viernes, 20 de octubre de 2017

Valor Persona


El verdadero valor de una persona no se encuentra en su inteligencia, ni en sus talentos, ni en sus habilidades, ni siquiera se encuentra en sus principios …

El auténtico valor de una persona, el más valioso, el que es exclusivo, inconfundible, el que es innato al gran ser humano, es esa capacidad tremendamente generosa de situarse en el lugar del otro, de olvidarse de uno mismo, de sustituir el YO por encima de todo a el TÚ como una misma parte. De postergar ser el centro del universo por empatizar con tus semejantes. De aparcar la falsa necesidad de nuestro ego por la bondad de prestar ayuda a los demás. De desatender nuestros arduos deseos por atender los deseos de los que de verdad te necesitan en ese momento.

Esa cualidad, que es tan escasa en la actualidad, es la que más valor tiene, porque en un mundo tan superficial y caótico como es el actual, donde cada cuál camina en soledad y mira por si mismo, es realmente difícil encontrar a personas que no solamente se preocupen por ti sino que se ocupen de hacerte sentir feliz.

Sentir empatía requiere de un grado de atención cuantioso, de un esfuerzo extraordinario de observar al otro.

Seamos más humanos y desarrollemos nuestra empatía, situémonos en el lugar del otro e intentemos comprenderlo en cada situación. Las relaciones humanas funcionarían mucho mejor si practicáramos la escucha activa desde nuestro corazón y apreciáramos de verdad los sentimientos y necesidades de los demás.

Pregúntate todos los días, ¿qué puedo hacer hoy para que tú te sientas mejor?      


miércoles, 18 de octubre de 2017

La Verdad No Es Pura Ni Simple


Y de nuevo tenemos al gran Oscar Wilde negando la existencia de una única verdad. Y es que seguro que todos podemos pensar en una persona que parece que siempre tenga que tener la razón. 

Que no atiende a posibles cambios en su posición, aquella persona que siempre niega otras opciones, y lo que es peor, lo hace sin escuchar si puede ser realmente una opción según su postura.

Pues bien, aquí lo tenemos. No hay una verdad pura ni tampoco es simple. Así que eso de “es así de simple”, no debería de existir en nuestros cabales ya que si así fuera, no habría necesidad de conocer, compartir, aprender… todo sería siempre igual. Afortunadamente tenemos variedad y eso es lo que desprestigia esta afirmación pues la verdad jamás es simple.

Del mismo modo, la verdad no es pura, ya que su origen puede haber sufrido millones de cambios y eso no significa que haya sido inmutable, sino que ha variado hasta llegar a nosotros.

¿Acaso una mesa es únicamente un árbol? La respuesta ya la sabes, no es talar el árbol, tratar la madera, diseñar una mesa, trabajarla, venderla, colocarla en el comedor… hay muchos factores que han variado aquella mesa cuyo origen inicial era el árbol, origen que sin embargo no es puro ya que ha sido tratado para adecuarlo al producto que representa.

Así que ya sabes, jamás creas que tu verdad es única ni simple. Siempre puede haber habido cambios. Aprende a escuchar cuál es la verdad según la otra persona y aprenderás mucho más de lo que imaginas. 

Escuchar es la clave. ¿A cuántas personas conoces que le haría bien entender que la verdad jamás es pura y simple?


Moral Pública



El arte de gobernar consiste en el ejercicio de la función pública, rodeando la administración del Estado de seguridades materiales, las cuales solo se soportan y permanecen, en la medida que los actores de la gestión pública, alimenten con la moralidad, prudencia, eficacia y honor, cada una de las realizaciones, las cuales han de estar sujetas a los pilares de la honestidad, el decoro, la cultura y la responsabilidad ciudadana.

Sin éstos aditamentos no podemos construir un país fortalecido con valores, confiado en la moralidad de sus gobernantes, dispuesto a contribuir, en lo personal cada ciudadano, para impedir las laceraciones que frecuentemente se le producen a la moral pública, inspiradas en una glotonería insaciable, en la avaricia incontenible y sobre todo en la seguridad de la impunidad.

Somos los ciudadanos con derecho a sufragar, quienes tenemos la grave responsabilidad de escoger los gobernantes, seleccionando personas con un perfil moral blindado ante las tentaciones que el ejercicio del poder produce.

Los panameños somos testigos de la precaria calidad moral de muchos aspirantes en el escenario político. El rechazo de las actuaciones deshonestas, teñidas con el soborno y el aprovechamiento de una posición gubernamental importante, no parece intimidar a quienes hacen del servicio público una forma de vida divorciada del ejemplo, y viven de su trasiego con cualquier grupo que les beneficie, porque su único interés es proveerse de bienes materiales, aún cuando sean objeto de severas críticas como personas, ya que la moralidad no forma parte de su formación dirigencial.

No es imposible encontrar mezclados entre la gente decente a personajes identificados por el lodo que lleva su plumaje, fruto del tránsito por el pantano, y como decía el poeta, debemos aspirar a que el plumaje de cada uno de nosotros no sea de esos manchados por el pantano de nuestras actuaciones.

Es indispensable que cada funcionario público, cada educador y, en especial, cada padre de familia, 
adopte una actitud de resguardo y protección a los valores morales, dotando a los jóvenes de ejemplos a seguir, previniendo las ofensas, desalentando la delincuencia, imponiendo modelos de comportamiento familiar y público, para que podamos construir el país que deseamos heredar a nuestros descendientes.

Con el concurso de todos, podremos desalentar la corrupción, la extorsión, y así vamos creando una moral blindada contra las ambiciones desmedidas y contra el abuso tan frecuente en el ejercicio del poder.


