viernes, 19 de junio de 2020

La Adversidad Fortalece


La vida nos pone muchas veces a prueba… incluso cuando no lo hace, una de las cosas que mayor miedo nos da es pensar ¿Cómo reaccionaría ante esto? ¡Seguro que si me pasara me moriría!… pero, en realidad somos mucho más fuertes de lo que pensamos y es que todos llevamos dentro a un valiente que se crece ante las adversidades.

Por eso no podemos vivir con miedo, pensando y pensando, ¿Si pierdo el trabajo… y si pierdo este amor… y si pierdo a este ser querido y si enfermo?

Porque, aunque no lo creas, “después de la tormenta siempre llega la calma”. Así, aunque los primeros momentos son realmente difíciles, cuando ya no nos quedan lágrimas y hemos aceptado que la vida hoy fue ingrata con nosotros… aparece una fuerza interior (resiliencia) que nos protege, nos ayuda y que nos hace crecer como personas…

Todo lo malo que nos ocurre tiene una parte positiva aunque no seamos capaces de verla.

Incluso, puede que en este momento te esté ocurriendo a ti, querido lector y pienses que no lo vas a superar, que esto no lo vas a poder sobrellevar o que siempre vas a vivir “con esa mala suerte que te persigue”, pero…

La vida son etapas, son momentos, buenos y malos, alegres y tristes… porque así es este viaje y así tenemos que entenderlo: si un día está nublado, incluso dos o tres, ten por seguro que el sol tiene que volver a salir

Algunas veces este astro es un poco perezoso y pone a prueba nuestra paciencia, otras veces nos sorprende con su luz radiante después de una buena tormenta y otras tantas que lo dislumbramos desde lejos, muy pequeñito… al final va acercándose poco a poco a nosotros hasta inundarnos con su luz.

Recuerda que cuando reflexiones sobre aquello tan tremendo que te ocurrió, piensa que no solo sobreviviste sino que le pusiste garra y fuerza, entonces te sentirás feliz contigo.


Te sentirás como aquel aspirante a guerrero a final consiguió ganarse su armadura y su casco… y que ahora ya no tiene miedo… porque sabe que ya le ha plantado cara una vez al sufrimiento y ha sabido defenderse.


Entes Abiertas


¿Qué significa tener una mente abierta? Es comprender que las diferentes ideologías y creencias son parte de la belleza de la diversidad del universo. Tener una mente abierta es aceptar que el conocimiento avanza y que ciertas ideas se vuelven obsoletas con el tiempo.

Se considera que una persona tiene mente abierta cuando está libre de prejuicios y cree que cualquier idea posee el derecho de ser analizada y evaluada a fin de determinar su veracidad y utilidad.

¿Cuántas personas se encierran en dogmas o directrices que ni siquiera han analizado? Son millones de personas, y ¿por qué sucede eso? Es porque tener una mente abierta requiere un esfuerzo, hay que leer, estudiar, investigar, comprobar, buscar y hacer un fuerte trabajo para conocer ciertas cosas. 

Al hacerlo se tienen mayores argumentos para consolidar el desarrollo personal.

El solo hecho de escuchar una idea diferente a lo aprendido puede ser una carga mental terrible para muchas personas. Si hablas de un tema polémico con alguna persona y comienzas a sacar una evidencia diferente, quizás esta persona salga corriendo porque no quiere escuchar algo contrario a lo tradicional.

Pensemos en algunos paradigmas del pasado, como suponer que la tierra era el centro del universo, creer que la tierra era plana, pensar que el uso de la pólvora estaba asociado con la brujería, etcétera. 

Los que tuvieron la mente abierta para cuestionar esas ideas fueron tildados como locos, sin embargo la evidencia de hoy en día puede mostrar que aquellas ideas estaban equivocadas, pero se tuvo que ir más allá de la capacidad intelectual del momento y crear nuevos conceptos.

