viernes, 5 de mayo de 2017

La Manipulación Verosímil


Verosímil es aquello que tiene apariencia de verdadero, que resulta creíble para quien lo observa. Esto no implica que se trate de una situación real, sino que es transmitida en un contexto determinado, respetando una serie de reglas y manteniendo un nivel aceptable de coherencia entre los diferentes elementos que la constituyen.

Se considerará a algo como verosímil cuando tenga apariencia de verdadero, por tanto, es que algo verosímil resulta creíble ya que no da lugar a la falsedad.

Lo verosímil podrá ser real o no pero sí tiene aspecto de serlo y ello lo hace creíble, posible.
Cuando se sucede algún suceso policial sobre el cual no hay muchos datos ni testigos, sino una sola persona que lo presenció, las autoridades policiales lo escucharán y entonces si sus dichos se ajustan a lo posible, admisible, de acuerdo al escenario y a las pericias, podrán entonces tomar a ese testimonio como verosímil para seguir la pesquisa y encontrar la verdad del hecho.

Aunque ojo, algo que es verosímil no es imposible que pueda ser falso en algunos casos, de todos modos, al ser considerado como verosímil terminará por coincidir con el contexto en el cual recibió esa calificación.
“No sé si lo que Juan contó sucedió realmente, de todas maneras sonaba bastante verosímil.”

Mientras que la corriente principal de la filosofía moral moderna da por supuesto que la situación típica en los juicios morales debiera ser la de certeza, la filosofía moral de Aristóteles está dominada por la idea de verosimilitud. Su concepto central, el de virtud, está doblemente penetrado por aquella idea, tanto en su aspecto psicológico como en el epistemológico: no sabemos con certeza, sino sólo con probabilidad, en qué consiste por ejemplo la acción generosa en general ni tampoco en el caso concreto. Sin embargo, la verosimilitud es una base suficiente para la práctica.

Con demasiada frecuencia la frontera entre real y verosímil es difusa; lo es porque con "verosimilitud" es posible explicar y justificar actitudes, modelos, ideas o motivaciones mejor con los hechos mismos. Así, la "realidad" pasa a un segundo plano, incluso se vuelve irrelevante, ante el irresistible peso de algo que "bien pudo ser de esta manera".


Un ejemplo de lo que digo es la famosa frase de Galileo, "Eppur si muove", apócrifa según la mayoría de las fuentes, pero coherente con el contexto en el que se supone que fue pronunciada y con la personalidad del personaje.

Pero cuando el recurso de la "verosimilitud" llega demasiado lejos la frontera con la manipulación también se vuelve difusa. Y la tentación de suplantar lo real y poner en su lugar lo verosímil para favorecer determinados intereses, se convierte en una peligrosa y lamentable costumbre. Sobre todo cuando hay intereses importantes que defender. La historia está llena de ejemplos.

Y en nuestros días ésta es mucho más fácil con ayuda de la fotografía y la informática (a nadie se le escapa que el uso de herramientas de retoque fotográfico está al alcance casi de cualquiera) y su impacto mucho mayor gracias a las medios de comunicación y, sobre todo, internet.


Hugo W Arostegui

jueves, 4 de mayo de 2017

El Compromiso De Estar Presente


Si no estamos presentes no podemos ser aquello que decimos. Y a veces hay quienes están físicamente, pero no están. Están, a la vez, presentes y ausentes. Si nuestra presencia, en cambio, está llena con nuestro ser, entonces sí lograremos aportar a diferencia. Con reconocer al semejante, creo, no alcanza. Hace falta el atributo más importante de todos. Y a la vez, uno de los más difíciles de lograr. Hace falta estar presentes. Estar ahí, sí. Pero también estar presentes en el sentido de ofrendar. Ser, para el otro, un presente. Regalar nuestra disposición amorosa.

Alguien que ofrenda dispone en un tiempo y un espacio para hacer con el otro. Sin acción, creo, no hay presencia genuina. El que está presente pone vocación y se ofrece en su estar y en su hacer. Si lo que quieres es ofrendar, trata de que nunca te dé lo mismo estar allí que en otra parte.

