jueves, 1 de septiembre de 2016

La Versatilidad



Solemos encontrar cuando nos adentramos por esta singular autopista virtual por donde
circulan a un ritmo de vértigo las más insólitas opiniones provenientes de cada uno de los que intervienen con el aporte de la suya, algunas veces pidiendo paso, ingresando con precaución y otras, diríamos que la mayoría de las veces, introduciendo su rodado más contundente encima de los que comparten “ su free way” , los cuales si no consiguen apartarse son prácticamente “pasados por encima”  sin ningún otro tipo de consideración.

Así es como vemos que actúan aquellos considerados “versátiles”  los que tienen capacidad de abordar cualquier tema en discusión saltando con gran habilidad de “un argumento a otro” sin demostrar  mayor preocupación por las opiniones que considera erróneas, carentes de lógica o provenientes de una línea de pensamiento ya superada, como si pretendiesen mantener un ritmo de marcha sin contar con la información necesaria para sostener una opinión digna de consideración.

“Según se analice, la versatilidad no siempre representa una virtud. Hay quienes consideran que hacer muchas cosas acarrea un inevitable costo a nivel cualitativo; en otras palabras, que alguien capaz de desenvolverse en diversos campos no puede ser muy talentoso en ninguno de ellos. Sin embargo, la flexibilidad puede resultar beneficiosa dado que permite observar la vida desde muchas perspectivas, como si se adquiriese la experiencia de más de una persona a la vez, con el consiguiente enriquecimiento a nivel intelectual, el cual puede aprovecharse para mejorar un aspecto en particular.

Existen personas con múltiples talentos, que aprenden rápidamente conceptos aparentemente lejanos y que realizan actividades muy variadas con resultados satisfactorios. Continuando con lo expuesto en el párrafo anterior, esta versatilidad puede volverse en contra del sujeto, si no le permite enfocarse en un solo camino; en cambio, puede convertirse en un tesoro para él si a través de su paso por los diversos campos recoge la sabiduría necesaria como para mejorar en su vocación.”

Cada uno posee la suficiente calificación y solidez de criterio como para no inmiscuirse en banalidades, usemos nuestros talentos e imprimamos a nuestra marcha la velocidad que entendamos como más conveniente, no siempre los apurados en demostrar todo lo que contienen en su cabeza, logran alcanzar sus metas antes de tiempo.

Recuerdo una anécdota muy utilizada como ejemplo en las aulas de selección de personal:     

“El entrevistado es preguntado sobre cuáles son las cosas que sabe hacer y este responde, yo sé hacer muchas cosas, ante lo cual su entrevistador le responde, lamento que usted no califique pues yo busco a una persona que sepa una cosa sola y que la haga bien”

Hugo W Arostegui




Un Mal Latente: Megalomanía



Algunas personas utilizan algunos conceptos sobre sí mismas que demuestran una sobrevaloración de sus aptitudes personales con respecto a los demás integrantes de su entorno llegando a extremos preocupantes por la reiteración de estos hechos en dónde apreciamos que se asumen posturas claramente discriminatorias marcando las supuestas diferencias sociales o de formación intelectual que las separan del resto de los mortales.

Los tiempos cambian y nuestras relaciones no se quedan atrás, nuestras amistades con las cuales hemos crecido, incluyendo aquellas que nunca faltan, las que observábamos asumiendo posturas francamente arrogantes y altaneras y a las que definíamos en nuestra época con el mote de “creídas o agrandadas” y a quienes, una vez conocidas sus proverbiales características, no teníamos inconvenientes en aceptarlas tal cual eran.

Ahora, pasado el tiempo, aprendimos que son personas afectadas de una afección a la que los profesionales que opinan sobre el “comportamiento humano” han designado con el singular calificativo de “megalomanía”

“Megalomanía es un estado psicopatológico caracterizado por los delirios de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia.

 A menudo el término se asocia a una obsesión compulsiva por tener el control. La palabra deriva de dos raíces griegas, manía (obsesión) y megas (grande).

A veces es un síntoma de desórdenes psicológicos como el complejo de superioridad o la compulsión eufórica, donde el sujeto aquejado de esta perturbación tiende a ver situaciones que no existen, o a imaginarlas de una forma tal que sólo él termina creyendo.

as puede emplear para manipular sentimientos y situaciones de cualquier tipo.

Es un mal estudiado por los especialistas desde tiempos muy remotos. Los ejemplos más comunes son de emperadores, monarcas y dictadores.”

Que les parece

Hugo W Arostegui


miércoles, 31 de agosto de 2016

Usando Nuestro Autocontrol


 Nuestros contactos que a diario mantenemos además de ser una muy grata costumbre de convivencia también nos ofrecen la oportunidad de poner en práctica nuestra capacidad de autocontrol en el sentido de “mantener las riendas” de todas nuestras emociones e impulsos que toda comunicación “entre iguales” requiere.

Es entonces donde quedan en evidencia viejos dichos como el que solíamos escuchar en boca de nuestros abuelos, (en una época donde no teníamos ni noticias de informática y mucho menos el uso de internet) haciendo referencia a la discusión entre dos personas que ponían cierto énfasis en la expresión de sus opiniones personales, nos decían esta frase: “dos picudos no se besan”.

