viernes, 17 de agosto de 2018

Tus Cargas En La Mochila

Imaginemos que nuestra vida es una mochila, en ella están aquellas cosas importantes y muchas veces no importantes que de una manera u otra nos hacen tener algún tipo de peso en nuestro hombro. ¿Todo lo que llevas en tu mochila te suma cosas positivas? ¿Eres consciente de las cargas de más que llevas en tu mochila? ¿Desde cuándo no analizas tu mochila para sacar cosas o personas que no debes seguir cargando?

Detente un poco y evalúa como ha cambiado tu vida de manera positiva y negativa en estos últimos años. Analiza por un segundo todo lo que se ha sumado a tu vida y de igual manera analiza aquellas personas o cosas que por una razón u otra no siguen a tu lado.

Mayormente conocida como el síndrome de burnout, es una mezcla de estrés, cansancio, agotamiento, sensación de no tener deseos de nada y también aquella sensación que nos hace querer huir del mundo.

Todo en la vida necesita un equilibrio y siempre lo digo, aquello que no expresamos o liberamos en el momento adecuado sabe salir cuando menos lo estamos esperando. Habla y si no tienes con quien hacerlo hazlo con una piedra, pero que nada y nadie te robe tu paz interior.

Detallemos un poco estos conceptos.

El estrés es una respuesta emocional, necesitamos sí o sí el tener estrés en nuestras vidas, ya que gracias al estrés nos movemos en la vida. Eso es el estrés positivo, luego está el estrés negativo que en muchas ocasiones tiene que ver con aquellas cosas negativas que vamos acumulando en nuestras vidas. Y sin duda alguna tiene que ver con aquellas emociones que no expresamos cuando debemos hacerlo.

Todos hemos sentido esta sensación de cansancio en nuestras vidas. El agotamiento es una emoción de alerta y cuando no le hacemos el caso debido ella sabe traer alguna enfermedad en nuestras vidas. ¿Cuándo fue la última vez que te dedicaste tiempo solo para ti?

Algunas veces, no siempre, es bueno tener esta sensación de no querer hacer nada en la vida. Existen personas que necesitan estar siempre en movimiento, pero amigo no eres una máquina, a veces hacer stop es salud para nuestra vida. Esta sensación de no querer hacer nada siempre viene ligado cuando no tenemos algo o alguien que nos mueve en la vida, es cierto que debemos ser siempre nuestro mayor estimulo en la vida, pero nunca está de más estar cerca de aquellas cosas o personas que saben llenarnos de energías.

Siempre he escuchado el término, me quiero escapar de este mundo, mi pregunta es: ¿si no puedes lidiar en esta tierra que naciste que te hace creer que lo podrías hacer fuera? Vamos, yo también tengo a veces deseos de subir a un cohete y desaparecer, pero solo lo quiero por un segundo.

Esta sensación de escapar nunca trae cosas positivas, porque amigo mío, aquellas cosas que no enfrentas en tu vida tarde o temprano saben pasar factura. Y esas facturas nunca vienen económicas.

A la hora de querer huir de tu mundo, recuerda que el pasaje a la luna no es nada económico.

Desde la mirada de la psicología este punto no es nada fácil, ya que nos encanta retener, retener cosas y a veces personas que muchas veces no saben aportar nada positivo en nuestras vidas.

Y de igual modo realizar este análisis de qué cosas sí y no deben quedarse en nuestras vidas, nos cuesta tiempo y muchos sacrificios, porque todo en la vida cuesta y cuidar nuestra salud emocional es gratis pero no siempre es algo que sabemos controlar.

De manera personal estoy en un proceso de mi vida en el cual estoy dejando cerca de mí aquellas cosas y personas que valen la pena tener cerca, las personas cambian y esos cambios a veces no van relacionado con lo que hacemos y buscamos en la vida. 

Tu salud emocional te pertenece, no permitas que nada ni nadie traigan cargas de más en tu vida.

Insistencia


La palabra insistencia hace referencia a repetir, esto quiere decir que una actividad culminada se intente nuevamente, una y otra vez. Es decir, continuar en la misma y no parar hasta obtener el resultado deseado. Se trata de una actividad continuada, pero sin pausas. Hoy, en este artículo, quiero que hagas tuya la palabra “insistir”. Quiero que la insistencia se vea reflejada en ti.

Te puedo asegurar que esta palabra es sinónimo de resultados. Los resultados en tu timidez de los que podrías disfrutar, si te tomases en serio tu principal meta, tu meta más importante, que es la de aprender a cómo vencer la timidez.

La insistencia es ya de por si, una palabra importante. Ésta, nos ayuda a esforzarnos por lo que queremos sin desistir en el intento. Insistir es querer seguir intentándolo, dándolo todo. Así es cómo tienes que actuar en tu timidez, dándolo todo para obtener resultados. Tu resultado primordial de aprender a cómo vencer la timidez.

La persona tímida, en muchas ocasiones, se rinde. Se rinde sin ni siquiera intentarlo, porque el solo hecho de ver todo lo que tiene que intentar y en consecuencia, todo lo que tiene que conseguir, hace que se paralice, decidiendo de este modo no actuar, convirtiéndose así en una persona pasiva, sin capacidad de decisión ni de intentos.

Al no saber cómo vencer la timidez, prefiere mantenerse tal cual, es decir, viviendo frente a sus limitaciones, las cuales no le permiten actuar cómo le gustaría.

Por ello, hay que insistir. Insistir en algo y luego conseguirlo, te dará la fuerza necesaria para seguir luchando por cosas importantes. La satisfacción que produce ver los resultados obtenidos, después de aportar esfuerzo, dedicación, insistencia, no tiene precio.

Si eres insistente en tu vida, te puedo asegurar que nada se te resistirá. 

Tampoco te digo, que utilices la insistencia de manera, que pueda resultar agobiante para ti o para otros. Todo en exceso, no es bueno. 

Pero si actúas de manera consciente y convencido de que con los resultados obtenidos saldrás beneficiado, adelante!, insiste en lo que desees con fuerza. 

Insiste en tu lucha de cómo vencer la timidez.


Reconocer Errores


Sabemos que errar es humano, sin embargo a la hora de hablar del tema es más fácil poner la vista afuera que mirarnos a nosotros mismos. ¿Cuál es la importancia de registrar nuestras equivocaciones? ¿Por qué es tan difícil aceptarlas? Preguntas y respuestas de un dilema que nos cuesta a todos.

Cuántas veces repasamos situaciones una y otra vez, sin poder ver en qué nos equivocamos, más allá de la herida narcisista que implica darnos cuenta que hicimos algo mal, miles de pensamientos entran en juego al momento de enfrentarnos a nuestros errores. Esa lupa que usamos para marcar las equivocaciones ajenas se vuelve bastante borrosa cuando se trata de las nuestras, y más de una vez terminamos haciendo la famosa vista gorda en lugar de detenernos a reflexionar sobre una situación que nos resultó conflictiva.