La moralidad pública depende del aporte que cada funcionario y dirigente haga en beneficio de la decencia, la pulcritud, la capacidad y productividad de cada estamento de la administración y se perpetuará en la medida en que no renunciemos a los principios morales que deben levantarse como un muro que contenga el aprovechamiento inmoral, porque es de nosotros de quienes depende que la moral pública no siga siendo lacerada.

El Deseo De Servir


Cuando servimos de corazón, no debemos sufrir ni hacer sacrificios.Si nos pesa, quizá sea porque estamos tratando de cerrar una herida personal, y no por ayudar a otros. Así que empecemos por ofrecer lo que podamos dar. 

Si tenemos tiempo, ofrezcámoslo; si nuestro bolsillo lo permite, demos dinero, o compartamos nuestros talentos con los demás: escuchar, hablar, cocinar, pintar... De este modo estaremos felices de hacerlo sin sentir que es un sacrificio.

El deseo de ofrecer ayuda a gente lejana es un anhelo noble, pero servir a quienes nos rodean es más fácil y podemos hacerlo de inmediato. Dentro de nuestra familia puede haber alguien que necesita ayuda, y también entre nuestros vecinos o en la comunidad. 

Esto no significa que el resto de la gente no nos debe importar, sino que es mejor empezar por las personas que están más cerca de nosotros.

Ayudar en forma anónima nos quita la posibilidad de dar otro regalo: nuestra presencia. Cuando una persona está enferma o tiene una carencia, no solo podemos ayudarla con algo material (por ejemplo, dinero), sino también con nuestra presencia. 

La calidez de un abrazo, una sonrisa cariñosa o una mirada comprensiva pueden ser un auténtico bálsamo cuando hay dolor o necesidad. Nuestra persona, en sí misma, puede ser un valioso regalo para otro ser humano.

Al ofrecer ayuda, no solo debemos tener consideración por la otra persona, sino respetar también el momento en que se encuentra. A veces, todos necesitamos afrontar el dolor o una situación extrema para crecer como seres humanos. Esto no implica dejar de ayudar a los demás, sino respetar sus tiempos. 

No pretendamos que sigan nuestros consejos, que valoren lo que les damos y, menos aún, que nos den muestras de gratitud. Nuestra tarea es dar el paso hacia ellos, y ellos decidirán cuándo ir a nuestro encuentro.

Nuestra tarea es dar amor y ayudar a quien lo necesite, como podamos, mirar alrededor y empezar a ofrecer lo mejor de nosotros mismos. Así, nuestro corazón no tendrá más vacíos por llenar.



martes, 17 de octubre de 2017

Frases Zen Para El Camino



Hoy compartiré contigo 24 frases para vivir de manera diferente. Asimilar estas frases te permitirá ver la vida distinta y de forma positiva, encontrando respuestas a muchas de las preguntas que puedas estar teniendo.

1. La tentación de rendirse será mucho más fuerte justo antes de la victoria.
2. El truco de la vida es morir joven, pero lo más tarde posible.
3. No hables a menos que puedas mejorar el silencio.
4. El viaje de mil millas comienza con el primer paso.
5. El fuerte superará un obstáculo; el sabio, todo el camino.
6. No temas demorarte, ten miedo a detenerte.
7. La felicidad de un tonto también es tonta.
8. Que hayas tropezado y caído no significa que vayas por el camino equivocado.
9. La cabaña donde te ríes es más reconfortante que el palacio donde te aburres.
10. Siempre mira las cosas desde el lado positivo, si no lo hay, frota los lados oscuros hasta que brillen.
11. Lo que suceda, sucede a tiempo.
12. Aquel que señala tus defectos no siempre es tu enemigo; aquel que habla sobre tus virtudes no siempre es tu amigo.
13. No te preocupes si no sabes algo, preocúpate si no quieres aprender.
14. Los maestros solo te abren las puertas, el resto del camino lo harás por tu cuenta
15. Por mucho que sople el viento, la montaña no se inclinará ante él.
16. Vive con paz en tu alma. Vendrá el tiempo y las flores florecerán solas.
17. No hay amigos sin defectos; si les buscas defectos, te quedarás sin amigos.
18. La desgracia entra por la puerta que tú le abres.
19. Nadie regresa de sus viajes siendo el mismo que era antes.
20. Aquellos que son capaces de ruborizarse, no pueden tener un corazón negro.
21. Es mejor ser una persona por un día, que ser una sombra por mil días.
22. Tu casa está ahí donde están tus pensamientos.
23. La persona que pudo mover la montaña empezó moviendo unas piedras pequeñas.

24. Si cometes un error, es mejor reír de inmediato.

Salir Del Medio



Desprenderse de lo que no se usa puede provocar diferentes respuestas en cada uno, sin embargo, es algo favorable para deshacerse no solo de cosas sino también de las ideas y pensamientos que acompañan el deseo de retener y acumular en demasía.

Desapegarse de objetos es liberarnos, es romper ataduras que nos unen al pasado, a situaciones inexistentes o a personas y afectos que pertenecen a otros momentos de la vida. Vivir en el presente equivale a dejar ir lo vivido para poder crear momentos nuevos y ser capaces de disfrutar el hoy con amplitud y sin la sombra de lo que ya fue.

La preocupación por carecer, por tener miedo a la ruina esclaviza y provoca la acumulación que conduce a la codicia. Tenemos muchas más cosas de las que realmente necesitamos y en más de las ocasiones ni siquiera disfrutamos las muchas que tenemos.

Es tiempo de aprovechamiento inteligente de los recursos, empecemos por nosotros.

En todas las casas hay: la vajilla, los manteles, los vestidos, los adornos, las joyas, las pertenencias y los regalos provenientes de personas muy queridas, que hoy, o están pasadas de moda, no nos quedan, 

nos fueron dadas por seres que amamos y que por supuesto creemos que representan a las personas, pero solo son objetos que ocupan lugar y espacio. Lo valioso de todo eso permanece en nuestra memoria y en nuestro corazón.