“Los especialistas en técnicas de autocontrol recomiendan, siempre que sea posible, no forzar el cuerpo ni la mente.

Cuando un individuo está relajado, sereno y descansado, se encuentra en mejores condiciones para enfrentar las dificultades. Por otra parte, el autocontrol necesita del diálogo sereno, para evitar que la confrontación derive en situaciones de violencia emocional o hasta física.

La paciencia resulta una virtud clave a la hora de autocontrolarse. Los psicólogos enseñan a que una persona sepa perdonarse a sí misma por sus fallos y equivocaciones, lo que contribuye a su equilibrio interior y la prepara para aceptar las debilidades y errores de los demás.

Por último, cabe destacar que el principal enemigo del autocontrol son las ideas irracionales, que ocasionan una falta de autovaloración, inseguridad, dependencia psicológica y la necesidad de aprobación, por ejemplo.

Estas ideas incluso pueden ocasionar depresión.

Es necesario subrayar además que ante esas situaciones que pueden generarnos estrés y que consiguen hacernos perder los nervios existe una serie de técnicas de autocontrol que son recomendadas por los expertos en la materia. Se trata de un conjunto de pautas muy sencillas que lograrán que nos calmemos, que no nos dejemos guiar por nuestros impulsos y que no nos alteremos más de lo estrictamente necesario.”

www.definicionabc.com › Social

Hugo W Arostegui
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martes, 30 de agosto de 2016

La Amplitud De Miras

En cuánto ocupamos cada vez más nuestros espacios disponibles en la comunicación con otras personas con las que hemos establecido “contactos” ya sea por intermedio de las “redes sociales” o por los múltiples otros medios que actualmente disponemos, vemos que cada uno de los que intervenimos en este trasiego de información, incluyéndonos a nosotros mismos, traemos consigo un “bagaje enorme” de experiencias de vida, algunas simples o “livianas” y otras sumamente pesadas y dolorosas, tan pesadas y dolorosas que lo agobiante de su carga apenas nos sentimos capaces de soportar, muchas veces no nos hemos desprendido de ellas por causa de aún sentirnos ligados a su contenido y otras tantas por las resistencias que ejercen en nuestra mente las heridas que continúan espoliando como un aguijón nuestro resentimiento.
Lo cierto es sean cual fuesen las razones por las cuales permanecen latentes en nuestros sentimientos la realidad nos muestra que mientras no superemos “estas marcas” que aunque consideremos que “han cicatrizado” aún las sentimos en nuestro interior, estas marcas nos condicionarán a tal punto de que nos pudiesen afectar en nuestras posteriores reacciones sobre tales asuntos no superados de un todo.

Estas son las situaciones ante las cuales expresamos nuestro deseo de superación de tales condicionamientos a través de la “limpieza interior” de todo aquello que pudiese enturbiar la tranquilidad espiritual  para que nos ilumine y embellezca nuestro semblante poniendo una nueva sonrisa de esperanza en nuestro trato con los demás.

“La amplitud de miras es la actitud del que mira las cosas con corazón limpio. Todo es limpio para los que miran las cosas con ojos limpios. Con la mirada serena, aprende uno a descubrir el lado bueno de las cosas, que todas lo tienen, y a distinguir lo esencial de lo accesorio. Es la mejor actitud para descubrir el valor que todos los seres llevan consigo, para descubrir la belleza de la vida y apreciar a las personas.

Lo verdaderamente importante, las cosas realmente necesarias, son muy pocas. «Sólo una cosa es necesaria», por la que la jerarquización de los valores no resulta excesivamente difícil y facilita notablemente las opciones personales.

De este modo, con esta sencillez el individuo se expansiona anímicamente y desarrolla una flexibilidad mental que le hace quitar hierro e importancia a muchos problemas o a tantas cosas que se bastan para desasosegarnos y quitarnos la paz del espíritu, pero que, reducidos a su dimensión real, pueden ser perfectamente asumidos en una vida que fundamentalmente sigue siendo bella.
Esta flexibilidad te convierte en un «espíritu libre», por encima de las minucias escrupulosas, de las normas rígidas y de las observaciones incordiantes e impertinentes.

Adopta una actitud equilibradamente crítica, tan lejos del permisivismo de manga ancha como del estrecho fariseísmo que todo lo juzga con las miras cortas del convencionalismo legal.”

Hugo W Arostegui

lunes, 29 de agosto de 2016

Nuestro Potencial


Por mayores que nos parezcan nuestras actuales limitaciones para afrontar con posibilidades de éxito los innumerables desafíos que intuimos nos acechan, quizás un tanto agazapados en algún futuro cruce de caminos, digo intuimos porque difícilmente hayamos alcanzado siquiera a vislumbrar los límites o barreras infranqueables que tengamos por delante, digamos que todo lo que pudiese conspirar en contra de nuestras aspiraciones siempre estará ligado en una forma directamente proporcional al grado de interés y dedicación que pongamos en nuestro empeño por superar esos hipotéticos límites o barreras.