No podemos decir que ver nuestros errores duele, pero de lo que sí estamos seguros, es que nos genera un malestar, nos pega en el medio del ego. Esa resistencia a aceptarlos, muchas veces, es la que funciona como venda para poder revertir situaciones. Hablamos de ese instante en el cual sentimos que algo no está bien, pero nos quedamos inmóviles sin poder descifrar qué es exactamente lo que nos está molestando.

Está claro que llegar a decir esta expresión implica un largo camino, a nadie le gusta enfrentarse con su lado vulnerable, y tal vez esa sea la razón, por la cual nos resulta tan difícil aceptar los errores. En el fondo, hay una especie de lectura latente de que equivocarse nos vuelve débiles, chiquitos, ante un mundo perfecto que no está hecho para perder el tiempo en reparar errores. Esta visión errónea del error, valga la redundancia, muchas veces nos lleva a querer ocultarlos, como si ignorándolos pudiéramos corregir aquello que hicimos mal.

Es necesario comprender que empezar a trabajar nuestros errores, no sólo tiene que ver con poder aceptarlos ante un otro, sino que el objetivo principal es poder reconocerlos ante nosotros mismos. Lo que en psicología se suele llamar #INSIGHT, ese "darse cuenta" de nuestro propio accionar es la pieza fundamental de este tema. Desarrollando nuestro grado insight podemos encontrar la manera de llegar a percibir los errores cometidos. Lo cual implica sincerarnos frente a nuestro ego, y empezar a construir autocríticas.

La única manera de no volver a caer en ellos es entender en qué nos equivocamos. Solo se aprende aquello que se entiende, si pasamos por alto una equivocación, es muy probable que sea la antesala a repetirla una y otra vez, poder registrar aquello que hicimos mal nos abre un abanico de lecturas diferentes de las cosas, nos ayuda a reflexionar sobre cómo mejorarlas y que podemos cambiar desde nuestra conducta.

Muchas veces el no poder aceptar un error repercute en nuestros vínculos. No hay nada más perjudicial en las relaciones humanas que el querer defender una equivocación bajo capa y espada, por el solo hecho de no querer sentirnos débiles frente al otro. Debemos entender que reconocerlos, poco tiene que ver con la debilidad, no hay imagen de persona más fuerte, que aquella que aceptó el error, lo enfrentó y lo superó no solo las virtudes hablan de nosotros, también nuestras equivocaciones nos describen. 

Podemos crecer si nos aceptamos con todo el combo. Se trata de conocernos a nosotros mismo porque únicamente de esta manera podemos lograr llevar adelante cambios importantes.


Por lo tanto hay una realidad: ¡¡a nadie le gusta equivocarse!! ¡¡¡No nos gusta para nada!!! Pero la vida es intentar, y el intentar muchas veces trae implícito equivocaciones. Si las reconocemos, el aprendizaje obtenido es un pasaporte a la superación de las mismas, si en cambio, las ignoramos, no hacemos más que dilatar el tiempo de tener que enfrentarnos, tarde o temprano, nuevamente con la misma situación. 

Por eso, retomando nuestra frase inicial, todos sabemos que errar es humano, lo que debemos aprender es que persistir o no en el error, ya depende de cada uno de nosotros.

Hacer Las Cosas Bien


Muchas veces me pregunto si estamos haciendo las cosas bien, si vamos por el buen camino, pero ¿Qué es hacer las cosas bien?. Trato de pensar en sentido global, en la sociedad de la que formamos parte y en la que nos desenvolvemos.

Necesito pensar si estamos haciendo las cosas bien porque creo que es el único camino para poder vivir de la mejor forma posible, pero aquí vuelve a surgir otra pregunta, ¿Cuál es la mejor forma posible de vivir?. Lo fácil es pensar que cada uno tiene su forma de vivir, y no lo critico, pero necesito pensar que hay unos mínimos que debemos de entender por ‘BIEN’, y por ‘MEJOR’ que debemos compartir y en base a ellos poder construir una sociedad en la que todos tengamos la seguridad que el camino por el que avanzamos es el correcto.

Afortunadamente por el mundo han pasado, pasan y pasarán personas que nos ayudan a percibir el sentido de lo correcto. Gente que lucha por reivindicar la dignidad de la persona, la dignidad de la humanidad. Gente que no piensa en el beneficio propio sino que percibe el mundo global como un corazón inmenso que palpita la misma sangre que corre por sus venas.

Algunas veces las personas actúan a sabiendas de que no están haciendo las cosas como debería de ser. Tratan de ganar terreno en alguna negociación para conseguir un beneficio con la excusa de que el ‘EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS’, pero nada más lejos de la realidad, al final, las acciones que se han tomado para conseguir lo que se pretendía y se sabía que no eran las correctas, tienen sus consecuencias. Más tarde o más temprano, pero todo se paga.

Debemos de buscar el bien social. Debemos de buscar el bien personal. Debemos de buscar el bien que nos permita tener la sensación que todo va como debe de ir. Es posible que esas personas que han sido ejemplo para todos nos digan qué es lo correcto.

Pero la gran esperanza no está sólo en percibir que hay personas que lo han hecho, sino que TODOS NOSOTROS podemos hacerlo también. Tenemos mucho más poder del que pensamos. Todos somos capaces, pero no todos somos valientes. Ese tipo de valentía se alimenta de servicio, de entrega, de visión global, de abnegación.

Podemos hacerlo. Busquemos el BIEN, hagamos el BIEN, podemos hacerlo, tenemos poder.


Sobrellevar Las Críticas


“Hay que tener en cuenta, en primer lugar, qué es realmente una crítica, porque ello determinará cuándo tenemos un problema y cuándo el problema lo tiene quien critica”

Llegas a la oficina y te dicen que el trabajo que entregaste el día anterior está muy mal. Se te acerca un compañero que te comenta, de forma burlona, que la ropa que te has puesto no te favorece. Un pariente te dice que una vez más, has llegado tarde a la reunión familiar.

No, no es un mal día. Piensa que esto se repite con habitualidad. Pero, ¿cómo reaccionas? ¿Eres capaz de tolerar las críticas de los demás, ya sea de jefes, compañeros de trabajo, amigos o familiares? ¿O, por el contrario, te angustia comprobar que alguien te reprueba o no le caes bien?

Hay que tener en cuenta, en primer lugar, qué es realmente una crítica, porque ello determinará cuándo tenemos un problema o cuándo, en realidad, el problema es del otro, del que nos critica.

«La crítica constructiva no existe. Una cosa es corregir, proponer, ser un mentor, y otra es criticar por criticar. En este último caso, hay un fin negativo ya que no hay propuesta, solo se incide en el problema», explica el psicólogo Bernardo Stamateas y autor del libro «Trátame bien».

