miércoles, 14 de junio de 2017

Ser Optimistas


El sentido común y la mayoría de la gente, siempre nos ha dicho que ser optimistas nos ayuda a ser más exitosos en nuestra vida. Sin embargo, es posible que no tengamos muchas respuestas lógicas al por qué debe ser así, o no tengamos claro exactamente cómo podemos ser optimistas para experimentar sus ventajas.
En los últimos años, la investigación en psicología, se ha esforzado por conocer mejor cuáles fortalezas y competencias pueden favorecer a una mayor satisfacción personal que nos ayude a tener una vida plena. Según estos hallazgos ¡definitivamente el optimismo es un complemento que no podemos olvidar!
Se ha encontrado que las personas optimistas suelen sufrir menos problemas depresivos. Aparentemente, esta cualidad ayuda a protegernos de la visión desesperanzada que caracteriza a este problema y “amortigua” el impacto de las dificultades. A su vez, ayuda a vernos con más capacidad para enfrentar los conflictos y sobrellevar mejor el sufrimiento.
Además, se ha demostrado que el optimismo, también parece ayudar a presentar menos enfermedades físicas. Aparentemente, éste es un ingrediente fabuloso a la hora de enfrentar situaciones estresantes, lo que nos ayuda a compensar sus efectos nocivos sobre la salud.
Asimismo, el optimismo puede favorecer un mejor rendimiento académico, deportivo y una mejor adaptación profesional. Su presencia, nos ayuda a superar las dificultades, a la vez que nos permite construir metas y sueños ambiciosos, que nos mantienen motivados y orientados hacia su logro.
¿Cómo actúa el Optimismo?
El secreto parece estar en que las personas pesimistas y optimistas utilizan estrategias diferentes a la hora de afrontar situaciones estresantes. En el caso del optimismo, favorece que se empleen mecanismos mucho más eficientes y constructivos al enfrentarnos a los conflictos.
Esta potente herramienta promueve que se activen respuestas orientadas directamente a resolver el problema, lo que impide, por ejemplo, caer en el típico error de tratar de “olvidar” o de “huir” de ese elemento doloroso o angustiante, lo cual definitivamente no nos ayuda a buscarle una solución al conflicto.
Los optimistas, parecen moverse más fácilmente a resolver lo que les preocupa, se sienten más capaces, con más control y probabilidad de éxito. Por lo cual, hacen más para mejorar y piensan menos en su malestar, buscan más y mejores soluciones, y lo intentan muchas más veces. Por el contrario, los pesimistas tienden a enfocarse en las emociones negativas que les suscita el problema, quedan “encerrados” en un bucle del que es difícil salir y no les conduce a la solución.
Pero… ¿Cómo ser realmente optimista?
Parece tener mucho que ver con las expectativas. Los optimistas, tienen una predisposición a esperar resultados positivos en sus vidas, con una creencia general de que “las cosas van a salir bien” aunque pasen por momentos difíciles. Esta virtud parece desarrollarse en función de la explicación que hemos dado a los eventos en el pasado, es decir, cómo interpretamos nuestras experiencias.
Según se ha encontrado, las personas con un estilo optimista, suelen atribuir los acontecimientos positivos, a causas permanentes, globales y que tienden a deberse a sí mismos. Por ejemplo, cuando son ascendidos en el trabajo, lo atribuyen a que la vida es justa y que ellos son realmente competentes. Esto ayuda a tener creencias positivas que invitan a aproximarnos al mundo, a la gente, a experimentar sin miedo, y a confiar en nuestras capacidades, sobre las que tenemos control y son estables en el tiempo.
A su vez, los eventos negativos suelen atribuirlos a factores externos, temporales y específicos. Por ejemplo, una actitud hostil de su pareja o un amigo, la atribuyen a que posiblemente ha tenido un mal día y lo ha hecho sin pensar. Este tipo de explicación nos invita a darle una segunda oportunidad, protege la relación con el otro y a nosotros mismos. Esto es mucho menos doloroso y más fácil de manejar, que pensar que todas las personas son crueles y que hay algo malo en nosotros que no nos permite tener buenas relaciones. Por lo tanto, el optimista, pone la causa de este evento negativo en algo pasajero y puntual, ¡mañana será otro día!
Aunque el éxito de las cosas que hacemos depende de muchos factores, parece que puede resultarnos mucho más útil aprender a cambiar las explicaciones que damos a nuestras experiencias. Mantener la esperanza de que las cosas van a mejorar definitivamente nos puede hacer la vida un poco más fácil y ¡más exitosa!
Pero… ¿Cómo ser realmente optimista?
Parece tener mucho que ver con las expectativas. Los optimistas, tienen una predisposición a esperar resultados positivos en sus vidas, con una creencia general de que “las cosas van a salir bien” aunque pasen por momentos difíciles. Esta virtud parece desarrollarse en función de la explicación que hemos dado a los eventos en el pasado, es decir, cómo interpretamos nuestras experiencias.
Según se ha encontrado, las personas con un estilo optimista, suelen atribuir los acontecimientos positivos, a causas permanentes, globales y que tienden a deberse a sí mismos. Por ejemplo, cuando son ascendidos en el trabajo, lo atribuyen a que la vida es justa y que ellos son realmente competentes. Esto ayuda a tener creencias positivas que invitan a aproximarnos al mundo, a la gente, a experimentar sin miedo, y a confiar en nuestras capacidades, sobre las que tenemos control y son estables en el tiempo.
A su vez, los eventos negativos suelen atribuirlos a factores externos, temporales y específicos. Por ejemplo, una actitud hostil de su pareja o un amigo, la atribuyen a que posiblemente ha tenido un mal día y lo ha hecho sin pensar. Este tipo de explicación nos invita a darle una segunda oportunidad, protege la relación con el otro y a nosotros mismos. Esto es mucho menos doloroso y más fácil de manejar, que pensar que todas las personas son crueles y que hay algo malo en nosotros que no nos permite tener buenas relaciones. Por lo tanto, el optimista, pone la causa de este evento negativo en algo pasajero y puntual, ¡mañana será otro día!
Aunque el éxito de las cosas que hacemos depende de muchos factores, parece que puede resultarnos mucho más útil aprender a cambiar las explicaciones que damos a nuestras experiencias. 
Mantener la esperanza de que las cosas van a mejorar definitivamente nos puede hacer la vida un poco más fácil y ¡más exitosa!


martes, 13 de junio de 2017

Solidaridad Humana


La solidaridad nace del ser humano y se dirige esencialmente al ser humano.