Hoy podemos explicar diversos fenómenos naturales a través de diversas leyes que los científicos han investigado por siglos, pero no sabemos si dentro de 20, 50 o 100 años ciertos principios quedarán obsoletos, porque simplemente habrá un nuevo conocimiento que hará una explicación aún más detallada. 

Tener la mente abierta te permite explorar esas opciones y por ello no se debe desestimar una idea sin que antes se analice y siempre preguntarse sobre la posibilidad de su veracidad.

Tu mapa mental se va estructurando de acuerdo a los valores, orientaciones y conocimientos de tu familia y el entorno en el cual te formaste. Por ejemplo existe una gran diferencia en las prácticas espirituales entre una persona que nació en Egipto, otra en La India y alguien que pertenece a una tribu de las amazonas en Brasil, pero ¿qué es lo correcto? La verdad es que todos están en lo correcto, porque son formas diferentes de experimentar la espiritualidad. 

Al igual que el mango, banano y manzana son frutas. Pero muchas personas no estarán de acuerdo y dirán que ellos son los dueños de la única verdad ¿por qué? 

Simplemente se dan razones a sí mismo que han elegido con sabiduría. Una característica del cerebro, es que una vez que se elige algo, se buscan justificaciones de cualquier tipo para mantenerse ahí, en especial las de tipo cultural. 

Por eso la apertura mental es difícil, pero puede hacerse, evalúa las diferentes ideas, quédate con algunas y desecha otras.


jueves, 18 de junio de 2020

La Innovación


Las ideas son la materia prima que necesitamos para innovar. Nacen, crecen, se reproducen y mueren a partir de las relaciones entre las persona. Su entorno vital es muy lábil, si los vínculos se rompen, una buena idea puede fracasar o morir… Las organizaciones orientadas hacia la innovación, deberán entonces cultivar cuidadosamente este jardín ¿Tu organización tiene jardineros capacitados para esta tarea?

La dependencia que se genera entra una idea y los vínculos entre las personas que la rondan, son la base para que la innovación opere. Para ser efectivo, el tándem idea-vínculo-innovación requiere de una organización que lo soporte. Organización en un sentido amplio, independiente de su formalidad o duración en el tiempo.

En este análisis vamos a considerar como organización, aquellas que están institucionalizadas (con sello, con estructura, funciones, cargos, etc.) como a las informales; las duraderas o las efímeras. Sea cual fuese el caso, analizar el tipo de organización para promover cambios nos permitirá entender que tan propicio es el espacio para cultivar ideas que florezcan en innovaciones.

La importancia que se le asigne a la forma de la organización como condición para su funcionamiento, será un punto clave en el análisis. Si el centro de atención de la organización se concentra en la forma, es probable que las energías vitales de sus componentes terminen orientándose hacia la estructura, quedando adormecidos los mecanismos que propician las interacciones. Cuando esto ocurre, se debilita el entorno vital en el que germinan y se mantienen vivas las ideas que sostendrán las innovaciones. Y muchas veces, cuando el poder se transforma en un valor en la organización, si a pesar del control llega a nacer una idea… la misma se transforma en un botín a ser conquistado y controlado… ¡no vaya a ser que peligre la estructura!

Las ideas nacen de la conectividad, de las conversaciones entre las personas. Una vez que han nacido su éxito o fracaso depende de elementos culturales y organizativos. Si una organización que tiene como misión propiciar las innovaciones sufre el síndrome de la estructura, estará poniendo en jaque la disponibilidad de ideas como recurso básico para ese cometido.

Estará afectando su propia capacidad estratégica para la misión que se propuso. Si ésta es la situación, poder identificarla se convierte en la oportunidad para mejorar la efectividad. La tarea implicará luego reconectar bien los cables y hacer que la energía vuelva a fluir desde las formas, hacia a los vínculos y conversaciones entre los integrantes.

¿Cómo podemos adecuar nuestra organización para que más ideas se conviertan en innovaciones?

