martes, 2 de junio de 2020

Ser Constantes

Hace más de 2000 años, Aristóteles escribió: “la felicidad es la condición”. No es algo que se consigue persiguiéndolo directamente, sino algo que se alcanza por la práctica continua de determinadas acciones de propósito. Es la Ley del esfuerzo Indirecto, que dice simplemente que cualquier cosa que conseguimos en la vida lo hacemos por la vía indirecta, más que de manera directa. 


Todo llega como resultado de hacer otras cosas. Si tú persigues directamente la felicidad, ésta te elude, pero si haces esas cosas que realmente son importantes para ti, y progresas en dirección a tus anhelos según tus valores, te encuentras sintiéndote feliz.

La autoestima también está sujeta a esta ley. Alcanzarás mayor autoestima estableciendo y consiguiendo objetivos y metas cada vez mayores. 

A medida que avances en tu vida, paso a paso, te sentirás mejor y más confiado, y capaz de asumir mayores retos. Tu capacidad para alcanzar grandes logros se desarrolla consiguiendo pequeños logros. De hecho, el hábito de establecer y conseguir pequeños logros es indispensable para pasar a mayores. Sólo puedes creer en ti mismo cuando estás absolutamente seguro de que consigues lo que te propones.

La autoestima no viene de desear, de querer, de pensar; viene de la certeza, de probarte a ti mismo una y otra vez que tienes lo que hay que tener para llegar a donde te propones, sea donde sea. 

Es un estado mental, una actitud más importante que los hechos. Pero debe estar basada en hechos. Tu trabajo es tomar las acciones necesarias para convencerte objetivamente de que eres imparable y capaz de conseguir cualquier cosa en lo que enfoques tu mente.

Toma conscientemente una pequeña acción diaria durante una semana, una acción que te apoye en tu autoestima y que refuerce tus cualidades y tus valores. Sólo una cada día. Y al cabo de siete días, mira a ver cómo te sientes y escríbelo también.

¿Cómo sería si lo hicieras cada día durante un año? ¿A dónde te llevaría?

El Ser Consciente

La existencia de límites de la conciencia, en términos del procesamiento de información, pudiera ayudar a contextualizar dos de las creencias más generalizados sobre el funcionamiento del cerebro: que solo usamos una proporción muy limitada de nuestra capacidad cerebral; y que, determinadas personas pueden prestar atención a varias cosas de manera simultánea.

Las evidencias que se han venido acumulando en los últimos años sobre la forma en que funciona nuestro cerebro parecieran discrepar de esas creencias.
Todo pareciera indicar que nuestro cerebro es un órgano supremamente eficiente. 
Lo que sucede es que su eficiencia es muy diferente de la que podemos esperar de un artefacto electromecánico o electrónico. Ha estado determinada por el imperativo de la supervivencia y el esfuerzo permanente de adaptación al medio, que han sido factores determinantes del trayecto evolutivo de nuestro grupo zoológico, así como de las demás especies. La reducción y simplificación de la información, que caracterizan la atención consciente, son expresión de la eficiencia de funcionamiento cerebral construida, de manera constante y progresiva, durante los millones de años transcurridos en el curso de nuestra evolución biológica.

En todo caso, los procesos de reducción de la información, que se expresan en el fenómeno de la conciencia, son una parte esencial de la eficiencia del funcionamiento cerebral. Pueden ser interpretados como una expresión de eficiencia cerebral en el contexto nuestra evolución biológica.

Por otra parte, la atención que determina los objetos que son abordados de manera consciente, puede asumirse como una expresión de las estrategias de selectividad de la información sensorial que se expresa en los límites de la conciencia.

Sin importar la intensidad del esfuerzo que hagamos por concentrarnos, no podemos percibir de manera simultánea sino unas cuantas señales sensoriales. 

Algunos sugieren que siete percepciones es el número máximo de las que podemos darnos cuenta de manera consciente. Más aún, cuando creemos poder atender a más de un objeto, o representación metal de un objeto, lo que sucede es que podemos modificar, también con una rapidez limitada, el foco de nuestra atención.

Todos hemos aprendido a realizar determinadas tareas de manera inconsciente; sin embargo, cabe destacar que el dominio de la mayoría de los aprendizajes que hemos adquirido de manera deliberada depende del progreso logrado desde el esfuerzo consciente a la automatización.

