lo que es correcto e incorrecto, lo que es permitido y lo que es prohibido. Te vistes como ellos, usas un vocabulario propio y frecuentas los mismos lugares. Hasta llegas a pensar que eres feliz y que encontraste tu lugar.

Un proceso de estandarización, homogenización y, lo peor, pasteurización. Renuncias a lo que hay de mejor en ti para ser aceptado sin problemas en el grupo y te sientes feliz. De esta manera renuncias a ti mismo. Recordaste a Fausto? Bueno, guardando las debidas proporciones es exactamente esto.

Abdicas a la libertad de pensamiento a cambio de aceptación y seudo-felicidad. La administración lo agradece.

Hombres libres piensan globalmente, son ciudadanos planetarios, son solidarios, y saben que cada quien es único. No hay otro igual a ti. Y existe belleza en cada uno de nosotros, cada cual a su modo, a su manera, como piezas distintas que componen un maravilloso mosaico.

El afán de cada día con sus múltiples novedades te hacen olvidar lo nuevo. Lo verdaderamente nuevo es lo que de hecho es diferente y que es capaz de provocar transformaciones estructurales y no apenas cambios aparentes en las novedades.

En realidad la Historia nos muestra que fueron aquellos que creían que todo podía ser diferente y mejor, quienes pusieron la cara – al final, a la  administración no le gusta ser perturbada – y transformaron el mundo, pues eran el ejemplo vivo del cambio. Usaron sus propias vidas como materia prima para una obra de arte mayor, y desmoronaron los cimientos del status quo, haciendo con que el mundo avanzara. 

Esas personas hacen la diferencia porque se atreven a pensar diferente. Se transforman en héroes por el simple hecho de no aceptar papeles secundarios, rechazar los límites que les fueron impuestos, cortar las amarras que les impedían volar. A veces somos como la oruga que se deslumbra con la belleza y  el vuelo de la mariposa sin saber que también tenemos alas.

Será que no es el momento de replantear todos tus conceptos e ideas? De transformarte en el protagonista de tu propia vida? Tú tienes este poder. Una insurrección en tu forma de pensar, un análisis cuidadoso de lo que de hecho es tuyo y de lo que te fue impuesto sin que percibieras. Reflexiona principalmente sobre lo que te hace actuar como autómata y piensa si realmente tiene sentido. Recapacita si, desde el fondo de tu corazón, estás de acuerdo con esas ideas o apenas las sigues por pura comodidad o miedo al rechazo social.

Un buen truco es percibir si tu forma de pensar y actuar le trae dolor y sufrimiento a los otros. Si es así, estás en la hora de cambiar. Sembrar la alegría por donde vayas es una manera inteligente de tenerla dentro de nosotros.

Durante ese proceso te conocerás mejor y, no obstante las flores y las espinas que encontrarás en el camino, verás que es maravilloso. Al final tú eres tu mejor compañía. No se te haga raro si las personas comienzan a percibir un brillo extraño en tus ojos. Es pura luz!

Sé el héroe de tu propia revolución, de la transformación de tu alma. La única manera de cambiar el mundo es cambiando uno mismo.



Lenguaje: Instrumento Básico


¿Formamos parte los seres vivos de la Tierra de un macroorganismo que se encuentra en la actualidad en fase reproductiva? ¿Cómo podemos estar seguros de ello y hasta qué punto? La posibilidad de dar respuesta a estas dos cuestiones se encuentra en el lenguaje y desde una perspectiva racional nunca llegaremos más lejos de lo que alcance el tipo de código lingüístico que utilicemos.

El lenguaje es un instrumento básico para los humanos. Del mismo modo que observando una herramienta nos hacemos una idea de sus posibilidades funcionales, igualmente analizando el lenguaje, es posible caer en la cuenta de lo que podemos realizar mediante su empleo e incluso establecer sus límites de eficacia. 