Las estructuras organizativas tradicionales jerárquicas no sirven para sostener ideas y propiciar innovaciones. Ellas fueron creadas para una lógica donde la prioridad es delimitar funciones y permitir estructura de mandos para el control. Funcionan bien para una factoría en serie, pero no para propiciar el desarrollo. Formatear una organización para crea ideas y potenciar innovaciones, implica poner en el centro de atención las conexiones entre las personas. Potenciar la inteligencia colectiva y el liderazgo distribuido y nómade.

Tenemos dos potentes razones para que cualquier organización destinada a la innovación, tome la forma que mejor propicie la conexión entre personas: 1 las ideas y 2 la innovación: ambas residen en la conectividad.

Las ideas nacen, crecen, se reproducen y mueren a partir de las relaciones entre las personas, y la innovación ocurre como producto de los sistemas de información y conocimientos que las personas construimos cuando compartimos un ideal.


La Voluntad


Filosofía
La Voluntad Humana
Voluntad (del latín “voluntas”, derivado de “volo”, “yo quiero”) Deseo consciente que lleva al hombre a realizar determinadas acciones.

El idealismo considera, de manera errónea, la voluntad como una propiedad independiente de influjos y circunstancias exteriores, desligada de toda necesidad objetiva, y ve las acciones y la conducta del hombre como una manifestación de la voluntad “libre”, a la que concibe con un criterio idealista.

En realidad, la fuente de la actividad volitiva del hombre dirigida hacia un fin, radica en el mundo objetivo. Reflejado a través del prisma de las condiciones interiores del sujeto (necesidades, intereses, deseos, conocimientos, &c.), el mundo objetivo ofrece al hombre la posibilidad de plantearse fines diversos, de tomar resoluciones, de actuar de tal o cual modo.

No es libre la voluntad que elige partiendo sólo de los deseos del sujeto (voluntarismo, existencialismo), sino la que elige con acierto, en consonancia con la necesidad objetiva. 

Según palabras de Engels, el libre albedrío no significa otra cosa que la facultad de tomar una resolución con conocimiento de causa.

El carácter volitivo de una acción o de un acto de conducta aparece con máxima claridad en los casos en que el hombre, para alcanzar un objetivo, ha de vencer obstáculos exteriores o interiores.

El eslabón inicial del acto volitivo consiste en el establecimiento y en la comprensión del fin; luego, en tomar la decisión de actuar, en elegir los procedimientos más adecuados para dar cumplimiento a la acción. 

Lo decisivo para caracterizar como volitiva una acción dada es que la decisión tomada se haya cumplido
.

El hombre no posee por naturaleza la fuerza de voluntad. La destreza y la capacidad para elegir un objetivo, tomar resoluciones acertadas y cumplirlas, para llevar hasta el fin la empresa iniciada, son fruto del saber, de la experiencia, de la educación y de la autoformación.


Nuestra Actitud


“Una hija se quejaba con su padre acerca de la vida y se lamentaba de que las cosas no le salían bien.

No sabía cómo hacer para seguir adelante pues sentía desfallecer y se iba a dar por vencida.

Estaba cansada de luchar y luchar, sin obtener ningún resultado.

Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó al lugar de trabajo. Allí tomó tres ollas con agua y las colocó en el fuego.

Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir.
Sin decir una palabra, sólo miraba y le sonreía a su hija mientras esperaban.

La hija se impacientaba, preguntándose que estaría haciendo su padre.
A los 20 minutos el padre apagó el fuego. Sacó los huevos y los colocó en un recipiente, sacó las zanahorias y las puso en un plato y finalmente, colocó el café en un tazón.

Mirando a su hija le dijo: Querida ¿Qué ves?
“Huevos, zanahorias y café” fue su respuesta.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego,  le pidió que tomara un huevo y lo rompiera, después de quitarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro.
Luego le pidió que probara el café, ella sonrió mientras disfrutaba de una exquisita taza de la deliciosa bebida.

Sorprendida e intrigada la hija preguntó: ¿Qué significa todo esto, padre?

Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: ¡agua hirviendo!

Sólo que habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había hecho blanda y fácil de deshacer.
Los huevos habían llegado al agua frágiles, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en el agua hirviendo, se había endurecido.
Los granos de café, sin embargo eran únicos: después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.

-¿Cuál de los tres elementos eres tú?
 -Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes?
Le preguntó a su hija.

-¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero,  cuando la fatalidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, con un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación o un despido se ha vuelto duro e inflexible?
Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargada y rígida, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres un grano de café?
El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor.

Cuando el agua llega al punto máximo de ebullición el café alcanza su mejor sabor y aroma.

Ojalá logres ser como el grano de café, que cuando las cosas se pongan mal, tú puedas reaccionar en forma positiva, sin dejarte vencer por las circunstancias y hagas que las cosas a tu alrededor ¡mejoren!

Que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumine tu camino y el amor de DIOS llene tu corazón para que lo compartas con las personas que te rodean y que puedas siempre esparcir e irradiar fuerza, optimismo y alegría como el “grato aroma del café”…


Pido a DIOS que nunca pierdas la esencia limpia de su amor y que te permita superar cualquier obstáculo victoriosa y exitosamente…”


Sociedad En Las Redes


Por mucho que ocupen miles de páginas, minutos de audio o bits de información, la redes sociales han existido siempre. Lo novedoso del momento es la capacidad que tienen de plasmarse, mostrarse, y por tanto, amplificar su escala y sus efectos. 

No sólo podemos saber quién conoce a quién mediante una red profesional como es Linkedin, sino que, personas distantes geográficamente pueden conocerse en Internet gracias a un interés común que les lleva a encontrarse a través de blogs, redes sociales, foros o cualquier instrumento de interacción entre usuarios.

Con la llegada de Internet, la sociedad que consigue conectarse, es capaz de crecer en sus vínculos, reforzarlos, tejer una tupida red alrededor de intereses comunes, causas y motivaciones.

Se olvida con frecuencia que Internet es una red de máquinas que une a las personas que miran las pantallas, es decir, fundamentalmente una red de personas. Red sin centro geográfico, red con millones de nodos, red distribuida, donde la información en doble sentido se convierte la savia que alimenta y hace crecer la red.

Como bien decía Manuel Castells “la tecnología es mucho más que una tecnología. Es un medio de comunicación, de interacción y de organización social“.

La información es ahora de todos y está en todas partes. Los flujos de información que corren por la red hacen del mundo un lugar más pequeño y llevan a un profundo cambio que afecta a todos los aspectos de la existencia humana. La digitalización de los soportes y la aparición de Internet están modificando, no sólo ya las formas de distribución de productos y servicios, sino que trastoca toda la cadena de valor.

La información compartida abre caminos a la colaboración y a la creación insospechada hasta el momento para las empresas y en otras formas de organización social. Nuestras vidas se ven modificadas: nuestra forma de comprar, de informarnos, de administrar nuestro ocio, de tomar decisiones, de educarnos, de trabajar, de comunicarnos, de crear…

Por tanto estamos hablando de algo más que un cambio tecnológico: estamos delante de un verdadero cambio de paradigma, de un cambio cultural.

Pero incluso este cambio cultural alberga ya un peligro: el peligro de la desconexión. Muchos quedarán al margen de la conexión a la red de personas. No sólo un tercer mundo sin las infraestructuras tecnológicas; la brecha digital es también generacional, educacional, social, y hasta pueden darse formas de autoexclusión como reacción temerosa ante las incertidumbres del cambio de era.

A la vez, también habrá quien quiera evitar que las personas formen parte de esta red descentralizada y distribuida, so pena que sean capaces a autoorganizarse.


Por todo ello, estar o no estar conectado podrá marcar la diferencia para participar o quedarse fuera de la nueva sociedad red que ya está aquí.


Modos De Comunicación


La comunicación no verbal es un tipo de lenguaje corporal que los seres humanos utilizan para transmitir mensajes, en la mayoría de casos de forma inconsciente.

