martes, 23 de junio de 2020

La Luz Propia

Tener luz propia es disfrutar de una buena autoestima y  enorgullecernos de lo que somos. Aspirar con fuerza la realidad que nos envuelve y, además, saber dar felicidad a los demás.

Al fin y al cabo, la vida no es tan complicada, si dejamos de “apegarnos” a los materialismos, a los egoísmos y evitamos a su vez depender en exceso de otras personas, seremos más libres y auténticos para vivir en plenitud.

Ahora bien… ¿Qué entendemos por estar en “la oscuridad”? Hay quien se pasa media vida encerrado en esa dimensión donde las envidias, los rencores y resentimientos hacia los demás nos demuestran que no saben ser felices.

Y debemos ir con cuidado porque, en ocasiones, las personas oscuras pueden ir apagando luces. Reflexionemos hoy sobre ello.

Nadie debe darte su luz, las personas tenemos que aprender a cultivar nuestras propias luces, resolviendo esas posibles oscuridades que la vida nos trae de vez en cuando.

Para llegar a tener luz propia es necesario haber asumido e integrado todos estos aspectos:

Aprender que somos personas únicas y auténticas. Todo lo que eres y lo que has conseguido te identifica y debe enorgullecerte.

Los errores o fracasos del ayer no son oscuridades que esconder o de las que avergonzarnos. Son experiencias vividas que dan riqueza a nuestro ciclo vital. Son hechos de los que hemos aprendido y que hemos asumido.

Tener luz significa también saber cultivar la reciprocidad. Nos conocemos a nosotros mismos y somos empáticos con los demás, entendemos sus pesares y nos alegramos de sus alegrías. Y nunca dudamos a la hora de ayudar, de atender a quienes nos necesitan porque ello forma parte de nuestra identidad y nos enriquece.

Pero, lo creamos o no, nadie nace con luz propia. La luz, la suerte y la felicidad se construyen cada día siendo conscientes de que merecemos ilusionarnos de nuevo y que merecemos volver a sonreír y levantarnos fortalecidos de la adversidad.

Hay quien va apagando luces a través de su negativismo, de su habilidad para hacernos creer que no somos capaces o merecedores de ciertas cosas.

Es muy posible que esas personas con oscuridad sean familiares, e incluso algún compañero de trabajo. En lugar de enfadarnos o enfrentarnos a ellos, lo mejor es ignorar
.
Fortalece tus relaciones con amigos, parientes y parejas que tienen tus mismos valores y que te enriquecen. La vida es saber aceptar que no todos somos iguales, así que lo importante es no hacernos daño los unos a los otros
.

Las personas que te importan son las que te hacen feliz, de las que aprendes… Ellas serán tu vitamina frente a los que buscan apagar luces ajenas.




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