El lenguaje es sin duda un instrumento fabuloso, nos permite utilizar la razón, una capacidad característica nuestra por la que nos calificamos de racionales, sin embargo la irracionalidad también se muestra en el lenguaje humano, más de lo que pudiéramos pensar a priori.

El lenguaje como todo instrumento arrastra un error en su uso, es más, al ser una herramienta dotada de una notable imprecisión y ambigüedad, no es nada desdeñable el factor de distorsión que introduce sobre la realidad que creemos percibir.

Nos tenemos que enfrentar a la vida, y por tanto al conocimiento, con un instrumento limitado en el que la racionalidad se manifiesta, pero también la irracionalidad, en el que la ambigüedad es una propiedad básica del instrumento, y en el que hemos podido comprobar la existencia de unos límites que probablemente nunca podremos atravesar.

Este instrumento nos transmite visiones borrosas de la realidad. Es importante considerar que tener una seguridad total en este tipo de imágenes es un error, por tanto debemos guardar una cierta duda y procurar incrementar nuestro grado de información a partir de otras perspectivas. 

Así hacemos en el acto de mirar un cuadro, donde la proximidad nos puede dar una visión más cercana de las partes, pero la lejanía nos ofrece otra clave en la que veamos una imagen global y más completa, otra dimensión de la información a nuestra disposición.



La Escuela: Un Espacio Democrático

El espacio democrático no es materia que se pueda improvisar, por el contrario supone una tarea y un compromiso, en este sentido el estado surge de la decisión y la necesidad de las personas quienes la componen, de aunar esfuerzos dentro de un espacio participativo para alcanzar el bien común. Pero esta no es una búsqueda teórica, en un lugar y un tiempo indefinido, sino una lucha diaria y concreta que se desarrolla en cada uno de los grupos sociales de los que formamos parte. 

Ejemplo de estos grupos o asociaciones intermedias son: los grupos vecinales, los sindicatos, los clubes, las cooperadoras, las sociedades culturales, la asociación de empresarios, los partidos políticos entre otros.

Como se puede ver, son grupos de personas ligadas por el deseo de alcanzar, proteger o perfeccionar algún aspecto de los muchos que comprende el bien común, para esto se organizan, fijan sus objetivos, determinan la forma en que se relacionan con otros grupos y con el Estado, especifican las normas a que deberán ajustarse sus miembros y la forma en que se elegirán y renovarán sus autoridades. La finalidad, entonces de toda asociación intermedia, es el mejoramiento de la vida de las personas; esto supone que no deben existir intereses mezquinos de personas o grupos, sino el bienestar de todos en las diferentes áreas donde las personas despliegan sus acciones; entre ellas, tenemos: el aspecto intelectual, religioso, político, físico, laboral.

Hoy día asistimos a una rápida multiplicación de grupos y asociaciones de los más diversos tipos, en los que las personas manifiestan una creciente necesidad de participación, así lo dejó testificado el memorable papa Juan Pablo II, en el documento Christifideles laici, nº. 5: Indudablemente es éste -la participación- uno de los rasgos característicos de la humanidad actual, un auténtico signo de los tiempos que madura en distintos campos y en diversas direcciones: sobre todo en lo relativo a la mujer y al mundo juvenil, y en la dirección de la vida familiar y escolar, económica, social y política.

Si tomamos un sector de dicha participación, la política, esto significa: dar ejemplo de sentido de responsabilidad y de servicio al bien común en todas las actividades que se realizan. Adquirir los conocimientos necesarios para opinar, criticar constructivamente y proponer soluciones a situaciones emergentes. Para esto será necesario conocer los derechos civiles y también conocer a fondo la realidad en que se vive. 

Un aspecto importante dentro de este intento de vivir el espacio democrático es la solidaridad, que, sin muchas complicaciones, significa: salirse de sí y ubicarse en el lugar del otro asumiendo su realidad. Este aspecto debe vivenciarse a nivel personal, familiar, comunitario, hasta llegar a la escala internacional. 