Es sabido desde hace ya mucho tiempo que la información no sólo se transmite con las palabras, sino también a través de los movimientos corporales como las posturas, las miradas, las distancias entre unos y otros, la forma de sentarse o incluso de caminar.

La comunicación no verbal que va más allá de las palabras, y por ese motivo es la que transmite en mayor medida los verdaderos sentimientos o estado interior personal. El lenguaje no verbal es el lenguaje corporal que no miente fácilmente (aunque todo se puede entrenar), a diferencia de la palabra que sí lo hace más a menudo de lo que pensamos. De hecho, a menudo sucede que las palabras dicen algo que contradicen los gestos de quien habla.

Aun así, no debemos pensar que podemos saber a ciencia cierta qué está pensando de verdad una persona sólo con verla. La interpretación de un gesto, sobre todo si es aislado, puede traernos confusión, puesto que los gestos obtienen su significado al relacionarse los unos con los otros.

Albert Mehrabian, un prestigioso antropólogo, concluyó que cuando alguien está hablando solamente se recibe el mensaje de sus palabras en un 7%, mientras que por el tono de voz y otros detalles vocales nos transmite hasta un 38%, mientras que el máximo del contenido de la comunicación lo transmite el lenguaje corporal de los gestos, con un 55%.

¿El lenguaje no verbal es el mismo en todas las partes del mundo?
El lenguaje no verbal que expresa sentimientos o estados interno como el hambre, la tristeza, la alegría, el miedo, la indignación, el enfado, la sorpresa, etc… es igual en todo el mundo. Los gestos es el “idioma” internacional de la humanidad.

Pero debemos saber que al igual que se aprende un idioma, también se aprenden los gestos, imitándolos porque forman parte de la cultura del país (pensemos en los italianos y su rico vocabulario de gestos, sobre el que se han hecho numerosos estudios). 

No obstante los gestos fundamentales son invariables, por ejemplo, en los recién nacidos de cualquier lugar del mundo. Si un bebé tiene hambre, malestar físico o psicológico, llora, y cuando se siente satisfecho sonríe para comunicar su alegría.

El “dialecto gestual” que altera estas raíces, se adquieren a medida que crecemos según la cultura de cada país.

Los niños se mueven de una forma más inconsciente, por eso su lenguaje gestual es más sincero que el de los adultos. Con la edad aparecen las represiones psicológicas, los complejos, la educación es más notable, etc… por este motivo, el adulto reprime sus expresiones naturales y tiende a disimular sus gestos.

Cuanta más edad se tiene, más inexpresiva es una persona, y por lo tanto más difícil de traducir bien el lenguaje de sus gestos.

Por otro lado, también se ha visto que cuanto más elevado es el status social, más moderados son los gestos, y cuanto más bajo es dicho status, más amplia y auténtica es la expresión del lenguaje no verbal. 

Quizás la clave de la explicación al por qué ocurre esto, resida en que a más educación para “saber estar”, más represión hay sobre la autenticidad personal.


Derecho A Nacer

De acuerdo a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 y la mayoría de las naciones, todos somos ciudadanos. Sin embargo, muchas comunidades humanas han estado sufriendo el efecto de un fenómeno llamado “apátrida”.


La apátrida es poco conocida en la vida cotidiana por muchos de nosotros, quienes vivimos en países desarrollados, pero en los cinco continentes esta injusticia tiene lugar. La apátrida significa que una persona no tiene nacionalidad, no pertenece a ninguna nación legalmente, y en consecuencia, vive sin derechos: por ejemplo, la imposibilidad de conseguir un trabajo (es apátrida de iure, pues hay otro tipo: apátrida de facto, cuando la persona no es rechazada por la legislación, pero sigue sin dichos derechos.

