“En la vida todo tiene una razón de ser,
nada ocurre sin ningún motivo; no existen las “casualidades”, sino las
“causalidades”. Todas las cosas que vivimos ocurren por un motivo (para
ayudarnos a crecer, a superar una situación difícil, o por algún otro
motivo...).
Todos hemos pasado por situaciones
difíciles y desagradables que desearíamos borrar de nuestras memorias para
siempre, situaciones que desgarran nuestros corazones hasta el punto de
asfixiarnos; pero la verdad es que todo eso tenía que pasar para que pudiéramos
aprender u obtener algo de ello. La vida nos ha golpeado muy fuerte a todos
muchas veces, pero lo importante es ser fuertes y salir adelante en cualquier
situación, ya que muchas veces las mismas situaciones duras son las que nos
aportan algo que nos servirá para superar crisis aún peores que vendrán más
adelante.
Además de eso, las situaciones difíciles
también nos ayudan a crecer emocionalmente: hay veces que el crecimiento se
produce en el mismo momento (cuando uno supera la situación), y hay otras veces
que recién con el paso del tiempo (una vez que las heridas ya sanaron), miramos
atrás y comprendemos cosas que en ese momento de sufrimiento no comprendíamos,
y así crecemos como personas.
“Madurar” es un proceso muy difícil y
doloroso que nos obliga a dejar atrás ciertas cosas o personas que
considerábamos importantes, pero no debemos tener miedo a madurar, porque es un
proceso por el que debemos pasar para encontrarnos a nosotros mismos; y aunque
nos parezca que perdemos más de lo que ganamos, la verdad es que ganamos más de
lo que perdemos. Uno madura muchas veces en su vida, es más, podría decirse que
los humanos estamos en constante evolución.
Pero hay que tener en cuenta que no
solamente se madura cuando uno pasa de ser un niño a un adolescente, uno madura
cuando evoluciona emocionalmente, esto se consigue aprendiendo lecciones,
mejorando nuestra forma de ser y aprendiendo a aceptarnos a nosotros mismos tal
y como somos.
Es difícil aceptarse a uno mismo y
perdonarse por los errores del pasado, pero tenemos que aprender que nosotros
somos el reflejo de nuestro pasado, y que para estar en armonía con nuestro
presente tenemos que aceptar nuestro pasado. Todo lo que hicimos ya pasó y no
puede ser cambiado, así que no podemos quedarnos estancados deseando que las
cosas fueran distintas, debemos tratar de seguir adelante, y compensar y
aprender de los errores del pasado.
Todo lo que pasó es porque debía ser
así, y hasta lo más injusto y horrible ocurre por un motivo; es por eso que no
debemos cerrar nuestros corazones, pero esto realmente no es fácil.
Ver como algo malo pasó por tu culpa y
ser capaz de perdonarte, es una de las cosas más difíciles que existen, por eso
mismo es que es tan difícil “seguir adelante”. El peor enemigo de uno es uno
mismo, ya es uno mismo quien no se permite seguir adelante.
Pero a pesar de tener tantos fallos y
cometer tantos errores, las personas también tenemos muchas virtudes y
cualidades que equilibran la balanza; nadie es sólo luz o sólo oscuridad, todos
tenemos luz y oscuridad en nuestros corazones, lo importante es mantenerse
equilibrado.”
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Hugo W Arostegui