Compartir todo esto para que alguien más lo disfrute antes de que no le sirva a nadie, favorece para desalojar la mente y la casa permitiendo y favoreciendo el flujo natural de la abundancia en todas direcciones.

Lo que retienes a alguien le hace falta, comparte y ayuda a que la energía  de la riqueza se mueva y llegue a más personas.


lunes, 16 de octubre de 2017

Límites Mentales


"Hay personas que siempre dicen que no a cualquier propuesta y responden “no se puede”, “es muy complicado”, etc. Suelen ser personas conservadoras, temerosas de los cambios, a las que les asusta la innovación. También puede tratarse de personas que no tiene motivación más allá de lo que hacen, no quieren comprometerse y evitan toda exigencia. 

Sin embargo, en nuestra vida se producen crisis que implican que se produzcan inexorablemente cambios. Generalmente, nos resistimos a esos cambios y, por eso, no logramos administrarlos. 

Todo cambia, toda la vida se compone de cambios. Deberíamos, por tanto, de gestionar los mejores cambios en nuestra vida. 

El primer cambio es el más difícil, el segundo es más sencillo… Un pequeño cambio trae tras de sí una catarata de cambios". 

Bernardo Stamateas. "Nudos mentales". 


"La mente es un lugar de gran almacenaje y es allí donde deben comenzar los cambios, donde hay que desterrar y arrancar todos aquellos conceptos que lastiman tu vida, te hacen sufrir y permanecer herido. Todo comienza en tu cabeza". 

"Si te resistes y no vives ni cambias, solo permaneces". 

Bernardo Stamateas. "Resultados extraordinarios". 


"Si un barco que va navegando desvía su curso cinco grados hacia el norte, a babor (derecha) o a estribor (izquierda), en el momento ese cambio es casi imperceptible. Pero si continúa avanzando, en la distancia se percibirá el cambio realizado, que se verá multiplicado. Ese cambio puede ser positivo o negativo". 

Bernardo Stamateas. "Nudos mentales". 


Cuando Lo Artificial Suplante



Aclaro que no soy anti-tecnológico. Quienes me conocen saben que disto mucho de serlo; sin embargo, sé sumar. Y si sumas intereses comerciales, avances tecnológicos en inteligencia artificial y nuestros sesgos cognitivos, pues… sería demasiado ingenuo pensar en que no es posible una muy conveniente manipulación de nuestro comportamiento.

Sería maravilloso poder hablar con ese ‘alguien’ de voz dulce que no te juzga. Que no se cansa. Que te habla solo cuando se lo pides y siempre es cortés. Siempre es paciente. Siempre tiene palabras de aliento. Nunca tiene arranques emotivos. Nunca tiene una opinión propia. Es como Jarvis pero sin el matiz de Paul Bettany.

Es el principio de las Amistades Artificiales. Ya no solo serán asistentes que nos recuerden nuestros compromisos. Serán los entes con los que compartiremos nuestro día. Serán nuestros confidentes y consejeros. Se convertirán en guías, mentores, maestros y quién sabe qué más.

Esto no ocurrirá porque la tecnología de un salto; ocurrirá porque quienes desarrollan esta inteligencia artificial, descubrirán que pueden explotar una de nuestras tantas vulnerabilidades: el deseo de que nos escuchen sin juzgarnos. El deseo de drenar todo lo que sentimos, sin esperar reprimenda ni consejo. El poder sacar el estrés que acumulamos… sin tener que después retribuirlo escuchando a la otra persona.

Siri, Cortana o como se llame, ya tendrá la experiencia de qué decir cuando estamos vulnerables. 

Si ya pueden reconocer las emociones en nuestro rostro, nuestra voz y las palabras que usamos y en cuáles horas del día, del mes, del año, pronto sabrán cómo orientarnos en cada momento.

Orientarnos claro está, a los intereses de los inversionistas.

Después de todo, la inversión de esos millones debe tener algún tipo de ganancia.

El peor escenario posible es que quienes tratan de desarrollar esta inteligencia artificial descubran que en muchas ocasiones, los humanos le encontramos ‘sentido’ a cualquier incoherencia. Es tan fuerte nuestro deseo de buscar una explicación a lo que nos pasa, que cualquier frase (desde el edulcorado desarrollo emocional, pasando por diálogos de películas hasta palabras oídas por casualidad), puede disparar una reacción emotiva en nosotros.


Sentir La Vida


Cuando alguien pregunta qué es la vida, hay respuestas de todos los colores. Pero la mayoría son planteadas como afirmaciones irrevocables, no hay vuelta de hoja, es así. Cada persona la ve y la vive de una manera completamente diferente, porque las circunstancias de cada una son completamente diferentes a las de los demás.

“La vida no es un problema para ser resuelto, es un misterio para ser vivido"

A continuación me gustaría compartir con ustedes algunas de las respuestas que me he encontrado en Internet acerca de esta cuestión. Estas son visiones completamente diferentes, algunas tal vez complementarias, otras radicalmente opuestas:

Es un delicado equilibrio entre tomar buenas decisiones y evitar peligros.

Es confiar en nuestros sentimientos, enfrentar retos, encontrar felicidad, valorar los recuerdos y aprender del pasado.

Es algo tan corto que si la echas a perder se acaba más rápido.

Es como el sofá de los Simpson; nunca sabes qué va a pasar.

Es una aventura: vívela, siente, ama, ríe, llora, juega, gana, pierde, tropieza,  pero siempre levántate y sigue.

Es vivir el momento y hacer de este lo mejor posible, sin saber qué va a  pasar después.