La verdadera solidaridad, aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada principalmente en la igualdad universal que une a todos los hombres. Esta igualdad es una derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, sexo, credo, nacionalidad o partido.

La solidaridad trasciende a todas las fronteras: políticas, religiosas, territoriales, culturales, etc. Para instalarse en el hombre, en cualquier ser humano, y hacer sentir en nuestro interior la conciencia de una “familia” al resto de la humanidad.

La solidaridad implica afecto: la fidelidad del amigo, la comprensión del maltratado, el apoyo al perseguido, la apuesta por causas impopulares o perdidas, todo eso puede no constituir propiamente un deber de justicia, pero si es un deber de solidaridad.

Un análisis del concepto del valor de la solidaridad nos ofrece los siguientes componentes esenciales:

1º Compasión: porque la solidaridad es un sentimiento que determina u orienta el modo de ver y acercarse a la realidad humana y social, condiciona su perspectiva y horizonte. Supone ver las cosas y a los otros con los ojos del corazón, mirar de otra manera. Conlleva un sentimiento de fraternidad, de sentir la empatía por el dolor de los otros.

2º Reconocimiento: no toda compasión genera solidaridad, sólo aquella que reconoce al otro en su dignidad de persona. La solidaridad así tiene rostro, la presencia del otro demanda una respuesta.

3º Universalidad: “La desnudez del rostro”, la indefensión y la indigencia es toda la humanidad y simboliza la condición de pobreza de esfera intimista y privada.

 ¿Qué entendemos por solidaridad?

Su concepto ha experimentado un proceso de transformación que se refleja en todos sus ámbitos. Para algunos es la reivindicación de derechos fundamentales y para otros sólo una actitud de piedad centrada en la limosna y en la asistencia.

La solidaridad siempre implica los siguientes puntos:

· La solidaridad es una virtud contraria al individualismo y al egoísmo.
· Se refleja en el servicio y busca el bien común.
· Su finalidad es intentar o solucionar las carencias espirituales o materiales de los demás.
· Requiere discernimiento y empatía –ponerse en el lugar del otro-

¿Por qué solidaridad?

Solidaridad, porque es lo justo, porque todos vivimos en una sociedad, porque todos necesitamos de todos, porque todos estamos juntos en este barco de la civilización; porque somos seres humanos, iguales en dignidad y derechos.


Ejercita Tu Mente


Para tener una autoestima óptima es necesario que observes la relación que mantienes contigo mismo, darte cuenta de si te tratas o te martirizas con acciones no beneficiosas o pensamientos negativos recurrentes. para ponte un freno y cambia ese comportamiento lo antes posible.

Esta relación tiene que ser armoniosa y para ello tener en cuenta los cuatro niveles de la existencia humana: Espiritual, Mental, Emocional y Físico.  Es conveniente estar pendiente de cada uno para sentirte una persona completa, plena y armoniosa.

Tu interior es lo que acciona el exterior y repercute en todas tus relaciones personales y profesionales. Estar bien contigo mismo es imprescindible para conectar de la mejor manera con todo lo que te rodea.

Una autoestima sana es fundamental para todo en tu vida y sumamente importante. Si tu autoestima está por los suelos, ¿Cómo podrás sacar lo mejor de las adversidades que se presenten?

Una poderosa herramienta para potenciar tu autoestima y mantenerla en un alto nivel de vibración, son las afirmaciones positivas. Un enriquecedor alimento para tu mente. Efectivamente entrenar tu mente es el primer paso para mantener tu fuerza interior activa y te mantengas motivado con cada quehacer diario.

La mente es un maravilloso instrumento el cual pocas veces usamos para nuestro apoyo, más bien nos dejamos llevar por sus pensamientos sin cuestionar. Hay muchas maneras de hacer de tu mente tu amiga, una muy importante y básica son las afirmaciones positivas.
Al integrar la práctica de usar afirmaciones positivas en principio estás propiciando el cambio hacia un monólogo interior constructivo y de apoyo, eliminas los pensamientos nocivos recurrentes que te asustan y te mantienen contrariado.

Por otro lado comienzas a tener una visión más optimista de las circunstancias y te conviertes en una persona asertiva y proactiva, por lo tanto en vez de ver el gran problema  te enfocas en encontrar la solución.

Tu autoestima comienza a elevarse cuando te prestas atención y pasas a la acción para hacer lo necesario para cambiar lo que te hace sentir mal.

Sé paciente, amable y confía en ti mismo. Si te comprometes lo lograrás.

Los pensamientos son energía, ¿qué tipo de energía quieres tener dentro de ti? Es tu decisión, es tu elección. Recuerda: a través de tus elecciones creas tu karma.

Lo que crees se incrusta en tu subconsciente y así se convierte en una verdad para ti.

¿Cuál quieres ahora que sea tu verdad?

Te deseo un feliz viaje con las afirmaciones.


Estímate Mucho Más


La autoestima está conformada por pensamientos, sentimientos y opiniones que tenemos sobre nosotros mismos. Esto significa que la autoestima no es fija. Puede cambiar, según la manera en la que pensamos. Con el transcurso del tiempo, los hábitos de pensamientos negativos sobre nosotros mismos pueden hacer caer la autoestima.

A veces, las personas ni siquiera se dan cuenta de que tienen pensamientos tan negativos acerca de sí mismos. Pero una vez que tomes consciencia y sepas que la manera de pensar depende de ti, puedes cambiar la manera de pensar. Y cambiar el modo de pensar acerca de ti mismo cambia la manera en que te sientes contigo.

Maneja tus críticas internas. Sé consciente de las críticas que te haces a ti mismo. ¿Le hablarías así a tu mejor amigo? Una voz interna severa simplemente nos puede demoler. Si tienes el hábito de pensar críticamente sobre ti mismo, reentrénate y transforma estos pensamientos negativos y desagradables en comentarios más constructivos.