Pensemos, para ilustrar este hecho, en la lectura que usted está realizando en este momento. La mayoría de los procesos involucrados en ella los está llevando a cabo de manera inconsciente. Tanto el reconocimiento de las letras como representación de sonidos, de los conjuntos de letras como representación de palabras y, progresivamente de ideas, así como de interrelaciones entre esas ideas, son cada uno de ellos conjuntos definidos de tareas, que, en distintos momentos, han requerido una inversión importante de tiempo y dedicación consciente.

Después de considerables y reiterados esfuerzos, dedicados a la práctica intencional de esas diferentes tareas, ahora la mayoría de esos procesos son realizados en su cerebro de manera automática. Si esos esfuerzos se han realizado, es probable que ahora su atención pueda centrarse en otros aspectos de la lectura, como la estructuración de los argumentos, la fuerza de las emociones experimentadas por los personajes, y por usted mismo, o la belleza de las expresiones. O, tal vez, el automatismo de la lectura transcurra incluso sin mayor involucramiento de su atención, mientras su mente explora otros objetos totalmente distintos de la lectura, sin que esto suponga una disminución de su capacidad para la lectura.

No obstante, cuando las condiciones características de la expresión de la automatización se alteran de manera inusual, su atención debe intervenir. Cuando esa alteración demanda respuestas urgentes, la variación del foco de atención suele demandar, entonces, una intervención de la consciencia. Sin embargo, dependiendo de las restricciones existentes en ese instante para la intervención de la atención consciente, las respuestas generadas por esa variación pueden ser, también, inconscientes, con resultados fuera de control y, en ocasiones, catastróficos. Eso es lo que sucede cuando la creencia de que podemos atender de manera simultánea a varios objetos mentales nos lleva, por ejemplo, a asumir el riesgo de pretender llevar a cabo una conversación telefónica y conducir un automóvil.

Muchos de los mitos predominantes sobre el funcionamiento del cerebro se originan en la asimilación de ese funcionamiento de las herramientas construidas por los seres humanos.

En los tiempos más recientes, el funcionamiento del cerebro se ha considerado como análogo a la forma de funcionamiento de las computadoras, destacando el hecho de que el cerebro puede ser considerado, de manera primordial, como un órgano especializado en el procesamiento de información.

Esa forma de ver las cosas parece estar cambiando de manera radical. Hoy en día pareciera irse conformado un consenso, cada vez más amplio, en el sentido de que el cerebro humano es el objeto de mayor complejidad, y de funcionamiento más eficiente que podemos conocer.

En nuestros días suele asumirse cada vez con mayor frecuencia, que el futuro desarrollo de los sistemas computacionales depende, de manera fundamental, de la forma y medida en que estos puedan llegar a reflejar la eficacia y eficiencia de la organización y el funcionamiento del cerebro humano. Situación que, desde luego, plantea nuevos desafíos al destino futuro y la coexistencia de los seres humanos y las máquinas.

 Aun desconociendo el curso que habrán de seguir esos desafíos, podemos afirmar que muchos esfuerzos de aprendizaje pueden ser mejor orientados y justificados, y muchos riesgos del comportamiento podrían evitarse, si nos atrevemos a aceptar las limitaciones y, en consecuencia, las posibilidades más realistas y evidentes de nuestra conciencia.



Algo Esencial

Esencia es una palabra que representa algo que está más allá de la comprensión humana, algo que las palabras no pueden expresar.

La Esencia es el origen y la sustancia de todo lo que existe. Es la Fuerza Creadora de todo y la Energía, la sustancia, de la que todo está formado. Toda la Creación es Esencia manifestándose en una variedad infinita de formas. Tú eres una de esas formas, y al mismo tiempo la Totalidad de la Esencia.

La Esencia es un ser, el Ser Único. El Uno es también el Todo. La Esencia es la Unidad y la Totalidad de la existencia. Es Infinita, no tiene límites. La Esencia es lo único que verdaderamente existe. Se manifiesta a Sí Misma en una infinidad de dimensiones, universos y realidades.

Pero todo eso son ilusiones: la única verdad detrás de todas las apariencias es la Esencia; es la verdad. La Esencia es la Fuerza Inteligente Creadora de todo lo que existe, y forma la totalidad de la Creación de Su Misma Esencia—no existe otra cosa con la que se podría crear algo. La Esencia es tanto el Creador como lo Creado. La Esencia es el principio, el proceso y el fin de todo lo que existe, y al mismo tiempo Ella es sin fin, infinita. Toda la Creación es una ilusión dentro de la Esencia, hecha por la Esencia a partir de la Esencia.

