A lo largo de nuestra existencia seguramente ocupando un
espacio preferencial e imborrable nuestra mente tendrá un lugar de referencia,
de mayor o menor destaque, para todas aquellas acciones que han tenido una
singular participación en nuestras
experiencias de vida.
Estas impresiones nos han dejado su huella, que sumadas a
otras tantas , van marcando el camino por donde transitan nuestras vivencias
para luego refugiarse en ese espacio tan singular generalmente ocupado en algún
sitio acogedor muy cercano a nuestra mente y al corazón.
“Algunos estudiosos de la personalidad hablan de la capacidad vivencial, un concepto que hace referencia a la apertura a formar nuevas
vivencias a partir de los sucesos que tienen lugar en la vida: cuanto mayor sea
esta capacidad, más hechos dejarán una huella, y viceversa.
Visto desde esta
perspectiva, existen dos variables para que tenga lugar el nacimiento de una
vivencia: la capacidad vivencial del sujeto y la profundidad de la situación que atraviesa;
sobra decir que cuestiones tan triviales como preparar una taza de té rara vez
se convertirá en una vivencia, incluso para las personas extremadamente
receptivas.
Otra forma en la que podemos encontrar el concepto de
capacidad vivencial, en el habla cotidiana, es “sensibilidad“; si bien no se trata de sinónimos, es
normal que se califique de “hipersensible” a quien parece verse afectado por
cualquier situación, mientras que a los que se encuentran en el extremo
contrario se los acusa de “insensibles”.
Estos últimos son quienes casi nunca se ríen de un chiste, o
bien parecen no disfrutar de la comedia, ni de la naturaleza, aquellos que
fingen estar por encima de todo, que no se dejan impresionar fácilmente por
nada ni nadie.”
De cualquier forma las vivencias mantendrán su sabor tan
particular, algunas serán tan dulces que posiblemente “empalaguen el paladar”
de aquellos con gustos menos sensibles y otras, probablemente las menos, nos parecerán
semejantes a la acidez que nos suelen producir el “sumo de limones verdes” tomado en ayunas.
Hugo W Arostegui
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