Concéntrate en lo que te está yendo bien. ¿Estás tan acostumbrado a concentrarte en tus problemas que son lo único que ves? La próxima vez que te encuentres fijándote en los problemas y las quejas que tienes de ti mismo o de tu día, busca algo positivo para contrarrestarlo. Todos los días, escribe tres cosas buenas acerca de ti mismo y/o tres cosas buenas que sucedieron ese día debido a un acto o un esfuerzo tuyo.

Apunta al esfuerzo más que a la perfección. Algunas personas se refrenan por su propia presión para ser perfectas. No logran cosas porque no lo intentan. Si piensas: "No voy a presentarme a la audición para la obra porque probablemente no me den el papel principal", seguramente ese rol lo obtendrá otra persona.

Piensa en los errores como en oportunidades de aprendizaje. Acepta que cometerás errores. Todos lo hacen. Forman parte del aprendizaje. En lugar de pensar "Siempre hago las cosas mal", recuérdate a ti mismo que eso no ocurre siempre sino que es lo que ocurrió en esta situación específica. ¿Qué puedes hacer de manera diferente la próxima vez?

Establece metas. Piensa en lo que te gustaría lograr. Después, haz un plan para determinar cómo lograrlo. Respeta tu plan y lleva un registro de tus avances. Entrena a la voz de tu conciencia para que te recuerde lo que estás logrando. Por ejemplo: "He estado siguiendo mi plan de hacer ejercicio físico todos los días durante 45 minutos. Me siento bien por haber cumplido la promesa que me hice a mí mismo. Sé que puedo continuar así".

Enorgullecerte de tus opiniones y tus ideas. No tengas miedo de expresarlas. Si alguien no está de acuerdo, no está haciendo una reflexión sobre lo que vales o sobre tu inteligencia. Esa persona simplemente ve las cosas de otro modo.

Acepta los elogios. Cuando tenemos la autoestima baja, es fácil pasar por alto las cosas buenas que la gente dice de nosotros. Cuando alguien nos dice algo agradable, no lo creemos. Al contrario, pensamos "... sí, pero no soy tan bueno..." y silenciamos el elogio. En lugar de eso, acepta un elogio, aprécialo y tómatelo en serio. Haz elogios sinceros tú también
.
Ayuda a alguien. Ayuda a estudiar a un compañero de clase que tenga problemas, ayuda a limpiar tu vecindario, participa de una recolección de fondos para una buena causa u ofrécete como voluntario de alguna otra manera. Cuando puedas ver que lo que haces marca una diferencia, tu opinión positiva de ti mismo crecerá y te hará sentir bien. Eso es la autoestima.



Empatía: Ponerse En El Lugar Del Otro


Si te lamentas cada día por lo que ocurrió es porque esa persona tan valiosa que llevas dentro está buscando que la escuches y que permitas dejarla sanar. Te sucede esto porque ella sabe que, para poder pasar página, necesitas perdonarte y entender que, a pesar de que salió mal, intentaste dar lo mejor de ti en ese momento y eso también tiene su valor. 

De hecho no puedes cargar con ese peso en tu conciencia durante más tiempo, ya que no es bueno para ti y además no te lo mereces: recuérdate de nuevo que las consecuencias de una acción tienen que materializarse, pero no tienen que ser eternas.

 Ya has sufrido suficiente y, aunque no era lo que querías, has recogido también las críticas, quizá algo de vergüenza e incluso algún juicio moral derivado de ese mal desenlace. No obstante, son cosas que tienen que pasar: cuando nos enfrentamos a nuestras decisiones corremos el riesgo de equivocarnos y ni toda la buena voluntad que le hayamos puesto excluye la opción del error. 

Es cierto que actuar con el alma cargada de bondad está infravalorado y que hay algunas personas que utilizan la llamada “buena intención” como escudo para ocultar su cobardía o poner excusas que las dejen bien paradas. No obstante hay otras que no y que verdaderamente se sienten mal consigo mismas porque lo ocurrido no era lo que esperaban, pues su intención fue dar lo mejor. 

Es decir, has llegado al punto en el que te lamentas una y otra vez de como se han desarrollado las cosas y esos “yo solo quería” o “no era mi intención” son fruto de un sentimiento de culpa que te atenaza desde entonces. Esas dos frases son el símbolo de la frustración de alguien que a tratado de poner el corazón en una acción y sin embargo con ella ha repartido cristales. 

“Soy como todo el mundo: débil, capaz de cualquier metedura de pata, pero básicamente buena gente” -Junot Díaz- 

Sientes presión en el pecho y arrepentimiento, no te sirve de nada que la persona afectada te haya perdonado ya y ahora no te hace daño la situación, sino tu moral: no te sirve pensar que querías dar lo mejor y te gustaría volver atrás para cambiar las cosas. Sin embargo, la solución radica en otro sentido. 

Atrévete a dar el paso hacia el perdón 
La única salida a la que vas a poder dirigirte si quieres moverte de dónde estás es a la del perdón hacia ti mismo/a; por lo que si estás convencida de que quieres dejar de sentirte mal, tienes que atreverte a hacerlo. Únicamente que lo consigas logrará que el tormento salga de tu cabeza y que todo haya concluido.

 Es beneficioso que seas capaz de no lamentarte más por algo que no puedes modificar y que ya es pasado, precisamente porque en tus buenas intenciones también está la posibilidad de volver a empezar, de descubrir que nadie es perfecto y tú tampoco, aunque nos gustaría.

Haber cometido un error no te convierte en mala persona, ni un fracaso tiene que ser el juez del resto de emociones que tengas en estos momentos: ten confianza en ti misma, valórate y habrá más ocasiones para demostrarte que no siempre se pierde, sino que a veces también se gana. Puedes reflexionar sobre esto: los errores no te definen, pero te ayudan a convertirte en quien eres. 
“El perdón es una virtud de los valientes” 


Una Mirada Adelante


“Sólo cerrando las puertas detrás de uno se abren ventanas hacia el porvenir”
-Françoise Sagan-

Proyectar hacia el futuro no es sencillo, aunque sí es imprescindible para avanzar en la vida y no quedarnos bloqueados o estancados en un problema o etapa de la vida presente o del pasado
.
Para conseguir que nuestros deseos se cumplan, tenemos que dar un paso hacia adelante, creyendo en ellos, y dirigiendo toda nuestra energía en su proyección. Por lo que es indispensable, resolver temas del pasado, para no llevar con nosotros un peso innecesario que impedirá que avancemos del presente al futuro.

