Una de las
características sobresalientes de nuestra condición humana es sin duda alguna
el estar expuesto a “las avivadas” que suelen cometer todos aquellos a quienes
tildamos de personas “muy ligeras” por el hecho tan peculiar de estar siempre
dispuestos a recurrir, sin ningún escrúpulo, a su inefable picardía.
Quienes hacen
uso de tales procedimientos conviven con nosotros y participan activamente en
cada oportunidad que se les presenta, algunos de ellos, o de ellas, (no se
trata de una cuestión de género) cuentan a su favor que generalmente han sabido
ganarse la confianza de sus potenciales “víctimas” y demuestran gran
disposición a tomar la delantera ante el menor descuido.
Ahora, esto que
mencionamos forma parte “del sabor” de
toda convivencia y suele manifestarse en
casi todas las áreas en las cuales se
producen nuestros encuentros abarcando un muy amplio espectro que va desde que salimos de compras o atendemos un llamado en nuestra propia puerta de algún vendedor
que intenta que compremos “su gran oferta”
Como puede fácilmente
apreciarse no se trata de ninguna “invasión de extraterrestres” simplemente
mencionamos lo que suele ser “una puesta en escena” de lo que pueda ocurrir un
día cualquiera de nuestra vida, algo que forma parte del “condimento” con el
cual sazonamos todas las alternativas que conforman y dan sentido a nuestra
vida en sociedad.
Es por eso lo
del título de este tema que forma parte de un viejo refrán, como suele decir un
amigo mío, “esto es tan viejo como el agujero del mate” lo que pretendemos
decir, ni siquiera tiene la intención de alertar, es que debemos estar atentos,
dejar de lado la pereza y no delegar en otros todo aquello que es menester que
lo hagamos nosotros mismos.
“El refrán
“camarón que se duerme se lo lleva la corriente” se refiere originalmente a las consecuencias negativas de la pereza.
Esta expresión sigue siendo popular hoy en día aunque ahora es usado también en
otros contextos para referirse a:
·
Pereza: la vida es como una corriente del
mar, inestable y fuerte. Si te quedas dormido como el camarón, o sea, tienes
pereza de moverte o no haces algo, serás arrastrado por la corriente de la
vida.
·
Oportunidad: es una connotación ligeramente
diferente al comparar la corriente del mar como una oportunidad de la vida. Por
lo tanto, se refiere a que si te quedas dormido perderás la corriente, no verás
el camino hacia cualquier oportunidad.
·
Atención: en el contexto adecuado, esta
expresión es usado para indicar que hay que estar atento, o sea no dormirse
como el camarón, para que la corriente, en este caso personas mal
intencionadas, no logren engañarte.”
Hugo W Arostegui
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