Solo existe la Esencia; el Uno. TÚ eres ese Uno. TÚ eres la Totalidad de la Esencia, tú eres el Uno. No hay otra cosa que podrías ser; solo existe el Uno. Y no eres una parte de la Esencia: no hay partes, solo el Uno. La Verdad es que solo existe la Esencia Única y TÚ eres Eso; eres el Uno-Todo. (Esta verdad, que TÚ eres el Uno y el Todo, es algo que no se puede comprender con la mente humana—pero tú puedes experimentarlo porque tú Eres Eso.

Por tanto, el estudio de la Esencia es el estudio de Ti Mismo, de Quien Eres Realmente.

Valor Del Tiempo


 La riqueza es la libertad y la capacidad de elegir qué voy a hacer con mi tiempo."
 Chuck Blakeman

“Cuando eres joven tienes todo el tiempo y toda la energía para disfrutar de la vida, pero no tienes dinero. Cuando llegas a una edad madura tienes el dinero y la energía, pero no tienes tiempo. Y cuando te retiras, tienes el dinero y todo el tiempo, pero no te queda energía.” 

Esta es, desgraciadamente, la gran paradoja de nuestra sociedad moderna. Pero no tiene por qué ser así. Tu visión de la vida puede incluir tiempo, energía y dinero a partes iguales en todas sus etapas. Sólo tienes que dejar de pensar en la jubilación y definir los objetivos que te lleven a disfrutar de todo tu tiempo.

Y empezar.

Ahora.


lunes, 1 de junio de 2020

La Templanza

El término templanza es de origen latín templararia, es una cualidad humana que consiste en actuar o hablar de forma cautelosa y justa, con sobriedad, con moderación o continencia para evitar daños, dificultades e inconvenientes.

La templanza es una virtud que permite al individuo controlar las pasiones, vicios e impulsos frente a los encantos de los deseos, placeres o instintos. La templanza requiere un buen juicio, prudencia, discernimiento, precaución y sabiduría.

La templanza es un valor que permite al individuo tener dominio y control sobre sus actos, logrando mantener el equilibrio, a través del disfrute de las cosas buenas sin caer en el exceso ya que se puede transformar en dañino o perjudicial para el propio. Por ejemplo: el alcohol, la comida o el sexo, que pueden ser peligrosos si se deja a un lado la templanza.

Por otro lado, en el área de la pintura, la templanza es la armonía y buena disposición de los colores.

En relación a la climatología, la templanza hace referencia a la moderación del clima. “El trabajo del jardín se llevará en épocas de mayor templanza”.

Los sinónimos de templanza son moderación, mesura, ponderación, cuidado, prudencia, etc. Por su parte, los antónimos son abuso, exceso, imprudencia, desenfreno, entre otros.

Motivados


La motivación es un reflejo de tus emociones y no puedes confiar en ellas por completo cuando se trata de formar nuevos hábitos. En cambio debes combinarla con autodisciplina. Esa palabra puede dar miedo a algunos de ustedes pero la verdad es que no pueden estar seguros de que su excitación inicial sobre un nuevo hábito estará en el mismo nivel después de unas semanas.

La autodisciplina es la parte desafiante del proceso pero se puede aprender. La motivación te llevará a través de la puerta si quieres entrenar para un medio maratón pero la autodisciplina te hará usar esos zapatos para correr incluso cuando llueva afuera y todo lo quieras hacer es acurrucarte y ver programas de televisión. La autodisciplina es esencial para alcanzar tus objetivos porque te hará superar tus límites y descubrir un lado nuevo de ti mismo.

“La disciplina es el puente entre las metas y los logros.”
Jim Rohn.

Experimentarás malos días en tu viaje de formación de nuevos hábitos y eso está perfectamente bien. Después de todo estás tratando de mejorar y no siempre será fácil especialmente después de que la euforia desaparezca. Sin embargo la autodisciplina te mantendrá en el buen camino y continuarás avanzando. Y después de un tiempo tus nuevos hábitos se convertirán en parte de tu vida.

