lunes, 20 de agosto de 2018

Memoria Y Capacidad Intelectual

Tener una buena capacidad intelectual y mantener la agudeza mental es muy importante en todos los momentos de la vida, no solo durante la etapa de estudios o en la vida profesional. En todos los casos, una buena memoria depende de la salud y vitalidad del cerebro. Pero la materia gris envejece, igual que el resto del cuerpo.

La buena noticia es que también es posible ejercitar el cerebro para mantenerlo sano y aprovechar su potencial, incluso mejorarlo.

El cerebro humano tiene una capacidad asombrosa para adaptarse y cambiar, incluso en la vejez. Esta capacidad se conoce como neuroplasticidad. Gracias a ella, si se estimula de forma adecuada, el cerebro puede formar nuevas conexiones neuronales, alterar las conexiones existentes y adaptarse a lo cambiante.

Gracias a la neuroplasticidad del cerebro es posible aumentar la capacidad cognitiva, mejorar la capacidad de aprendizaje y mejorar la memoria.

Cuando hacemos ejercicio físico también se ejercita el cerebro. De hecho, tratar bien a nuestro cuerpo nos ayuda a procesar y recordar la información.

El ejercicio físico aumenta la oxigenación cerebral y reduce el riesgo de sufrir trastornos que provocan pérdida de memoria, como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. Además, el ejercicio también aumenta los efectos químicos cerebrales útiles para proteger las neuronas.

Cuando hay falta de sueño, el cerebro no puede funcionar a pleno rendimiento. Capacidades como la creatividad, las habilidades para la resolución de problemas, el pensamiento crítico y otras habilidades intelectuales se ven seriamente comprometidas.

Además, el sueño es fundamental para el aprendizaje y la memoria. Las investigaciones demuestran que el sueño es necesario para la consolidación de la memoria, que ocurre en las etapas profundas del sueño.

Diversos estudios demuestran que una vida llena de vida social y diversión tiene importantes beneficios cognitivos. De hecho, las personas somos seres altamente sociales, y no podemos prosperar de forma aislada. Es más, las relaciones sociales estimulan nuestro cerebro, es la interacción con otros el mejor tipo de ejercicio cerebral.

Las investigaciones muestran que el tener relaciones significativas y un fuerte sistema de apoyo son vitales no solo para la salud emocional, sino también para la salud del cerebro. En un estudio reciente de la Escuela de Salud Pública de Harvard, por ejemplo, los investigadores encontraron que las personas con las vidas sociales más activas tenían la tasa más lenta de deterioro de la memoria.

Divertirse también es bueno para el cerebro. Si la risa es la mejor medicina para el cuerpo, también lo es para el cerebro.

Cuando llegamos a la edad adulta, nuestro cerebro ha desarrollado millones de vías nerviosas que ayudan a procesar la información rápidamente, resolver problemas del día a día y ejecutar tareas habituales con un mínimo de esfuerzo mental. Pero si nos centramos en hacer siempre lo mismo no estamos dándole al cerebro el estímulo que necesita para seguir creciendo y desarrollándose.


La memoria y la capacidad intelectual, como la fuerza muscular, requieren ser usadas si no se quieren perder. Por lo tanto, hay que trabajarlas y proponer nuevos retos para mejorar la capacidad de procesar y recordar la información. 

Las mejores actividades cerebrales para hacer ejercicio mental son las que rompen la rutina y nos desafían para desarrollar nuevas vías cerebrales.

Expectativa Y Realidad

Nos movemos en un mundo de deseos, de me gustaría y de debería, por eso nuestra cabeza siempre imagina con antelación cualquier circunstancia futura. ¿Eso es malo? No. Si tienes claro que lo que te estás imaginando y es solo eso… un deseo, una fabulación de la realidad.

El problema lo tenemos cuando creemos firmemente que la película que nos estamos montando, es lo que va a pasar. Es entonces, cuando llegamos a la situación y todo parecido con lo imaginado es inexistente, que nos venimos abajo y nos sentimos fatal. ¿Pero nos sentimos mal por habernos equivocado al imaginar? No. Nos sentimos mal porque la realidad no se ha ajustado a nuestros deseos.

Eso pasa, en parte, por tener poca tolerancia a la frustración, y en parte por imaginarlo todo únicamente desde nuestro punto de vista, sin tener en cuenta lo que sabemos de los demás, cómo son, cómo se comportan. Pero sobre todo nos pasa porque vivimos desconectados de nuestra realidad… ¿cómo vamos a conectarnos con ella, si siempre vivimos en lo que va a pasar a continuación, y no prestamos atención a cómo se desarrollan las cosas aquí y ahora?

Este hábito nos hace perdernos muchas “pistas “que cambiarían nuestra percepción sobre ese futuro imaginado.

¿Entonces, es malo imaginar cómo puede desarrollarse una situación en el futuro? No si te preguntas cosas como estas: ¿Quiénes van a estar en esa situación?, ¿Cómo son esas personas?, ¿Cuál es mi relación actual con ellas?, ¿Cómo se han comportado en situaciones parecidas en el pasado?, ¿Qué intereses pueden tener en esa situación futura?, ¿Cómo se relacionan entre ellos? Y ¿entre ellos conmigo?, ¿Es una situación extraordinaria?, ¿Por qué nos vamos a encontrar todos? ¿Nos vamos a encontrar todos?, ¿Qué información real tengo sobre ese hecho?, ¿Esto que imagino, está basado en la realidad, o solo en lo que yo quiero? 

Estas preguntas y algunas más convierten la expectativa en una preparación del evento. Cambiamos deseos por planificación.

Aun así debemos tener en cuenta que hay factores que desconocemos por completo, y que por eso no podemos calcular su impacto… ¡¡pero por lo menos no se acabará pareciendo lo imaginando a la realidad como un huevo a una castaña!!

Ahora bien, todos tenemos derecho a montarnos películas. Si queremos ejercerlo, y además lo que deseamos no se parece en nada a lo que va a pasar… realmente no pasa nada… siempre y cuando no nos frustre, y nos haga sentir incompetentes.