Al «categorizar» el tipo de crítica, podemos también identificar los distintos tipos de personas que las efectúan:

-El que lo hace siempre es porque está frustrado: «La persona desplaza el enojo hacia los demás. Por ejemplo, una persona frustrada en el trabajo suele criticar siempre a sus compañeros», señala Stamateas.

-El que critica y juzga para no pensar en sí mismo: «Es un factor distractor, el que lo hace pretende no pensar en sus errores, es una forma de decirse: "tú eres peor que yo"».

-El envidioso: «Necesita remarcar y poner la lupa porque eso le alivia la angustia que le genera lo bien que le va al otro».

En este sentido, hay un punto en común, como señalaba Stamateas, en todos los tipos de críticos: No hay consejo en ningún caso, pero además, «se marca el error desde el odio y no desde el amor y nosotros no podemos cambiar desde el odio». El que propone algo, el maestro, el amigo «marca el error desde el amor, porque es necesario marcarlo, no hay que taparlo, pero el objetivo en ese caso es la mejora».

Por lo tanto, «hay que ignorar la crítica negativa, agresiva, sin consejo y cargada de odio porque no hay un proceso reflexivo». En cambio, «si hay contenido de reflexión, sí hay que escuchar».


jueves, 16 de agosto de 2018

Contrastes


A veces creemos que el contraste de la vida es insoportable. No la vida misma, sino el contraste. En el mismo día puedes sentirte muy bien y puedes sentirte triste. A veces te sientes en la gloria y a veces sientes como si te hubieran exprimido al máximo. 

No minimizo cómo te golpea la vida, pero debo insistir en decirme que soy la misma en las buenas y en las malas. Suponiendo que así sea, no te sientes de la misma manera, pero sigues igual. Capeo el temporal. Mojado, sigo siendo yo. Caminando por el barro, sigo siendo yo. Sin importar por dónde camine, sigo siendo yo. 

Podría verme como un símbolo de la victoria o de la desesperación, pero no soy ni la una ni la otra. Por algún tiempo, soy un actor que interpreta la parte del vencedor o la víctima o incluso un transeúnte, y aun así, pasando por todo eso, soy yo. 

Puedo sentir que estoy sobre una pista de hielo resbalando continuamente, o que estoy caminando sobre el firmamento del Cielo. Puedo sentirme perdido, a la deriva en el océano de la vida, no comprender del todo la brújula que estoy siguiendo, si es que en ese momento la veo... Pero finalmente de una forma u otra... “YO” LA VEO... 

A veces tengo tantas dudas... Y algo en mi interior me dice: - Quítate las vacilaciones, ten confianza en la vida, en el universo. Ya has tenido suficiente de ellas, deja que se las lleve el viento, la lluvia. Deshazte de ellas, no te hacen bien. Y afortunadamente ¡reacciono! 

Y pienso en el sol, a él nunca se le intimida. Cuarenta días de lluvia y el sol aún sabe que brilla y también sabe que estará a la vista de todos. No es que el sol espere a que la lluvia termine y que lo haga pacientemente. El sol está brillando todo el tiempo. El sol sabe lo que sabe. El sol no sabe la teoría. El sol vive lo que sabe. Para el sol, no hay distancia entre él y su luz. El mayor diluvio no detiene al sol. El mayor diluvio no apaga a la luz del sol. Y el sol lo sabe. Y yo lo sé... soy como el sol, somos como el sol.

La diferencia que hay entre el sol y yo, es que en mi caso a veces he creído más en la lluvia que en la luz solar. Lo que es y lo que he creído que es, no siempre es lo mismo. Y entonces hay una discrepancia. ¿Cuánto vale esta discrepancia para mí? No vale nada...

Fuera De La Zona De Confort

Más allá de la rutina hay incertidumbre, riesgo y la posibilidad de equivocarse
Hacer las cosas de forma diferente es el primer paso para superar nuestros límites
Sorprendernos y maravillarnos significa abrir la puerta a resultados reveladores.

A lo largo del tiempo y de las rutinas, todos nos hemos creado una zona de comodidad en la que nos sentimos seguros y protegidos. Es el espacio de los hábitos, de las costumbres y de las repeticiones; de la certeza. Pero dentro de estos límites también se encuentran cosas menos cotidianas, como nuestras aptitudes y habilidades, es decir, todo aquello que sabemos que hacemos bien y donde la posibilidad de error es reducida. Es más, puesto que las costumbres, los hábitos y las rutinas tienen doble dirección, es posible que con el tiempo y la inercia nos convirtamos en los encargados de preparar aquello en lo que somos más hábiles. Y eso es bueno.

Sin embargo, existe un riesgo: que la franja de comodidad se convierta en todo nuestro universo, olvidando que, para que siga siendo precisamente así, necesita ir siendo ampliada. Y de esta manera también se verán acrecentadas nuestras aptitudes y habilidades, a la vez que nos vacunaremos contra la falta de retos y motivaciones. ¿Cómo conseguirlo? Hacerlo diferente. Decía Einstein que no se pueden conseguir resultados distintos haciendo las cosas del mismo modo de siempre.

Cuando decidimos abordar algo que nos supone un reto o un desafío, estamos a punto de establecernos un nuevo límite. Así, nuestros sentidos se ponen en guardia y nuestra atención activa el modo de alerta. Estamos a punto de adentrarnos en:

La zona de riesgo. Imaginemos que no dominamos el inglés y, aun así, nos encargan preparar un documento en esta lengua. Entramos de lleno en la zona de riesgo. Inseguridad, sí, pero también concentración y alerta. Lo que significa que invertiremos más tiempo y repasaremos varias veces cada una de las frases. 

Todos cometemos errores, pero solo algunos son capaces de hacer lo que hacíamos de pequeños: caer, levantarnos, ponernos en pie y vuelta a empezar.

La zona de error. La zona de riesgo es temporal, dura hasta que vienen los resultados. Puede que nuestro documento en inglés no nos haya salido todo lo bien que deseábamos. Entramos entonces en la zona de error, que dura lo que lo hace nuestra capacidad de aprender de él, reponernos y volver a intentarlo, entrando de nuevo en la zona de riesgo. Tenemos dos opciones. Una, abandonar para siempre la tarea. Otra, aprender de todo aquello que no hemos hecho bien, seguir poniendo a prueba nuestras capacidades y avanzar.

La zona de satisfacción. Cuando hemos superado el muro del nuevo reto, entramos en la zona de satisfacción. Orgullo y fuerzas renovadas. De la zona de satisfacción volvemos a la zona de bienestar, ahora más amplia. Y desde ahí hemos de ser capaces de reflexionar acerca de nuestro poder de ensanchar nuestros límites. Es una franja de motivación, no de autocomplacencia.