Si quieres formar un nuevo hábito, debes ser dedicado. Como cuestión de hecho, un estudio mostró que generalmente te tomará sesenta y seis días antes de que un hábito se convierta en una parte normal de tu vida cotidiana. Tienes que seguir con eso hasta que el hábito se convierta en una rutina

La motivación es crucial para el primer paso de tu viaje. Te hará sentir la emoción y estarás ansioso por cambiar. Tus emociones y enfoque serán altos durante las primeras semanas pero desaparecerá. La autodisciplina debe hacerse cargo cuando esto suceda. Pero ten en cuenta que no eres una máquina y que puedes permitirte omitir uno o dos días. Eso está perfectamente bien siempre que sepas lo que está sucediendo. Deberías seguir adelante el día siguiente.

Formar nuevos hábitos se sentirá como un paseo salvaje porque a veces estarás motivado para revisar toda tu lista de tareas y completar cada tarea en un día. 

Pero habrá momentos en los que ni siquiera podrás comenzar a escribir. Esta es la razón por la cual tanto la motivación como la autodisciplina son partes significativas de la formación de hábitos. 

Una vez que los combines, obtendrá la clave que eventualmente te ayudará a formar un hábito.


Somos Diversos


Es preciso rechazar contundentemente la crítica que a menudo se hace de la diversidad cultural como causa de conflictos.

Son los intentos de suprimir la diversidad lo que genera los problemas, cuando se exalta "lo propio" como lo único bueno, lo verdadero, y se mira a los otros como infieles a convertir, si es necesario, por la fuerza.

O cuando se considera que los otros representan "el mal", la causa de nuestros problemas, y se busca "la solución" en su aplastamiento.

 Los enfrentamientos no surgen porque existan particularismos, no son debidos a la diversidad, sino a su rechazo. Son debidos a los intentos de homogeneización forzada, a los fundamentalismos.

Conviene aclarar, por otra parte, que la defensa de la diversidad cultural no significa aceptar que todo vale, que todo lo que los pueblos crean sea siempre bueno.


Lo que es siempre bueno, en cualquier dominio, es la diversidad, porque nos hace ver que no hay una única solución a los problemas, una única ley incuestionable…


La Mente Puede

Durante siglos, mujeres y hombres intrépidos han desafiado los límites de la resistencia humana en algunos de los eventos deportivos más duros realizados en los sitios más inhóspitos.


Tan pronto como el hombre primitivo empezó a recorrer largas distancias para cazar, nuestras largas extremidades, piel sin pelaje, combinada con la habilidad de sudar para regular la temperatura del cuerpo, han evolucionado para hacernos más resistentes. Pero esto no quiere decir que nuestro cuerpo no tenga sus limitaciones.

En el pasado, se creía que la fatiga muscular hacía que nuestro cuerpo se frenara tras un excesivo esfuerzo intenso.

Pero hoy en día un creciente número de científicos cree que la clave de la resistencia física está en la mente.

La teoría del profesor Tim Noakes, de la Universidad de Ciudad de Cabo en Sudáfrica, sugiere que es nuestro cerebro y no los músculos lo que dictamina cuán lejos podemos llegar. Durante la actividad intensa nuestro cerebro inconscientemente sienta las bases para evitar que el cuerpo sucumba ante el esfuerzo extremo.

El ex jugador de rugby Richard Parks fue la primera persona en escalar las montañas más altas del mundo y alcanzar los tres polos -el norte, el sur y la cumbre del Everest- en siete meses.

"Ya sea esquiar al Polo Sur o escalar las montañas más altas del mundo, como atleta extremo siempre he tenido que entrenar muy duro físicamente", explica Parks. "Pero cada vez soy más consciente de que es mi mente y no la fuerza bruta lo que me ayuda a superar las situaciones más difíciles y de vida o muerte".

Sin embargo, científicos como el profesor Sam Marcora, de la Universidad de Kent, opinan que la razón por la que los atletas pueden superar sus límites, descansar y recuperar las condiciones para intentarlo otra vez, se debe a un mecanismo consciente que depende de la percepción individual del esfuerzo excesivo.

Varios estudios demuestran que los atletas que hacen un entrenamiento físico y mental tienen un mayor margen de mejora: tanto como 120%, comparado con el 40% de aquellos que sólo trabajan su forma física.

El hombre detrás de los mejores logros deportivos del Reino Unido, el doctor Steve Peters, cree que nuestro cerebro se puede verse como tres áreas independientes capaces de trabajar en conjunto.

Nuestro lado "humano" es lógico, el "animal" es emocional, vital para sobrevivir pero responsable de la ansiedad, el nerviosismo y las decisiones impulsivas.
Por último está nuestra "computadora", responsable de programar los pensamientos y el comportamiento aprendido. Para los atletas de élite, aprender a controlar el lado animal es vital.