Ser honesto con uno mismo y reírnos del yo quería y esto tengo, es importante.
Además, ¿a que todos hemos visto a un borracho andando? ¿Por qué (a santo de qué), el alcohol puede hacer peligrar el equilibrio de un cosaco (entrenado en mil batallas alcohólicas) y el mío (mientras me monto mi peli) no? Todos hemos visto bailar a un borracho… ¿por qué yo (en mi ensoñación) voy a seguir bailando con ritmo (cuando no lo tengo ni sobrio) con cuatro copas, si hasta Gervasio Defer lo pierde con dos? ¿Si yo he cambiado en estos 20 años, por qué los antiguos compañeros de colegio se quedan embobados mirándome, sorprendidos porque el tiempo por mí no pasa en mi ensoñación?

Amigos míos, soñar es libre (y gratis)… no hagamos que tenga un coste para nosotros. Separar lo que nos gustaría que fuera, de lo que va a pasar en realidad.

Lograremos tener mucha menos frustración, y aumentaremos nuestra autoestima


Horizontes Alternativos

Este continuismo no creo que debe llevarnos a subestimar el alcance de la crisis de las ideas fuerza que impulsaron la modernización, ni los profundos cambios socio-culturales que se están operando en nuestras sociedades avanzadas, así como en el “yo” posmoderno que se está gestando que es, a la postre, lo más relevante, con independencia del debate teórico sobre si se trata de una radicalización o una ruptura de lo anterior.

Cuando menos, parece claro que hemos dejado de ser modernos en el sentido que lo era ser en el siglo XIX. Tampoco les faltan razones a quienes argumentan que una época es sustituida por otra no cuando ésta desaparece por completo, sino cuando los elementos centrales que la constituyen pierden su vigencia e iniciativa histórica. En mi opinión, si tomamos el conjunto del planeta como referencia, y no una pequeña parte de él, el conocido como Occidente, nos encontramos con unas sociedades en las que se entremezclan en distintas proporciones y en una compleja interacción tanto los elementos premodernos, modernos como posmodernos.

Aunque el filosofar posmoderno resulte complejo, poco claro, y no ofrezca alternativa ni consuelo, tiene la virtud de alertarnos sobre los cambios socio-culturales que se están dando a finales del siglo XX en muchas de nuestras sociedades y nos ofrece la oportunidad desde una visión multidisciplinar, de revaluar la modernidad, de continuar en su crítica, de no contemporizar con el presente, de echar abajo convenciones y fronteras, de generar nuevos espacios para la imaginación, no para construir un nuevo metarrelato, sino para abrir nuevos horizontes de esperanza a nuestro desencantado y maltrecho mundo (no de falsas esperanzas que de estas ha estado plagado el siglo que termina), y tratar de hacer de él si no el mejor de los mundos, sí un mundo mejor. Sin caer en optimismos ilusos o en pesimismos paralizantes. 

A contracorriente. Rompiendo con la resignación y el conformismo que nos invade en este final de milenio.

No se me escapa que esto último no deja de ser más que una exhortación moral, un deber ser lleno de buenos deseos y que de lo que más necesitados estamos es, además de la imprescindible voluntad y entusiasmo para realizarlos, de horizontes alternativos no reedificados pero claros, de un marco provisional de valores mínimos comunes desde donde poder abordar los distintos y variados problemas existentes en nuestras sociedades cambiantes, altamente diferenciadas, complejas y heterogéneas.

Descartado lo que desde la Ilustración ha sido una tendencia, particularmente acusada en la izquierda, de creer que hay una única alternativa racional y universal a los problemas de la humanidad, pienso en una pluralidad de horizontes alternativos apegados a las distintas realidades y aspiraciones de los individuos, grupos y sectores sociales que integran las diferentes culturas y civilizaciones. 

Horizontes unos, particulares, surgidos desde el interior de cada realidad cultural y social, válidos para ella y, otros, inter-particulares, inter-nacionales, que aborden los problemas de carácter universal. Soluciones concretas, plurales, diversas, negociadas entre las distintas partes en conflicto, provisionales, no cerradas a nuevas y futuras revisiones. Con la conciencia de que no es posible alcanzar soluciones definitivas que garantizan un orden social armónico y perfecto.

Pero si bien los compromisos, la negociación, el establecimiento de prioridades, el entendimiento entre las partes en conflicto, la prudencia, son principios rectores que deben guiar la acción, ello no debe significar que la aceleración (el cambio revolucionario) no sea necesaria en coyunturas determinadas. A veces se requiere audacia para transformar algunas situaciones e inercias, por más que la historia nos haya enseñado reiteradamente las consecuencias opresivas que acarrean algunas aceleraciones, de la misma forma que nos ha hecho ver las consecuencias negativas de una insuficiente aceleración, esto es, de una acción que se queda corta a la hora de resolver los problemas planteados.

Así mismo, es preciso tratar de que los medios utilizados guarden una proporción adecuada con los fines perseguidos, aun cuando también la experiencia de esta compleja relación entre medios y fines, nos dice que más de una vez nos vemos obligados a escoger no entre un bien y un mal, o entre dos bienes, sino entre dos males, esto es , a utilizar malos medios para salvarnos de lo peor.

“Ninguna ética del mundo -dice Weber- puede eludir el hecho de que para conseguir fines buenos hay que contar en muchos casos con medios moralmente dudosos, o al menos peligrosos, y con la posibilidad e incluso la probabilidad de consecuencias laterales moralmente malas. 

Ninguna ética del mundo puede resolver tampoco cuándo y en qué medida quedan santificados por el fin moralmente bueno los medios y las consecuencias laterales moralmente peligrosos”. Weber rechaza la tesis simplista de “que de lo bueno sólo puede resultar el bien y de lo malo sólo el mal”, por el contrario, señala, “frecuentemente sucede lo contrario”.

