domingo, 21 de junio de 2020

Meditemos


Afortunadamente, y al contrario de lo que ocurre con muchas terapias alternativas, la meditación es compatible con el método científico, de manera que ya podemos decir que los efectos que ejerce la práctica de la meditación en nuestro organismo están científicamente probados.

La meditación estimula la autocuración, nos proporciona mayor consciencia y creatividad, estimula y refuerza las zonas del cerebro asignadas a la felicidad y la alegría, aumenta el cociente intelectual y estimula el sistema inmunológico, entre otras muchas ventajas.

La meditación consiste principalmente en alcanzar un estado de relax y tranquilidad en el que cuerpo, mente y espíritu estén en sintonía y toda la concentración y energía se focalice en uno mismo, prescindiendo de cualquier estímulo proveniente del mundo exterior.

Como se suele decir, cada ser humano es un mundo y, en efecto, la meditación permite descubrir ese mundo interior, tan extenso y diverso como el mundo exterior, pero a la vez más calmo y personal.

Por lo tanto, uno de los principales beneficios que brinda la meditación es la posibilidad de conocerse uno mismo, o mejor dicho, conocerse más profundamente, acceder a sensaciones, tanto físicas como emocionales, que creen un vínculo mucho más fuerte con el yo interior, obteniendo así una mejor inteligencia emocional, un equilibrio en el carácter y una mayor comprensión de los objetivos y motivaciones que nos mueven diariamente.

Durante la meditación, si bien el estado es de relajación absoluta, hay muchos procesos que siguen funcionando. A nivel psíquico, se registran en el cerebro ondas alfa, asociadas a la calma y la creatividad, a diferencia de las ondas beta que son las que se registran normalmente, en estado consciente y alerta. 

Esto produce en primer lugar una reducción del estrés, vinculado siempre a preocupaciones cotidianas, y al mismo tiempo, luego de haber meditado, brinda la posibilidad de abordar estas cuestiones con otra perspectiva, más serena y enfocada.

A nivel físico se observa una disminución del ritmo cardíaco, una respiración lenta y pausada y un estado de relajación en los músculos y en el organismo en general, lo que genera beneficios en el funcionamiento del metabolismo y en el rendimiento físico
.
Los cambios que se producen en la actividad cerebral durante la meditación también permitirán que los procesos de pensamiento o de solución de problemas que se deban enfrentar se aborden desde un nuevo lugar más creativo, así como también alcanzar distintos niveles de consciencia que pueden desembocar luego, mediante la práctica regular de la meditación, en cambios positivos en el carácter o menor propensión al estrés, el enojo o la depresión.

Con el correr de los años y las mejoras tecnológicas en las investigaciones neurológicas, un mejor funcionamiento del cerebro, así como una mejora en la memoria y en la capacidad de concentración, son beneficios comprobados de la meditación. A su vez, estos beneficios se suman a la tranquilidad espiritual y física que se obtienen al meditar, a la mejora de la calidad de vida que supone liberarse del estrés y estar más enfocado, y a la experiencia de conocerse uno mismo profundamente.

En conjunto, todo esto hace de la meditación una práctica muy importante y fundamental en estos tiempos tanto como en la antigüedad.


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