El peso del pasado
Para avanzar, necesariamente, tenemos que revisar nuestras cargas, aquellas que vamos acumulando a lo largo de las experiencias de la vida, y que algunas, podrían no permitirnos llegar donde nos propongamos.

Por ello, mirar al pasado se convierte en una necesidad, cuando en él todavía existen asuntos por recolocar en su sitio, o emociones por resolver. Y sólo cuando esto ocurra,  nos permitiremos avanzar sin carga, ligeros y con el aprendizaje de todo lo vivido hasta el momento.

La necesidad de mirar al pasado
Podríamos decir que al contrario de lo que nos dicen algunas personas, sí es necesario, en ocasiones, mirar hacia el pasado, no con actitud de quedarse en él ahogado, estancado y bloqueado, y por tanto, sufriendo por ello; sino para resolver las emociones no resueltas, dando paso así a las nuevas experiencias, a la nueva etapa, gracias al desbloqueo que nos mantenía estancados.

En el pasado se encuentran las huellas de nuestro camino, aquellas que reconducirán nuestra vida hacia el camino más adecuado cuando las definamos correctamente. Seremos conscientes de ellas y descubrimos quienes somos, gracias a las experiencias vividas y a lo aprendido en el camino.

El reencuentro con uno mismo
Para proyectar hacia el futuro es imprescindible, estar en conexión y en calma con nosotros mismos, y para ello, es fundamental reencontrarnos con nuestra esencia, para descubrir aquello que nos hará felices, nuestros sueños y deseos más profundos. Para lograr éste reencuentro, tenemos que liberarnos de todo aquello que nos ha limitado en la vida, del sufrimiento, las cargas y los límites auto-impuestos.


Reencontrarnos es llegar a lo más profundo de nuestra alma, para conocer lo que anhelamos, y para llegar hasta allí, tendremos que bucear en las emociones que nos bloquean o nos hacen sufrir, para librarnos de ellas y poder seguir adelante.

lunes, 12 de junio de 2017

Tu Decisión No Te Dejará Solo


A veces, sientes que todo tu esfuerzo no es reconocido o que por más que lo intentas no consigues tus objetivos. Esos días tienes ganas de dejarlo todo y dedicarte a otra cosa.

¡Tal vez, hoy sea uno de esos días o de esos momentos! Debes tener entereza y no permitir que te venza esa tentación. Por momentos, es mucho más fácil quedarte donde estás.

En estas ocasiones, puede parecer que has conseguido mucho y tu objetivo parece aún muy lejano como para continuar. Pero no es así, debes luchar por tu proyecto de vida total. No te quedes sólo con una parte. 

Las mejores razones para no darse por vencido son:
Ahora puedes comenzar de nuevo
Seguramente lo intentaste hace poco tiempo pero no lo conseguiste, no te preocupes. A todos nos ha pasado lo mismo, lo importante es no dejar que el deseo de rendirse te gane y comenzar ya.

No hay que darse por vencido tan pronto. Mientras estés vivo, vas a poder comenzar de nuevo e intentarlo. Lo bueno de empezar de nuevo, es que ya tienes una idea de los errores a evitar, por lo que ya vas con cierta ventaja.

Adquieres más experiencia
Todos cometemos errores constantemente. Esto es natural, sano y bueno si le sabes sacar partido. Nunca deberías darte por vencido solo porque te equivocaste un par de veces… o muchas veces. En lugar de frustrarte, ve la razón del fracaso y dale un giro. Un error, es una oportunidad de cambio.

Hay ejemplos que te pueden inspirar
Hay muchas personas que han superado situaciones adversas, han triunfado y se mantienen con mucha vigencia. Tres de ellas son:

Joanne Rowling. Estaba acostumbrada a contar historias de fantasía. Pero fue en un viaje en tren de Manchester a Londres, distraída en otra cosa, que se le ocurrió la historia de Harry Potter. Le costó bastante poder editar el primer libro. No se dejó vencer y lo consiguió en una pequeña editorial. Pero luego de esa primera edición ¡todos sabemos que pasó!

Sheryl Crow. En el año 2006, cuando ya era una cantante consagrada, luchó contra el cáncer y se curó. No se dejó vencer. Continuó con su vida, adoptó 2 hijos y logró revertir de tal forma su vida, que puede decir que la enfermedad la dejó más fuerte.

Puedes vencer cualquier reto
Estas personas no dejaron que nada las venciera y trabajaron hasta que alcanzaron su sueño. Vencieron todas las adversidades. Tú también puedes hacerlo. Nos han mostrado el camino y nos han demostrado que somos capaces. Busca ejemplos que se relacionen más estrechamente con tu anhelo y enfócate en él. Ellas nos marcaron el camino, tú también puedes dejar tu huella.

Darse por vencido sin intentarlo es algo de lo que más tarde puede que nos arrepintamos.

Debes creer en ti. En tu fuerza, tu capacidad y demostrarlo. Ten confianza en lo que tienes diseñado hacer y comienza con la acción ahora. No importan los contratiempos que estén delante de ti, eres más fuerte que ellos.

Tu entorno está a tu favor
Si tu familia y tus amigos te apoyan es genial. Pero si no fuera así, si tienes un entorno que cree que no lo vas a conseguir, que siempre marca tus errores y trata de hacerte renunciar a tus sueños, debes motivarte con eso. Así es, no hay que darse por vencido si no tenemos el apoyo de nuestros allegados, hay que lograr ir contra la corriente.

Aprovecha esa energía negativa que te brindan  y busca transformarla en algo positivo. Cuántos más retos encuentres, más fuerte serás y más ganas de dar batalla tendrás.

Tú lo mereces
Cualquier cosa que te propongas, te la mereces. Sin embargo, nada nunca te llegará mágicamente.