¿Debe un individuo oponerse a una tiranía monstruosa, cueste lo que cueste, a expensas de las vidas de sus padres o de sus hijos? Sin duda alguna, todos podríamos poner multitud de ejemplos tanto de la vida social como personal en la cual algunos valores chocan inevitablemente, en el que la consecución de bienes puede ser que dependan de males, o los presupongan, y las buenas acciones contengan, o impliquen malas. 

Estamos condenados a elegir, y cada elección puede entrañar una pérdida irreparable. Pocas decisiones son del todo buenas o malas. Muchas de ellas acarrean consecuencias contradictorias. Nos movemos en un contexto de radical ambivalencia e incertidumbre.


Como dice Berlin, puesto que los fines humanos son múltiples, inconmensurables muchos de ellos y en continua rivalidad: “La posibilidad de conflicto y tragedia no puede ser nunca eliminada por completo de la vida humana, personal o social”.

Callejones Sin Salida


El sistema educativo formal, conjuntamente con la educación que hemos recibido de nuestros padres, usualmente nos lleva por el lado de considerar a los problemas como algo que en sí mismo es problemático, algo que nos genera perjuicios y que, por este motivo, las personas, cuando tienen un problema, cuando escuchan la posibilidad de que pueden llegar a tener un problema, les agarra como una especie de pánico y de temor y no logran alcanzar sus metas.

Dado que la lectura es muy importante para el crecimiento personal, me gusta mucho la frase que aparece en el libro, con la que comienzo el punto donde trato sobre los problemas, la cual es del empresario americano Henry Kaiser y me va a dar pie para introducir el tema de cómo me gustaría enseñarle a considerar los problemas.

La frase dice: “Un problema es siempre una oportunidad vestida con ropa de trabajo”. Por supuesto que los problemas existen, dado que los problemas son dificultades que acaecen en nuestra vida y que se interponen con nuestras intenciones. Los mismos existen cotidianamente y son de distinta índole y de distintos grados: mayores, menores, de gran o pequeño tamaño. Lo importante en este punto es nuestra actitud frente a ellos.

Lamentablemente, la cultura, el sistema educativo formal, nos dejó la marca y la triste enseñanza de que cuando escuchamos la palabra problema o cuando tenemos un problema, nos congelamos, nos quedamos duros y eso nos impide solucionarlo. El problema tiene que ver con algo que sucede en la realidad, pero nuestra actitud frente a él es lo que puede llegar a abrir puertas para que ese problema se solucione.

Todo problema o dificultad se relaciona con algo indeseable que sucede en la realidad, pero nuestra actitud frente a ello es lo que puede llegar a abrir puertas para que ese problema se solucion, sin que eso implique que lo indeseable de la realidad desaparezca.

Este tema está íntimamente relacionado con la temática De víctima a protagonista porque las personas que adoptan actitudes de víctimas usualmente tienen problemas que los persiguen por la vida en forma constante y están sin resolverse durante mucho tiempo. En cambio, las personas que adoptan una actitud de protagonista son las que tienen más habilidades para solucionar y superar los problemas que se les presentan.

No se trata de pensar que estas personas, las que adoptan la actitud de protagonista, no tengan problemas, sino que los superan porque los enfrentan de un modo diferente. ¿Cuál es este modo? El modo es ver al problema como una posibilidad de tener que aprender alguna nueva habilidad para poder superarlo, es decir, la persona a la cual los problemas la congelan, la deprimen o la afectan mucho, ven al problema como un callejón sin salida, como una pared infranqueable que se les pone delante
.
El tema aquí es que el problema no es eso, obviamente que hay problemas muy dificultosos y muy grandes, pero estoy diciendo que, gran parte de las posibilidades que tenemos de superar muchos de los problemas que nos acaecen en la vida, tienen que ver con cómo nosotros consideramos la realidad misma del problema. Imagínese si usted considera cualquier problema como una pared infranqueable que se le pone delante, difícilmente haga algo para tratar de superarla, para subirse, para rodearla o para salir del callejón en el que usted se ha metido.


Integridad

Integridad deriva del adjetivo integer, que significa intacto, entero, no tocado o no alcanzado por un mal. Observando las raíces de este adjetivo, este se compone del vocablo in-, que significa no, y otro término de la misma raíz del verbo tangere, que significa tocar o alcanzar, por lo tanto, la integridad es la pureza original y sin contacto o contaminación con un mal o un daño, ya sea físico o moral.

Así, integridad se refiere a la calidad de íntegro y también puede referirse a la condición pura de las vírgenes, sin mancha. La integridad es el estado de lo que está completo o tiene todas sus partes, es la totalidad, la plenitud. Lo íntegro es algo que tiene todas sus partes intactas o puras.

Tipos de integridad
Con respecto a una persona, la integridad personal puede referirse a un individuo educado, honesto, que tiene control emocional, que tiene respeto por sí mismo, apropiado, que tiene respeto por los demás, responsable, disciplinado, directo, puntual, leal, pulcro y que tiene firmeza en sus acciones, por lo tanto, es atento, correcto e intachable.

La integridad, en este último caso, es un valor y una cualidad de quien tiene entereza moral, rectitud y honradez en la conducta y en el comportamiento. En general, una persona íntegra es alguien en quien se puede confiar.

Como derecho fundamental, la integridad personal o física se relaciona al derecho a no ser objeto de vulneraciones en la persona física, tales como lesiones, torturas, tratos inhumanos, penas crueles, o la muerte. 

En este sentido, ser íntegro significa tener salud, estar entero, sin daños. Una persona íntegra es también aquella que no se queda en una sola actividad, si no que se mueve por las distintas áreas del conocimiento, posee una amplia gama de aptitudes y capacidades.

La integridad moral se define como la cualidad de una persona que la condiciona y le da autoridad para tomar decisiones sobre su comportamiento y resolver los problemas relacionados con sus acciones por sí misma. Está relacionada con los pensamientos, los comportamientos, las ideas, las creencias y la forma de actuar de cada individuo.

Con respecto a las creencias, la integridad moral es el comportamiento del ser humano para hacer lo que debe hacer de acuerdo a lo que Dios manda. Todas las constituciones democráticas modernas recogen el derecho fundamental a la integridad moral.