El potencial que todos los humanos tenemos para alcanzar nuestros objetivos de realización en todo aquello que nos propongamos desarrollar en la vida siempre contará con la premisa de que estamos transitando por un espacio que es propio de cada uno y en este espacio que nos pertenece por derecho, si algo verdaderamente existe, es la ausencia absoluta de limitaciones
de las cuales no estemos potencialmente capacitados para poder superar

“El potencial humano es lo que somos capaces de hacer o conocer, el potencial que tiene una persona en su interior y obviamente dicho potencial se puede entrenar. El concepto del Potencial humano es importantísimo porque hay que ser consciente de que todos tenemos un gran potencial humano y podemos utilizarlo para mejorar nuestra vida y por qué no mejorar el mundo, de hecho desarrollar nuestro potencial humano es mejorar el mundo porque si nosotros somos mejores personas el resto del mundo lo va a notar.”
      

  Hugo W Arostegui    

domingo, 28 de agosto de 2016

Principios


Cuando maduramos lo suficiente como para sentirnos parte de la sociedad que todos integramos ocurre que esa “toma de conciencia” de quienes somos nos hace “despertar” a un nuevo mundo del cual hemos formado parte desde siempre, esta sociedad organizada nos ha acogido en su seno aún antes de nuestra concepción y “nuestra irrupción al mundo de los humanos” se produce amparada por los principios y valores que todos los integrantes de la sociedad hemos aprobado y aceptado como fundamentales en la consolidación de nuestra convivencia y posibilidades de futuro.
De manera que en este darnos cuenta de quienes somos y consecuentemente que es lo que se espera de nosotros nos reencontramos con la vigencia de ciertos valores que han estado desde siempre, aunque quizás no nos hayamos dado cuenta de ello y que estos valores con los cuales convivimos son una herencia que asumimos al madurar en “nuestra conciencia colectiva” poniendo “voluntariamente” sobre nuestros hombros la continuidad y enriquecimiento de tan valioso legado.
“En ética, los principios son reglas o normas que orientan la acción de un ser humano cabiendo las facultades espirituales, racionales y sexuales.
Se trata de normas de carácter general, máximamente universales, como, por ejemplo: amar al prójimo, no mentir, respetar la vida de las demás personas, etc. Los principios morales también se llaman máximas o preceptos.
Los principios éticos son declaraciones propias del ser humano, que apoyan su necesidad de desarrollo y felicidad, los principios son universales y se los puede apreciar en la mayoría de las doctrinas y religiones a lo largo de la historia de la humanidad.
Immanuel Kant fundamenta la ética en la actividad propia de la razón práctica. Considera principios aquellas proposiciones que contienen la idea de una determinación general de la voluntad que abraza muchas reglas prácticas. Los clasifica como máximas si son subjetivos o leyes si son objetivos.
Los principios morales son una codificación de las cosas que el hombre ha descubierto que son malas para él mismo y para los demás en algún momento de su historia, y habiendo descubierto que estas cosas inhibían su propio bienestar, legisló entonces sobre ellos. 
Por otro lado, Stephen R. Covey define los principios como faros y como leyes naturales que no se pueden quebrantar. Tal como observó Cecil B. de Mille en torno a los principios contenidos en su película "Los Diez Mandamientos": "Nosotros no podemos quebrantar la ley. Sólo podemos quebrantarnos a nosotros mismos y en contra de la ley". Así, la "realidad objetiva", el territorio del ser humano, está compuesto por principios (faros) que controlan el desarrollo y la felicidad humanos.
Son en sí, leyes naturales enraizadas en la estructura de todas las sociedades civilizadas a lo largo de la historia y de aquellas instituciones que han perdurado. Algunos de estos principios son la rectitud, integridad, honestidad (Estos dos últimos crean los cimientos de la confianza), la dignidad humana, el servicio o idea de contribuir, el potencial, entre otros. Tales principios son verdades profundas, de aplicación universal. Se aplican a los individuos, las familias, los matrimonios, y organizaciones de todo tipo. Es decir, son directrices para la conducta humana que han demostrado tener un valor duradero, permanente. 
Para captar su naturaleza únicamente basta con considerar vivir una vida basada en sus opuestos tales como la mala fe, el engaño, la bajeza, la inutilidad, la mediocridad, entre otros.”

Hugo W Arostegui


La Indiferencia Una Forma De Agresión


Algunas personas adoptan ciertas formas de comportamiento que francamente atentan contra algunas normas básicas de relacionamiento social, todo lleva a pensar que a estas personas de  las cuales nos referimos, tienen la errónea idea de que todo lo que pueda acontecer “gira a su alrededor” como si fuesen  “el ombligo de sus congéneres”
Pareciera que todo aquello que las demás personas realizan o que simplemente su forma de  pensar discrepe con lo que ellas consideran “es la única posición correcta” y por consecuencia es “la única admisible”, como suele decirse vulgarmente, ya fueron, lo que equivale a decir que están condenadas a desaparecer de nuestro ámbito de amistades, son condenadas al “ostracismo social”  y entran en esa especie de nebulosa donde ingresan todos aquellos seres de quienes “no se quiere saber más nada” son tratadas con la mayor indiferencia.
“Generalmente, es común que se dé entre la gente que cuando una persona quiera castigar a otro por alguna actitud que no le gustó y que por supuesto le molestó muchísimo, en vez de gritar, pelear o discutir por la misma, opte por asumir ese estado de ánimo que no muestra ningún tipo de sensación o emoción para con el otro que le provocó ese daño, es decir, lo que popularmente se dice y conoce como matar con la indiferencia. Este dicho o frase muy popular en el mundo, lo que promueve es que ante una situación como la descripta, la mejor venganza o la mejor respuesta ante una persona que nos lastimó será justamente ignorarlo, hacer como que sus dichos y actitudes no existen para nosotros. Hay una creencia general en que la indiferencia es una de las mejores terapias para aquellas personalidades que gustan o disfrutan de someter a otros a situaciones ridículas, difíciles, peligrosas o indignas.

