Algunas personas utilizan
algunos conceptos sobre sí mismas que demuestran una sobrevaloración de sus
aptitudes personales con respecto a los demás integrantes de su entorno
llegando a extremos preocupantes por la reiteración de estos hechos en dónde apreciamos
que se asumen posturas claramente discriminatorias marcando las supuestas
diferencias sociales o de formación intelectual que las separan del resto de
los mortales.
Los tiempos cambian y
nuestras relaciones no se quedan atrás, nuestras amistades con las cuales hemos
crecido, incluyendo aquellas que nunca faltan, las que observábamos asumiendo
posturas francamente arrogantes y altaneras y a las que definíamos en nuestra
época con el mote de “creídas o agrandadas” y a quienes, una vez conocidas sus
proverbiales características, no teníamos inconvenientes en aceptarlas tal cual
eran.
Ahora, pasado el tiempo,
aprendimos que son personas afectadas de una afección a la que los
profesionales que opinan sobre el “comportamiento humano” han designado con el
singular calificativo de “megalomanía”
“Megalomanía es un estado
psicopatológico caracterizado por los delirios de grandeza, poder, riqueza u
omnipotencia.
A menudo el término se asocia a una obsesión
compulsiva por tener el control. La palabra deriva de dos raíces griegas, manía
(obsesión) y megas (grande).
A veces es un síntoma de
desórdenes psicológicos como el complejo de superioridad o la compulsión
eufórica, donde el sujeto aquejado de esta perturbación tiende a ver situaciones
que no existen, o a imaginarlas de una forma tal que sólo él termina creyendo.
as puede emplear para
manipular sentimientos y situaciones de cualquier tipo.
Es un mal estudiado por
los especialistas desde tiempos muy remotos. Los ejemplos más comunes son de
emperadores, monarcas y dictadores.”
Que les parece
Hugo W Arostegui
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