Cuando somos jóvenes, salvo casos especiales,
claramente vemos que la vida es hermosa.
Pero cuando crecemos, comenzamos
a escuchar y ver tantas cosas que nos hacen dudar.
Sin embargo, no hay que alarmarse; me he dado
cuenta que más tarde, cuando envejecemos, volveremos a pensar que la vida
es hermosa… y eso tiene su lógica:
Porque nuestro oído y nuestra vista ya
no nos permiten escuchar ni ver como cuando éramos más jóvenes, ni
tampoco pensamos con tanta claridad!
Si estás viviendo en la tercera edad y conservas el humor,
coincidirás conmigo
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