Porque quienes asumen una actitud de indiferencia suponen y no muy alejadamente de la verdad realmente están, que cuando se relega a la nada misma a una persona, reduciéndola a cero a la insignificancia misma, casi como diciéndole en la cara tu no eres nada, entonces, será la mejor respuesta antes que el grito, porque para este tipo de personas omnipotentes, soberbias y pagadas de sí mismas no habrá nada peor en el mundo que otro los ignore y los reduzca prácticamente a la no existencia.

En tanto, esta razón seguramente se encuentra en que como la naturaleza del hombre es social, generalmente, no soportamos justamente esa falta de mirada del otro sobre nosotros, sobre lo que hacemos o sobre lo que decimos, ya que la misma es algo así como un aliciente para nuestras autoestimas.

... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/social/indiferencia.php
Ninguna persona merece un calificativo semejante y quienes adopten una actitud de esta naturaleza parecen emular a los avestruces las cuales suelen intentar evadirse de la realidad que les circunda enterrando su cabeza en un pozo excavado por ellas mismas.


Hugo W Arostegui

sábado, 27 de agosto de 2016

El Ser Responsable


Alcanzar un grado de “conciencia ciudadana” debe ser uno de los objetivos más importantes en nuestra búsqueda de un lugar, “nuestro lugar” en el ámbito del quehacer colectivo que sin duda es la demostración contundente de los avances realizados en la evolución de “nuestra socialización”.
“El ser humano por necesidad, se debe relacionar con otros y para ello debe cumplir una serie de reglas de comportamiento, dependiendo del lugar y el tiempo en el que se encuentre; estas obligaciones que cada individuo debe cumplir con los demás se les denomina responsabilidades sociales.
La idea de que los individuos tengan una responsabilidad para su sociedad se remonta a los filósofos griegos y el sistema romano de legalidad.
"En la antigua Grecia el pueblo libre tenía por costumbre, en ambiente de franco debate, participar y cuestionar los argumentos de diálogo abierto en el ágora o plaza mayor; sin embargo, la esclavitud era parte fundamental de su estructura social y económica"; la vida de las personas era pública, no existía la intimidad y por tanto era normal ver personas desnudas de todas las edades compartiendo todo; por tanto la responsabilidad de cada persona que hacia parte de esta sociedad libre era la participación de todos en cualquier asunto público.
En la Edad Media Occidental las creencias eran las que mostraban las reglas de convivencia y el diario vivir de cada persona, por tanto si alguna persona no aceptaba la religión era castigada, perseguida y excluida de la sociedad; "todo se hacía con el único objeto de obtener la salvación que se acreditaba en el credo de la única y verdadera Iglesia", con esto apareció la vida privada, el pudor, la intimidad y las propiedades; la responsabilidad era exigir el respeto a los espacios privados y a su vez vigilar que se cumplan las leyes establecidas por la iglesia.
La Edad Moderna se caracterizó por un gran movimiento intelectual; la razón se convirtió en el centro de todo, los derechos del hombre aparecieron y con estos la esclavitud dejó de existir; por tanto "una de las principales obligaciones de los actores sociales consistió en defender la libertad y promover los derechos humanos" además se le dio responsabilidad al Estado con los individuos y con exigir el cumplimiento de las reglas sociales de la época.”
Este comportamiento implica la madurez necesaria como para incorporar “como algo natural y propio” el reconocimiento de todos y cada uno, de que hemos asumido el rol de asegurar el cumplimiento de nuestros derechos y obligaciones, en aras de la preservación de una sociedad debidamente organizada.

Hugo W. Arostegui 

viernes, 26 de agosto de 2016

Ingratitud


La persona que no cultiva su capacidad de agradecimiento por todas las cosas que recibe se torna insensible y carente reconocimiento.

En realidad nuestra vida se tornaría imposible de ser vivida de no contar con todos los elementos que nos rodean y que han sido puestos allí, a nuestro alcance y usufructo, por personas a las cuales ignoramos en todos los aspectos, personas que nos han legado la posición que hoy ocupamos, incluyendo nuestra filiación, educación, entorno y posibilidades de sobrevida.

“La ingratitud es la actitud contraria al agradecimiento, muestra la actitud distante y poco considerada de una persona que no valora los gestos de los demás o los detalles positivos que alguien haya podido tener hacia él. De este modo, una persona que es ingrata olvida con facilidad estos detalles.