Como mencionábamos al inicio, la comprensión y la vivencia de estos aspectos es preciso empezar en la escuela, donde a partir de las pequeñas prácticas o acciones se va configurando el ciudadano que tendrá las destrezas para llevar a cabo -ya en el presente- una democracia solidaridad, con fuerte contenido de respeto, diálogo, colaboración y bienestar.

El Fenómeno De La Multiculturalidad


Un tema de especial interés, porque se relaciona tanto con los procesos de globalización mencionados como con el multiculturalismo, es el de las migraciones.

Da la impresión de que la migración es uno de los aspectos intersticiales entre lo económico y lo cultural, que puede permitir leer en clave de modernidad y multiculturalismo la cuestión de sentido que suponen los procesos de integración comercial. 

Los actuales procesos de globalización económica, tecnológica, política y cultural se producen en situaciones de desigualdad entre las distintas regiones del mundo e incluso al interior de los propios países y se dan en el marco de una tensión entre el desarrollo de una modernización técnica, orientada a la formación de sociedades informacionales, y el desgaste de un proyecto de modernidad cultural, hoy fuertemente cuestionado, basado en valores de progreso humano, igualdad y liberación.

 Los procesos de globalización cultural se evidencian en la extensión de la industria y el mercado culturales que permitieron la llegada de más personas a bienes simbólicos y en una tendencia a la homogeneización y a la segmentación de los gustos, haciéndose notoria la preeminencia de una cultura de consumo.
A pesar de que, también como parte de los procesos de globalización informacionales, hoy se reconoce la existencia de múltiples culturas que compiten de manera desigual, pues su reconocimiento no significa su aceptación.

 Por otra parte, los procesos de globalización mencionados tienen efectos de desterritorialización y reterritorialización culturales, es decir, por un lado, producen cambios culturales en las sociedades periféricas por la transmisión simbólica de la industria cultural internacionalizada, descontextualizando lo cotidianamente vivido, y, por otro, producen nuevos mercados para los emigrantes que necesitan el contacto con su tierra.

Los actuales procesos de globalización tecnológica y económica están configurando un nuevo tipo de sociedad, basada en el desarrollo de las tecnologías de la información, en los cambios en la productividad del capital y en las nuevas condiciones de trabajo como consecuencia de lo anterior.

Estas transformaciones han impulsado el paso de una economía y sociedad mundiales a otras globales. Esto no significa que los procesos económicos y tecnológicos que impulsan las sociedades desarrolladas lleguen a todos los espacios y a todos los individuos; sin embargo, afectan de manera directa o indirecta al conjunto de la humanidad. 

Se trata de un nuevo modelo de desarrollo orientado por el rol de las tecnologías de la información y la comunicación y las consecuencias económicas, sociales y políticas que se desprenden de la nueva situación.

El problema es que son muchos los que quedan fuera de este modelo, aunque las comunicaciones tiendan a integrarnos simbólicamente a todos en la globalización. 

Estos procesos enfrentan al menos dos límites duros: uno es el carácter inequitativo del acceso a los mercados globalizados por parte de los distintos países según sea su posición de fuerza en el contexto mundial; el otro, son los obstáculos de carácter político impuestos por los estados nacionales.

La nueva configuración de la economía global plantea cambios también en la división del trabajo construida en torno a cuatro diferentes posiciones en la economía global/informacional: los productores de alta calificación, basados en el trabajo informacional; los productores de grandes volúmenes, basados en el bajo costo del trabajo; los productores de materia prima, basados en recursos naturales; y los productores prescindibles, reducidos al trabajo devaluado.

La ubicación diferenciada de estos diversos tipos de trabajo también determina la fluidez de los mercados, pues la generación de ingresos dependerá de la capacidad de crear valor incorporado en cada segmento de la economía global.

Es muy importante aclarar, como lo hace el Papa en sus discursos, que la globalización es un hecho humano. Por ello, la globalización no es ni buena ni mala. Será lo que la gente quiera que sea.