Es una cámara de tortura, de la cual sólo saldremos muertos

Es saber aguantar el paraguas cuando llueve

“No cambies lo que más quieres en la vida por lo que más deseas en el momento, porque los momentos pasan pero la vida sigue”

Estas son solo unas pocas frases a modo de ejemplo, pues ya adelantaba que definiciones de lo que es la existencia puede haber tantas como personas, y de eso se trata. Porque aquella persona que cree que es una tortura no se equivoca, pues si eso es lo que piensa, si eso es lo que cree, eso es lo que es para ella. Si para otra es aguantar los chaparrones que caigan, eso será su vida.

Mi definición de la vida
Y es que si tuviera que decir mi definición de lo que es la vida sería: “es lo que tú quieres que sea”, ni más ni menos. Porque aunque todos seamos seres humanos, no todos vemos lo mismo, aunque estemos uno al lado de otro.



domingo, 15 de octubre de 2017

Trascendencia


El ser-trascendente es una temática compleja, fundamentada desde lo teleológico, lo ontológico y lo axiológico de la naturaleza humana.

La búsqueda de la trascendencia, es una necesidad natural del ser humano consciente en dejar un legado o unas huellas a ser seguidas. Esta herencia, enseñanza o sendero, permite el perfeccionamiento consciente y libre de su ser-holístico.

El hombre sabe que es un ser finito en lo biológico, sin embargo, busca en su integralidad holística el ser trascendente. Su vida personal y ecosocial, busca su perfeccionamiento trascendente a través de su conciencia, de su dignidad y de su libertad. Lo racional y emocional del ser, se proyecta como una opción de búsqueda del Trascendente y de la trascendencia, para lograr superar así, la finitud de su ser y de su existencia terrena.

En cada cultura y creencia, los seres humanos han establecido caminos, reglas y modos de alcanzar la trascendencia. Desde la antropología y la teología, se procederá a realizar un camino particular desde la perspectiva judeocristiana. La vía más natural, se realiza a través de la procreación (trasmisión genotípica y fenotípica); así como, el sentirse protagonista de una historia y la construcción biográfica de su porvenir en momentos y contextos determinados.

El ser humano tiene una inclinación natural de “dejar huellas”, legados y constituirse en ejemplo o testimonio de otros, en especial con sus hijos y seres próximos. Si bien no es un comportamiento corriente, trata al menos una vez en su vida (sin distingo de clase, etnia o circunstancias de vida). 

Como un ejemplo pudiera emplearse el dicho popular musulmán, la necesidad que tiene todo hombre de “escribir un libro, sembrar un árbol y tener un primogénito”. Tres aspectos propios de la necesidad biológica de continuidad de las especies (Herencia biológica y cuido de la naturaleza); y, en la naturaleza intelectual y espiritual del hombre en dejar una obra que lo represente y continúe su existencia en el conocimiento humano el tiempo con su descendencia, una vez que uno ya no esté presente (Herencia social y cultural).

Otras reminiscencias de este hecho en la historia, quedan en todas las culturas al poner sus apellidos con prefijos o sufijos que hacían mención “el ser hijo de”, o ser la esposa-de o el esposo de y menos, hablar del árbol genealógico de la familia.


Revista de Bioética Latinoamericana / 2012/ volumen 10 / Pagina 53-99 / ISSN: 2244-7482. Rev Bioet Latinoam 2012; vol 10: 53-99.

El Estar Preparados


Dignos De Confianza


A menos que uno pueda tener confianza en la fiabilidad de quienes le rodean, él mismo está en peligro. Cuando aquellos con quienes contamos nos decepcionan, nuestra vida puede volverse un desorden y aun nuestra supervivencia podría llegar a estar en peligro.

La confianza mutua es el material más firme para edificar las relaciones humanas. Sin ella, toda la estructura se viene abajo.

Ser digno de confianza es una cualidad muy estimada. Cuando la tenemos, se nos considera valiosos. Cuando la perdemos, la gente puede llegar a pensar que no valemos nada.

Deberíamos hacer que otras personas cercanas a nosotros exhiban esta cualidad y la adquieran. Se volverán mucho más valiosas para sí mismas y, por lo tanto, para los demás.

CUMPLE TU PALABRA UNA VEZ DADA.

Cuando hacemos un compromiso, una promesa o expresamos una intención. debemos cumplirlo. Si decimos que vamos a hacer algo, deberíamos cumplir. Si decimos que no lo vamos a hacer, no deberíamos hacerlo.

El respeto que tenemos por otro se basa, en gran medida, en que la persona sea capaz de cumplir su palabra o no. Por ejemplo, hasta los padres se sorprenderían al ver cuánto pierden en la opinión de sus hijos cuando no cumplen una promesa.

Confiamos y admiramos a la gente que cumple su palabra. Se considera basura a quienes no lo hacen.

Aquellos que no cumplen su palabra a menudo nunca reciben una segunda oportunidad.

Una persona que no cumple su palabra, poco tiempo después puede encontrarse embrollada y atrapada en todo tipo de “garantías” y “restricciones” y hasta se le podría impedir relacionarse normalmente con los demás. No hay un exilio personal más completo de nuestros semejantes que cuando no cumplimos con las promesas que hacemos.

Nunca deberíamos permitir que alguien prometa algo a la ligera, y deberíamos insistir en que cuando haga una promesa, la debe cumplir. Nuestra vida puede convertirse en un lío si tratamos de asociarnos con personas que no cumplen sus promesas. No es algo de poca importancia.

