Filosofía
Inmanuel Kant
El hombre es la única criatura que ha de ser educada. Entendiendo por
educación los cuidados (sustento, manutención), la disciplina y la instrucción,
juntamente con la educación.
Según esto, el hombre es niño pequeño, educando y estudiante.
Tan pronto como los animales sienten sus fuerzas, las emplean
regularmente, de modo que no les sean perjudiciales. Es admirable, por ejemplo,
ver las golondrinas pequeñas, que, apenas salidas del huevo y ciegas aún,
saben, sin embargo, hacer que sus excrementos caigan fuera del nido. Los
animales, pues, no necesitan cuidado alguno; a lo sumo, envoltura, calor y
guía, o una cierta protección.
Sin duda, la mayor parte necesitan que se les alimente, pero ningún otro
cuidado.
Se entiende por cuidado [Wartung], las precauciones de los padres para
que los niños no hagan un uso perjudicial de sus fuerzas. Si un animal, por
ejemplo, gritara al nacer, como hacen los niños, sería infaliblemente presa de
los lobos y otros animales salvajes, atraídos por sus gritos.
La disciplina convierte la animalidad en Humanidad. Un animal lo es ya
todo por su instinto; una razón extraña le ha provisto de todo. Pero el hombre
necesita una razón propia; no tiene ningún instinto, y ha de construirse él
mismo el plan de su conducta. Pero como no está en disposición de hacérselo
inmediatamente, sino que viene inculto al mundo, se lo tienen que construir los
demás.
El género humano debe sacar poco o poco de sí mismo, por su propio
esfuerzo, todas las disposiciones naturales de la Humanidad. Una generación
educa a la otra. El estado primitivo puede imaginarse en la incultura o en un
grado de perfecta civilización. Aun admitiendo este último como anterior y
primitivo, el hombre ha tenido que volverse salvaje y caer en la barbarie.
La disciplina impide que el hombre, llevado por sus impulsos animales,
se aparte de su destino, de la Humanidad. Tienen que sujetarle, por ejemplo,
para que no se encamine, salvaje y aturdido, a los peligros. Así, pues, la
disciplina es meramente negativa, esto es, la acción por la que se borra al
hombre la animalidad; la instrucción, por el contrario, es la parte positiva de
la educación.
La barbarie es la independencia respecto de las leyes. La disciplina
somete al hombre a las leyes de la Humanidad y comienza a hacerle sentir su
coacción.
Pero esto ha de realizarse temprano. Así, por ejemplo, se envían al
principio los niños a la escuela, no ya con la intención de que aprendan algo,
sino con la de habituarles a permanecer tranquilos y a observar puntualmente lo
que se les ordena, para que más adelante no se dejen dominar por sus caprichos
momentáneos.
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