Esta realidad social es producida por innumerables causas, pero las más importantes son:
1- Surgimiento de un nuevo país tras la desaparición de otro (un ejemplo es Estonia, en donde hay un gran grupo de rusos sufriendo la apátrida desde el momento de la disolución de la Unión Soviética).
2- Asentamiento de un grupo social en un área fronterizo o transfronterizo, de modo que no es reconocido por ninguno de los países incumbidos.
3- Ausencia de registro de nacimientos por errores administrativos del Estado, o por el desconocimiento de dicho hecho (especialmente en áreas poco desarrolladas).
4- Renuncia a una nacionalidad sin haber adquirido otra. Es un caso inusual: ocurre en ocasiones ante refugiados políticos o personas que escapan de una nación por causas ideológicas, sociales (algunos disidentes cubanos tras la Revolución cubana de 1959 eran apátridas de facto: no tenían derechos en el país), e, algunas veces, climáticas (cuando hay un desastre natural en un país y las personas se van).
5- Rechazo a una minoría étnica por causas diversas: religiosas, políticas, sociales…

Destaca esta última circunstancia, sobre todo en aquellos países poco desarrollados o con una mentalidad tradicional. Para entenderlo, un ejemplo claro es el de los rohingya.

Un caso muy polémico, pero en algunas áreas del mundo poco conocido, es la historia de los rohingya: es una comunidad étnica musulmana que viven en Birmania (República de la Unión de Myanmar), cerca de Bangladesh, cuyo asentamiento en la antigua Arakán fue hacia el siglo VII por comerciantes de la actual Mongolia, países árabes y Bengala (dividida entre Bangladesh y la India).

Sin embargo, las mayores migraciones fueron a partir del siglo XIX con la ocupación británica.

Los rohingya fueron privadas de ciudadanía en 1982 por Birmania, debido a las diferencias étnicas, pero también religiosas (son musulmanes, mientras que la religión mayoritaria de la región, Rakhine, es el budismo). 

Otra razón más relativamente cercana a la actualidad es la colonización británica: estos europeos esclavizaron y fueron violentos con esta comunidad (y a los rohingya que había en la India británica y que trasladaron a Birmania). 

Otro factor fue la contratación con salarios paupérrimos y largas jornadas de trabajo de personas de este grupo en la administración colonial o en el comercio, lo cual dio lugar a un rechazo por parte de los autóctonos de la zona. Como justificación a este rechazo, los tratan como “inmigrantes bengalíes”.

Así, desde ese año, los rohingya tuvieron que sobrevivir sin ningún tipo de ayudas, oportunidades ni servicios: sin asistencia sanitaria, con impuestos elevados y trabajos forzosos, y con restricciones para el matrimonio, acceso a la educación, desplazamientos por el país y el trabajo, y ejecuciones extraoficiales, entre otras consecuencias negativas. Otros aspectos son las políticas de Rakhine, que marcan un máximo de dos hijos por mujer musulmana rohingya, las cuales tienen mayor desatención médica y muchas sufren abusos sexuales y violencia: es una planificación familiar con el propósito de controlar esta población. 

Todas estas acciones van en contra de las disposiciones erigidas en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, y en la DUDH (Declaración Universal de los Derechos Humanos) de las Naciones Unidas en 1948.

Por esta razón, esta violación a los derechos humanos ha provocado que muchos rohingya se hayan sentido obligados a exiliarse de Birmania como medio de supervivencia. Debido a su falta de recursos, han debido refugiarse en los países vecinos (especialmente Bangladesh, India, Tailandia, Malasia, e Indonesia) que, tanto por el temor a conflictos diplomáticos e internacionales como por el rechazo de algunos de ellos a esta comunidad, han impedido dicho traslado. 

En este aspecto, Bangladesh ha sido el país que ha recibido más rohingya (por la similitud del idioma) y que los ha tratado con más dureza, ya que les obligan a pagar por entrar, para luego a muchos enviarlos a regiones precarias, o devolverlos de nuevo a Birmania, porque Bangladesh y el resto de naciones insiste desde hace muchos años al gobierno de Birmania formado por militares en que finalicen los abusos. Una de las razones de esta presión es que la falta de voluntad para acogerlos, pues se niegan a establecer medidas y leyes que legitimen su consideración de “refugiados” y las ayudas y protección correspondientes.