“Se viaja por el camino a la felicidad
con mucha más facilidad
con personas en quienes podemos confiar”


 


sábado, 14 de octubre de 2017

El Poder De Una Consulta



En esta época en la que la informática ha tomado cuenta de prácticamente todas las actividades empresariales relacionadas con su cada vez más estrecha vinculación con los medios de control instrumentados por el estado.
LA TECNOLOGIA PONE A DISPOSICION DEL EMPRESARIO ESTE EXCELENTE RECURSO:

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La Gran Oportunidad De Informarse


Confianza


Tener la capacidad de confiar en los demás es una parte muy importante de nuestra vida. Incluso, no tan solo es necesario confiar en los demás, sino también en uno mismo. Pero, para algunas personas confiar en los demás es todo un reto.

Especialmente cuando se conoce a una nueva persona, ya que surge una crisis de confianza. Ahí es exactamente cuando surge el miedo a confiar en los demás. Pero eso quiere decir que al mismo tiempo existe un problema de confianza en uno mismo que es importante resolver.

“Tienes que confiar en los demás aunque a veces traicionen tu confianza, pues de lo contrario la vida sería imposible”.
-Orson Scott Card-.

Ante todo, reconoce la necesidad de confiar de nuevo, ya que algunas personas se engañan al creer que no necesitan tener relaciones estrechas en su vida, y eso no es cierto, los seres humanos se necesitan mutuamente y requieren socializarse, ya que de otra forma, su vida estará vacía.

Muévete en ambientes donde veas que hay confianza entre las personas, siempre hay alguien en quien puedas confiar; sólo necesitas encontrar la persona adecuada.

Hay que entender que una persona no tiene que satisfacer todas tus necesidades, lo que importa es que todas tus necesidades sean satisfechas, y lo puedes lograr confiando en distintas personas con diferentes necesidades.

Busca personas  dignas de confianza, que traten bien a sus semejantes; si es aficionada a contar los detalles íntimos de la vida de otras personas, es probable que traicione también tu confianza, pero si no habla mal de otras personas, es poco probable que hable mal de ti a los demás.

Encuentra personas, fomentando la confianza con lentitud; comparte pequeñas confidencias y espera a ver qué pasa; si habla de ellas  a los demás, no confíes en él, pero si la persona demuestra que es fiel en las cosas pequeñas, puedes sentirte  seguro de confiar en él.

“Un pájaro posado en un árbol nunca tiene miedo de que la rama se rompa, porque su confianza no está en la rama sino en sus propias alas”.
-Proverbio-.

Pero, sobre todo, aprende a confiar en ti mismo, ya que en muchas ocasiones el miedo a confiar en otra persona se debe al miedo a uno mismo, a no ser capaz de manejar una traición. No tengas prisa, ten paciencia, ya que después de haber sido traicionado, puede ser un reto,  aprender a confiar de nuevo. Date el tiempo y el espacio que necesitas.

Es el momento de empezar a confiar en ti mismo. Porque la falta de confianza en los demás no es más que un reflejo de la falta de confianza que tienes en ti.

No es necesario que asumas riesgos para demostrar que confías en ti mismo, pero puedes realizar actividades que te enseñan cosas sobre ti mismo.

Empieza a confiar en los demás y, sobre todo, en ti mismo.

viernes, 13 de octubre de 2017

Filosofía Y Política



Las incursiones de la filosofía en el terreno de la política tienen más de dos mil años de historia. 
Si Platón se hizo conocido por relacionar su teoría de las ideas con un modelo de organización política basada en una jerarquía férrea, su discípulo Aristóteles no le anduvo a la zaga, y propuso una serie de principios democráticos que, según él, eran necesarios para que la voz y los intereses del pueblo pudiese dar forma a las decisiones importantes que se toman.

Esta serie de propuestas son conocidas como las 9 reglas de la democracia según Aristóteles.
Artículo relacionado: "Diferencias entre la Psicología y la Filosofía"

El contexto: la democracia de Atenas
Por supuesto, los estándares democráticos de la Antigua Grecia no se parecen demasiado a los que imperan actualmente en la mayoría de países industrializados de Occidente. Aunque se considere que los atenienses fuesen los padres de la democracia, en aquella época sólo podía tener representación las familias ricas. La mayoría de la población, en la que se incluían esclavos, mujeres y menores, además de personas consideradas extranjeras, no tenían ni voz ni voto.

Además, este modelo de democracia no estaba ni mucho menos generalizado por toda Grecia. Los espartanos, por ejemplo, ponían mucho más énfasis en la necesidad de funcionar como un gran campamento militar que en las virtudes de la representación política.

Los sofistas
Este es el contexto en el que Aristóteles escribió sus textos sobre política; en Atenas, algunas personas acudían por sorteo a lugares de representación política en los que unas cuantas decenas de personas debatían. Vencía la parte que conseguía convencer al resto, y es por eso que para ciertas familias pudientes a filosofía se reducía a un juego de retórica en el que era más importante la forma en la que se decía algo que el contenido de ese mensaje.

Era por eso que por Atenas proliferaron unos expertos de la retórica, los llamados sofistas, que instruían a quien les pagase en el arte de convencer a los demás, algo que se consideraba una inversión para ganar poder de influencia.

Tanto Sócrates como Platón mostraron su total repulsa ante esta concepción de la filosofía tan basada en el relativismo, ya que entendían que la verdad no cambiaba en función de quién pagase por la defensa de ciertos intereses.

El sistema de política desarrollado por Aristóteles
Después de estos dos filósofos, Aristóteles no ponía tanto énfasis en la necesidad de acceder a una verdad universal y absoluta independientemente de las consecuencias que esto tuviese, pero sí creyó importante fijar una serie de reglas para que la democracia fuese lo más perfecta posible, evitando los riesgos de la corrupción y de las triquiñuelas retóricas.