Sin zona de confort no hay seguridad. Sin riesgo no hay progreso. Sin error no hay aprendizaje. Sin satisfacción no hay recompensa que nos motive e inspire a empezar de nuevo el proceso. Así, los cuatro círculos son necesarios y debemos cultivar todos ellos.


La mayoría de nosotros nos enfrentamos a desafíos de vez en cuando y hay largos periodos de, digamos, relativa tranquilidad. ¿Qué hacer para estar preparados para cuando llegue el momento de salir de la zona de bienestar? La respuesta está, paradójicamente, en la rutina. Es decir, en introducir pequeños cambios en todas aquellas cosas que hacemos casi automáticamente. Lo importante es hacerlo con una actitud también diferente, mostrándonos interesados, ignorantes, interrogativos e implicados. 

Es decir, abrir la mente, hacernos preguntas, abandonarnos a la curiosidad y, finalmente, implicarnos en aquello que hemos decidido hacer de forma distinta, sea lo que sea.

El Ser Coherente


Las personas pueden mostrar que son coherentes en sus actitudes o todo lo contrario. Una persona es coherente cuando actúa de acuerdo a sus principios y a sus valores. Cuando una persona dice una cosa pero hace la contraria, entonces, muestra una contradicción entre hechos y palabras que genera sensación de poca coherencia ética frente al interlocutor. 

Lo que ocurre cuando una persona tiene poca coherencia entre hechos y palabras es que decepciona al otro porque le ha generado unas falsas expectativas. 

Existen actitudes que muestran que una persona puede ser poco coherente, por ejemplo, prometer una cosa y no cumplirla. O también, decir algo que no se siente en realidad por el simple hecho de quedar bien frente al interlocutor.

Las personas coherentes son firmes en sus principios y valores. Principios que actúan como normas del obrar recto porque la ética personal ayuda a diferenciar entre el bien y el mal. Una persona coherente transmite sinceridad, lo que le ayuda a establecer relaciones personales sólidas porque la amistad verdadera requiere de un compromiso y de una seriedad en la palabra.

Las personas que son coherentes consigo mismas tienen tranquilidad interior porque son honestas consigo mismas, es decir, son fieles a su pensamiento. Las personas coherentes tienen que hacer frente a contradicciones internas, ideas irracionales y pereza en su día a día, es decir, son tan humanas como el común de los mortales. Sin embargo, han desarrollado un sentido interior de honestidad muy profundo, un sentimiento que brilla con fuerza.

Existe otra actitud que produce poca coherencia en la comunicación interpersonal: la mentira. La mentira es una actitud que refleja falta de respeto hacia el otro y también, hacia uno mismo.

Nadie puede transmitir una coherencia ante el otro si no tiene coherencia ante sí mismo. Es decir, en la medida en que te conoces a ti mismo, sabes quién eres y qué quieres, también transmites mayor autenticidad ante los demás porque te sientes libre de mostrarte tal y como eres: esta es la mayor coherencia la que surge de la verdad interior y de la autoestima.

La coherencia entre pensamiento, sentimiento y acción muestra un grado de madurez profundo en una persona. Una madurez que es fruto del autoconocimiento, del valor de la experiencia y del crecimiento interior que surge de los años.

Desde el punto de vista de la comunicación, la coherencia también es necesaria en un discurso o en una explicación de forma que exista una lógica en el discurso que debe estar bien razonado y elaborado.

Entender Y Comprender


Cuando vivimos una experiencia aparentemente desagradable, nos cuesta entender por qué pasó. Sin embargo, siempre es posible comprender que todo sucede para algo mejor, para contribuir a tu bienestar. Sí, parece raro lo que planteo aquí, pero es que debemos empezar por identificar las diferencias entre entender y comprender.

No son sinónimos como muchos creen. La RAE define entender como “tener idea clara de las cosas”, mientras que de comprender dice “abrazar, ceñir o rodear por todas partes algo” y “encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro”. En palabras mucho más concretas, entender es un proceso mental y racional, en tanto que en la comprensión interviene el corazón, la emoción y el sentimiento.

Por ejemplo, supongamos que te acabas de divorciar cuando creías que todo estaba bien en tu relación. Puede que por ahora no entiendas el por qué, pero sí puedes comprender el para qué necesitabas vivir esta experiencia. Allí es cuando te das cuenta que fue para abrir la puerta hacia algo mejor para ti.

Veamos mejor la diferencia. Entender pertenece al campo racional, por lo que resulta siendo un plano superficial. Responde a la pregunta ¿por qué? y desde aquí, solo puedes ver las cosas de dos maneras: negro o blanco, malo o bueno. Por eso cuando nos quedamos en el entendimiento, es fácil que entres en el juego de criticar, juzgar y etiquetar situaciones y personas.

Comprender es ir mucho más profundo y conectarte con una creencia superior (el amor, la paz o incluso Dios, si crees en él) para tener un pensamiento más amplio. Responde a la pregunta ¿para qué? Así, al comprender se percibe el mundo de manera diferente para vivir las experiencias desde el amor infinito y aumentar tu perspectiva. La comprensión no admite juicios porque te da la certeza de que todo es perfecto y que no podría haber salido de otra manera.

A propósito de este tema del plebiscito que ha causado tanta polémica, ¿cómo podrías ver esta experiencia que vive Colombia? Independientemente de si eres partidario del sí o del no, puede que te cueste entender por qué los otros votaron de cierta manera. Lo cierto es que es mejor vivir esta experiencia desde la comprensión y el amor, comprendiendo el para qué de esta experiencia, con la convicción de que nos traerá un mayor beneficio.


Ahora bien, ¿por qué es tan importante no solo entender sino comprender? La respuesta es sencilla: la comprensión es la base de la aceptación. Si te quedas en el entendimiento, dejas que sea el ego quien hable y diga que tú eres el único que tiene la razón. Si vas más allá, hacia la comprensión, verás que los demás también tienen razón, aceptarás sus puntos de vista y sabrás que todo es perfecto, porque por algo sucede. 

¡Qué viva la diversidad de estructuras mentales que enriquecen tu vida!

Opciones Para Compartir

Compartir el conocimiento es el propósito de nuestra existencia,  en la actualidad codificamos nuestra existencia para hacerla comprensible, dependemos en exceso de la tecnología y nos desconectamos de la naturaleza para entrar en un mundo de simulación rodeado de máquinas.

A veces queremos regalar un libro pero no sabemos cuál, sobre todo porque hoy en día la oferta es muy amplia y en ocasiones resulta algo abrumador. Elegir el que queremos regalar no es tarea fácil, tiene que ver con el carácter de la persona, sus gustos y el momento que vive. Regalar un libro implica que se conoce a la otra persona; si sólo se hace por quedar bien, corremos el riesgo de que no sea leído o quede olvidado en el librero.

Hay libros que uno disfruta sobremanera y no hay duda en obsequiarlo a ciertas personas.