Se considera una persona ingrata a aquella que tras haber recibido ayuda de alguien, olvida pronto esta ayuda y no corresponde del mismo modo en caso de que la situación sea a la inversa. Una persona ingrata responde con indiferencia hacia este tipo de comportamientos que la persona agradecida valora tanto.

La gratitud parte de la humildad de reconocer que todo ser humano puede necesitar ayuda en algún momento pero también, debe de tener la misma humildad para ofrecer esta ayuda. Por el contrario, la ingratitud muestra el deseo de autosuficiencia que surge de la soberbia.

Falta de empatía

La persona que es ingrata puede serlo incluso con los familiares y amigos más cercanos, en ese caso, carece de la empatía suficiente para ponerse en el lugar del otro. La ingratitud también se muestra por un diálogo emocional carente de términos clave como gracias, lo siento y por favor.

Una persona ingrata decepciona al otro ya que con su actitud hiere las buenas intenciones de aquel que ofreció su ayuda en algún momento. Así como el amor es un sentimiento que puede ser correspondido o no serlo, del mismo modo, la gratitud es un sentimiento que puede darse de forma mutua entre dos personas. Así ocurre, por ejemplo, cuando dos amigos que se sienten bien juntos se sienten agradecidos por poder contar el uno con el otro. Sin embargo, la ingratitud muestra la falta de correspondencia en este sentimiento.”

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Hugo W Arostegui

jueves, 25 de agosto de 2016

La Idea De Uno Mismo


”Así pues, hace más de dos mil años que el « conocimiento de sí mismo » es objeto de nuestras preocupaciones y discusiones, de nuestras reflexiones y de nuestros intercambios de ideas, aunque con éxito dispar, ya que con frecuencia procedemos y actuamos de una manera demasiado simplista, pensando e imaginando lo que creemos ser después de tener uso de razón, o creyendo ser lo que oímos, leemos, percibimos, y entendemos, en relación a lo que otros han dicho, escrito, expresado, y entendido.
Recordemos que luego de iniciada nuestra existencia personal, sea ella feliz o desgraciada, se haya desarrollado ella en un hogar unido o mal estructurado, de una u otra forma nuestros mayores y/o nuestros referentes nos han impuesto reglas y principios de índole variada, así como diversos modelos familiares, sociales, culturales, y religiosos, y en muchos casos, de manera consciente o inconsciente, ellos querían que nosotros fuéramos los mejores, y/o que realizáramos lo que ellos mismos no habían podido realizar.
Así pues, ya sea que hayamos adherido o rechazado estas presiones parentales y de nuestros referentes, de todas maneras es necesario admitir que lo transmitido casi siempre deja una huella indeleble en nuestros espíritus, de la que es difícil sustraerse.
En consecuencia, no creamos todo lo que creemos ser en determinado momento.
Con frecuencia, creemos poseer cualidades que en realidad tenemos poco desarrolladas, y por el contrario pensamos no poseer destrezas para las que tenemos enorme potencial.
El quid de la cuestión es que muchas veces no nos damos ni el tiempo ni los medios para pensar en las consecuencias de nuestros actos, pues de una manera simplista, creemos que « actuamos bien » y que « tomamos las decisiones correctas »… Frente a los acontecimientos, en muchos casos actuamos impulsivamente buscando resultados, dando prioridad al interrogante « ¿Qué hacer? », y dejando algo de lado los interrogantes « ¿Cómo hacer? » y « ¿Para qué hacer? ».
Pensemos críticamente y con mucha honestidad, denunciando las injusticias del sistema, ocupando lugares públicos, exhibiendo carteles con atractivos eslóganes, firmando peticiones, y pidiendo a gritos (en la calle o en reuniones internacionales) que es necesario « cambiar el mundo », todo eso está irremediablemente orientado al fracaso, si esas acciones no son acompañadas de nuestra parte, por una profunda toma de consciencia de nuestra cuota parte de responsabilidad en la situación actual de cosas, así como cambios concretos en nuestros respectivos comportamientos cotidianos.
Oponerse (en los países pobres) a la explotación manufacturera infantil y a condiciones de trabajo miserables de casi esclavitud, puede ser una postura pública simpática a aplaudir, pero si nosotros mismos continuamos aprovechando los precios bajos de los productos así fabricados en China, Filipinas, etc, estamos marcando una conducta disonante o a dos caras.
Y lo que acaba de expresarse es pura lógica y sentido común. Nuestro mundo interior y nuestro mundo exterior están íntimamente relacionados.
Y esta relación es tan sólida, que es ilusorio intentar separar ambas cosas, de una forma o de otra, todo lo que pasa en nuestro interior tiene repercusiones en nuestro exterior, y viceversa.
https://es.wikipedia.org

Hugo W Arostegui



  

El Arte De Comprender


Nuestra capacidad de razonamiento se nutre de las vivencias que vamos incorporando a nuestras acciones diarias, a medida que nos interrelacionamos unos con otros nos vamos interiorizando de cuáles son los motivos que inducen a cada uno a manifestarse en una particular manera, la cual, generalmente, no necesariamente es coincidente con la idea que previamente hemos concebido sobre el mismo asunto.