Que no te sea indiferente el hecho de que tus acciones en ese presente tenga algún efecto en los demás.

Asegura que el efecto de tu presencia sea positivo. No seas un obstáculo, sino un regalo. Asegúrate de que tu presencia sirva. No alcanza con decir presente, debes verificar con tu conciencia si te encuentras ahí voluntariamente o si te han llevado.

Son, me parece, dos maneras casi opuestas de estar presentes. Podemos presentarnos ante el reclamo y la demanda de alguien, o bien hacerlo en términos proactivos, voluntarios.

Es decir: ¿Nos llaman y vamos? ¿O estamos dispuestos a acudir antes de que nos convoquen?

Son dos maneras de ser que cambian radicalmente nuestro hacer. La primera es por arrastre, y sólo surge cuando nos llaman la atención. La segunda es diferente, y a esto aspiramos, si es que buscamos un pleno desarrollo de lo humano. Vayamos al frente. Estemos presentes y disponibles para los que lo necesitan. Pongamos el cuerpo y el espíritu.

Por supuesto que nos haremos daño el uno al otro. Pero esta es la condición misma de la existencia. Para llegar a ser primavera, significa aceptar el riesgo de invierno. Para llegar a ser presencia, significa aceptar el riesgo de la ausencia.

Hugo W Arostegui

Antoine de Saint-Exupéry – El Principito

Cuando Transitamos El Presente


Quien está presente, afina su intuición y sabe distinguir lo verdadero de lo que no es. Aquel que disfruta cada momento es más feliz y se arrepiente menos, pues entiende que equivocarse es parte del aprendizaje.

Ayer es historia, mañana es un misterio, pero el hoy es un regalo, por eso lo llamamos presente”. Esta frase que le dice el maestro tortuga Oogway a Kung Fu Panda, no es sólo para una película de niños. Aunque de autor desconocido, reúne en sí misma una verdad que siempre han enseñado los grandes maestros y que también han recogido autores modernos.

Uno de los más conocidos es el alemán Eckhart Tolle, quien a través de su libro “El poder del ahora”, explica cómo el origen del sufrimiento humano se basa en la actividad incesante de la mente. Esta insiste en mantenernos ocupados con hechos pasados o angustiados por la incertidumbre del futuro. 

Atrapados en este mundo de ideas, somos incapaces de atrapar (y disfrutar) el momento.

Conocido es el significado de pre-ocuparse, es decir “ocuparse antes de tiempo”. Qué falta de sentido perder momentos vitales cuando sabemos que llegado el minuto, sí tendremos que ocuparnos y resolver de alguna forma las dificultades que se presenten.

Don Miguel Ruiz en su libro “Los cuatro acuerdos”, habla del “metote”, el ruido que se produce en la mente, que unido a los condicionamientos y el deber ser, terminan por confundir al ser humano y sumergirlo en un estado de angustia que lo aleja de la felicidad.

Orwell en 1984 reconoce algo de esta especie de esquizofrenia de la mente cuando se refiere al “doble pensar”, esa habilidad del ser humano para poner una etiqueta en la mente y hacerla funcionar paralelamente con otro pensamiento. ¿En cuántas cosas puedes pensar al mismo tiempo? ¿Cuánta energía demanda? Mucha.

Estar presente es sólo ser.“Cuando te lavas los dientes, estás con tus dientes; cuando te duchas, estás contigo bajo el agua; si te duele algo, aceptas ese dolor, lo haces tuyo y lo aceptas…hasta que desaparece”.

En ese entonces, creí comprender algo de eso. Me lavaba los dientes con cuidado, tratando de ser mis dientes y me duchaba de la misma manera… pero han pasado muchos años antes de entender algo el significado profundo de esa enseñanza.

Quien está presente, afina su intuición y sabe distinguir lo verdadero de lo que no es. Aquel que disfruta cada momento es más feliz y se arrepiente menos, pues entiende que equivocarse es parte del aprendizaje. Estar presente es emocionarse con un abrazo, con el canto de un pájaro o la sencillez de la lluvia.