Compartir lecturas es una forma de compartir la vida. Platicar con alguien sobre las reflexiones que resultan de leer un determinado libro, es intercambiar nuestra forma de pensar y eso enriquece toda relación personal.

Si una persona nunca ha leído un libro completo, no significa que no se le pueda regalar alguno. Al contrario, si se escoge con atención, probablemente sea algo trascendente en su vida.

Hay muchos títulos clásicos, nombres que se han vuelto muy populares y que resulta la opción más fácil a la hora de escoger cuál regalar pero no siempre son la mejor opción porque cada libro tiene su momento para ser leído. 
Un “Cien años de soledad”, por ejemplo, no tan fácil de leer para un principiante. Y sin embargo es de los más vendidos y nombrados.

La vida tiene sentido cuando las preguntas están vivas, porque nos generan respuestas cada día. Esta dinámica ayuda a los participantes a clarificar y reforzar su sentido vital y existencial, a mantener vivas esas preguntas clave que nos tenemos que hacer de vez en cuando, y a compartir de igual a igual las cosas que realmente tienen sentido.


En un ámbito de terapia, ayuda a retomar las riendas de la propia vida orientada por valores y desde la reformulación del propósito existencial o enunciado de la misión personal de cada cual.

Reglas De Vida

Si la vida es un juego, estas son las reglas
Cuando naciste, no viniste con un manual del propietario; estas pautas hacen que la vida funcione mejor.

Recibirás un cuerpo: Puede que le guste o lo odie, pero es lo único que seguramente conservará por el resto de su vida.

Aprenderás lecciones: Está inscrito en una escuela informal a tiempo completo llamada 'La vida en el planeta Tierra'. Toda persona o incidente es el Maestro Universal.
No hay errores, solo lecciones: El crecimiento es un proceso de experimentación. 'Fracasos' son tan parte del proceso como 'éxito'.
Una lección se repite hasta que se aprende: Se te presenta en varias formas hasta que lo aprendas, luego puedes pasar a la siguiente lección.
Lo que hagas de tu vida depende de ti: Cada persona crea su propia realidad. Imagínese a los 90 años, recordando su vida. ¿Qué quieres ver?
Siempre obtienes lo que quieres: Su subconsciente determina con justicia qué energías, experiencias y personas atraerá; por lo tanto, la única forma infalible de saber lo que quiere es ver lo que tiene. No hay víctimas, solo estudiantes.


Las respuestas  están dentro de ti: Todo lo que necesitas hacer es mirar adentro, escuchar y confiar en ti mismo.

El Valor Del Conocimiento

El conocimiento, es el valor de descubrir cosas nuevas, de aprender lo que necesitas saber.

En nuestra vida, siempre hay muchos sueños de todo tipo, y nos pasamos mucho tiempo anhelando cumplirlos… Hasta los plasmamos en un cartel para verlo todos los días.

El problema, es que pasamos tanto tiempo anhelando, que nos olvidamos del conocimiento que debemos adquirir para justamente lograr lo que soñamos.

Es decir, por más que sueñes tocar el violín, necesitarás la habilidad y el conocimiento para hacerlo bien, de lo contrario, es muy difícil que te caiga el don del cielo para hacerlo.

Cuando conoces el camino que debes transitar, no hay manera de que te pierdas, porque ya todo lo tendrás claro. Y es justo eso, lo que necesitas para llegar al éxito.


miércoles, 15 de agosto de 2018

Homogeneización Forzada


Diversidad:
Homogeneización Forzada

Es preciso rechazar contundentemente la crítica que a menudo se hace de la diversidad cultural como causa de conflictos.

los intentos de suprimir la diversidad lo que genera los problemas, cuando se exalta "lo propio" como lo único bueno, lo verdadero, y se mira a los otros como infieles a convertir, si es necesario, por la fuerza.

O cuando se considera que los otros representan "el mal", la causa de nuestros problemas, y se busca "la solución" en su aplastamiento. Los enfrentamientos no surgen porque existan particularismos, no son debidos a la diversidad, sino a su rechazo.

Son debidos a los intentos de homogeneización forzada, a los fundamentalismos. Conviene aclarar, por otra parte, que la defensa de la diversidad cultural no significa aceptar que todo vale, que todo lo que los pueblos crean sea siempre bueno.

Lo que es siempre bueno, en cualquier dominio, es la diversidad, porque nos hace ver que no hay una única solución a los problemas, una única ley incuestionable…



El Capital Social De La Confianza

"La confianza generada por sistemas sociales interrelacionados es una riqueza para cualquier sociedad. La confianza es condición indispensable para la convivencia y para los negocios. ¿Hemos pensado hasta qué punto dependemos de ella?"

La confianza generada por sistemas sociales interrelacionados supone una poderosa riqueza para cualquier sociedad, al igual que la derivada de las leyes sociales y económicas. La confianza es condición indispensable para la convivencia y para los negocios. ¿Hemos pensado hasta qué punto dependemos de ella en nuestras relaciones económicas y sociales? Hacemos un pedido y pagamos una señal por adelantado; entramos a trabajar en una empresa y comenzamos a trabajar sin que cobremos hasta el mes vencido. Tenemos confianza en que los demás cumplirán lo pactado. Esta es la forma más conocida y estudiada de la confianza. 

Pero existe una confianza generada por las relaciones sociales, mucho menos estudiada, que presta servicios y aporta seguridad y que configura el concepto de capital social de una comunidad.

Lyda Hanifan acuñó por vez primera la expresión capital social en 1916. Hanifan, que era un joven educador y reformador social de EE UU, defendió que muchos de los problemas sociales y económicos podían resolverse reforzando las redes de solidaridad. Creía que la comprensión mutua y la vida social -familia incluida- de la comunidad conseguían que los individuos constituyeran una red de relaciones de confianza que beneficiaba a todos. Esas redes sociales estables, generadoras de confianza, constituirían el capital social de esa comunidad. 

Gracias a ella, el individuo satisfaría mejor sus necesidades sociales, mejorando sustancialmente sus condiciones de vida. Como suele ser habitual con los pioneros, su teoría no fue reconocida.

Avanzado el siglo XX se abordó, desde campos diferentes, el activo social que suponen las relaciones de confianza. La Universidad de Michigan introdujo la idea de que el capital social 'es fruto de las relaciones sociales y consiste en la expectativa de beneficios derivados del trato preferencial entre individuos o grupos’. De ahí su concepto economicista como activo que puede producir beneficios futuros. 

También es cierto que esta confianza que genera beneficios comunes puede estar asentada en grupos pequeños insertados en una sociedad mayor, como las minorías o, incluso, sociedades mafiosas. Esa confianza reforzaría la del grupo, pero podría debilitar la general.