Afortunadamente, como el resto del cuerpo, el cerebro puede entrenarse para un gran evento.

El ciclista de pista británico Chris Hoy es un gran defensor de las técnicas de Peters. Él ha ganado seis medallas olímpicas y once de mundiales
Los avances en neurociencia y tecnología utilizando pantallas táctiles han revolucionado la forma en que los atletas pueden entrenar.

Las habilidades que antes se pulían en el campo ahora se mejoran en laboratorios futurísticos deportivos donde el entrenamiento del cerebro mejora el desempeño atlético.

Ahora el entrenamiento por encima del cuello se considera tan importante como el físico, lo que le permite a los atletas añadir repeticiones mentales a sus series sin ninguna fatiga física.

Las pruebas cognitivas también pueden detectar áreas de debilidad, lo que para un atleta de resistencia puede incluir ansiedad, fatiga, estrés, metabolismo y clima.

Entonces, ¿en verdad reside en la mente la resistencia física?

De acuerdo con Matt Furber, jefe científico del laboratorio GSK de desempeño humano, "definitivamente la mente juega un papel en el desempeño físico, pero la economía del ejercicio, maximización y horas de entrenamiento son la prioridad en el desempeño de resistencia".

Sin embargo, Barry O'Neill, jefe del laboratorio cognitivo, cree que mucha gente puede lograr ese nivel de preparación fisiológica "pero lo que diferencia a una pequeña élite del resto del grupo es la mente".

El entrenamiento del cerebro sólo está rasguñando la superficie sobre lo que es posible. Pero ya es visto como un ingrediente esencial para que cualquier atleta logre esa diferencia sobre su oponente.


Para ser el mejor, la mente debe ser tan fuerte como el cuerpo.

Ley De Atracción


El universo es complejo y todos formamos parte de esa estructura que estamos lejos de comprender, por lo tanto, nos parece más razonable pensar que todo obedece a un plan común y que unos nos servimos a otros porque todos somos la misma cosa.

Es decir, que la única ley de la atracción de vale es aquella que favorece a todo el mundo, que lo único que el universo está dispuesto a ofrecernos es aquello que sirva a nivel global.

Por ejemplo, quien sabe si, en algún lugar del mundo, hay alguien ahora mismo haciendo algo que será importante y necesario para mí, y yo, mañana, haré algo que tendrá un gran impacto en la vida de otra persona, sin siquiera saberlo.

Quizá todos y todas somos de una forma específica y pensamos de una forma específica porque somos necesarios para el mundo así.

No es que no seamos partidarias de cambiar aquellas cosas que nos limitan o nos hacen infelices, pero también hemos de tener en cuenta que no somos el ombligo del mundo, que en la vida (como dice el Tao) hay un momento para el éxito y otro para el fracaso y que, muchas veces, es más rentable (emocionalmente hablando) la serenidad de aceptar que el éxtasis de conseguir.

La gran cuestión es, si es la felicidad la finalidad de la vida, o si lo es la calma y la serenidad. A veces, lo que llamamos felicidad es una especie de éxtasis vital que, casi siempre, se parece más a una montaña rusa poco estable que a un estado de plenitud duradero. Sin embargo, la serenidad tiene un componente más estable.

Nos parece más bella una orquídea que un cardo, sin duda, pero el cardo tiene su función en el mundo y pedirle que se convierta en una orquídea puede resultar contraproducente.

Es un ejemplo simplista, sí, pero queremos decir con ello que, a veces, el esfuerzo que nos va a llevar cambiar algo puede tener un peaje más elevado que aceptarnos tal y como somos, aceptar que todo tiene su ritmo y su momento, y aceptar que, no hay mayor logro en la vida que ser uno mismo.


Dualidad De Criterio


Del latín dualĭtas, el término dualidad señala la existencia de dos fenómenos o caracteres diferentes en una misma persona o en un mismo estado de cosas. 

En el ámbito de la filosofía y la teología, se conoce como dualismo a la doctrina que postula la existencia de dos principios supremos independientes, antagónicos e irreductibles.

En este sentido, las nociones del bien y del mal son un ejemplo de dualidad. Ambas pueden definirse por oposición y hacen referencia a dos esencias completamente distintas. Materia-espíritu y realismo-idealismo son otras muestras de conceptos que conforman una dualidad.