En informática existen varios términos relacionados con integridad. Uno de ellos es el término integridad de datos, que se refiere a la corrección y a la complementación de los datos en una base de datos. 

Cuando se modifican los contenidos con acciones como Insert, Delete o Update, la integridad de los datos almacenados se ve modificada
.

Por tanto, si se añaden o se corrigen contenidos o datos no válidos o erróneos, la integridad deja de existir.

Autenticidad

Cuando digo o pronuncio la palabra autenticidad abro la boca de una forma especial, bien es verdad que es un vocablo que abre y cierra con sílabas que contienen la vocal a, lo que lo hace mucho más fácil pronunciarla.

Lo que encierra su significado, me encanta leerlo: “cualidad de auténtico. autorizar o legalizar algo. Acreditar: afamar, dar crédito o reputación.

Dar seguridad de que alguien o algo es lo que representa, lograr fama o reputación.” 

Decir que una persona es auténtico/a es lo más porque vive, trabaja y actúa de acuerdo a los valores que lo hacen mejor persona y excelente dejando huella y haciendo que lo recuerden de una forma extraordinaria cuando él o ella sólo ha hecho un trabajo ordinario con energía, pasión, actitud y muchas ganas, como diría Isra Garcia “haciendo que suceda” (frase fácil pero que ya es Ley para todos los que intentamos hacer algo con resultados que impacten en la sociedad a crear cambio y ser mejores).

A los que nos dedicamos al Retail y atención al cliente, autenticidad va muy ligada al trabajo que hacemos porque en los productos, marcas o servicio que ofrecemos debemos ser auténticos y excelentes en el trato con nuestros clientes dándoles lo mejor y lo más profesional posible para que vuelvan a solicitarnos en su próxima visita o llamada. 

Debemos crear y hacemos crear una conversación auténtica e inspiradora entre personas que van a hacer un intercambio o relación comercial con resultados óptimos y generando una buena experiencia de cliente, lo que va a desembocar en más clientes, prescriptores y fans de la marca, producto o servicio.

 ¡Sé auténtico! ¡Da! ¡Dona! Los resultados auténticos, las personas auténticas vienen a ti cuando menos te lo esperas.      


domingo, 19 de agosto de 2018

El Valor Persona


El verdadero valor de una persona no se encuentra en su inteligencia, ni en sus talentos, ni en sus habilidades, ni siquiera se encuentra en sus principios…
El auténtico valor de una persona, el más valioso, el que es exclusivo, inconfundible, el que es innato al gran ser humano, es esa capacidad tremendamente generosa de situarse en el lugar del otro, de olvidarse de uno mismo, de sustituir el YO por encima de todo a el TÚ como una misma parte. 

De postergar ser el centro del universo por empatizar con tus semejantes. De aparcar la falsa necesidad de nuestro ego por la bondad de prestar ayuda a los demás. De desatender nuestros arduos deseos por atender los deseos de los que de verdad te necesitan en ese momento.

Esa cualidad, que es tan escasa en la actualidad, es la que más valor tiene, porque en un mundo tan superficial y caótico como es el actual, donde cada cuál camina en soledad y mira por si mismo, es realmente difícil encontrar a personas que no solamente se preocupen por ti sino que se ocupen de hacerte sentir feliz.

Sentir empatía requiere de un grado de atención cuantioso, de un esfuerzo extraordinario de observar al otro.


Seamos más humanos y desarrollemos nuestra empatía, situémonos en el lugar del otro e intentemos comprenderlo en cada situación. Las relaciones humanas funcionarían mucho mejor si practicáramos la escucha activa desde nuestro corazón y apreciáramos de verdad los sentimientos y necesidades de los demás.

La Buena Compostura

Son tiempos difíciles en los que aguantar el temperamento en una discusión puede resultar todo un arte. Hay quien evita tocar temas delicados con grandes amigos para no romper una relación de años, hay quien se salta un par de comidas familiares para no tener que enzarzarse con el cuñado en una nueva bronca y hay quien entra y sale de la oficina sin hacer ruido para no tener que meterse en una charla incómoda.

Pero si a usted no le va meter la cabeza bajo el ala y quiere expresar sus opiniones de manera educada, más todavía, sin hacer sentir mal a su interlocutor, entonces deberá nutrirse de técnicas de control temperamental para salir airoso de cualquier situación.

De la mano de la psicología, la ciencia y la experiencia personal usted puede desarrollar habilidades que le permitan mantener siempre la calma, a pesar de que le estén tocando sus botones rojos. A veces se trata tan solo de controlar la melodía de su voz o gestionar la manera en que mira a su interlocutor, aunque en muchas ocasiones deberá recorrer un inevitable camino interior de autorreflexión que le sitúe en un plano en el que rápidamente consiga ponerse en el lugar del otro. Eso es, no hay fórmulas mágicas que valgan, la empatía es el primer paso para una victoria holgada en un debate. Dicho esto, hay pequeños trucos y técnicas que le pueden ayudar a completar su excelencia oracional. Veamos:
1. Evite el 'sincericidio'
¿Cuántas veces ha vivido una discusión que tomaba una deriva dramática irreversible con final a gritos y descalificaciones? ¿Todas las discusiones han de acabar siempre así? ¿No sería mejor evitar discutir a toda costa? Sheila Estévez, psicóloga especialista en conflictos emocionales nos explica que “discutir no es malo, es positivo, sano y fruto de la madurez”. Para la especialista siempre es positivo conversar “y si hay desacuerdos, es preciso negociarlos mediante una discusión”.

El problema está cuando percibimos que el contenido de una conversación nos produce un sentimiento de injusticia, esto hace que “interpretemos una opinión como algo que ataca a nuestra persona y esta emoción, junto a la ira, enciende las alertas que transformarán un encuentro en desencuentro”, continúa Estévez. En estos casos, esas situaciones en que uno ya prevé de antemano que ese encuentro va a tener un punto de no retorno “ahórrese el sincericidio”, comenta la psicóloga. “No siempre es necesario decir lo que uno piensa. Ello dependerá de la finalidad, del coste emocional y del vínculo con la persona con quien estemos discutiendo. Hay situaciones en que entre exponerse y no decir nada, es más sano mostrar un 'silencio administrativo' si no queremos alimentar un posible conflicto a posteriori”.

