El concepto de “persona humana” se refiere a
aquella que está provista de un sólido criterio que la habilita para integrarse
a una comunidad de “iguales” con quienes comparte sus ideales y principios.
“El valor que nos damos.
Es nuestra capacidad para
hacer y cumplir compromisos con nosotros mismos, para hacer lo que decimos.
En términos muy prácticos, la
integridad abarca la veracidad y la honestidad u honradez, aun cuando el
practicar estas cualidades nos perjudica.
En sus raíces las cualidades
y la conducta de la verdad y la honradez son muy parecidas y muy relacionadas.
Son el opuesto del engaño y
la falta de integridad las que generan desconfianza en el proceder,
La desconfianza crea conflictos.
La desconfianza crea conflictos.
La realidad nos señala que
las violaciones de los derechos humanos en su origen se encuentran en diversos
y complejos conflictos de naturaleza social, económica, política, ambiental,
laboral o étnica que suelen repetirse cotidianamente.
Sólo en el ámbito democrático
participativo es posible lograr una adecuada protección de los derechos humanos
en general.
Las libertades y
prerrogativas indispensables para la existencia de la democracia son
consideradas igualmente inherentes a la persona humana en un contexto
pluralista.
El mejoramiento en la defensa, protección y promoción de los derechos humanos, en particular de la integridad personal, sólo es posible con una verdadera profundización de la democracia.
El mejoramiento en la defensa, protección y promoción de los derechos humanos, en particular de la integridad personal, sólo es posible con una verdadera profundización de la democracia.
Por perder la ética queremos
decir, una acción o situación en la que el individuo se involucra, o algo que
el individuo hace, que es contrario a los ideales, a sus mejores intereses y a
la supervivencia de su integridad, de su dignidad y de su crecimiento.”
Hugo W Arostegui
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