Fukuyama nos dice en La Confianza (Trust): 'La gente sólo puede aprovechar las oportunidades económicas si forma comunidades, capital social. La capacidad de asociarse depende del grado en que las comunidades compartan normas y valores, y supediten intereses particulares a los generales. De estos valores compartidos deriva la confianza. 

No basta con leyes, contratos y racionalidad económica; son precisos otros valores: la reciprocidad, la obligación moral, la responsabilidad hacia la comunidad y la confianza’.



Convicciones

Los grandes maestros de la moral, del intelecto y de la política, nos han dejado grandes lecciones que nosotros tenemos que recrearlas para que nos sirvan como escuela de aprendizaje para el hombre de hoy.


Ahí está como ejemplo de ideal y actitud pública, el famoso pensador y polemista Juan Montalvo, quien personificó el anhelo de un pueblo que quiso modelar su personalidad dentro del proceso evolutivo de la libertad amplia, equitativa y razonada. Pensador sublime, su mente alcanzó a iluminar hasta los más recónditos aspectos de la vida humana múltiple y compleja. Allí donde columbra un horizonte, o donde se agita un propósito de renovación, está el relámpago claro de sus ideas, como un índice que marca el derrotero seguro. 

Carlos Arroyo del Río, al referirse a la personalidad de Montalvo sostiene que “…este fabuloso hombre fue un astro sin eclipses y sin ocasos. Tuvo fuerza y aciertos suficientes para poder elevarse a regiones de serenidad por encima del bastardo interés que todo lo desfigura y del fanático prejuicio que todo lo opaca. Su cerebro no reconoció limitativos confines, porque su corazón no admitió cadenas esclavizadoras. 

Supo hacer de la palabra, lanza y escudo de andante caballero, porque si para su palabra no hubo coraza invulnerable, en su palabra se embotaron, en cambio, todas las flechas enemigas. Sus escritos fueron, a la vez, arma y ornamento, porque en ellos hubo la gala de lo hermoso y la solidez de lo profundo. 

Rebelde, inquieto, convincente e indomable; voló como un águila, de frente al sol y de cumbre en cumbre. Devoró los abismos, sabedor de que para la inteligencia y el valor, no hay distancias insalvables ni profundidades impresionantes. Por eso en la gama sorprendente de su producción intelectual, hay desde la reposada frase del filósofo austero, hasta la imprecación iracunda del polemista despiadado. Por eso, también, en sus escritos alternan la tranquilidad azul de los horizontes y los raspantes latigazos de la tempestad”. 

Este gran hombre luchó por la libertad, pero jamás por la anarquía; fue un organizador, pero no un disolvente. Fue un convencido, pero nunca un tránsfuga. Fue un hombre sincero, no oportunista. 

Cerebro equilibrado y vigoroso. Luchador severo, no permitió que su estandarte de conquistas se manchara en los barrizales del sendero, ni encerró sus gestos de honrado guiador de multitudes, dentro de la vanidad y codicia impura.

Voces Del Silencio


Hay voces que sacuden las conciencias y evidencian nuestra ignorancia.

Hay voces silenciosas, sigilosas, pero constantes, que cambian con el paso del tiempo las costumbres más arraigadas. Hay voces que educan, apaciguan y dan sosiego, ese que sucede a la tormenta, la negación y la huida.

Estos días coinciden en León dos acontecimientos que dan voz a los testimonios que nos abren una ventana a la vida. Las jornadas afro europeas que organiza la Facultad de Filosofía y Letras, que comenzaron el día 6 y se prolongarán hasta el día 10, son una muestra de lo que las personas que conviven con nosotros,
aunque procedan de otros países, otras costumbres y con otras lenguas, comparten experiencias similares, «un intercambio óseo», como me comentó una vez un inmigrante argentino. 

Las vivencias de estas personas son un argumento sólido para compartir y aceptar sin prejuicios. Sólo hay que abrir ojos y oídos para que, de pronto, todo el círculo se cierre con un significado rotundo.

También hay otras voces que quieren hacerse oír. Mañana, la Asociación Leonesa de Esclerosis Múltiple presenta un libro testimonial «Luz en la sombra», ese rayo luminoso que ayuda a las personas que padecen una enfermedad que incapacita a mil leoneses a sobrellevar su enfermedad que, como en muchas ocasiones, carecen de recursos públicos para su rehabilitación.

El intercambio de experiencias aumenta la sabiduría. Y la concienciación. «Todo lo que por ti vi -la estrella sobre el aprisco, el carro estival del heno y el alba del alhelí-, si me miras, para ti», escribió Rafael Alberti. No se puede decir más con menos.

No desaprovechemos la ocasión de ser más sabios, sólo hay que escuchar a las voces que gritan en esta orilla.


Migración Y Multiculturalidad


La aceleración del cambio social constituye uno de los rasgos definitorios del actual período histórico. Los viejos conceptos devienen obsoletos con rapidez, y nuevos términos han de ser acuñados con el fin de describir e interpretar el mundo en que vivimos. 

En nuestra opinión, dos términos destacan de entre este arsenal conceptual, a saber: globalización y multiculturalismo. Dentro del esquema analítico que proponemos, la inmigración desempeña un papel fundamental, ya que conecta estas dos realidades. Intentaremos justificar esta afirmación tan abstracta en las líneas que siguen.

Empezaremos por aclarar tres malentendidos generalizados acerca de los fenómenos migratorios: 1) que las migraciones son una característica definitoria y distintiva del actual período histórico; 2) que el mundo occidental es el único destinatario de la inmigración proveniente de los países pobres; y 3) que sólo recibe inmigrantes del Tercer Mundo.

En primer lugar, los  movimientos poblacionales han sido una constante en la historia humana. La especial relevancia que adquieren en la actualidad no se debe, por tanto, a su carácter novedoso. 

La diferencia con otras épocas que más nos interesa resaltar aquí, más allá de la intensidad de los flujos, es la relativa a los lugares de origen y destino. Antes, lo común era que Europa fuera el continente de salida de la inmigración. En la actualidad, Europa occidental se configura como lugar de recepción, y no de origen.


En segundo lugar, conviene dejar claro que es falso pensar que se trata de un fenómeno que sufren sólo los países desarrollados. Los movimientos poblacionales también se dan entre los países del Tercer Mundo, y con una intensidad notable, como demuestra el caso especial de los refugiados

En La Palma De La Mano


La informática se ha encargado de desarrollar los aparatos y los programas que hoy nos han llevado a tener todo el conocimiento en la palma de nuestra mano y acortar distancias con sólo tocar un botón, lo cual ha repercutido tanto de manera positiva, como negativa en nuestras vidas.

Los equipos de telecomunicación, a través de los cuales se transmite la información, han ido evolucionando y formando parte importante de nuestra vida cotidiana, pasamos del telégrafo a WhatsApp y de la televisión en blanco y negro, que merecía su propio espacio, a celulares o tablets de alta resolución que pueden llevarse hasta al baño. Pero los aparatos tecnológicos no solamente aportan un valor práctico, sino estético y simbólico que nos llevan a elegir entre un sinfín de opciones: no sólo el más eficiente, sino el más lindo, el de mejor diseño o el que me otorga mayor estatus.