2. Practique la escucha activa
La escucha activa es un conjunto de técnicas diseñadas para ayudarle a escuchar y entender lo que dice otra persona y, en consecuencia, que le ayudarán a expresarse con claridad. Lo primero que ha de hacer cuando aplique la escucha activa es “no tomarse a nivel personal la opinión de los demás, del mismo modo que los otros no se tomarán sus palabras como un ataque contra ellos”, explica Estévez. 

Una vez esté mentalizado de esto entonces debe “escuchar el mensaje en lugar de ir gestando la respuesta mientras le están hablando —cosa que se hace como contraataque, la mayoría de veces—, con lo que no estaríamos discutiendo inteligentemente”, relata la especialista.


Como la escucha activa se centra tanto en los hechos como en los sentimientos, consigue reducir la tensión y la actitud defensiva, y permite que los conflictos se resuelvan de manera más efectiva.

Aptitud



Una aptitud es la capacidad o destreza personal para realizar una tarea en concreto. Una aptitud refleja el talento de una persona, sin embargo, la aptitud necesita ser entrenada para poder ser desarrollada de una forma potencial. 

Ningún deportista de élite habría llegado a la cima del éxito si no fuese porque a sus condiciones individuales se suma el trabajo constante, el esfuerzo y el sacrificio. En este sentido, la pedagogía tiene un alto valor a nivel humano porque es gracias a la ayuda de los profesores y de los padres que los niños van descubriendo cuáles son sus habilidades y así se conocen mejor a sí mismos.

Para cultivar una aptitud es importante practicar en el tiempo de ocio una afición concreta. Existen distintas áreas, por ejemplo, una persona puede tener buenas aptitudes para el deporte, para las matemáticas, para la literatura, para la música, el razonamiento abstracto… Como bien muestra la inteligencia emocional no existe una única noción de persona inteligente en tanto que cada ser humano tiene un valor interno.

La clave reside en descubrir cuál es ese valor y potenciarlo a nivel vocacional. La reflexión sobre este tema es fundamental en decisiones tan importantes de la vida como la elección de los estudios universitarios o la elección de un trabajo. Cuando una persona trabaja en aquello que le gusta porque tiene aptitudes para esa profesión, entonces, el trabajo se convierte en un placer. De hecho, una de las funciones del departamento de recursos humanos en la empresa es encontrar un puesto adecuado para cada profesional para que de acuerdo a sus características rinda al máximo.

Conocer cuáles son tus aptitudes también te permite tomar conciencia de tus fortalezas y de tus límites para marcarte objetivos realistas de acuerdo a tus condiciones. Por otra parte, conviene diferenciar entre las habilidades innatas que el sujeto tiene desde que nace, y aquellas aptitudes o destrezas que adquirimos a través de la experiencia propia de la vida. El paso de los años suma vivencias, aprendizajes y conocimiento. Una persona de cuarenta años es más sabia que una de veinte años porque ha vivido más, por tanto, también ha tenido tiempo de entrenar habilidades que una persona joven todavía no ha desarrollado.

Una aptitud puede ir en aumento o también, atrofiarse. Así sucede cuando no la practicas. De ahí la importancia del trabajo y de la perseverancia que te conduce hacia el éxito.


Entendimiento


El entendimiento es uno de los aspectos esenciales en el proceso de conocimiento por parte del sujeto. Una facultad que muestra la relación entre la mente y el objeto a través del ejercicio del conocimiento. El conocimiento que es la base del entendimiento es una acción inmanente cuyo origen y término se encuentran en el sujeto mismo. El entendimiento implica prestar atención a todo para comprender la raíz esencial.

Ahora tratamos con lo que podríamos llamar el entendimiento en sentido estricto, es decir, en lo que significa comprender la experiencia más allá del nivel intuitivo. Lo que está más allá de la intuición es pensamiento. 

Una cosa es intuir, es decir, ver, oír, tocar, etc. y otra cosa es pensar en lo que vemos, escuchamos, tocamos, etc. En el momento de analizar el pensamiento, tenemos la posibilidad de que simplifica el trabajo: el pensamiento, a diferencia de la intuición, se puede expresar completamente con palabras. Sin duda, es posible pensar sin palabras, y no vamos a entrar aquí si es posible pensar algo sin palabras que no se pueden expresar adecuadamente en palabras. 

En la práctica, el hecho de que todos los pensamientos que nos interesen puedan, de hecho, expresarse en palabras, es suficiente.

De acuerdo con el significado básico de estos términos, la persona entendida es aquella capaz de comprender los detalles de un sujeto, de discernir su composición aislando los factores o elementos que constituyen o forman un todo, de percibir la relación entre estos componentes y, por lo tanto, , ambos, entienden o captan el significado del asunto.

Esto se puede ilustrar con un lenguaje. Para que una persona entienda lo que se habla en un determinado idioma, él o ella debe ser capaz de distinguir las palabras individuales que componen las oraciones, conocer su significado y ver cómo se relacionan entre sí. Sin embargo, aunque la persona básicamente puede entender lo que se ha dicho, la comprensión puede ir más allá de una simple comprensión. Significa obtener el verdadero significado y significado del mensaje, con la capacidad de evaluarlo, beneficiarse de él y conocer la acción que demanda.


La reflexión sobre la propia comprensión ha sido objeto de reflexión filosófica al mostrar la epistemología que muestra la capacidad del filósofo para ser admirado de esta facultad humana que aporta una gran libertad a la existencia. 

Y es que la comprensión nos permite aumentar la conciencia de la existencia al tener la capacidad de reflexionar sobre nuestras propias acciones y sus consecuencias. Esta reflexión también se basa en la ética.

