El de multiculturalidad o multiculturalismo es uno de esos
conceptos que, si bien los usamos y aplicamos a diario, no sabemos exactamente
cómo definir. Su significado parece evidente a simple vista, pero traducirlo a
palabras no resulta tan sencillo.
De acuerdo a la Sociología o la Antropología, se
habla de multiculturalidad cuando un espacio geográfico, físico o social reúne
a distintas culturas que coexisten e intercambian a diario pero sin que
ninguna ejerza una influencia demasiado drástica sobre otras. Dentro de esta
multiculturalidad se aceptan y reconocen todas las diferencias culturales,
tanto las de índole racial o étnico como las religiosas o lingüísticas; e incluso
se promueve el derecho a esta diversidad.
Cuando estas comunidades logran convivir en un marco de tolerancia y
respeto es que los expertos comienzan a hablar de multiculturalismo.
Dentro del paradigma pluralista, el multiculturalismo surgió como
un modelo de política pública y como una filosofía o pensamiento social de
reacción frente a la uniformización cultural en tiempos de globalización.
Se ha concebido como una oposición a la tendencia presente en las
sociedades modernas hacia la unificación y la universalización cultura, que
celebra y pretende proteger la variedad cultural, al tiempo que se centra sobre
las frecuentes relaciones de desigualdad de las minorías respecto a las
culturas mayoritarias.
A grandes rasgos, podríamos decir que la multiculturalidad se
caracteriza por:
Trabajar por la eliminación de los prejuicios y estereotipos asociados a
cada cultura
Promover la convivencia armoniosa entre culturas
Buscar la tolerancia de las diferencias
Fomentar los intercambios ente los distintos grupos culturales.
A lo largo de los años se ha generado una problemática en torno a
este concepto, atendiendo a los efectos que la globalización podría tener sobre
el mismo: ¿Se puede convivir de forma pacífica con un colectivo que posee
tradiciones y preconceptos distintos? ¿Puede obligarse a determinado grupo a
que acate leyes que no comparte? ¿Es necesario ser tolerante con aquellos que
no toleran nuestra forma de vida?
El ejemplo más claro que puede darse sobre los problemas que pueden
ocasionarse por la convivencia de diferentes culturas en una sociedad plural es
quizá el de la movilidad.
En algunos países africanos existen prácticas como la mutilación genital
femenina, que no son aceptadas en países occidentales, e incluso castigadas
penalmente… ¿Qué deben hacer los africanos? ¿Renunciar a sus costumbres por
trasladarse a un nuevo destino? ¿Y los occidentales? ¿Aceptar prácticas
contrarias a su ideología en beneficio de una convivencia pacífica?
Entender, por lo tanto, al multiculturalismo como la simple coexistencia
de diferentes grupos culturales hace a un lado las diferentes problemáticas que
este concepto abarca.
Estudiarlas y analizarlas es tarea de los estudiosos de la Sociología y
la Antropología, que deberán dar respuesta a las distintas interrogantes que
rodean a esta definición.
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