Nuestra Disciplina
Cuando aplicamos sólidos criterios de comportamiento tanto
en lo que concierne a nuestra conducta personal como al que apliquemos en
nuestras relaciones sociales no solamente nos hace más confiables y previsibles
sino que además, nos representa como “actores conductores” individuos capaces
de alcanzar los objetivos propuestos con la voluntad y confianza propias de
quienes aspiran a alcanzar sus metas superando con su esfuerzo constante todos
los desafíos que puedan eventualmente encontrarse por delante.
“La noción de disciplina, por lo tanto, puede estar
vinculada al comportamiento o a la actitud de
alguien. Se dice que la disciplina es buena cuando la persona respeta las
reglas, las leyes o las normativas dentro de algún ámbito: “Insultar a una maestra es una falta grave de
disciplina”, “Todos los jugadores tienen que respetar la
disciplina impuesta por el entrenador”.
Y eso sin olvidar
lo que se conoce como disciplina personal o autodisciplina que es aquella que
se compone de una serie de pautas y de comportamientos que alguien lleva a
cabo, de manera constante y férrea, en beneficio de una estabilidad y de la
consecución de los objetivos que se ha marcado.
Es por ello que
cuando se habla de autodisciplina en muchas ocasiones se identifica con éxito
personal pues se establece que es la forma de lograr los sueños que tenemos. En
este sentido, un perfecto ejemplo es el conjunto de atletas que tienen como
meta ganar sus competiciones y las pruebas a las que tienen que enfrentarse.
Así, para lograr la victoria en las mismas se hace necesario que tengan una
disciplina de entrenamiento y de alimentación que les capacite física y
mentalmente.
De esta manera, se
establece que este tipo de disciplina propia se sustenta en una serie de
principios o de reglas básicas como son la fuerza de voluntad, la persistencia,
el trabajo duro, la aceptación y la laboriosidad. Elementos todos ellos que se
convierten en la clave para establecer nuestra disciplina y, por tanto, para
alcanzar los fines que nos hayamos marcado.
La disciplina, por
otra parte, puede ser un campo
profesional o de estudio. La antropología, la escultura, la kinesiología
y el fútbol son cuestiones muy diferentes que, sin embargo, pueden considerarse
como disciplinas según el contexto. Así es posible encontrarse con expresiones
como “John Koggrer es un experto en antropología, sociología y otras
disciplinas de las ciencias sociales” o “La escultura es mi disciplina artística favorita”.
La disciplina es
una opción de vida que nos permite un trazado firme y concreto como asimismo establecer
las prioridades, sabiendo escoger, separando aquello que le resulte vital de
todo lo trivial que pudiese conspirar en contra de todo aquello que se ha
propuesto alcanzar.
Hugo W. Arostegui
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