Debes trabajar hasta conseguirlo. Es un premio para ti. Al lograrlo vas a sentirte tan bien, que todo a tú alrededor se va a transformar. Vas a lograr un cambio positivo en tu ambiente, un cambio positivo para el mundo, incluso si crees que lo que haces no tiene ninguna importancia.


domingo, 11 de junio de 2017

Inserción Bloqueada


La marginación social conduce al pensamiento conspiracionista, ha descubierto un estudio. Cuando la gente se siente excluida, busca el sentido de la vida en experiencias cotidianas, muchas veces en historias falsas que les llevan a compartir teorías conspiratorias y a alejarse de sus familias y de la sociedad.

Definir la marginación se hace difícil si nos paramos a reflexionar sobre las circunstancias personales de cada uno, tal vez todos, de una u otra forma, seamos marginados. 

La marginación es un concepto abstracto que se deriva del concepto de marginado en un contexto social, 
«personas que están al margen de la sociedad», bien por propia voluntad bien porque son excluidos por diferentes motivos como edad, sexo, raza, cultura, religión... Es la situación de aislamiento y exclusión de un grupo en un sistema social, que no participa ni goza de los privilegios de los demás miembros de una sociedad, constituyendo una situación de inferioridad social y de disminución de los bienes sociales: economía, cultura, educación, trabajo, desarrollo intelectual y psicológico, salud, lengua...

Sería el proceso por el que una sociedad rechaza a unos determinados individuos, desde la simple indiferencia hasta la represión y reclusión. También se da el caso de quienes, por no concordar con los valores y normas de una determinada sociedad, se automarginan.

La marginación social es un proceso, no una condición. Por lo tanto sus fronteras cambian, y quién es excluido o incluido puede variar con el tiempo, dependiendo de la educación, las características demográficas, los prejuicios sociales, las prácticas empresariales, las políticas públicas...

Se podría definir como marginal con respecto a un grupo a todo individuo que de una u otra forma, por algún motivo, y en algún área, se encuentra situado al margen de la «normalidad» de ese grupo. La situación de marginación social engloba la situación de aquellas personas o grupos sociales al margen de la sociedad por su condición geográfica (inmigrantes), física/psíquica (disminuídos), edad (ancianos), etnia, raza o cultura (gitanos, inmigrantes), de su región, sexo, condición económica...

La marginación social a nivel estructural es el resultado de la existencia de una desigualdad en la distribución de los bienes producidos sean materiales o culturales.

La pobreza estructural que ya estaba presente en el mundo (originada por una mala distribución de la riqueza) se le suman otras formas. La marginación hoy se caracteriza por la presencia de niveles más elevados de criminalidad, la desorganización familiar o las perturbaciones afectivas, producto de los ajustes y de la desarticulación generalizada de las nuevas economías incluyendo a los sectores de clase media, jubilados, trabajadores fabriles, que ven cómo sus condiciones de vida elementales se van deteriorando significativamente. 

Hoy surgen «nuevos perfiles de marginalidad y pobreza», inserción laboral precaria, insuficiencia de ingresos, movilidad descendente y violencia, que asociados a pautas de segregación residencial y educativa, acentúan la desintegración y segmentación social.

Hugo W Arostegui


Haz Que Tu Vida Sea Especial



“Disfruta cada momento como si fuera el último. No dejes que pase un día sin decirle a la gente a la que amas lo mucho que te importa. Convierte tu mundo en algo mágico y bonito”

Haz que tu vida sea especial. Puede parecer una frase manida para muchas personas, pero no lo es. Y no es así porque quien piensa que esto es una estupidez vive en una mentira de tristeza y ceguera.

Cumple tus sueños y haz que tu vida sea especial

Cada persona que puebla este planeta tiene una luz interior que lucha por querer salir. Los sueños y anhelos de cada ser humano que pulula por la Tierra y que desean hacerse realidad siempre estarán junto a nosotros.

Aleja de tu vida el adoctrinamiento y la rutina. Permite que tu vida sea especial y sincera. Conócete a ti mismo en profundidad, con lo bueno y con lo malo, pues solo así podemos tener un diálogo sensato.

Si deseas tener una vida especial, respeta a tus iguales. No juzgues a los demás por el color de su piel, su ideología o religión. Piensa que en cada una de las personas con las que te cruzas hay algo bueno y bonito, pero tal vez jamás tuvo la oportunidad de salir

Está en la naturaleza del ser humano hacer el bien, pero no siempre es fácil. Nos educan para seguir al líder y ser uno más del rebaño.

Trabaja, consume, procrea, aporta… ¿Dónde queda la necesidad del individuo? ¿Y la realización personal? ¿Cuándo desaparecieron de nuestros anhelos la consecución de nuestros sueños?
Si puedes imaginarlo, puedes hacerlo

Haz que tu vida sea especial. Tal vez estás imaginando cómo lograrlo, lo cuál significa que está en tu mano conseguirlo.

Será un camino difícil, pedregoso, lleno de obstáculos, plagado de incomprensión y zancadillas. Pero debes saber que el premio final merece la pena.


El premio al final del largo y complejo camino eres tú. Siendo la persona que siempre soñaste, 
viviendo la existencia que has imaginado desde que tienes uso de razón, sintiéndote tú mismo en cada poro de tu piel, gozando de cada segundo que pasa como si no hubiera un mañana, porque tal vez no lo haya, y entonces ya será tarde.

Hugo W Arostegui

Neurosis De Los Cambios Pospuestos


Ojalá existiera el hada madrina que nos trae lo que deseamos a ritmo de varita mágica pero,    al día de hoy, salvo en los inesperados golpes de suerte, que 'haberlos los hay”, tenemos que ponernos manos a la obra con la herramienta universal para alcanzar nuestros sueños: hacer cambios.

¿Quiere dos tallas menos? Cambie su estilo de vida. ¿Más felicidad? Modifica tus pensamientos.

La psicología indica que la permuta se realiza cuando hemos aprendido a hacer las cosas de otra manera. La moderna teoría señala que es el cambio y la acción en sí misma la que produce el aprendizaje también: empiezo a hacer ejercicio, mi cuerpo aprende a moverse y mi mente a tratarse de otra manera. 