En este caso, todo el conjunto de doctrinas dualistas existentes y que, como hemos mencionado, parten de esa diferenciación entre el Bien y el Mal tienen una serie de rasgos en común. Así, por ejemplo, nos encontramos con el hecho de que el Bien siempre se identifica con la luz y también con el espíritu. 

Por su parte, el Mal se asocia en todo momento con la oscuridad, con lo que es la parte corporal y también con el propio Diablo.

De esta manera, podemos ver perfectamente esa dualidad de la que estamos hablando en uno de los personajes literarios más importantes de toda la historia. Nos estamos refiriendo al protagonista de la obra “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”, que en el año 1886 creó el escritor escocés Robert Louis Stevenson.

En concreto, se trata de un científico que ha sido capaz de crear una poción que le permite cambiar física y personalmente. Así, cuando se convierte en Hyde pasa a ser un hombre violento capaz de acabar con la vida de otro ser humano. De esta manera, asistimos a las dos caras que puede tener cualquier persona, el doctor representa al Bien y Hyde a la cara más oculta, siniestra y violenta del género humano.

La filosofía china apela a la noción del yin y el yang para resumir la dualidad de todo aquello que existe en el universo. Esta idea puede aplicarse a cualquier situación u objeto, ya que podría explicarse en la premisa que sostiene que en todo lo bueno hay algo malo y viceversa.

No obstante, a lo largo de la historia han existido otros dualismos importantes. En el caso de la filosofía nos encontramos, por ejemplo, con el pensador prusiano Immanuel Kant que estableció la siguiente dualidad: la razón práctica y la razón pura.

El dualismo teológico se basa en la existencia de un principio divino del bien (asociado a la Luz) en contraposición a un principio divino del mal (las Tinieblas). Dios es señalado como responsable de la creación del bien, mientras que el mal es atribuido al diablo. El dualismo, por lo tanto, libera al hombre de la responsabilidad por la existencia del mal en el mundo.


Ser Receptivos


Llegas a la oficina y te dicen que el trabajo que entregaste el día anterior está muy mal. Se te acerca un compañero que te comenta, de forma burlona, que la ropa que te has puesto puesto no te favorece. Un pariente te dice que una vez más, has llegado tarde a la reunión familiar.

No, no es un mal día. Piensa que esto se repite con habitualidad. Pero, ¿cómo reaccionas? ¿Eres capaz de tolerar las críticas de los demás, ya sea de jefes, compañeros de trabajo, amigos o familiares? ¿O, por el contrario, te angustia comprobar que alguien te reprueba o no le caes bien?

Hay que tener en cuenta, en primer lugar, qué es realmente una crítica, porque ello determinará cuándo tenemos un problema o cuándo, en realidad, el problema es del otro, del que nos critica.

«La crítica constructiva no existe. Una cosa es corregir, proponer, ser un mentor, y otra es criticar por criticar. En este último caso, hay un fin negativo ya que no hay propuesta, solo se incide en el problema», explica el psicólogo Bernardo Stamateas y autor del libro «Trátame bien».

Al «categorizar» el tipo de crítica, podemos también identificar los distintos tipos de personas que las efectúan:

-El que lo hace siempre es porque está frustrado: «La persona desplaza el enojo hacia los demás. Por ejemplo, una persona frustrada en el trabajo suele criticar siempre a sus compañeros», señala Stamateas.

-El que critica y juzga para no pensar en sí mismo: «Es un factor distractor, el que lo hace pretende no pensar en sus errores, es una forma de decirse: "tú eres peor que yo"».

-El envidioso: «Necesita remarcar y poner la lupa porque eso le alivia la angustia que le genera lo bien que le va al otro».

En este sentido, hay un punto en común, como señalaba Stamateas, en todos los tipos de críticos: No hay consejo en ningún caso, pero además, «se marca el error desde el odio y no desde el amor y nosotros no podemos cambiar desde el odio». 

El que propone algo, el maestro, el amigo «marca el error desde el amor, porque es necesario marcarlo, no hay que taparlo, pero el objetivo en ese caso es la mejora».

Por lo tanto, «hay que ignorar la crítica negativa, agresiva, sin consejo y cargada de odio porque no hay un proceso reflexivo». En cambio, «si hay contenido de reflexión, sí hay que escuchar».



Esperanza


La esperanza es el alimento para la existencia, y le da sentido a nuestras vidas cuando creemos que no lo tiene, cuando la intención pasa por bajar los brazos, o suponer que mágicamente con solo el transcurrir del tiempo algún alivio llegue a nuestro ser. 