Es así que la globalización es un hecho humano, los principios que han de orientar la ética en tiempos de la aldea global hay que buscarlos, en la misma persona y en los principios que regulan sus interrelaciones sociales. 

Visionarios


Visionario es un adjetivo que suele emplearse para calificar a la persona que, gracias a su creatividad, su imaginación o sus conocimientos, logra prever qué ocurrirá en el futuro. El concepto, de este modo, se asocia a una cierta visión de los acontecimientos que están por venir.

Por ejemplo: “Julio Verne era un visionario: en sus novelas anticipó la creación del submarino y de las naves espaciales”, “Muchos consideran que Steve Jobs fue un visionario que supo enfocar su negocio al nuevo mercado tecnológico”, “No soy un visionario, simplemente analizo la situación actual y saco conclusiones de cara al futuro”.

Por lo general se llama visionario a todo aquel que, de alguna forma, se adelanta a su tiempo. Tomemos el caso del dueño de una estación de radio que, mientras todos sus competidores invertían en antenas, él decidió volcarse a la transmisión vía Internet. Así, su radio fue la primera estación de su ciudad que, a mediados de la década de 1990, empezó a transmitir su programación a través de la Red.

Teniendo en cuenta el desarrollo del sector y que más tarde el resto de las estaciones se sumaron a la tendencia, puede decirse que dicho hombre fue un visionario.

No existe una fórmula mágica para convertirse en visionario, así como tampoco es posible obtener un talento por medio de la voluntad: se trata de algo con lo que se nace, y de hecho muy pocas personas lo tienen. Por otro lado, no basta con tener una determinada habilidad, sino que es necesario trabajar para desarrollarla y poder hacer uso de ella con mayor precisión y efectividad.

Retomando uno de los ejemplos anteriores, Julio Verne es considerado uno de los grandes visionarios de la historia, además de un escritor excepcional, pero los fenómenos y las creaciones que anticipó a través de su arte no surgieron como meros comentarios mientras sorbía su taza de café, sino que reflejan el resultado de su trabajo y su dedicación, de su acercamiento a aquellos temas que lo apasionaban para saber más y volar más allá de lo que había sido inventado hasta su época.

De Steve Jobs también podemos decir que los mejores proyectos en los que colaboró no se produjeron de un día para el otro, sino que surgieron de una mágica combinación de la observación del mercado y de ideas innovadoras para ofrecerle algo que aún no hubiera en circulación.

La visión de algo que no tiene precedentes no siempre conduce a un cambio profundo en la sociedad, pero tampoco es correcto decir que si no lo consigue entonces no se trata de algo verdaderamente valioso.

A lo largo de la historia algunas personas se apresuraron a presentar sus ideas innovadoras al resto de la gente, o bien lo hicieron de la manera equivocada, y esto generó que no triunfaran, e incluso que fueran criticadas con severidad o que se pusiera en duda su talento. Sin embargo, en ciertos casos no hizo falta más que tiempo para que la situación se revirtiese, y esas ideas finalmente encontraran su lugar en el plano de las grandes creaciones.

De esto podemos inferir que los grandes visionarios no solo han tenido ideas brillantes y adelantadas a su época, sino que también han sabido mostrarlas, aunque les haya tomado varios intentos. Como parte de la visión debe existir el contexto social e histórico, el conocimiento de las herramientas que necesita el entorno para comprenderla y aceptarla.

Las personas que se atribuyen poderes adivinatorios, como tarotistas, profetas o adivinos, también pueden llamarse visionarios. Lo mismo ocurre con los artistas que se convierten en precursores de estilos, géneros o movimientos: “Un visionario japonés asegura que el fin del mundo tendrá lugar en 2065”, “Miles Davis fue un músico visionario que revolucionó el jazz”.




sábado, 7 de julio de 2018

La Falsa Apariencia

Un Audi en la puerta, subidas a esquiar o viajes al Caribe y los dividendos de la casa y las cuotas del colegio impagas.