La madurez de nuestro criterio es evidenciable en la forma en que reaccionamos ante posturas divergentes a la nuestra, darnos cuenta de la diversidad del escenario en el cual se materializan todas las singularidades que componen “nuestro elenco” donde todos partimos de una misma premisa “igualdad de elección y oportunidades”  nos será de gran utilidad a la hora de ubicarnos en el rol que nos corresponde realizar a cada uno.

Lamentablemente no conocemos un lugar donde pueda adquirirse un “ubicometro”  ese instrumento ideal para asegurarnos una buena ubicación en cada conflicto, en realidad nuestra capacidad de “estacionarnos” en la postura ideal, ha de surgir de nuestra experiencia y habilidad adquirida a la hora de conducirnos en un espacio que debemos compartir entre todos.

“La comprensión es un proceso de creación mental por el que, partiendo de ciertos datos aportados por un emisor, el receptor crea una imagen del mensaje que se le quiere transmitir. Para ello es necesario dar un significado a los datos que recibimos.

Cuando utilizamos el término "datos" nos estamos refiriendo a cualquier información que pueda ser utilizada para llegar a comprender un mensaje. Los datos pueden ser de diferente tipo: palabras, conceptos, relaciones, implicaciones, formatos, estructuras, pueden ser lingüísticos, culturales, sociales, etc.

El proceso de comprensión, contrariamente a lo que habitualmente se cree, no es un proceso pasivo. Por el contrario, es un proceso que exige por parte del receptor tanta o más actividad que el proceso de expresión.

Básicamente, podríamos decir que el proceso de comprensión consiste en aislar, identificar y unir de forma coherente unos datos externos con los datos de que disponemos.

El proceso de comprensión en si, es el mismo en todos los casos aunque variarán los medios y los datos que tendremos que utilizar para llevarlo a cabo.

Un ejemplo nos ayudará a comprender esta idea: cuando un mimo hace una representación somos capaces de comprender el mensaje que nos quiere transmitir aunque no utilice palabras, cuando leemos una carta somos capaces de comprenderla aunque no veamos la expresión de la cara del remitente, cuando un amigo nos describe su lugar de vacaciones somos capaces de imaginarlo aunque no lo hayamos visto nunca, ...

Queda claro que si bien la labor que tenemos que realizar para comprender en cada una de las situaciones es la misma, la diferencia estribará en los medios y los datos que tendremos que manipular para poder llegar a hacerlo.

Es importante resaltar la necesidad que tiene el ser humano de comprender y por lo tanto de contar con una hipótesis sobre cualquier acontecimiento.

Ante cualquier mensaje o situación realizamos una interpretación, la más adecuada y acorde posible a los datos disponibles en ese momento.

Esto no quiere decir que sea la "correcta" pero si es suficiente para saciar nuestra necesidad de interpretar la realidad que nos rodea.

Es inevitable e imposible no realizar interpretaciones.

Todo es interpretado, aunque las interpretaciones estén continuamente variando y completándose.
El proceso de creación de interpretaciones es la mayoría de las veces inconsciente aunque a veces pueda ser controlado conscientemente.

La necesidad de realizar el proceso conscientemente es mayor cuando aprendemos una segunda lengua ya que algunos de los procesos que realizamos en nuestra primera lengua se ven anulados cuando los tenemos que llevar a cabo en la segunda.”

www.santurtzieus.com


Hugo W Arostegui

miércoles, 24 de agosto de 2016

Intromisiones


“Cada araña por su hebra y cada lobo por su sierra.”
Dice que cada quien debe ocuparse de sus asuntos y evitar intromisiones en los de otros.

Resulta mucho más común de lo que pensamos el hecho de que no podamos evitar lo que debe ser “una tendencia natural” de nuestra especie, de que por un exceso de curiosidad nos introduzcamos sin consentimiento previo en la vida privada de otras personas.

Cuando nos referimos al término “otras personas” incluimos, claro está, a todos aquellos que integran nuestra “constelación familiar” vale decir, conyugue, hijos, parientes, amigos, etc. aparentemente nadie escapa a ser sometido a “cierta vigilancia” muy probablemente bajo la excusa de un “paternalismo involuntario” que nos hace creer que la actitud que tomamos, la de ejercer cierta vigilancia, es justificable por nuestro afán de evitarle a nuestros seres queridos el riesgo de padecer, por falta de previsión, de consecuencias que a nuestro entender podrían ser evitables.

Demás está decir de que cuando se trata de evitar consecuencias que podrían ser evitables con cierta supervisión extraemos de nuestra manga, en la que guardamos, celosamente escondidas, nuestras justificaciones, que obran como una suerte de “comodín” prontas para esgrimir en caso de ser necesarias.

Lo cierto de todo esto es que ninguno de nosotros, bajo ningún concepto, debe entrometerse en la vida ajena, lo que no toleraríamos en nosotros mismos también es válido para los demás, está muy bien que nos preocupemos por ellos pero recordemos que cada uno es cada uno, su preparación individual y sobre todo, sus experiencias de vida, dependerán en una buena medida de que aprendan a tomar por sí mismo sus propias decisiones.