Nos ayuda a salir del lugar de víctima impotente, o cuando aparece la insensibilidad  como una protección necesaria porque el dolor se hace insoportable, o como a muchos que en algún momento hemos pensado en dejar de  vivir como una salida, ante la falta de esperanza de que era posible algo mejor para nosotros.  Nietzsche afirma que  “quien tiene algo porque vivir es capaz de soportar cualquier como”.

Seguramente mucho de lo que estamos diciendo hoy no sea algo nuevo pero  todos necesitamos permanentemente recordar, más aún cuando estamos mal, porque solemos  olvidar  lo valioso que nos queda y cuanto aún a pesar de todo, podemos.

El deseo de compartir nos sirve para ayudarnos a forjar fortaleza y esperanza que solos, es mucho más difícil de  alcanzar, lo nuestro no es una enfermedad, es una crisis existencial que debemos atravesar en búsqueda de un sentido, y nuestro mensaje de esperanza es que eso es posible.

Quiero  compartir  algo de lo que he ido leyendo últimamente referido a estos temas,  pero desde otro lugar. En los últimos tiempos la ciencia ha dado crédito a la conexión entre nuestras emociones y el ADN, se ha demostrado que la frecuencia vibratoria de nuestras emociones pasa a través de las células y  activa el código genético dentro de la molécula. Si dejamos de juzgarnos y nos damos el permiso de  sentir todas las emociones, que a veces  bloqueamos, mientras más nos permitamos sentirlas, cualquiera que ellas sean, más sano será para todo el ser.. Cuanto más nos expresamos  comenzamos a utilizar nuestro potencial total para estar  más libres de ser nosotros mismos…..y más libres para  sentir esperanza,

Paul Pearsall, psiconeuroinmunólogo, que estudió su propio proceso de enfermedad terminal a través de la física cuántica, y se ha dedicado últimamente  a investigar transplantados de corazón, sostiene que nuestro ser está comandado por dos sistemas que piensan por igual: el cerebro y el corazón, y que el cerebro ha ido logrando que no  podamos escuchar al corazón
.
Dice que el cerebro está concebido como un sistema reactivo para el mantenimiento de la salud, cuya misión es mantenernos vivos y conseguir que nuestra vida como individuos sea físicamente lo más placentera posible, se guía por la energía de la urgencia.

El corazón, afirma él, es un sistema contemplativo y sensible   que piensa con lentitud y sentimentalismo. Que trata de unir su sutil energía con otros corazones, como un medio de establecer intimidad en los vínculos.  El cuidado, el amor y el relacionarnos son expresiones del código del corazón.

El cerebro tiene tendencia a la censura crónica, se considera a sí mismo el más importante de los órganos, es impaciente, y si no se cumplen rápido sus objetivos y sus expectativas conduce rápidamente a la ira, y necesita el control de todo. 

Hay un constante abuso y exigencia del cerebro sobre el cuerpo y el corazón.


El corazón sabe que el éxito no puede ser perseguido, sino conseguido como el resultado de una relación con el mundo, más suave, equilibrada, unida y amorosa. Sabe que ciertos obstáculos de la vida no se nos han puesto para que los superemos, sino para que nos detengamos y aprendamos a empezar a ser más que  hacer.

Aspiraciones Humanas
El grado de dolor o satisfacción en el género humano es una cuestión totalmente subjetiva, que bien podría estar definida por su naturaleza, o subjetivamente dependiendo de la situación en específico. Si no existiera una gran angustia que ocupara la mente del individuo, ésta se vería reemplazada por cientos de pequeñas dolencias que en conjunto tendrían la misma magnitud de la primera. Es por esto también que cuando se ha librado un inmenso dolor que se padecía, surge casi inmediatamente alguna otra preocupación que ocupa su lugar.