Aunque algunos consideren esta realidad como inexistente, varios viven en la clásica bicicleta bancaria tratando de mantener un estándar de vida que no es acorde a sus ingresos. El trasfondo: la inseguridad que da paso a una vida basada en las apariencias. El fenómeno no sólo se remite a las pertenencias materiales, sino que también se hace visible en las relaciones humanas que se establecen con el entorno, donde el verdadero ser es ocultado por una personalidad maquillada.

Una de las explicaciones para entender esta actitud se debe a la imperiosa necesidad de “ser aceptado, amado y sentir que uno es importante para los demás”, postula la psicóloga Paulina Alfaro. Ante esta necesidad surgirían máscaras o personajes que encubren la verdadera personalidad de un individuo.

“Desde pequeños descubrimos que no todo lo que uno dice o hace es aceptado por nuestros padres, hermanos, amigos. Entonces, comenzamos a desarrollar una serie de mecanismos de supervivencia para mantener esa respuesta amorosa y afectiva de nuestro entorno”.

Sin embargo, esta respuesta adaptativa al medio en una etapa adulta se puede volver neurótica, porque la persona empieza a identificarse con esa imagen ficticia que ha construido. Es decir, “ya no es una respuesta de supervivencia sino de sobreadaptación y comienzas a actuar preocupada por tener esa aprobación de los demás y te olvidas de ti misma”, agrega la psicóloga transpersonal.

Este descuido implica que no hay un interés por identificar las propias necesidades, los objetivos de vida, las cosas o situaciones con que se disfruta, los intereses y capacidades que hacen que cada persona sea única e irrepetible. 

La emoción que se esconde, según Paulina Alfaro, es el miedo a ser rechazado y perder aceptación, cariño. “Lo que pasa es que somos seres sociales y que vivimos en constante interacción con los demás, pero hay veces que nos quedamos atrapados en esa máscara y respondemos automáticamente sin mayor cuestionamiento por ese terror al abandono”.

Fin a la hipocresía Para Lucía Godoy, psicóloga y académica de la Universidad Andrés Bello el tema pasa por ser falso e hipócrita. “Son personas que no han desarrollado todos los aspectos de su ser y necesitan aparentar situaciones emocionales, económicas o relaciones de familia que ya no tienen o nunca han tenido para parecer que están bien, pero no tienen conciencia de sí mismas, no han desarrollado su autoestima y dependen emocionalmente de la opinión de terceras personas”.


Mantener ese estatus, imagen de perfección y prestigio no es fácil ni menos cuando dista de la realidad, pero es tal el esfuerzo que se hace por vivir de una apariencia, que tarde o temprano termina por estallar, la verdad se asoma y la persona se libera. “La presión social efectivamente existe, pero no todos respondemos aparentando lo que no somos. 

El tema está en aprender y aceptar sanamente que puede haber un alto porcentaje que no apruebe lo que digo o cómo vivo, pero eso no significa que el valor de mi persona esté en juego”, enfatiza Alfaro. En otras palabras, las personas que viven honestamente son las que saben que son queridas por lo que son y no por lo que tienen o representan. 

En ese momento el miedo al rechazo pasaría a ser parte de la experiencia humana, ya que se toma conciencia que resulta imposible controlar las respuestas de los demás. En ese mismo sentido, resulta determinante desarrollar las posibilidades de inteligencia, autoestima, autovaloración y conocer el sentido más profundo de la vida. 

“La idea es quitarse el peso de encima y salir de este círculo vicioso. Al hacerlo la persona entiende que es mucho más agradable vivir de una manera más auténtica y conectada con sus potenciales que vivir en la superficialidad”, agrega Lucía Godoy. Además, será determinante en este proceso descubrirse las aptitudes, los defectos, “lo que me gusta de mí y lo que no tanto y aceptarlas como parte mía y construir una autoestima, una certeza interna que le dará coherencia y consistencia a lo que soy para desde ahí relacionarme con la sociedad”, aconseja la psicóloga Paulina Alfaro. 