Vale la pena entonces empezar a reflexionar sobre la tecnología en nuestra vida cotidiana cuestionando no sólo la manera en que la uso, sino también por qué y para qué.

TECNOLOGÍA Y MENTE
Los mexicanos pasan más de ocho horas al día interactuando con algún aparato tecnológico conectado a Internet, ya sea el celular, la computadora o tablet. Es imposible pensar que algo en lo que ya pasamos la mayor parte de nuestro tiempo no pueda tener un impacto (tanto positivo como negativo) en nuestra mente, lo tiene, y la tecnología ha marcado no sólo una nueva forma de relacionarnos con otros, sino también con nosotros mismos.


La tecnología bien aplicada nos ayuda, por ejemplo: a organizarnos mejor, a aprender cosas nuevas, a llevar registro de nuestras metas y avances personales o a acortar distancias con amistades o familiares. Sin embargo, la otra cara de la moneda es que, al no ser conscientes, podemos bombardearnos de información dañina, estresante o buscar situaciones en las que estemos expuestos o en riesgo.

Las universidades registran cada vez más casos de depresión y ansiedad que están directamente ligados al uso de redes sociales. Según la Asociación Mexicana de Internet, 82% de los usuarios conectados a Internet están activos en alguna red social, siendo ésta la actividad principal en Internet por encima del mailing y la búsqueda de información. 

Además, según la última investigación de hábitos en Internet, se registró que los mexicanos pasamos en promedio ocho horas al día conectados (es decir, una jornada laboral), siendo el momento de la comida y el final del día las horas de mayor tráfico. 

Esto significa que, sin importar si nos encontramos solos o acompañados, estamos online, entonces ¿en dónde queda tiempo para la intimidad conmigo mismo y mis relaciones?

Control Del Hacer Humano

SAN FRANCISCO — Una empresa emergente de Silicon Valley develó hace poco un dron que puede marcar su camino de manera completamente independiente. Una aplicación móvil permite que el usuario le ordene al dron seguir a alguien. Una vez que el dron comienza a dar seguimiento al objetivo, será muy difícil que este se deshaga de él.

El dron tiene como objetivo ser un dispositivo lúdico. Sin embargo, no es una idea descabellada que este sabueso automatizado resulte un poco perturbador.
El 20 de febrero, un grupo de legisladores e investigadores en materia de inteligencia artificial (IA) emitió un informe que describía cómo las tecnologías de inteligencia artificial, que se desarrollan con rapidez y cada vez son más asequibles, podrían usarse con propósitos malintencionados.

El dron de rastreo ayuda a explicar sus preocupaciones. Fabricado por la empresa llamada Skydio, el dron cuesta 2499 dólares; se armó con piezas de construcción tecnológicas disponibles para cualquiera: cámaras ordinarias, programa de código abierto y procesadores de computadora de bajo costo. Con el tiempo, reunir estos componentes será cada vez más fácil y barato.

 “Estas cosas están cada vez más disponibles en todos los sentidos”, dijo Adam Bry, uno de los fundadores de Skydio. Estas mismas tecnologías están aportando un nuevo nivel de autonomía a los vehículos, los robots en los almacenes, las cámaras de seguridad y una amplia gama de servicios de internet.

Sin embargo, a veces, los nuevos sistemas de IA también exhiben comportamientos inesperados y extraños debido a que no se entiende por completo la manera en que aprenden a partir de enormes cantidades de datos.

Esto los hace vulnerables a la manipulación; se puede engañar a los algoritmos de visión computacional de hoy, por ejemplo, para que vean cosas que no existen.

En un contexto como este, los malhechores podrían burlar cámaras de seguridad o afectar a un vehículo autónomo.

Los investigadores también están desarrollando sistemas de IA que pueden encontrar y aprovechar brechas de seguridad en todo tipo de sistemas, dijo Paul Scharre, un autor del informe. Estos sistemas pueden utilizarse como métodos de defensa y ataque.

Las técnicas automatizadas harán que sea más fácil perpetrar ataques que ahora requieren mucha labor humana, entre ellos el spear phishing o ciberestafa, que involucra reunir y usar los datos personales de las víctimas. En los próximos años, según el informe, las máquinas serán más capaces de recolectar e implementar estos datos por sí mismas.

Los sistemas de IA también son cada vez más capaces de generar contenido de audio y video verosímil por su cuenta. Esto facilitará que quienes tengan malas intenciones puedan divulgar información falsa en internet, indicó el reporte.


Arte Y Oficios

Pese a las reticencias y al relativismo de algunos, respecto a las posibilidades de aprender y enseñar artes, tras las cuales suele esconderse el mito de la inspiración y del innatismo, las escuelas son como un acelerador de partículas para quien las sabe aprovechar.

No hay arte sin oficio y no hay oficio sin maestros y maestras, sin unos referentes y unos modelos en los que basarse, para imitarlos, seguirlos, oponerse a ellos, igualarlos y superarlos.

No hay oficio sin cultura, entendiendo cultura como cultivo demorado.

No hay oficio sin unas metodologías de trabajo y sin unas técnicas ligadas a la naturaleza de los materiales compositivos con los que se realiza la obra de arte. Técnicas de modelado, de trazado, de composición, de manejo...

No hay oficio sin capacidad de estudio y análisis crítico. La capacidad para diagnosticar qué aspectos funcionan y cuáles no. Formular hipótesis y soluciones.

Por ejemplo, la consciencia sobre los lugares comunes, para utilizarlos irónicamente o para huir de ellos, en busca de acciones teatrales innovadoras que puedan sorprender a la recepción y añadir o profundizar en el sentido. Esto es algo que requiere una cultura teatral amplia (ir a ver teatro), un conocimiento de la historia del teatro, un estudio y una práctica supervisada.


En una escuela pública todo esto se debería poder ofrecer de manera intensa, concentrada, propiciando el conocimiento experiencial (práctico y teórico), impulsando el pensamiento y la creatividad, como en un acelerador de partículas.

martes, 14 de agosto de 2018

Reflexión Ética


A menudo se plantea la ética como un tema filosófico, centrado generalmente en el ámbito médico desde la perspectiva de la bioética. Nada más lejos de la realidad. 

La ética y la reflexión sobre nuestras formas de actuar ante situaciones de la vida diaria se dan cada día en una residencia o en un centro de día. Los dilemas llaman a la puerta, de forma constante y nos hacen dudar ante situaciones tan cercanas que nos piden una reflexión sobre cómo favorecer la máxima dignidad de la persona.