Hugo W Arostegui


martes, 23 de agosto de 2016

Motivación


Hay personas que tienen incorporada a su participación periódica, por no decir diaria, en la difusión de sus inquietudes literarias o en sus publicaciones en los muros de “las redes sociales” en una clara intención de influir ánimo en todas las actividades en las cuales participa brindando un enfoque positivo y pleno de vitalidad el cual constituye un muy valioso aporte en la lucha que cada uno enfrenta en sus actividades diarias.

Ese sentido de “mantener la mano extendida” para colaborar con el o los otros demuestra un marcado interés en que todos puedan ser partícipes de la mayor cantidad posible de acciones gratificantes que renueven su ánimo y sientan que es posible coronar con éxito sus proyectos.

La motivación solidaria trae nuevo aliento al desánimo, disipando, tal como si fuese una suave brisa de viento pampero,  todas las tormentas, todos los grises, abriendo los cielos a una mayor claridad donde puedan vislumbrarse nuevos horizontes plenos de esperanza.

“La palabra motivación deriva del latín motivus o motus, que significa ‘causa del movimiento’. La motivación puede definirse como «el señalamiento o énfasis que se descubre en una persona hacia un determinado medio de satisfacer una necesidad, creando o aumentando con ello el impulso necesario para que ponga en obra ese medio o esa acción, o bien para que deje de hacerlo».

Otros autores definen la motivación como «la raíz dinámica del comportamiento»; es decir, «los factores o determinantes internos que incitan a una acción». La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta


Hugo W Arostegui

lunes, 22 de agosto de 2016

Tiempos De Adversidad



“Todos atravesamos momentos difíciles a lo largo de nuestras vidas. Sin embargo, aunque nos parezcan a veces imposibles cuando nos encontramos sumergidos en ellos, solemos tarde o temprano superarlos para continuar avanzando.
Las dificultades que nos encontramos en uno u otros momentos de nuestras vidas como la pérdida de un ser querido, una ruptura amorosa o la mala noticia de un despido pueden ahogarnos en un mar de malestar del que nos será muy difícil escapar sino ponemos en marcha unas estrategias adecuadas. Ninguno nos encontramos a salvo de los vaivenes que puede tener nuestra existencia en momentos determinados.

Y es en estos momentos de adversidad cuando atravesamos emociones muy poderosas como la tristeza, la impotencia, la frustración, etc… produciendo en nosotros un intenso desequilibrio emocional.”

Cuando la adversidad se decide a golpearnos y experimentamos esas emociones tan poderosas, resulta beneficioso expresar aquello que sentimos ya sea con algún familiar o amigo, o a través de la escritura, para llegar a hacerlo cada vez más consciente y poder reconocerlo.
Cuando expresamos los sentimientos ya sea hablando o escribiendo, lo que estamos haciendo es liberarlos. Si ponemos palabras a qué o cómo nos sentimos, nos será más fácil aceptar las malas noticias que nos sucedan. Ya que lo que hacemos es asociar nuestros pensamientos con los sentimientos de forma rápida y casi simultánea. Por eso, cuando nuestras emociones sean demasiado negativas, podemos emplear la escritura como medio para expresarlas, librándonos de ellas sin tener repercusiones exteriores.
Cualquier situación adversa puede ser vista como una interrupción de nuestra trayectoria vital, pero si lo relatamos, estaremos más cerca de la posibilidad de aceptarlo y seguir avanzando.
Incluso si tenemos dificultades a la hora de la escritura, también podemos utilizar otro tipo de actividades como la pintura, el baile, el deporte o el teatro, que nos ayudaran a canalizar y reconocer nuestras emociones, puntos imprescindibles para poder llegar a controlar y elaborar lo que sentimos. Y tras esto, poner en marcha todo nuestro propio mecanismo de resolución de problemas en el que utilizaremos nuestros propios recursos para avanzar y hacernos paso ante la dificultad que se nos presenta.

Además ante una situación difícil hay veces que nos cuesta aceptar que nos afecta, negándonos a reconocer que en cierto modo nos duele. Pero este dolor, en parte es necesario, porque nos ayudará a elaborar todo lo sucedido, además de poder llegar a asumir la pérdida.
En estas situaciones, las personas de nuestro alrededor quizás puedan intentar con la mejor de sus intenciones que nos volvamos a sentir bien tan rápido como sea posible, pudiendo tener el efecto contrario, ya que pueden originarnos sentimientos de culpabilidad por no responder como los demás esperaban o incluso sentirnos no comprendidos. Todos necesitamos nuestro tiempo de asimilación y elaboración, unos más extensos que otros, lo importante es respetarlo, y no acelerarlo o posponerlo, sino manteniendo un cierto equilibrio. Es como atravesar por un proceso de duelo o pérdida, ya que se necesita un período de adaptación emocional necesario, pasando por una serie de etapas.
Y con el tiempo, tras haber superado ese momento difícil, seremos capaces de confiar en nuestra capacidad de sobreponernos a nuevas dificultades. Cada prueba superada nos irá fortaleciendo. Y aunque las dificultades o adversidades nos muestren nuestras partes más vulnerables, el hecho de superarlas nos ayudará a avanzar con más seguridad y confianza.”

