lunes, 12 de agosto de 2019

El Pensar Positivo


Antiguamente se pensaba de que cuando nos quejábamos por alguna cosa que nos ha pasado o que nos pudiese pasar más adelante era como el tener que realizar dos trabajos, uno era el trabajo de lamentarnos por lo que nos hubiese sucedido o nos pudiese llegar a pasar y el otro trabajo inevitable estaba referido a que si algo nos pasara, o nos pudiese llegar a pasar, tendríamos que  agregarle la lamentación por el mal que nos haya sucedido.

Lo que se pretendía entonces era de que nos diésemos cuenta de que no son para nada útiles las lamentaciones cuando las consecuencias negativas de lo que haya sucedido o nos fuese a suceder tendríamos que enfrentarlas y superarlas de la misma manera con el agravante de que le sumaríamos a ese acontecimiento negativo el doble trabajo de tener que sufrirlo y el de lamentarlo.

“Cualquier momento es oportuno para tener un pensamiento positivo pero existen momentos de la jornada especialmente idóneos. A primera hora de la mañana, puedes comenzar el día dándote un mensaje de ánimo, por ejemplo, "hoy voy a tener un día maravilloso". Para finalizar, también puedes despedir el día con un pensamiento optimista a modo de gratitud por todos los instantes de felicidad que has vivido a lo largo de ese día.

El pensamiento positivo y el pensamiento negativo muestran que la realidad es única, sin embargo, existen un montón de interpretaciones posibles a partir de esa realidad. Intenta quedarte siempre con una interpretación que te haga bien a ti (el pensamiento negativo es una causa de dolor, de mucho sufrimiento y desánimo). El pensamiento positivo muestra el poder de la actitud frente a las circunstancias externas.”

De manera que debemos acostumbrarnos “a tener espaldas anchas” para cargarlas con “optimismo” y no perder la posibilidad de ejercitar una buena sonrisa, en el transcurso de la vida tendremos la oportunidad de enfrentar “todos los climas” y sabido es el refrán que nos debería acompañar cuando las inclemencias nos azoten el rostro “al mal tiempo buena cara”
“Referido al comportamiento, recomienda mantener el temple y no desanimarse cuando se presentan contrariedades y momentos difíciles, pues, pese a no poder cambiar la situación, se puede cambiar la actitud.


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