Esta serie de reglas de la democracia de Aristóteles fueron escritas en su libro Política, y son las siguientes:
1. Elegir todas las magistraturas entre todos
Aristóteles entendía que la política afecta a todos y que por consiguiente todos deben tener el derecho de influir en la política.
2. Que todos manden sobre el individuo y que el individuo mande sobre todos
Este encaje entre los intereses colectivos y los individuales era considerado fundamental para que la democracia no tuviese puntos ciegos.
3. Que los cargos públicos se designen por sorteo
Este filósofo griego creía que, allí donde fuese posible y donde la necesidad de conocimientos técnicos no fuese un escollo, los cargos debían ser elegidos por sorteo para evitar el tráfico de influencias.
4. Que una persona no pueda ejercer dos veces el mismo cargo
Aristóteles creía que esta regla de la democracia era fundamental para que no permaneciesen ciertos cargos enquistados, lo cual haría que los intereses personales de la persona se mezclasen con los objetivos políticos que persigue.
5. Que la misma persona solo ocupe a la vez un cargo público
Esta regla, que contaba con la excepción de las personas dedicadas a la protección de la ciudad mediante el ejército, podía servir como un modelo primitivo de separación de poderes.
6. Que los cargos públicos sean de corta duración
Esto era necesario, una vez más, para que los intereses personales de los políticos no interfiriesen demasiado con su rol político.
7. Que los cargos elegidos administren justicia
La idea de la justicia debía estar por encima de los objetivos políticos y de las estrategias concretas, por el bien del conjunto de la población y para no sentar precedentes de injusticia.
8. Que la asamblea del pueblo tenga poder sobre todas las cosas
Las decisiones fundamentales debían de proceder de la soberanía del pueblo, no de las decisiones de unas pocas personas.
9. Que ningún cargo público sea vitalicio
Esto era necesario para impedir que apareciesen brechas entre el poder de los cargos públicos y el resto de la población. Si existen cargos vitalicios, estos podrían tomar cualquier medida injusta, dado que tienen garantizado un extra de poder durante toda su vida y por consiguiente no tendrían por qué pagar las consecuencias.

https://psicologiaymente.net/social/reglas-democracia-aristoteles
1.       



Lenguaje Y Percepción



¿En qué medida influye el lenguaje en nuestra forma de pensar el mundo? ¿Estamos determinados por nuestra lengua a percibir la realidad de una forma particular?

Estas interrogantes, tan antiguas y controversiales, han sido estudiadas desde una serie de perspectivas (filosóficas, antropológicas, psicológicas, etc.) y han dado lugar, por lo demás, a distintas teorías.

Dentro del terreno específico de la lingüística, uno de los últimos afanes ha sido el de averiguar hasta qué punto las funciones cognitivas se ven influidas por los recursos lingüísticos presentes en las diversas lenguas del mundo.

De modo de ahondar en este tema, muchos lingüistas dedicados a la interface entre cognición y lengua, han comenzado a centrar su mirada en el fenómeno del bilingüismo, intentar percibir hasta qué punto una lengua, trátese de una lengua primera o dominante, puede influir en los procesos de conceptualización de la realidad en una segunda lengua.

En esta presentación se discuten tres hipótesis centrales y que históricamente han tenido un alto impacto para el desarrollo del tema. La primera de ellas plantea que nuestra percepción de la realidad está determinada por la lengua que dominamos; la segunda, conocida como principio de la relatividad lingüística, que los variados recursos con que las lenguas cuentan obligan a sus hablantes a verbalizar y por ende prestar atención a aquellos aspectos de la realidad expresables en dichas lenguas (Boas, Sapir-Whorf); y la tercera, que el impacto del lenguaje sobre el pensamiento no se da sino en el momento mismo de verbalizar una situación (thinking for speaking, Slobin), de modo que estaríamos condicionados a prestar atención a ciertos aspectos de la realidad pero sólo en el momento de expresarlos.


A partir de estas ideas se presenta una serie de ejemplos y datos empíricos tomados principalmente de investigaciones desarrolladas en sueco-danés/español (Bylund, Cadierno, Donoso) y que esperamos nos permitan arrojar nuevas luces sobre cómo el lenguaje puede influir en nuestra forma de percibir y expresar la realidad.

Asumir Responsabilidades


En el transcurso de la vida, el hombre decide qué hacer con su vida, propone metas, entre otras cosas, y todo ello lo realiza con la debida diligencia siendo consciente de sus actos, es decir asume las consecuencias que sus actos generan; en conclusión el hombre es responsable.

La responsabilidad es un valor social que consiste en la capacidad de la persona para responder a una obligación o a las consecuencias de sus actos, sin depender de nadie.

Las personas que tienen una autoestima elevada son responsables de su propia vida y toman un rol activo y no pasivo ante las dificultades. Buscan las maneras de solucionarlas en lugar de culparse o buscar a alguien que arregle sus problemas. Además, luchan por conseguir sus metas por sí mismos, sin esperar que otra persona o el destino les ayude a cumplirlas.

Estas personas, que han asumido la responsabilidad de su propia existencia, tienen más confianza en sí mismas y están más preparadas para la vida, por lo cual, su autoestima continuará aumentando. Por el contrario, la gente que no asume la responsabilidad de sus propias acciones se siente víctima de los demás y se lamenta por su mala suerte. No tiene el control de su propia vida, ya que ha sido él mismo quien se lo ha dado a los demás. Así, cuando fracasa, siempre puede culpar a alguien pero jamás podrá sentir que tiene el poder de cambiar o mejorar su existencia.

Para empezar a vivir de manera responsable, es necesario admitir que nadie va a venir a ayudarnos cada vez que necesitemos algo. Una vez que hemos aceptado que la responsabilidad de nuestra vida está en nosotros mismos, nos volveremos más activos y capaces y, por este simple hecho, nuestra autoestima aumentará.