Crecer En Conocimiento


El libro del profesor Joaquín Arriola es un libro académico en el mejor sentido del término: es riguroso, teóricamente fundamentado y con referencias constantes a la praxis micro y macroeconómica. Es preciso, y en el uso del lenguaje no hace concesiones divulgativas, lo que lo convierte en un documento útil para personas dedicadas a la economía, la industria y la tecnología, con independencia de su función y formación; además de ser el mejor manual sobre la materia que ha caído en mis manos. 

Por primera vez encuentro todos los lugares comunes reunidos, filtrados a la luz de los nuevos paradigmas teóricos y sistematizados en políticas y recomendaciones prácticas que los trascienden.


El libro del profesor Joaquín Arriola es un libro académico en el mejor sentido del término: es riguroso, teóricamente fundamentado y con referencias constantes a la praxis micro y macroeconómica. 

Es preciso, y en el uso del lenguaje no hace concesiones divulgativas, lo que lo convierte en un documento útil para personas dedicadas a la economía, la industria y la tecnología, con independencia de su función y formación; además de ser el mejor manual sobre la materia que ha caído en mis manos. 

Por primera vez encuentro todos los lugares comunes reunidos, filtrados a la luz de los nuevos paradigmas teóricos y sistematizados en políticas y recomendaciones prácticas que los trascienden.

sábado, 18 de agosto de 2018

Asumir Nuestra Identidad

En muchas ocasiones, hemos escuchado hablar de “Identidad”, se dice que cada uno forma la suya. Algunos mencionan que somos como un molde único, porque al nacer cada uno de nosotros, ese molde se rompe y quedamos en este mundo como seres únicos.

Pero derivada de esa palabrita que todos conocemos, o quizás hemos escuchado hablar, a la hora que alguien nos pregunta ¿Qué es identidad?, ¿Cómo definirías la palabra Identidad?; simplemente un sin fin de ejemplos nos pasan por nuestra mente, sin saber explicar con precisión y solo decimos lo primero que se nos ocurre.

Hay diferentes puntos que describen la identidad, diversos rasgos que nos caracterizan, tales como son carácter, valores, etc., en sí algo peculiar que funciona de distintivo en nosotros, es decir que llame la atención y muchas cuestiones se enlazan alrededor de esta. Originalmente surge de raíces familiares a través de costumbres, mitos, tradiciones, ritos, religión, valores, etc. que caracterizan a cada uno de los miembros del grupo, ya sea familiar, de amistad, laboral, entre otros y hasta que al final nos vemos sumergidos en la sociedad, pero con particularidades que hacen que sobrevivamos en ella.

Aunado a esto, se complica aún más, cuando tenemos que enfocar Identidad al rol en que nos desempeñamos, caso concreto del presente trabajo es materia jurídica.

De lo anterior se desprende, la idea de dar a conocer Identidad en conductas antisociales, el observar a las personas que cometen actos en contra del derecho, jugando a imitar una personalidad que nos la suya, así esconden su verdadera identidad, entrando a materia de psicoanálisis en criminología, al estudiar su verdadero Yo.
“Identidad es la respuesta a las preguntas quién soy, qué soy, de dónde vengo, hacia dónde voy. Pero el concepto de identidad apunta también a qué quiero ser.
La identidad depende del autoconocimiento: ¿quién soy, qué soy, de dónde vengo?; de la autoestima: ¿me quiero mucho, poquito o nada?; y de la autoeficacia: ¿sé gestionar hacia dónde voy, quiero ser y evaluar cómo van los resultados?.
El autorretrato de la identidad. El ojo interno de la mente crea la identidad con la información que proviene de la experiencia en un proceso que dura toda la vida. Al responder a la sugerencia Socrática: Conócete a ti mismo y conocerás el Universo, la mente refuerza la identidad interconectando experiencia, vocación y filosofía de vida.
Pérdida de identidad. Si no se resuelve bien la crisis de identidad se puede aceptar una identidad creada por los padres, los amigos, o la autoridad. La falsa identidad pone en contradicción actos, pensamientos y emociones, elimina la pasión y rebaja la autoestima.
Crear la identidad. Para afirmar la identidad la educación debe sacar de adentro el potencial que traemos al nacer. El cerebro es una página en blanco a completar con el saber y la experiencia, que construye su realidad con las limitaciones de su sistema perceptivo.
Logro de Identidad. Construir identidad consume energías hasta que al final se convierten en el logro. Caer en la falsa identidad es fácil: asumir como propios planes ajenos, eludir el compromiso, como una hoja arrastrada por el viento o cambiar de colores según la ocasión, como el camaleón, diferir la resolución de la crisis produce parálisis por exceso de análisis.
Cultura e identidad. Mentalidad de empleado. Se puede esperar poco de una sociedad donde priva la conveniencia sobre la autorrealización, sálvese quien pueda sobre los valores. La cultura establece directrices; un poder central fuerte, articula la identidad según la distancia con el centro. La cultura de la función crea identidades: soy contador, abogado, obrero. La cultura de la tarea acentúa el proyecto y cuando este concluye sobreviene la desorientación. La cultura del individuo como centro de todo, es la categoría del consultor.”
Bajo ese contexto estoy en total acuerdo de la manera en que define identidad es el “Yo” que tenemos; es decir el “yo interno”, de lo antes mencionado, la identidad se adquiere con todo la información que vamos obteniendo a través de los años, valores que los padres nos enseñan, la educación, los amigos, entre otros, todos esas características van llenando nuestra mente, que sirve como elección de lo que queremos ser, elección de nuestro actuar.



Construyendo Humanidad


Según el Informe Delors de la UNESCO “La Educación encierra un Tesoro” (1996), el aprendizaje más difícil en el S. XXI, es aprender a vivir juntos precisamente cuando vivimos de los medios de información y comunicación en el mundo globalizado los cuales, sin duda, nos acerca, pero desgraciadamente no nos unen en lo esencial como seres humanos.

Los medios nos juntan pero su acción queda en la superficie o periferia de lo que en el ser humano es su núcleo esencial el espíritu. Su acción queda casi siempre en la noticia, en el evento, en el hecho, en lo agradable o desagradable, en lo admirable o detestable pero no atraviesa las distintas capas de la estructura humana, hasta alcanzar el núcleo sublime del espíritu.

