A veces los límites nos los ponemos nosotros mismos: “No voy a poder con
todos los exámenes”, “no me sacaré el carnet”, “aún no estoy preparado para
esto o lo otro”…
Son muchas las barreras que nos colocamos delante. Los límites
que nos auto-imponemos realmente no existen, se trata de creencias que hemos
ido adquiriendo desde que éramos pequeños. Fronteras que hemos puesto en
base a las enseñanzas de nuestros padres y profesores.
Decía Henry Ford: “Tanto si piensas que puedes, como si
piensas que no puedes, estás en lo cierto”. Cada vez que nos encontramos
limitados o incapaces de hacer algo, tenemos que examinar nuestros
pensamientos. Ellos son los que nos incapacitan. Por eso, cuanto
más abiertos de mente seamos, y cuanto más a lo grande pensemos, tendremos
mayores oportunidades y posibilidades de lograr lo que queremos y ¿qué
queremos? Superar límites.
Para lograr cualquier cosa que desees en la vida primero debes
fortalecer tu mente (aceptación, confianza y valor hacia ti mismo).
Tú eres la única persona capaz de luchar por todo aquello que desees en la vida
y cuando aprendas a aceptarte y confiar en ti, será cuando lograrás
cumplir todas esas cosas grandes que quisieras ver realizadas en tu
vida (o al menos intentarlo con la certeza de que es posible, tampoco hay que
frustrarse por no llegar a la Luna).
El primer paso es hacerse una de las preguntas clave…
¿Cuáles son los pensamientos que me limitan?
Es una pregunta fundamental que has de hacerte a ti mismo. El
primer paso es reconocer tus pensamientos limitadores y
el siguiente cuestionarlos, para liberarte de ellos y así batir tus propios
objetivos.
Pensar de forma negativa puede traducirse en tener pensamientos
negativos, influirá en tu estado de ánimo y en tu baja energía.
Tus pensamientos y creencias tienen un impacto en tu salud física y
mental. Los pensamientos negativos causan emociones y sentimientos
negativos, tales como la depresión y ansiedad.
¿Cómo superar los pensamientos negativos?
1. Siendo consciente de que te haces daño a ti mismo con
ellos.
2. Lee frases positivas.
3. Si piensas negativamente acerca de ti mismo, trata de buscar las
cosas positivas.. Simplemente haz una lista de las buenas
cualidades que tienes, incluso dile a un amigo íntimo que la
escriba para ti. Descubrirás muchas cosas bonitas.
4. Que te dé el aire. Camina en un parque o por la
playa. Respira aire fresco. Mira a su alrededor, observa y siente todos los
olores. E incluso corre hasta quedarte sin aliento.
5. Acéptate. Deja de lado creer que necesitas ser alguien que
no eres.
6. Lee libros de autoayuda. Hay gente a la que le da pereza pero
una lectura positiva te hará cambiar el “chip”.
7. ¡Haz las cosas con ganas! Hacer lo que nos apasiona
y ponerle ilusión a las cosas que hacemos, mejorará mucho los resultados
que obtengamos. Quizás si el trabajo o lo que estudiamos no nos apasiona
sea hora de cambiarlo, de disfrutar realmente de lo que de verdad nos gusta y
trabajar en ello. O al menos de intentarlo.
8. Empieza a perder el miedo a equivocarte.
Los niños no tienen miedo al error, lo van aprendiendo poco a poco
porque se nos va inculcando que es algo malo. Pero también es necesario volver
aprender que el error nos puede proporcionar una experiencia muy
valiosa, que un error puede ser un éxito en sí mismo.
Decía Anthony Robbins: “No importa cuántas veces te equivocas o con
qué lentitud progresas, sigues estando muy por delante de los que ni lo
intentan”.
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