¿Pero qué es la ética?
Ética (del lat. ethĭcus, y este del griego ἠθικός ēthikós: significa carácter) es la rama de la filosofía que estudia lo correcto o equivocado del comportamiento humano.

Dichas formas se relacionan con el bien, la virtud, el deber, la felicidad. La ética es la disciplina dedicada a proveer los principios para la conducta más apropiada del ser humano respecto a la vida.

Encontramos algunas definiciones de ética como “el uso creativo del diálogo inter y transdisciplinar entre las ciencias de la vida y valores humanos para formular, articular y, en la medida de lo posible, resolver algunos de los problemas planteados por la investigación y la intervención sobre la vida”. 

Warren Reich, define a la Bioética como el “estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y la salud, examinado a la luz de los valores y principios morales”.


Valores Comunes

El cine documental, desde sus orígenes, desde Flaherty, que encontró en el celuloide una herramienta complementaria para presentar los vínculos y relaciones culturales del pueblo esquimal, Nanook, el esquimal (Nanook of the North 1922), ha mostrado y apoyado la idea de que nada es puro, del mestizaje, como los documentos visuales de Margaret Mead y Gregory Bateson, que hacia 1930 analizaron las pautas de conducta de los habitantes de Bali y Nueva Guinea.

La película 300, sobre la batalla de las Termópilas, produjo hondo malestar en el mundo musulmán, pues presenta a los invasores persas de forma anacrónica, con fisonomías, características y adornos propios del mundo árabe actual.

Aunque sea cierto que Oriente era un complejo de culturas, la civilización persa que dominaba Jerjes, lejos estaba de parecerse a la iconografía con la que se la ha representado dos milenios y medio más tarde.

El cine ha mostrado en infinidad de ocasiones el intercambio cultural como violento, desprestigiando al adversario, a pesar de que el conflicto cultural, en la historia de la humanidad, no siempre ha sido solucionado, dirimido o finalizado mediante sangre u opresión, pues es una interacción constante, fluida y viva, que circula desde los albores de la humanidad y que ha dado lugar a la gran riqueza de las civilizaciones. La idea de la solución armada de los conflictos, ha resucitado bajo el signo de la política imperialista de los Estados Unidos y de quienes la apoyan.

Quienes abogan por el choque de las civilizaciones están patrocinando una lucha de necios, que a corto plazo puede subvertir las ansias de regeneración de la convivencia en el planeta. El cine, no siempre puede presentar los encuentros entre culturas en sus aspectos totales. Lo hace constantemente de forma muy concreta, mostrando también mínimos contactos, respetando creencias e ideologías, manifestando los valores comunes que unen a los pueblos, presentando las relaciones afables entre gentes de diferentes grupos humanos.

Para que las relaciones interculturales empiecen a tener distinto perfil, es necesario luchar contra prejuicios y estereotipos, y el cine es un medio eficaz que contribuye a ello, pues una película va más allá de su propia historia y del lenguaje cinematográfico y técnicas con la que está realizada. Hacer énfasis en las diferencias no es el camino adecuado.


Una iniciativa de varios colectivos europeos, entre ellos el Grupo Comunicar, fue la de plasmar en relatos y en comics, para de ser llevados a una reflexión en las aulas, los puntos comunes que existen entre las diferentes culturas y creencias.

 El proyecto, denominado Valores Comunes tuvo como principal objetivo promover la cultura de la paz a través del encuentro y el diálogo entre diversas religiones y culturas que actualmente viven en Europa, utilizando el cómic como medio de comunicación. El aumento de un pensamiento religioso agresivo e intolerante, está en la base de muchos de los problemas que impiden la solución de conflictos, pero es posible demostrar que las distintas religiones y visiones laicas comparten valores éticos que hacen posible un diálogo intercultural marcado por el respeto mutuo, la no violencia, la igualdad, el perdón o la concordia. 

El proyecto ha planteado acciones específicas a realizar en el territorio europeo para destacar el valor de los puntos de encuentro e intercambio entre los distintos sistemas de pensamiento. 

El guión de cada uno de los cinco comics fue elaborado a partir del relato de cinco autores europeos y africanos, y dibujado y coloreado por artistas africanos.

La guía didáctica que acompaña a los materiales de trabajo, muy completa, aporta multitud de sugerencias, comentarios, citas y textos que ayudan a la reflexión.

Humanidad En Acción

¿Te has puesto a pensar que no eres una persona aislada? En primer lugar formas parte de una familia; tu familia forma parte de una comunidad; tu comunidad forma parte de una sociedad; tu sociedad forma parte de un país y los países forman parte del mundo.

De esa forma estás relacionado con todos los seres humanos no importa que no los conozcas o que vivan en lugares lejanos. La relación existe por las características que compartimos: todas las personas del mundo pertenecemos a la especie humana, tenemos forma física, capacidades y posibilidades similares, más allá de diferencias insignificantes como el color de la piel.

Ser parte de la humanidad nos da privilegios, pero exige varias cosas de nosotros, en especial valores como la justicia y el respeto. Debes esperar que los demás sean justos y respetuosos contigo, pero debes ser justo y respetuoso con ellos. 

Ambas partes representan a la humanidad en cada acción y deben pensar siempre en ella. Por otra parte, piensa que, como parte de la humanidad, estás relacionado con los hombres y las mujeres del pasado, pues te beneficias de sus enseñanzas y avances; también estás relacionado con los del futuro, pues debes preparar un mundo para que vivan mejor. “Devuélvanme mi humanidad, lo que más amo de la vida.”

Humanismo y humanitarismo Hay dos ideas importantes relacionadas con el concepto de humanidad. La primera se llama humanismo y surgió hace unos quinientos años. Nos enseña que el mundo gira alrededor del hombre y sus acciones, pues mucho de lo que pasa en él es responsabilidad humana. Por otra parte, recuerda que los seres humanos poseen valores importantes y útiles y grandes facultades, como el razonamiento, que permite tomar decisiones y transformar el mundo.

Los humanistas le dan valor a todas las actividades (cada una tiene su importancia) y rechazan las guerras que ponen en peligro a la humanidad. 

Consideran que las personas forman una gran hermandad cuyo objetivo es mejorar las condiciones del mundo. La segunda se llama humanitarismo y nos explica que todos somos responsables de la humanidad en su conjunto y por eso debemos ayudar a quienes se encuentren en caso de necesidad.


Si miramos a nuestro alrededor veremos que muchas personas requieren esa ayuda: desde los niños de la calle hasta las víctimas de un desastre natural. 

¡Hagamos algo por ellos! Saber que somos parte de la humanidad es uno de los descubrimientos más emocionantes que hay, pues nos confirma que no estamos solos en el mundo: contamos con los demás y los demás cuentan con nosotros.

Juntos podemos trabajar para construir un lugar más feliz y seguro para todos. “Nuestro principal desafío, la principal misión que tenemos que cumplir, es la supervivencia de la humanidad.”