Corresponde a la educación en tanto proceso humanizador y constructor del ser humano como persona, generar en nosotros el sentido de humanidad y más allá de él aceptar el sentido de humanidad entre nosotros. La solidaridad es quizás la expresión más cercana a la expresión de humanidad porque nos desprendemos de algo nuestro para compartirlo y entregarlo a los otros, o todo lo que somos o tenemos lo sentimos como también de los otros. Esto se concreta cuando hacemos un favor y en grado supremo cuando donamos un órgano que da vida a otra persona. Es cuando el espíritu se abre hasta llegar al otro y éste entra en nuestro espíritu formando una unidad que enriquece a los dos, es la unidad que entraña el sentido de humanidad. Cuando ese uno y otro se hace grupo, comunidad, pueblo, sociedad se construyen los fundamentos de humanidad de la que todos somos sus miembros inseparables.

La separación entre las personas, entre los grupos, entre las naciones, atentan contra la esencia misma de cada uno de nosotros, dado en el fondo somos esencialmente humanidad, somos humanos sin posibilidad de no serlo, pero nos especializamos en demostrar que no lo somos. De esta manera estamos despreciando las leyes de nuestra naturaleza. De ahí las divisiones de todo tipo, sociales, económicas, políticas y tantas otras en distintas direcciones que nos separan hasta llegar al desprecio, a la enemistad, a la xenofobia, al rechazo, al odio, a la guerra, a la destrucción del otro que es algo nuestro como parte de la humanidad ¡que contradicción¡.

En realidad con frecuencia hacemos del ser humano una contradicción consigo mismo. Somos seres en conflicto con nosotros mismos, cargando nuestra propia contradicción como seres humanos.

Por eso las grandes religiones, los grandes pensadores y filósofos que han acompañado siempre al ser humano se fundamentan en la razón y ser de la humanidad que somos.

“No hagas al otro lo que no quieras que te hagan a ti”, “Ama al prójimo como a ti mismo”, “Trata al otro como quieres que te traten a ti”, etc. ¿Por qué?
Lo proclaman y definen ¿sólo para convivir, sólo para garantizar el bienestar colectivo, sólo como un medio para que funcione la sociedad?. Estos imperativos tienen raíces previas, más profundas, más radicadas en el ser humano. Es que todos somos humanidad, como seres humanos perfectamente iguales, aunque diferentes como individuos. No es lo mismo igualdad que identidad. Todos somos iguales como seres humanos pero cada uno posee su irrepetible individualidad e identidad. Sin duda por esta asombrosa contradicción se rompe con frecuencia la armonía y la convivencia humana. 

Esta es precisamente una de las funciones y fines de la educación como proceso de formación de la persona y de la formación de la ciudadanía responsable: armonizar, entrelazar la igualdad y la identidad que caracteriza al ser humano, aceptando que nuestra identidad adquiere su sentido definitivo en la humanidad. 

Aprender a vivir juntos es un paso importante para ir construyendo humanidad.

Actitud Humanista


Cuando nos referimos a una actitud humanista, nos referimos a los siguientes puntos:

La ubicación del ser humano como valor y preocupación central.
La afirmación de la igualdad de todos los seres humanos.
El reconocimiento de la diversidad personal y cultural.
La tendencia al desarrollo del conocimiento por encima de lo aceptado o impuesto como verdad absoluta.
La afirmación de la libertad de ideas y creencias.
El repudio a la violencia.

Es posible rescatar en la historia, en el pensamiento y en la espiritualidad de cada cultura estos elementos. Ellos, más que anhelar un nostálgico retorno a un pasado dorado, están inspirando las mejores aspiraciones futuras y representan el punto de convergencia posible entre las culturas más diversas.

Hay que reconocer que existen valores universales propios de todos los seres humanos y esos valores poseen las características propias de una generación y de un lugar específico del mundo. Por eso el estado de los valores humanos se determinan por la relación que existe entre rasgos comunes a todo ser humano y rasgos específicos propios de una época y de una situación social dada.

La actitud humanista, fuera de todo planteamiento teórico, puede ser comprendida como una “sensibilidad”, como un emplazamiento frente al mundo humano en el que se reconoce la intención y la libertad en otros, y en el que se asumen compromisos de lucha no violenta contra la discriminación y la violencia.

La actitud humanista ya estaba presente antes del acuñamiento de palabras como “humanismo”, “humanista” y otras del género. En lo referente a la actitud mencionada, es posición común de los humanistas de las distintas culturas:
El humanismo es una corriente filosófica que ha tenido una gran influencia tanto en la psicología como en la política y las ciencias sociales en general. Sin embargo, no existe como algo homogéneo, sino que existen diferentes tipos de humanismo.

Cada una de estas clases de humanismo expresa, a su manera, la idea fundamental de esta forma de pensar: que importan la vida de todos los seres humanos y que, por defecto, hay que respetar las vidas de los demás sin pretender alterarlas injustificadamente o sin tener en cuenta su opinión.


Se trata de una forma de pensamiento muy influida por la filosofía posmoderna. Señala la necesidad de crear sociedades inclusivas para todas las personas, respetar las diferentes culturas que están presentes en la sociedad y no guiarse únicamente por códigos de conducta rígidos, sino todo lo contrario: apreciar la espontaneidad y la creatividad en todos los aspectos de la vida.

Inteligencias Múltiples


Cada persona combina dentro de sí todas estas inteligencias, desarrollándolas y usándolas en diferentes grados. El desarrollo de estas inteligencias, amén de la dotación genética de cada uno, depende de la interacción del sujeto con el entorno cultural y social.

Las repercusiones de esta teoría en el estilo docente son notables. Cada sujeto, en función del desarrollo de sus distintas capacidades, aprende, procesa y ejecuta de diferente manera, por lo que es función de los docentes descubrir, potenciar y estimular en la medida de lo posible las diferentes inteligencias que se combinan en cada alumno.

