El mayor gesto que podamos
generar en ese intercambio de relaciones de confianza que solemos cultivar con
nuestros amigos virtuales que asoman a nuestra vida a través de las redes
sociales es el que se afianza en la fluidez de un diálogo franco y directo
donde ambos podamos construir espacios de solidaridad, comprensión y mutua
confianza.
En la honestidad de
nuestras intenciones, en el aporte generoso de nuestros genuinos deseos de
sentirnos útiles en cada intercambio, dando lo mejor de nosotros mismos, en
aras de la superación conjunta de aquellos desafíos en común que eventualmente
enfrentemos, lograremos una identidad común que nos permitirá reconocer el
surgimiento de una verdadera amistad donde se han de afianzar los sentimientos
básicos que al saberse compartidos serán las bases de una amistad incondicional.
Incondicional:
“Este término se aplica en muchas ocasiones junto a otros
tales como admiración, amistad, obediencia e inclusive amor. De este modo se
está manifestando una relación sin reservas, sin limitación.
Tal es el caso de un
amigo incondicional que es aquél que siempre está para acompañar, comprender,
escuchar, sostener, aconsejar, no miente ni acepta las mentiras, sabe callar en
el momento adecuado, es respetuoso, no es egoísta y no se ofende ni ofende al
otro. Es aquél que tanto en los buenos momentos como en los malos, sobre todo,
deja hasta sus cuestiones personales de lado para estar junto a su amigo o
amiga”.
Hugo W Arostegui
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