Este es el modelo que he elegido para hablarle de los cambios voluntarios y conscientes. Partimos, como diría Antonio Machado, del "caminante, no hay camino, se hace camino al andar".

Cuando alguien a su alrededor o usted mismo se diga un categórico "yo soy así", lo que quiere decir es "no quiero cambiar", "no sé cómo cambiar" o "no puedo cambiar".

El ser humano está en permanente proceso de evolución y realiza cambios a diario.
Algunos son graduales y vienen poco a poco; otros son radicales donde un único episodio nos transforma la vida. Finalmente, los hay de efecto dominó, donde una sola transformación crucial produce una metamorfosis en cadena.

Todos sabemos lo que significa poner nuestro GPS mental en dirección a un firme propósito y encontrarnos a la vuelta de la esquina con una inesperada compañera de camino:

la resistencia, esa parte de nosotros que nos dice "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer". 

Es sorprendente que anhelemos el cambio y tendamos a resistirlo con el mismo ahínco, perseverando en las conductas ineficaces de siempre. ¿Por qué? Porque la psique busca la solución más simple: la conocida. Por ello, se vuelve a afrontar el problema con una mayor dosis del mismo remedio. La neurosis es repetir una y otra vez la misma conducta esperando que el resultado sea distinto.

Los autosabotajes suelen tener dos caras: las distracciones y los obstáculos. 

Las primeras se muestran en forma de despistes, olvidos, llegar tarde, posponer, perder el tiempo, adicciones y la comodidad. Entre los obstáculos están las justificaciones ("no servirá de nada"), identificarse con una sola identidad ("yo soy así"), las creencias limitantes, echarle la culpa a los demás, la negación de lo que sucede y los miedos.

Hugo W Arostegui



Mediocridad Estructural


“Una sociedad que pone el dinero por encima de los estándares mínimos de calidad termina poniendo en riesgo su integridad”

El común denominador de los acontecimientos políticos y sociales de los últimos meses está relacionado con la debacle de sistemas económicos en distintas latitudes, con diferentes escalas estructurales. Más allá de las latitudes y particularidades regionales, lo que muestran las noticias es el colapso de las estructuras políticas, económicas y sociales frente a un ciclo que se expande en nuevas condiciones históricas de vida. 

Lo que muestran los titulares es la expansión de la vulnerabilidad. Los síntomas se profundizan por las decisiones compulsivas de muchos líderes, hasta el momento, con gran efecto emocional y con enorme costo estructural. 

Los movimientos espasmódicos agravan la magnitud de los problemas y sus consecuencias multiplican los síntomas. En este círculo autodestructivo, las noticias son solo aspectos visibles de una vulnerabilidad estructural profunda relacionada con la incapacidad de muchos sistemas sociales para adaptarse frente a un nuevo ciclo de desarrollo.

“Y la miseria moral que nos atenaza es una terrible realidad que comienza a dar rasgos inhumano, Vivimos deslumbrados por la apoteosis de la mediocridad. Nunca ha sido tan brillante ni ha gozado de tanto éxito”
 (Alberto Corazón, pintor y diseñador gráfico español) 

Miseria moral hay en las brechas monstruosas entre los poderosos y sus recursos económicos, con los débiles, los más pobres y excluidos. Esta realidad exacerba la violencia que termina por volverse estructural. 

En las grandes brechas entre la riqueza estructural y la pobreza estructural, germinan ideologías que impulsan el origen de la violencia estructural como cuna del delito, ya sea en el mundo de la pobreza o en el de la misma riqueza. A mayor brecha, mayor violencia. 

Hoy de forma similar a la prevención y gestión del riesgo en la seguridad laboral, debiera prevenirse y gestionarse el riesgo ético junto con el de la violencia debida al activismo ciudadano popular y/o étnico. 

Es síntesis de todas las virtudes que acercan al hombre y borran la sombra: donde ella falta no existe el sentimiento del honor y así como los pueblos sin dignidad son rebaños, los individuos sin ella son esclavos.

Todas sus formas implican dignidad y virtud. Los caracteres dignos permanecen solitarios, sin lucir en el anca ninguna marca de hierro. Prefieren estar solos mientras no puedan juntarse con sus iguales, cada flor englobada en un ramillete pierde su perfume propio, obligado a vivir sin sus iguales, el digno se mantiene ajeno a todo lo que estima inferior.

Hugo W Arostegui




sábado, 10 de junio de 2017

Motivación


Mensajes motivadores sobre el valor de la actitud, el esfuerzo y el sacrificio para poder alcanzar el éxito, hacer realidad nuestros sueños, metas, aspiraciones, anhelos y lograr lo que deseamos. 
Hacerle frente con mente positiva al fracaso y los obstáculos en la vida.

Una selección de frases motivadoras para ayudarnos nosotros mismos a hacerle frente a los obstáculos con los que tropezamos a diario en nuestra lucha constante e infinita por hacer realidad nuestros sueños y alcanzar la felicidad
. 
Piénsalo, después motívate, inténtalo y lucha hasta conseguir lo posible e imposible en la vida.
Algún día diré: "no fue fácil, pero lo logré".

Si lo puedes soñar, lo puedes hacer, todo depende solo de ti.

La única persona que estará contigo toda la vida, eres tú, Así que ámate, considérate, cuídate y vive orgulloso de ti.

Manten en tu vida gente que de verdad te quiera, te anime, te inspire, te motive, te haga mejorar, te haga feliz...
Si estás con personas que NO hacen nada de lo anterior: ¡Deja que se vayan! 

De todas las prendas que puedas ponerte, tu actitud es la más importante.

Recuerda, eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que pareces y más inteligente de lo que piensas. 

El éxito es un viaje, no un destino.

Da gracias a Dios por lo que eres ahora y sigue luchando por lo que quieres ser mañana.

La cárcel más grande del mundo no tiene rejas ni barrotes, sino solo recuerdos negativos
...
La vida te va a poner piedras en tu camino. Depende de ti lo que haces con ellas, una pared o un puente.

No te conformes con lo que necesitas, lucha por lo que verdaderamente te mereces.

