La vida ciertamente no tiene sentido, porque el
verdadero sentido se lo pones tú.
Que tu vida tenga o no sentido va a depender de la
pasión con que impregnes tus acciones día con día.
La vida es luz para quien la ha sabido buscar y la
ha encontrado, la vida es oscuridad para quien ha perdido la fe hasta en sí
mismo.
La vida es materia, pero también espíritu,
transformar la materia es un suceso de lógica, transformar tu espíritu es un
acto de amor
.
La vida tiene senderos de tristeza y de alegría, la
tristeza ayuda a fortalecer tu espíritu, la alegría es señal de que tus sueños
se han cumplido.
La vida puede ser miseria, para quien no es
agradecido, pero puede ser riqueza para quien conoce su valor.
La vida son horas amargas para quien vive en el
pasado, pero pueden ser horas felices para quien sabe vivir el hoy y el ahora
sin preocuparse del mañana.
La vida es hoy, porque sólo tenemos seguro el
momento que vivimos, el recuerdo del momento que pasó y la esperanza del minuto
siguiente.
La vida es un gran juego, donde quien aprende ganar
disfruta, pero quien no aprende a perder se frustra.
La vida está compuesta de deseos que satisfacen al
cuerpo, pero también de ideas que alimentan el alma.
La vida tiene muchos obstáculos, el más aberrante
de todos es “No querer”, la meta más grande es superarte a ti mismo, la
limitante más tonta es pensar en los demás.
La vida es una lucha cotidiana para los seres
grandes de espíritu, iniciada la batalla puedes caer o vencer, si caes te
fortaleces, si vences, no te conformes con saborear eternamente las mieles de
un triunfo, por el contrario, prepárate para la Gran Guerra.
La vida tiene razón y emoción; la razón es la
respuesta lógica de un pensamiento, la emoción es la respuesta de tus
sentimientos. Quien vive con razón piensa siempre en sí mismo, Quien vive la
emoción es capaz de vivir y sentir por los demás.
La vida puede ser un simple sueño para quien nunca
se atrevió a conquistarla, pero puede ser una realidad para quien se esfuerza
por vivirla.
El eje rector de tu vida eres tú mismo, tu
existencia no puede estar en función de la riqueza acumulada, de las personas
que amas, de la profesión que ostentas, del trabajo que realizas, de las cosas
materiales que compras, de los deseos que satisfaces, todo ello es simplemente
materia y recuerda que en el “Gran Camino de la Vida” nada nos pertenece. ¿Qué
te ha hecho sentir que eres dueño de lo que posees? Cuando ni tan siquiera
somos dueños del tiempo, pues sabemos el día que nacimos pero ni tan siquiera
sabemos el día en que moriremos. Somos dueños de los momentos vividos y
del presente que se está esfumando, somos dueños de las ideas y pensamientos
que desarrollamos siempre y cuando los hayamos compartido, somos dueños de la
Pasión que sentimos, del Amor que compartimos, pero no somos dueños de los
seres con los que deambulamos, las personas a lo igual que las cosas, pueden ser
en un momento, transformarse o desaparecer en otro, sin embargo ¡TU VIDA PUEDE
SEGUIR!
No vayas por la vida sintiendo posesión de las
cosas o de las personas, las cosas y las personas a lo igual que el agua de los
mares, fluyen y circulan aunque eso no significa que no sean parte de un todo,
eso no significa que no sean parte de ti.
“Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan ni
hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de
éstos.
Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es
y mañana es echada al horno, ¡cuánto más hará por vosotros,
hombres de poca fe!…”