Hugo W Arostegui



La Veleidad


“Cuando se califica a una persona como un sujeto de veleidad, se hace referencia a que se trata de un individuo que carece de tenacidad o perseverancia. La veleidad, en este contexto, se vincula a abandonar actividades sin que estén completas o a dejar proyectos en medio de su desarrollo.
Este tema aborda o intenta abordar una característica que suele notarse en el comportamiento de algunas personas que demostrando poseer una inteligencia desarrollada y que comprenden a cabalidad cuáles son los objetivos que los demás esperan que realicen, no obstante manifestarse de acuerdo con las acciones que deben efectuarse y además saberse capaz de llevar a cabo cualquier tarea en forma eficiente, de repente, sin que surjan dificultades aparentes , demuestra claros síntomas de abulia reflejados en un desinterés creciente en realizar la tarea encomendada y sin dar mayores explicaciones, sencillamente renuncian, cambian de opinión y se desentienden de todas sus responsabilidades.
Cuando nos encontramos con aptitudes como  las descriptas que no son casos excepcionales sino que pueden resultar mucho más comunes de lo que nos podamos imaginar, entonces, cuando estas cosas suceden, estamos presenciando un típico cuadro de veleidad.
“En psicología de la voluntad se usa para indicar un estado de volición deficiente. La veleidad es la a petición afectada de duda, mutabilidad e inconstancia.
El veleidoso no llega a decidirse de modo definitivo, no rechaza la acción, la considera posible y aun legítima, pero ardua y poco probable. Cuando la veleidad se hace persistente y habitual, se convierte en impotencia de determinación y abulia.
Leibniz entendía por veleidad el grado ínfimo del deseo, o sea aquel que está más cerca de la indiferencia; el disgusto, dice, que causa la ausencia de una cosa deseada es tan pequeño en el veleidoso, que no llega a despertar en su ánimo la inclinación a buscar los medios de conseguirla.
En un pasaje de su Teodicea añade que las veleidades no son más que una especie muy imperfecta de voliciones condicionales: 
Yo querría, si pudiese (liberet, si liceret) son los casos en que el contenido de la volición no es el querer, sino el poder.
Las causas de la veleidad son más complejas de lo que parece a simple vista, entre ellas: predisposiciones congénitas, enfermedades, hábitos contraídos, defectos de educación, etc.”
Ser veleidoso o veleidosa-no es una cuestión de género- es una condición que puede superarse y corresponde a todos quienes podemos convivir con un caso semejante “nadie está libre” de tal contingencia que pongamos lo mejor de nuestra parte en el intento de superarlo.
Hugo W Arostegui


Herencia Divina: La Voluntad


“Si hay algo en nosotros verdaderamente divino, es la voluntad. Por ella afirmamos la personalidad, templamos el carácter, desafiamos la adversidad, reconstruimos el cerebro y nos superamos diariamente.”
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) Médico español

De todas las acciones humanas en las cuales se señalan claramente la importancia de poder contar con la adhesión de todas las personas involucradas en un determinado proyecto, a lo que se apunta y en la cual se confía es en la libre y espontánea voluntad de cada uno.

Lo que queda en evidencia es que nada sustituye en todo nuestro ordenamiento social a la aceptación y aplicación voluntaria de cada uno de sus integrantes quienes además son los que sostienen con su voto a los gobernantes que determinaron la aplicación de tales normas.

“¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”     
 (Lucas 2:14). 

Hugo W Arostegui



domingo, 21 de agosto de 2016

Superación


Cuán grato resulta apreciar el esfuerzo y la superación en la vida de las personas, indudablemente es uno de los rasgos destacados que hacen del elogio el modo recurrente para intentar describir elocuentemente nuestra admiración y respeto.
“La superación personal no tiene límite, es decir, un ser humano puede seguir progresando a nivel de conocimiento y de toma de conciencia a lo largo de su vida.
Voluntad y conocimiento que son la base de la superación personal, son dos cualidades que diferencian al ser humano del resto de seres del universo.
La superación personal muestra la capacidad que tiene un ser humano para reflexionar sobre sí mismo, pero lo que es más importante, para actuar de acuerdo a sus valores y creencias.
La superación personal tiene una base teórica a nivel de reflexión pero es fundamentalmente práctica.

La superación personal es ese motor intrínseco que a nivel de motivación mueve el corazón humano cuando una persona aspira a ser más sabia, más competente y más capaz. La superación personal remite a ese proceso temporal de cambio en el que una persona sale de su zona de confort para establecer nuevos hábitos y cualidades para mejorar su calidad de vida.

Pasado, presente y futuro definen la vida humana. Pues bien, la superación personal también se entrena en presente analizando los errores del ayer para obtener una experiencia práctica y evitar tropezar dos veces en la misma piedra.”

... de Importancia: http://www.importancia.org/superacion-personal.php
El solo hecho de poder mencionar esta maravillosa cualidad nos hace sumergir en lo profundo de la humildad y regocijo por quienes son merecedores de tal reconocimiento

Hugo W Arostegui