Ningún soñador es demasiado pequeño, ni ningún sueño es demasiado grande.

Esta es tu VIDA, haz lo que te gusta y hazlo seguido
...
LA VIDA ES CORTA, vive tus sueños y comparte tu pasión.

Un día brillante depende más de TU ACTITUD, que del Sol.

Si estás buscando al amor de tu vida, detente. Él te encontrara cuando te concentres en hacer lo que amas
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Agradece mucho y aprecia lo que tienes hoy, porque no sabes si lo tendrás mañana!

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Hugo W Arostegui




Insistencia Intelectual


“Los auténticos héroes tienen la maestría de la paciencia, el doctorado en la tenacidad y la virtud de la insistencia”

Alcanzar un sueño, lograr una meta o conseguir un propósito vital no siempre depende de la suerte. Los auténticos héroes tienen la maestría de la paciencia, el doctorado en la tenacidad y la virtud de la insistencia. Porque quien crea lo contrario se equivoca: hay que luchar por lo que se quiere y quien no lo haga no merece lo que desea.

En la actualidad, son muchos los sociólogos y filósofos que nos advierten de algo muy concreto: estamos inmersos en la cultura de la falta del esfuerzo, de la ausencia de tenacidad. Para justificarlo, argumentan que vivimos un presente regido por la gratificación inmediata, ahí donde las redes sociales o la sociedad del consumismo nos hacen creer que existe un camino fácil y rápido hacia el éxito.

Si bien es cierto que en una determinada época de nuestra vida puede alimentar la creencia de que todos los sueños tienen atajos o caminos cortos, siempre llega un instante en que la realidad nos abre los ojos con un jarro de agua fría. Ese momento en nuestro ciclo vital es como una inflexión, un cruce de caminos decisivo y determinante.

La tenacidad psicológica, expresada en muchas ocasiones como resiliencia, es la mejor estrategia que podemos aplicar en estos casos. Estamos ante una herramienta de crecimiento personal donde confluyen múltiples procesos emocionales y cognitivos en los que invertir tiempo y esfuerzo. Lo que de ella podemos obtener, no tiene límites. Te proponemos profundizar en este tema tan útil como enriquecedor.

La tenacidad intelectual y la mente virtuosa

La tenacidad intelectual marca la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre el cumplimiento de los objetivos vitales y la frustración. Muchos equiparan esta dimensión a una virtud, a una especie de entidad divina que a algunos les viene de fábrica. 

No es así.La tenacidad es un valor, de hecho, hay quien la aplica ya en su día a día porque así se la inculcaron sus padres. Otros, en cambio aprendieron a desarrollarla por sí mismos como otra dimensión más de su propio crecimiento personal.



Lectura E Imaginación

El arte de leer es, en gran parte, el arte de volver a encontrar la vida en los libros, y de comprenderla mejor gracias a ellos”.

Hay distintas experiencias que pueden generar cambios cerebrales positivos. Una de ellas es la lectura y provoca modificaciones fascinantes. Hay que decir que no todos los libros son capaces de causar un gran impacto mental. Según diversas investigaciones, leer historias sobre personajes, reales o ficticios, es quizás una de las actividades que más transformaciones logra generar.

Actualmente muchos se preguntan para qué sirve la literatura. De hecho, hay quien pone en duda su valor, pues consideran que es igual a ver una película, pero con una dosis extra de dificultad. Un libro y las letras que contiene deben competir con los efectos especiales que se consiguen en el cine o la televisión. No todos logran llegar a ese punto en donde eres parte del libro que estás leyendo, entonces, prefieren verlo todo en una pantalla.

Sin embargo, es claro que la lectura es una experiencia muy diferente a la de ver una película.

Primero, exige de ti mayor concentración, abstracción e imaginación. Segundo, los cambios cerebrales que te provoca son mucho más intensos y duraderos. Veamos lo que dicen algunos expertos al respecto.

Tu percepción del mundo se modifica cuando estás leyendo. Según lo ha indicado Keith Oatley, profesor de Psicología Cognitiva de la Universidad de Toronto (Canadá), leer una escena bien descrita equivale a verla
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Lo que tu mente hace es traer de la memoria los objetos que son similares a los que la escena describe. Esto es como crear una especie de fotografía mental. Por lo tanto, se ponen en marcha muchos procesos a la vez, que involucran a la memoria, a la percepción y a la creatividad.

Al final de una lectura que contenga varias escenas bien descritas nos da la posibilidad de crear un álbum de escenas propio e intransferible. Es tu mente la que acomoda todos los elementos, haciendo una asociación entre lo que lees y lo que sabes. Esto produce cambios cerebrales en términos de percepción e inteligencia.

Leer es también vivir

El investigador Raymond Mar, doctor en psicología de la Universidad de York, va más allá. Según los estudios que ha hecho al respecto, todo parece indicar que el cerebro no distingue bien aquello que lee de aquello que vive. Algo similar ocurre al ver una película, pero en el caso de la lectura la experiencia es más íntima y profunda, por lo cual genera cambios cerebrales más importantes.

Los investigadores han hecho un gran énfasis en los cambios cerebrales que induce la lectura en relación con la empatía. En primer lugar, pudieron detectar que las zonas del cerebro que se emplean para leer y comprender las acciones de determinados personajes son las mismas que utilizamos para comprender a otras personas. Al fin y al cabo lo que subyace en el fondo de ambas experiencias es un proceso de comunicación.

Así que, por un lado, vivimos lo que el personaje hace como si nosotros mismos lo estuviéramos haciendo; por otro lado, al hacer ese ejercicio también estamos incrementando nuestra capacidad de comprender a los demás, de asociar situaciones y emociones. Conclusión: leer es una forma de practicar y enriquecer nuestra empatía. De una u otra forma, alteramos nuestro punto de vista cuando hacemos una lectura que implique la narración de una historia.



Laberintos


No sabemos cómo ni por qué. Pero hay personas que nunca parecen tener problemas, personalidades que resuelven con éxito y tranquilidad sus asuntos cotidianos sin mayor dificultad. Ahora bien, hemos de admitirlo, hay problemas y problemas, y nunca será comparable lo que uno sufre con lo que otro simplemente, esconde.