Asumir la responsabilidad de nuestra vida implica ser responsable de nuestras elecciones y acciones, de nuestro tiempo, de nuestro trabajo, del cuidado de nuestro cuerpo, de nuestras relaciones personales y cómo las tratamos, del significado de nuestra existencia, de nuestras emociones y pensamientos.

Todos tenemos límites. Cada día debemos establecer límites para nuestro yo. Si no puedes establecer estos límites pasarás el resto de tu vida echándoles la culpa a otros debido a que vivirás en un mundo caótico. Hay que tener en cuenta que no todo se puede controlar en la vida. Puede haber hechos accidentales de los que no podemos responsabilizarnos. Tanto culparnos por hechos que escapan a nuestro control como no aceptar nuestra responsabilidad de los hechos que sí podemos controlar, conducirán a que nuestra autoestima se reduzca. Hay que saber qué cosas dependen de mí y cuáles no para poder mantener una autoestima equilibrada.

Asumir la responsabilidad por tus acciones es una manera de mejorar tu vida en general. Cuando tomas el control de tus acciones estás poniendo los malos hábitos detrás de ti y avanzando por un camino nuevo. Al final del camino encontrarás la felicidad. La responsabilidad es algo bueno. A veces cometemos errores. No hay nada malo con eso siempre y cuando aprendas de esos errores.

Eres un ser humano y te equivocarás en el transcurso de tu vida. Los errores son parte de la vida y tendrás que hacerles frente.


Solidaridad



Hay situaciones que son parte de la vida y que pueden ocurrir en forma sorpresiva o impredecible. Puede tratarse de una enfermedad imprevista, un accidente fortuito o un acto inesperado de la naturaleza.

Esos actos no están bajo nuestro control y motivan muchas veces muestras de interés de personas no afectadas directamente. Sabemos que ante una enfermedad suele surgir el apoyo de la familia, de los amigos o de las personas involucradas. Ante un acto de la naturaleza, como una tormenta, un huracán o un terremoto, nos conmueve la solidaridad y el apoyo de los vecinos, amigos y hasta de personas desconocidas que aparecen a ayudar.

Los terribles acontecimientos recientes en Haití, por el gravísimo terremoto, han llevado a una reacción masiva de todo el mundo, enviando bienes, dinero y ayuda personal de todo tipo. 

El aeropuerto de Port-au-Prince no se daba abasto para recibir a los vuelos internacionales que llegaban con ayuda y socorristas.

Las desgracias, como la ocurrida en Haití, son penosas y dramáticas. Son también una oportunidad para que afloren sentimientos de solidaridad que en este caso la clase médica está demostrando con creces desde un inicio. 

El trabajo es arduo y el problema inmenso, pero la solidaridad y la voluntad de ayuda están permitiendo mitigar el dolor de miles de personas afectadas, haciendo honor a la máxima de compartir para progresar.




jueves, 12 de octubre de 2017

Unirnos En Lo Humano


Tenemos un valor incalculable; no somos el resultado de la evolución, de un accidente cósmico o una forma de vida biológica elevada que por casualidad adquirió conciencia. Fuimos creados como seres racionales, con moralidad, voluntad y discernimiento, únicos sobre la tierra con cuerpo, alma y espíritu, capaces de obrar para bien. 

Somos obra de un creador que con sabiduría e inteligencia nos hizo con un propósito, que no consiste en acumular posesiones o riqueza, sino en que tengamos como prioridad el cuidado y desarrollo integral de todo ser humano desde el momento de su concepción, utilizando para ello todos los recursos disponibles.

La racionalidad y moralidad nos da la capacidad de obrar para el bien, no solo para sí mismo, sino también para los demás. ¿Qué ha ocurrido entonces que hemos desvalorizado la vida, perdiendo la sensibilidad ante la necesidad y el dolor ajeno? Los grandes desafíos que tenemos en nuestro país, 
como la desnutrición infantil, carencia de atención en salud primaria y preventiva, el hambre y la miseria, el analfabetismo, la violencia que produce muerte y dolor a millares de familias o la desintegración familiar, exigen de cada uno de nosotros una respuesta concreta, comenzando con los gobernantes, puesto que han sido puestos en autoridad para servir, para buscar el bien común, no el beneficio propio.

Con frecuencia argumentamos que somos un país pobre, dependiente y limitado para enfrentar estos desafíos. Sin embargo, somos un país rico en recursos y potencial humano, con capacidad de generar oportunidades para el desarrollo integral de todos sus habitantes. El verdadero problema radica en que no estamos valorando la vida en la dimensión correcta, nos hemos vuelto indiferentes ante el drama de nuestros semejantes. Esto se evidencia, por un lado, en la forma como se administran y distribuyen los recursos públicos (actos de corrupción o en la priorización de cosas que no buscan satisfacer las necesidades primarias de la población) y por el otro, en la negativa o evasiva de cumplir a cabalidad la responsabilidad de pagar impuestos. Tanto lo uno como lo otro es inmoral y condenable.

La valoración del ser humano es un desafío ético para todos los que formamos parte de la sociedad. La riqueza y las posesiones son instrumentos que deben servir para el beneficio de los demás, no para fines egoístas.

El sentido de la vida se relaciona con la dirección hacia la que dirigimos nuestra mirada y orientamos nuestros pasos. Y el sentido de cada una de nuestras vidas apunta en la dirección del desarrollo de nuestro potencial humano e individual, poniéndolo al servicio del bien común. Porque somos capaces de las mayores grandezas y las peores bajezas, según orientemos nuestra voluntad hacia el bien común o el egoísmo. 

Una libre elección que puede darnos como resultado un planeta devastado o una civilización verdaderamente humana, una vida personal vacía o plena y con sentido.


