Filosofía
La Voluntad Humana
Voluntad (del latín “voluntas”, derivado de “volo”,
“yo quiero”) Deseo consciente que lleva al hombre a realizar determinadas
acciones.
El idealismo considera, de manera errónea, la
voluntad como una propiedad independiente de influjos y circunstancias
exteriores, desligada de toda necesidad objetiva, y ve las acciones y la
conducta del hombre como una manifestación de la voluntad “libre”, a la que
concibe con un criterio idealista.
En realidad, la fuente de la actividad volitiva del
hombre dirigida hacia un fin, radica en el mundo objetivo. Reflejado a través
del prisma de las condiciones interiores del sujeto (necesidades, intereses, deseos,
conocimientos, &c.), el mundo objetivo ofrece al hombre la posibilidad de
plantearse fines diversos, de tomar resoluciones, de actuar de tal o cual modo.
No es libre la voluntad que elige partiendo sólo de
los deseos del sujeto (voluntarismo, existencialismo), sino la que elige
con acierto, en consonancia con la necesidad objetiva.
Según palabras de Engels, el libre albedrío no
significa otra cosa que la facultad de tomar una resolución con conocimiento de
causa.
El carácter volitivo de una acción o de un acto de
conducta aparece con máxima claridad en los casos en que el hombre, para
alcanzar un objetivo, ha de vencer obstáculos exteriores o interiores.
El eslabón inicial del acto volitivo consiste en el
establecimiento y en la comprensión del fin; luego, en tomar la decisión de
actuar, en elegir los procedimientos más adecuados para dar cumplimiento a la
acción.
Lo decisivo para caracterizar como volitiva una
acción dada es que la decisión tomada se haya cumplido
.
El hombre no posee por naturaleza la fuerza de
voluntad. La destreza y la capacidad para elegir un objetivo, tomar
resoluciones acertadas y cumplirlas, para llevar hasta el fin la empresa
iniciada, son fruto del saber, de la experiencia, de la educación y de la
autoformación.
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