Cada uno de nosotros tenemos nuestras propias preocupaciones, pero lo que está claro es que no todos los afrontamos de igual modo. Hay quien no deja de poner en voz alta cada uno de sus asuntos, volcando en otros sus ansiedades, problemas y cavilaciones."No te puedes ni imaginar todo lo que tengo encima, es que todo me pasa a y no sé qué voy a hacer con mi vida". Estas expresiones las oímos habitualmente en boca de las personas que nos rodean, casi obligándonos a decir aquello de "Pues hombre, no te compliques tanto la vida".

Pero no es fácil. La existencia a veces nos pone duras pruebas y muchas piedras en el camino. Y hemos de tener claro un aspecto: somos nosotros mismos quienes hemos de aprender a hacerles frente. Solo nosotros deberemos encontrar las fuerzas y el ánimo suficiente para salir de nuestro laberinto. Te damos a continuación, unas pautas generales para ayudarte. Para tenderte este hilo de Ariadna con el cual, encontrar la salida.

Puede que tu problema tenga que ver con alguna o algunas personas en concreto. Alguien te ha decepcionado, alguien te ha hecho daño o ha surgido un inconveniente que no esperabas. Es algo habitual que ocurrirá no una sino varias veces a lo largo de nuestro ciclo vital. Así que lo primero que deberemos entender es que no podemos esperar que los demás cambien de pronto para adecuarse a tus necesidades o tus expectativas. No esperes que el mundo se ajuste a tus necesidades o tu punto de vista. El cambio para afrontar dicha preocupación debe partir de ti. 

Deberás esforzarte para cambiar algo, algo que en esencia debe aportarte más tranquilidad y felicidad. Y recuerda, todo cambio personal requiere esfuerzo y valentía.

En realidad, todo problema está a su vez formado por muchos otros más pequeños. ¿Tienes problemas en el trabajo? ¿Por qué ocurre? ¿Es insatisfacción personal, problemas con los jefes, los compañeros, el trabajo te genera demasiado estrés? Cuestiona cada elemento de tus preocupaciones y ve al fondo del asunto, a la raíz misma de lo que te causa tanta ansiedad. No veas solo dicho problema como un túnel del que no puedes asomar, un laberinto sin salida. Divídelo en partes pequeñas y afronta cada uno de ellas hasta llegar a la solución.

Lo más curioso es que, la mayoría de las veces nosotros mismos ya sabemos en realidad cuál es la solución a nuestro problema. Tal vez deba irme a otra provincia o a otro país en busca de un mejor trabajo. Tal vez deba dejar a mi pareja actual en vista de mi infelicidad. Tal vez deba cambiar de amigos. O tener un poco más de iniciativa en las cosas. 

La solución está en ti, y sin embargo, no te atreves a dar el paso. Y es que siempre cuesta, lo sabemos. Pero recuerda ante todo una cosa: que tienes derecho a ser feliz, y que para ello, todo esfuerzo merece la pena. Recuerda también que en realidad, no hay problemas. Solo soluciones que no nos gustan…



viernes, 9 de junio de 2017

Amigos


Tienes un problema y parece que el mundo se desmorona a tu alrededor. Sientes la necesidad imperiosa de hablar con alguien, pero no con cualquiera. Descuelgas el teléfono, marcas un número y después de unos minutos te sientes mucho mejor. La voz del otro lado, está a cientos de kilómetros de distancia, pero ha escuchado lo que te pasa, te ha dicho lo que opina y te sientes reconfortado.

La amistad. Bonita palabra y mejor sentimiento. Es ese lazo invisible que nos une a otros. Un vínculo de afecto que nace con personas que se cruzan en nuestro camino y, de manera casi mágica, se convierten en seres imprescindibles en nuestra vida. Es una relación entre iguales, que nos otorga la satisfacción de compartir experiencias, sentirnos seguros y confiar en alguien sin fisuras.

Existen varios tipos de “amigos” y, por tanto, de amistad. Centrémonos en la amistad verdadera. En esa que ni se impone, ni se programa. Se construye poco a poco, a base esfuerzo y dedicación muta. Con el paso del tiempo, esta relación crea un vínculo tan fuerte capaz de mantenerse y prolongarse en el tiempo.

Valores que cimentan la amistad

Nos refugiamos en nuestros amigos para que nos ayuden en nuestros problemas, escuchamos sus consejos, porque no nos juzgan, no nos dicen lo que queremos oír, sino lo que es mejor para nosotros. Les confiamos nuestros secretos, nuestras inquietudes y nuestros proyectos. También son a quienes recurrimos para hacerles partícipes de nuestras alegrías.

Una verdadera amistad no entiende de distancia, de horarios, ni tiene fecha de caducidad. Es una relación donde buscamos y ofrecemos apoyo mutuo. Un buen amigo nunca anula al otro, sino que lo ayuda a superarse. La amistad se basa en la empatía, es decir, la capacidad de comprender y ponerse en la piel de la otra persona, de sufrir y alegrarse con ella. Es un vínculo que nos capacita para “dividir las penas y multiplicar las alegrías”.

Una relación sana y constructiva se cimenta en valores tales como la sinceridad, la compresión, el afecto mutuo, el respeto, la comunicación, la entrega, la preocupación por el otro, la confianza sin límites, la paciencia, la capacidad de escuchar y el saber perdonar. La coherencia, la flexibilidad, la generosidad, el agradecimiento y la lealtad son otros valores a tener en cuenta para consolidar una relación de amistad.

Nuestra condición de seres sociales es lo que nos crea la necesidad, casi imperiosa, de establecer relaciones y vínculos con otras personas. La amistad, por tanto, es importante en la vida de una persona por lo que aporta a nivel emocional. Dice el refrán que “quien tiene un amigo, tiene un tesoro” y no le falta razón. 

Sentirse querido por alguien con quien no tenemos lazos de sangre, nos da satisfacción y apoyo emocional. Este vínculo fortalece nuestra autoestima y el placer de sentirnos acompañados. Además, nos otorga la confianza y seguridad de contar con el respaldo de alguien en los momentos difíciles.