En consecuencia, todos estos hechos, ocurridos especialmente desde hace veinte años, han producido tanto acciones rebeldes violentas a través de la formación de grupos armados de algunos rohingya, como el debilitamiento de esta comunidad indefensa, sobre todo de mujeres y niños/as. Y ahora aún más, pues tras 30 años sin ningún censo realizado en Birmania, ahora el país va a hacer uno y cabe la posibilidad de que los rohingya no estén incluidos en él, lo que supondría un delito grave dentro del derecho internacional: un etnocidio. 

Esta infracción dará lugar a una disminución de oportunidades y del desarrollo personal y comunitario de sus miembros que impide el acceso a una adecuada calidad de vida y a muchos otros derechos como la tolerancia religiosa o la asistencia sanitaria, y además, un trato igualitario en Birmania, como si fueran extranjeros, tal y como se marcó en la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas en 1954 por la Organización de las Naciones Unidas, concretamente en el artículo 7.


De esta manera, para combatir estas injusticias, organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas y sus organismos dependientes, especialmente ACNUR, Human Rights Watch y otros, están intentando hacer acuerdos con el gobierno para permitir la llegada al país de ayudas tanto físicas como monetarias, y han conseguido, según las promesas del gobierno birmano, la inclusión de la sociedad dentro del censo.


miércoles, 17 de junio de 2020

El Esfuerzo


El mundo está lleno de gente que quiere recoger frutos de árboles que nunca sembraron

Ciertamente muchas personas a lo largo de sus vidas pretenden  beneficiarse de cosas a las que no han aportado absolutamente nada, se sienten con derechos a reclamar beneficios por los esfuerzos de otros, tratando de justificar sus intenciones con toda clase de argumentos.

Obviamente todos somos libres de compartir el producto de nuestros esfuerzos, de hecho el dar genera mucho mayor bienestar que el recibir. Pero esta dinámica es espontánea, el que quiere compartir el fruto de sus esfuerzos lo hará por sus propios motivos, con fortuna, desinteresados. 

Sin embargo que alguien se sienta con derechos sobre aquello a lo que no ha contribuido es un acto de viveza y de egoísmo, por pretender beneficiarse de aquello que no le corresponde.

Todos debemos asumir diversos compromisos, todos debemos sentir lo que es apostar por algo, exponernos a riesgos, esforzarnos para conseguir aquello que queremos. No debemos pretender que si no hemos colaborado en la lucha de otros, estaremos allí cuando su siembra sea cosechada.

Inclusive cuando apoyamos a quienes nos interesan, a quienes despiertan en nosotros la confianza suficiente como para apostar por ellos, a menos que sea preestablecido, no podemos pretender que se encuentren en la obligación de ofrecernos sus frutos.

Es de utilidad en la vida ser agradecidos, quien carece de esta cualidad, difícilmente pueda encaminarse por la vía del éxito, nunca estará conforme y puede sentir que lo merece todo, albergando la mayoría gran frustración. Cuando alguien hace algo por nosotros debemos agradecerlo, pero somos nosotros los que debemos definir el alcance del agradecimiento. No debe la persona que favorece dar para esperar algo específico, o bien debe acordarse de manera de no generar incomodidades o falsas expectativas.

Si todos nos ocupamos de sembrar nuestros propios frutos (metafóricamente hablando), la vida se tornaría diferente, se evitaría el egoísmo, la necesidad de alimentarse del trabajo ajeno, se compartiría con mayor facilidad y todos estaríamos de alguna manera contribuyendo al desarrollo, sin estar como un oportunista esperando que otro siembre, cuide y coseche para aprovecharnos de sus esfuerzos. Estaríamos todos tan ocupados cuidando lo que sembramos que no tendríamos tanto tiempo disponible para dedicarle al juicio, a la crítica, a los celos o a la envidia de los que siembran a nuestro alrededor.