En contraposición a los programas educativos tradicionales, más centrados en la inteligencia lingüística y en la lógico-matemática, la propuesta metodológica cooperativa intenta llegar a todos aquellos alumnos que pueden no destacar en estas dos inteligencias más académicas pero que disponen de la predisposición y destreza natural de tener éxito en el desarrollo de otras inteligencias.

Con la presentación de tareas múltiples en múltiples modalidades de trabajo, el aprendizaje cooperativo aumenta la probabilidad de éxito de todos los estudiantes. Esta metodología contribuye a un desarrollo específico de las «otras inteligencias», ya que se aumentan en el aula la variedad y riqueza de las experiencias educativas, estimulándose así en mayor medida el desarrollo de las distintas inteligencias.

El aprendizaje cooperativo permite, además, la diferenciación curricular, favoreciendo la adaptación de objetivos y contenidos a las peculiaridades de cada alumno. Los contenidos de la acción educativa llegan a un mayor número de alumnos, ya que la información puede ser procesada y comprendida de forma distinta por alumnos con inteligencias distintas.

Se desarrolla de forma específica en todos los alumnos la inteligencia interpersonal, ya que se les entrena en habilidades de relación, interacción y comunicación con sus iguales (desarrollo de la escucha activa y la empatía, resolución de conflictos, habilidades sociales...). Se produce además un mayor desarrollo de las capacidades lingüísticas.

Por todas estas razones creemos que, desde el planteamiento de las inteligencias múltiples, el docente puede optar por una metodología cooperativa que satisfará las necesidades de muchos más alumnos y que le permitirá realizar más fácilmente una diferenciación a nivel curricular con aquellos con necesidades específicas, entre los que se encuentran los alumnos con altas capacidades.


Intima Intimidad

Del Derecho a la Dignidad se derivan los demás derechos personales: honor, privacidad, intimidad y propia imagen.

El honor es la consecuencia de los actos y el reconocimiento que otorga la sociedad hacia una persona. Es la imagen generada de uno mismo en los demás.

La propia imagen es el derecho que tienen las personas a proteger o usar su propia imagen corporal o facial, sea ésta fotográfica, pictórica
o en cualquier otro registro. Incluye también la voz.

La vida privada se organiza en torno a la familia y sus actividades:conformación,origen, matrimonio, recursos económicos y amistades.

La vida íntima es lo relacionado con lo más personal e interno que guarda una persona para sí. Por ejemplo el ejercicio de la religiosidad, la salud, la enfermedad, el dolor y la muerte, son temas estrictamente íntimos. Los sentimientos, la sexualidad y las convicciones políticas pertenecen a dimensiones muy personales cuya difusión depende de la voluntad o necesidad de exponerlas. 

Si alguien decide publicar su intimidad por cualquier medio, está en su derecho. Lo que no se puede es invadir esa dimensión.

Estos son los derechos personales que son considerados por la teoría del derecho como innatos a las personas, inherentes, extra patrimoniales, irrenunciables e imprescriptibles.

Sin embargo, la curiosidad y los intereses económicos o políticos de personas y grupos han convertido la privacidad en objeto de intromisión a través de los medios de comunicación tanto masivos como redes digitales. La cultura mediática tiene recursos tecnológicos para invadir la privacidad, inclusive sin que los ciudadanos lo perciban.

Los nuevos sistemas de comunicación e interacción facilitan la exposición de datos personales que pueden perjudicar a las propias personas. Las interacciones  TIC. Las disputas por el poder hacen que grupos hegemónicos no duden en invadir las comunicaciones ajenas. Finalmente, la necesidad de fama y poder hace que muchas personas renuncien a su intimidad a través de reality y talk shows.

Aunque en la mayoría de los países democráticos rige el Derecho a la Libertad de Expresión, las comunicaciones sociales suelen incumplir con la responsabilidad que conlleva este derecho. No puede haber libertad sin responsabilidad. Es decir que no se puede emitir cualquier mensaje que vulnere los derechos personales de los demás. 

La Libertad de Expresión protege la facultad de las personas a expresar libre, pero responsablemente, sus ideas. El Derecho a la Información, protege el derecho de los ciudadanos a recibir, investigar y emitir información técnica y éticamente producida. 

La opinión no es lo mismo que información. El Estado garantiza la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información y solamente restringe el acceso cuando la seguridad del Estado depende de esa información.

viernes, 17 de agosto de 2018

Manojo De Oportunidades


Las emociones negativas son un problema cuando se convierten en una manera de vivir. Por supuesto es natural sentirse desilusionado cuando te rechazan en una entrevista de trabajo, cuando tu proyecto no se aprueba o cuando las cosas no salen como esperabas. Del mismo modo es normal arrepentirse cuando defraudas a alguien, apenarse por la pérdida de alguien querido…

Todos estos sentimientos que nos remueven puntualmente son sanos: aunque resulten dolorosos en el momento,  pueden representar nuestras mayores oportunidades de crecimiento, pues  nos permiten experimentar nuestra humanidad, sobre todo si no tenemos miedo a sentir algo de dolor y oscuridad.

En cualquier caso, debemos ser capaces de convivir con ellos para poder trascenderlos en el siguiente paso;  es así como podemos convertirnos en seres más plenos y profundos. En realidad sólo podemos sanar y sentirnos más completos si nos permitimos sentirnos rotos primero.

Los sentimientos negativos son señales que nos dan información sobre nuestras circunstancias particulares. Si desarrollamos la capacidad de abrirnos a ellos sin dejarnos invadir, sin pretender, disimular o convencernos racionalmente de que no los sentimos, nos ayudarán a enfrentarnos a los problemas de frente y con honestidad
.
De esta manera podremos pasar a la acción tal y como la situación requiera, desde la reflexión y la conexión con nuestro interior e intuición, y no desde la reacción irracional y automática. 

Desde ahí podremos avanzar y tomar decisiones apropiadas y equilibradas que tengan en cuenta a la mente y al corazón, es decir, al lado derecho e izquierdo del cerebro.