Según lo explicado, todo gran dolor o gran júbilo son sensaciones erróneas, meras ilusiones causadas por una falta de conocimiento, el primero por no comprender que el dolor es algo intrínseco en el hombre, y el segundo por creer haber descubierto algo que no se pensaba encontrar en el mundo.
Aspirar a una vida estoica, es por tanto el ideal de quienes buscan liberarse del dolor del mundo: “La ética estoica trataba principalmente de liberar el ánimo de todas las ilusiones de esa clase y sus consecuencias, ofreciéndole a cambio una inquebrantable impasibilidad” (Schopenhauer, 2004, p. 376).
Si como se ha dicho, dinámica del querer funciona de tal manera que una vez satisfecho un deseo surge otro y así continuamente, pero también se da el caso de encontrar un deseo que no es posible satisfacer pero tampoco dejar de lado y entonces el individuo se aferra a éste, creyéndolo además culpable de todos sus sufrimientos y nuestro destino. Para que los seres humanos logren una reconciliación con ellos mismos, es necesario conocer que el sufrimiento es parte fundamental de la vida y que una satisfacción de todos los deseos es imposible.

Tender Puentes


Dos hermanos, cuyas tierras colindaban, un día tuvieron una grave discusión. Desde entonces llevaban meses sin hablarse.  De repente dejaron de colaborar, después de una vida de intercambio y ayuda mutua.

Una mañana alguien llamó a la puerta de Juan, el hermano mayor. Al abrir la puerta, encontró a un carpintero.

– Estoy buscando trabajo por unos días – dijo el extraño.

Juan respondió:
– Sí, tengo un trabajo para usted. Mire aquella granja al otro lado del arroyo. Ahí vive mi hermano menor, que es mi vecino y hace meses que no nos hablamos. Quiero que construya una cerca de dos metros de alto con aquellas maderas que encontrará en la orilla del río. No quiero verle nunca más.

El carpintero le dijo:                                                            
– Creo que comprendo la situación. Muéstreme donde están la sierra, los clavos y la pala. Le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho.

El hermano mayor dejó la granja por el resto del día para ir al pueblo. El carpintero trabajó todo el día midiendo, cortando y clavando. Al anochecer, cuando el granjero regresó, el carpintero  había finalizado su trabajo.

El granjero quedó con la boca abierta. ¡No había ninguna cerca! El carpintero había construido un puente. Un puente que unía las dos granjas traspasando el arroyo.

En ese momento su hermano menor vino desde su granja, cruzó el puente y abrazó a su hermano diciéndole:

– ¡Eres una gran persona! Gracias por construir este hermoso puente después de lo que pasó. ¡Te añoraba muchísimo!


Los dos hermanos se reconciliaron e invitaron al carpintero a celebrar su reencuentro.

– Me gustaría quedarme, – dijo el carpintero – pero son muchos los puentes por construir.


Fuente: Internet autor desconocido, versión adaptada



Ser Solidarios


Filosofía
Colaboración Solidaria
Sobre la perspectiva que adoptamos en el seno de ese abordaje filosófico latinoamericano cabe, por lo tanto, partir de la praxis social, detectar las contradicciones entre los distintos actores y, a partir de ellas, considerar las clases sociales y sus intereses antagónicos, descubriendo las mediaciones recurrentes en los procesos de explotación, expropiación y dominación, bien como las mediaciones de resistencia y de luchas por la liberación, esto es, por la expansión de los ejercicios de libertad pública y privada.

Como toda praxis (acción efectivadora) supone alguna teoría, todas las formas de resistencia y de lucha por la liberación están permeadas por teorías cuyo alcance y consistencia varían en función del grado de su reflexión y reelaboración por los actores que las practican.

Todavía es posible, gracias a la mediación dialógica, una reflexión colectiva, criteriosa y sistemática sobre tales elementos teóricos, sus dificultades gnoseológicas y estratégicas, su capacidad de desvendar mecanismos de dominación y de presentar alternativas. 

También es posible, como recurrencia de esa reflexión, la proposición de formas de obrar que amplíen el ético compartimiento de mediaciones materiales, políticas, informativas y educativas que mediaticen la libertad no apenas de los sujetos populares explotados, expropiados, dominados y excluidos, sino de toda la sociedad.

La teoría, en ese caso, surge de la praxis y a ella retorna buscando calificarla para que pueda ser más eficaz como elemento de liberación. En este movimiento de reflexión y de acción colectiva, la teoría y la praxis están necesariamente mediadas por el diálogo, cabiendo a cada persona humana decir su palabra, participando en la producción del conocimiento que contribuye para la liberación de todos.


Nadie, al final, libera a nadie; nadie se libera sólo: todos se liberan todos juntos. 

La reflexión que aquí presentamos se reviste, pues, de este carácter una propuesta dialógica que resulta de la investigación de distintas prácticas, y quiere ser presentada como una contribución para una construcción colectiva y emancipadora.