Para que los ideales de un mundo mejor adquieran fuerza, basta con que una sola persona crea en ellos y actúe por alcanzarlos. Los demás se suman, porque esto es lo que necesitamos, sumar nuestras fuerzas. Y esto es lo que os proponemos a todos cuantos formáis parte de esta Generación Humana: unirnos en red por el cambio social que tanto necesitamos y anhelamos.

Los Desafíos De La Vida


¿Qué son los desafíos de la vida? Son los retos, dificultades y vicisitudes que tienes que enfrentar para tu superación personal. A lo largo de tu historia enfrentarás muchos desafíos de la vida y para cada uno de ellos deberás encontrar la forma de solucionarlo.

Bastante gente huye de los desafíos de la vida:

Una considerable cantidad de personas huyen de los desafíos de la vida y son capaces de crear una interminable lista de excusas para decir que todo está bien. Si se huyen de los problemas, entonces no hay aprendizaje ni crecimiento personal, algo que vale la pena considerar.

La persona que no está comprometida con un cambio positivo, siempre buscará una serie de argumentos para seguir en lo mismo. Para evitar este problema, evalúa tu conducta y pregúntate ¿realmente estoy actuando en consecuencia con las metas establecidas?, ¿estoy dando un 100% de mi esfuerzo para enfrentar los desafíos de la vida?, ¿estoy comprometido con obtener un mejor nivel de vida?, etc.

Si quieres enfrentar con éxito los desafíos de la vida, necesitas cambiar tu mapa mental:

Algunos consejos para enfrentar los desafíos de la vida:
Jamás huir de los problemas, aprender a enfrentarlos.
Analizar las diferentes opciones, evaluar los escenarios y tomar decisiones.
Adquirir la disciplina para ser constante en los propósitos, hasta lograr un cambio definitivo.

Pensar de forma positiva siempre.
Perseverar en todo momento.
No destinar tiempo a las quejas, sino que trabajar en el reto personal con determinación.

Tener un poco de paciencia, cambiar de vida puede llevar cierto tiempo.



Representando



Cuando vemos en las redes sociales fotografías o comentarios de nuestros contactos quizás pensemos que nuestra vida es aburrida y no tiene nada para ofrecer… por ello hacemos lo imposible para parecernos al resto y subimos miles de fotos para contar nuestras peripecias. Pero, ¿son realmente tan maravillosas las vidas de los demás como reflejan las redes sociales?, ¿vale la pena tener una vida social “ajetreada”?

Por ejemplo, las parejas que constantemente “informan” a sus conocidos que están enamorados y no pueden vivir sin el otro, en realidad son inseguros y celosos. Necesitan gritar a los cuatro vientos para “simular” la perfección o inventarse una confirmación que no es más el propio espejismo de su vida.
¿Por qué todos tienen una mejor vida social que la mía?

Publicaciones de parejas felices y enamoradas que esconden crisis matrimoniales, personas haciéndose selfies en todas partes del mundo quizás mostrando simplemente soledad y desarraigo, frases de autoayuda o superación personal que pretenden dar una lección de pedagogía con demasiadas excepciones para que esas sentencias absolutas puedan ser leyes alguna vez..

Por desgracia, al ver estos mensajes nuestro cerebro sufre un aliento de envidia porque entiende que los demás son más divertidos, tienen vidas fantásticas, han hallado al amor verdadero o experimentan sensaciones únicas. Sin embargo, debajo de lo que reluce, ¿realmente hay oro?

Pasar horas y horas frente a las redes sociales no suele ayudarnos precisamente en un estado melancólico. Algo que es especialmente dañino cuando lo hacemos en una actitud
comparativa y tomando al yo como referencia. Si sentimos que el mundo nos debe algo, cosa que no es cierto, aumentaremos esta sensación si tenemos la percepción de que a los demás le va realmente bien. Así, el ojear los perfiles de los demás puede aumentar nuestra sensación de ser víctimas.

La vida de los demás no es lo que dibujan sus redes sociales
¿Crees que es imposible dejar de conectarte a diario a esa plataforma que se supone que informa de las últimas noticias de los que te rodean? Según un estudio de un instituto danés, usar Facebook de esta forma nos hace infelices. Para la investigación un grupo de participantes no abrieron sus perfiles durante una semana y admitieron sentirse menos estresados y más enfocados en sus trabajos o estudios.

Aquellos que no usan o no tienen perfiles en estas páginas aprovechan el día de otra manera

Tienen más tiempo para descansar, hacer ejercicio, terminar antes las tareas, preparar la cena o limpiar la casa. Como si esto no fuese suficiente, estar ajeno a una red social nos lleva a hablar con quienes tenemos al lado, ver en persona a quienes amamos o llamar a familiares y amigos más seguido.

El resultado de esta prueba nos da algo en qué pensar: “Estamos continuamente leyendo buenas noticias y cosas maravillosas en el muro de los demás y eso nos lleva a compararnos y a deprimirnos.

No siempre son ciertas las palabras o imágenes que aparecen, ya que el mundo de las redes sociales se basa en mostrar a los demás nuestra mejor versión, una imagen distorsionada de lo que en verdad somos”.

Aquello que sucede en Facebook, Twitter o Instagram de alguna manera está separado de lo real o lo auténtico, es más bien un ejercicio de publicidad o la saciedad de una necesidad de dibujarnos de una manera determinada.

Si tu vida social no es igual a la del resto, ¡Enhorabuena! No necesitas mostrar miles de fotos de una salida del sábado o de tus vacaciones soñadas para saber que lo has pasado de maravilla.  

Piensa que todos esos recuerdos y momentos han existido en realidad, aunque no tengan una ventana al mundo.