El experto en transformación digital Marc Vidal cree que en la relación
entre humanos y robots hay aspectos culturales que, de momento, no se han
podido salvar, como la "sensación de rareza" que esta interacción
produce en las personas o que "el desconocimiento de la verdadera
inteligencia de un 'cobot'" sea motivo de inseguridad.
"La empresa Rethink experimentó con bocas
sonrientes en sus robots para hacerlos más humanos pero el resultado fue un
fracaso total. Las personas veían sonrisas falsas y desconfiaban del bicho en
cuestión", pone como ejemplo
.
Para definir esta nueva tendencia, el director del
Área de Fabricación Avanzada del centro tecnológico Tecnalia, Rikardo Bueno,
prefiere hablar de una robótica más autónoma y flexible.
Autónoma en el sentido de que los robots son
capaces de percibir el entorno, adaptarse al mismo, tomar decisiones y ejecutar
acciones en un entorno cambiante.
Y flexible, porque, frente a los que hay ahora en
las fábricas, "enjaulados, haciendo siempre lo mismo y que hay que
reprogramar por completo para que hagan algo diferente", los nuevos robots
son más sencillos de programar cuando se les asigna una nueva función.
Reconoce, no obstante, que esa nueva robótica aún
está en sus inicios y que pueden pasar entre 10 y 15 años hasta que se implante
de forma generalizada.
En su implantación, añade Iglesias, influyen los
cambios en los hábitos de los consumidores, que reclaman productos cada vez más
personalizados y plazos de entrega más cortos, lo que obliga a series más cortas
y flexibles de fabricación.
Por sectores, el aeronáutico, donde hay mucha
operación manual que requiere de mayor flexibilidad en las tareas productivas,
es uno de los más adelantados en incorporar este tipo de soluciones, campo
donde Tecnalia ha trabajado, por ejemplo, con Airbus.
Otro terreno pionero de aplicación es la
intralogística, es decir, la circulación de mercancías dentro de las propias
fábricas, "donde al final vemos cada vez más vehículos autónomos que son
capaces de ir de punto a punto evitando obstáculos", señala Bueno.
"También los veremos en exteriores, en
puertos. Podremos ver portacontenedores robotizados o grúas robotizadas",
añade Bueno.
Frente a ese número creciente de actividades que
pueden ser asumidas por robots, Vidal cree que "no peligra el empleo"
en general, sino "el empleo actual", y "el desafío es entender
en qué consistirá el nuevo".
"Tu trabajo no te lo quitará un robot, en todo
caso te lo quitará una persona que se lleve mejor que tú con un robot",
afirma el experto, para quien es "fundamental" aprender a
relacionarse con "automatismos colaborativos".
En ello coincide la analista de IDC Marta Muñoz,
para quien "el robot no va a desplazar al ser humano por completo",
sino que, "durante muchos años" van a convivir robots y humanos y
unos y otros tendrán que aprender a trabajar juntos.
Para el director del Área de Fabricación Avanzada
de Tecnalia, los humanos seguirán siendo esenciales por "su mayor
destreza", su intuición y su capacidad "para resolver problemas,
anticiparse e improvisar".
"Los humanos se tendrán que dedicar a actividades
de mayor valor. De ahí la necesidad de formarnos mejor", concluye.
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