Veamos las cosas de manera objetiva, procuremos nuestro bien y el de quienes nos rodean, actuemos con responsabilidad y aprendamos a detectar a aquellos que solo se dedican a restarnos y que en balance no nos aportan nada.



Sin Límites


A veces los límites nos los ponemos nosotros mismos: “No voy a poder con todos los exámenes”, “no me sacaré el carnet”, “aún no estoy preparado para esto o lo otro”… 

Son muchas las barreras que nos colocamos delante. Los límites que nos auto-imponemos realmente no existen, se trata de creencias que hemos ido adquiriendo desde que éramos pequeños. Fronteras que hemos puesto en base a las enseñanzas de nuestros padres y profesores.

Decía Henry Ford: “Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto”. Cada vez que nos encontramos limitados o incapaces de hacer algo, tenemos que examinar nuestros pensamientos. Ellos son los que nos incapacitan. Por eso, cuanto más abiertos de mente seamos, y cuanto más a lo grande pensemos, tendremos mayores oportunidades y posibilidades de lograr lo que queremos y ¿qué queremos? Superar límites.

Para lograr cualquier cosa que desees en la vida primero debes fortalecer tu mente (aceptación, confianza y valor hacia ti mismo). Tú eres la única persona capaz de luchar por todo aquello que desees en la vida y cuando aprendas a aceptarte y confiar en ti, será cuando lograrás cumplir todas esas cosas grandes que quisieras ver realizadas en tu vida (o al menos intentarlo con la certeza de que es posible, tampoco hay que frustrarse por no llegar a la Luna).

El primer paso es hacerse una de las preguntas clave…
¿Cuáles son los pensamientos que me limitan?
Es una pregunta fundamental que has de hacerte a ti mismo. El primer paso es reconocer tus pensamientos limitadores y el siguiente cuestionarlos, para liberarte de ellos y así batir tus propios objetivos.

Pensar de forma negativa puede traducirse en tener pensamientos negativos, influirá en tu estado de ánimo y en tu baja energía. 

Tus pensamientos y creencias tienen un impacto en tu salud física y mental. Los pensamientos negativos causan emociones y sentimientos negativos, tales como la depresión y ansiedad.
¿Cómo superar los pensamientos negativos?
1. Siendo consciente de que te haces daño a ti mismo con ellos.
2. Lee frases positivas.
3. Si piensas negativamente acerca de ti mismo, trata de buscar las cosas positivas.. Simplemente haz una lista de las buenas cualidades que tienes, incluso dile a un amigo íntimo que la escriba para ti. Descubrirás muchas cosas bonitas.
4. Que te dé el aire. Camina en un parque o por la playa. Respira aire fresco. Mira a su alrededor, observa y siente todos los olores. E incluso corre hasta quedarte sin aliento.
5. Acéptate. Deja de lado creer que necesitas ser alguien que no eres.
6. Lee libros de autoayuda. Hay gente a la que le da pereza pero una lectura positiva te hará cambiar el “chip”.
7. ¡Haz las cosas con ganas! Hacer lo que nos apasiona y ponerle ilusión a las cosas que hacemos, mejorará mucho los resultados que obtengamos. Quizás si el trabajo o lo que estudiamos no nos apasiona sea hora de cambiarlo, de disfrutar realmente de lo que de verdad nos gusta y trabajar en ello. O al menos de intentarlo.
8. Empieza a perder el miedo a equivocarte. 

Los niños no tienen miedo al error, lo van aprendiendo poco a poco porque se nos va inculcando que es algo malo. Pero también es necesario volver aprender que el error nos puede proporcionar una experiencia muy valiosa, que un error puede ser un éxito en sí mismo.

Decía Anthony Robbins: “No importa cuántas veces te equivocas o con qué lentitud progresas, sigues estando muy por delante de los que ni lo intentan”.