Estructuras Mentales




Las Estructuras mentales son impresiones en el cerebro de actitudes, comportamientos, costumbres que se van acumulando a través del tiempo en los seres humanos aprendidas en la familia, en la escuela, en los colegios, en las universidades, en sus relaciones con los demás individuos y con las organizaciones, por ejemplo: temores, saberes, comportamientos, protocolos.

Dentro de las estructuras mentales del ser humano se encuentran 3 áreas de conciencia, en su primera tópica, las cuales están denominadas:
· Inconsciente: El lugar donde soñamos, donde se manifiestan nuestros impulsosy nuestra búsqueda de placer.

· Pre-consciente: Es el lugar situado entre el inconsciente y el consciente, y es separado del primero por la censura.

· Consciente: Es el lugar en el cual razonamos cotidianamente y discriminamos nuestros impulsos, no permitiéndonos ser instintivos porque hay una colectividad que puede sorprenderse u ofenderse por afectar las reglas sociales.

La comprensión de las estructuras mentales facilitan el desarrollo de los procesos genéticos, procesos de pensamiento y procesos cognitivos desde la acción de la metacognición, para aprender a aprender, organizar el conocimiento, desarrollar capacidades y modos de pensamiento que permitan al ser individual y colectivo, el acceso a los contenidos y la posibilidad de conocer, valorar y transformar las estructuras mentales a partir de procesos de aprendizaje y enseñanza

Formación

La estructura se va creando a medida que crecemos por medio del entendimiento sobre cómo funciona nuestro entorno. Aunque durante la niñez el ser humano no es consciente de que, por ley de atracción, el entendimiento de ese entorno termina creándolo. De esta manera se transforma en un circuito retro-alimentado que sólo necesita un pequeño indicio de cómo debería ser el entorno para que sea así. Dependiendo de la personalidad y creatividad del individuo ese entorno será feliz o triste, simple o intrincado. Con respecto a la complejidad del entorno tiene mucho que ver la inteligencia de la persona en el sentido que pueda manejar mayor o menor cantidad de variables a las cuales les pueda aplicar la creatividad para que se terminen manifestando en su vida.

· El coheficiente intelectual en primera instancia. La personalidad misma influye ya que de acuerdo a ella y la educación se forma una estructura mental determinada que te permite entender de manera más fácil una u otra materia (fíjate por ejemplo en la personalidad misma de un matemático contra la de un filósofo, o la de un medico contra la de un contador)

· La capacidad de manejo de stress es otro factor que sin duda influye en tu capacidad de aprendizaje.

· La cognición espacial es el elemento clave para los procesos de formación de conceptos durante los primeros meses de vida. Los bebés pueden atender a movimientos y a otras relaciones espaciales que, más tarde, dan lugar a conceptualizaciones más complejas, como el tiempo o las emociones. 

Los niños son capaces de contextualizar cosas más complejas y todo está basado en las relaciones espaciales. Durante los 6-12 meses los niños son muy buenos cuando se trata de atender historias espaciales con contenedores. Se fijan mucho en la acción, en si una cosa entra o sale. Estos hábitos adquiridos durante los primeros meses de vida influyen muchísimo en los aspectos posteriores más complejos del lenguaje. Es por eso que si de pequeño se tienen problemas durante la adquisición de estos hábitos, esto puede repercutir en el desarrollo posterior del lenguaje. el razonamiento del niño tiende a organizar la información que recoge del ambiente en estructuras o esquemas, lo cual le permite asimilar mejor un conocimiento, logrando un adecuado aprendizaje ya que su pensamiento es concreto.

· Las estructuras o esquemas mentales permiten al niño diferenciar, comparar, categorizar, secuenciar, agrupar y organizar sus conocimientos pudiendo así dar un significado preciso a las cosas. Entonces podemos decir que las estructuras mentales son estrategias que ayudan al niño a representar gráficamente sus ideas y aprendizajes, construyendo de forma esquemática nuevos conocimientos, dándoles un significado que le permita entenderlos y relacionarlos con conocimientos previos.