Es muy probable que no exista otra sensación más
grata que la que nos pueda proporcionar la comodidad y el confort, una vez que
nos “acomodamos” en nuestro sillón preferido todo lo demás pasa a un segundo
plano y pensamos que seguramente aquí “no pasa nada” y si hipotéticamente algo
ocurriera, mejor será que sea muy lejos y no nos incomode.
“De forma natural buscamos la comodidad,
es nuestra tendencia. Cuanto te sientes cómodo estás seguro, arropado y
tranquilo; todo o la mayor parte de lo que sucede está bajo tu control y no percibes ninguna amenaza
potencial. Sin embargo, ¡cuidado! Por un lado, no vas a poder permanecer
siempre en este estado y, por otro, tampoco es bueno que lo hagas: vas a
debilitar tus fuerzas y limitar tu crecimiento.
Buscando la comodidad limitamos nuestro mundo,
evitando así situaciones propicias para nuestro desarrollo y crecimiento
personal.
Las situaciones o
las personas no son incomodas por sí mismas, la incomodidad surge de nuestra experiencia personal, y somos
nosotros los que nos sentimos incómodos ante ciertas situaciones o personas.
Cuando se adopta esta perspectiva, cambiamos el foco de nuestra atención;
dejamos hacia el exterior para buscar respuestas y propuestas en nuestro
interior.”
Esa es nuestra naturaleza, se dice que “el hombre natural es
enemigo de dios” y lo que podríamos agregar es que el hombre natural se rige
por otras normas de sobrevivencia en las cuales no están previstas las
actitudes altruistas como lo pueden ser
el amor al prójimo y la solidaridad.
Hugo W Arostegui
No hay comentarios:
Publicar un comentario