Dicen que la presencia permite envejecer más lentamente. Tolle explica que al identificarnos con el ser nos alejamos de los efectos que el tiempo tiene en el cuerpo físico. 

Estar presente nos vuelve más livianos y nos identifica con una frecuencia vibratoria menos densa que nos aleja de los problemas de la materialidad. Pero lo más importante, permite vivir cada momento –sin juicio ni calificación- y abrir una puerta a lo que cada uno es en realidad.

Hugo W Arostegui


Cuando Compartimos



Compartir es el acto de participación recíproca en algo, ya sea material o inmaterial. Lleva implícito el valor de dar (la generosidad) y de recibir, aceptar o acoger lo que otra persona ofrece. 

Cuando estamos recién nacidos, vivimos fundamentalmente de lo que recibimos; a medida que crecemos, nos vamos dando cuenta de que saber vivir, significa que en la medida que se da, se recibe. Al compartir se produce una ruptura con el egoísmo de aquella persona que se cree autosuficiente. También se produce ruptura con la subestima de aquella que piensa que no tiene nada que dar ni ofrecer.

El ser humano tiene mucho que compartir a lo largo de su vida: bienes materiales, ideas, proyectos, actividades, sentimientos, experiencias, sufrimientos, dificultades, dinero, entre otros. Para una persona es importante recordar que para poder recibir es fundamental dar. Sobretodo dar desinteresadamente, con el propósito de propiciar las condiciones que permitan crear prosperidad, 
bienestar y abundancia, para así ayudar a construir un modo de vida que le haga feliz a ella y a todos.

Se puede decir y concluir que compartir es dar y saber recibir, ofrecer y aceptar a las personas, manifestar y comprender ideas y sentimientos, cooperar en actividades y admitir cooperación, ser solidarios con todas las personas, sin prejuicios; y sentirse corresponsable de la paz y del bienestar de todas las personas.

Desde siempre los seres humanos tendemos a compartir con amigos y conocidos, nuestros pensamientos, sentimientos y las distintas formas de percibir la realidad. Hoy, a través de las redes sociales, las personas intercambian información constantemente. Por esa razón cabe preguntarse por qué a veces nos cuesta compartir el conocimiento.

Esto viene desde la escuela. Es común ver como muchos niños tapan su hoja de ejercicios para evitar que sus compañeros le copien. 

Desde ese momento crecemos con la falsa ilusión de que acaparar el conocimiento nos da más poder. Será que compartir lo que uno sabe podría quitarle a las personas poder ante su entorno. 

Será que retener el conocimiento y no compartirlo nos da el poder que necesitamos para enfrentar la realidad. Las respuestas a estas interrogantes son diversas pero lo importante es comprender por qué es importante compartir lo que sabemos y no reservarlo únicamente para nosotros.

El conocimiento es el único recurso que no se extingue con el uso. Su reproducción es ilimitada, a diferencia de otros recursos que, al utilizarlos, se agotan en lugar de multiplicarse. Además, el conocimiento que se comparte se refuerza en la persona que lo posee.

Hugo W Arostegui


miércoles, 3 de mayo de 2017

Iluminarnos Con Luz Propia


Tener luz propia es disfrutar de una buena autoestima y  enorgullecernos de lo que somos. Aspirar con fuerza la realidad que nos envuelve y, además, saber dar felicidad a los demás.

Al fin y al cabo, la vida no es tan complicada, si dejamos de “apegarnos” a los materialismos, a los egoísmos y evitamos a su vez depender en exceso de otras personas, seremos más libres y auténticos para vivir en plenitud.

Ahora bien… ¿Qué entendemos por estar en “la oscuridad”? Hay quien se pasa media vida encerrado en esa dimensión donde las envidias, los rencores y resentimientos hacia los demás nos demuestran que no saben ser felices.

Y debemos ir con cuidado porque, en ocasiones, las personas oscuras pueden ir apagando luces. Reflexionemos hoy sobre ello.

La importancia de tener luz propia
Nadie debe darte su luz, las personas tenemos que aprender a cultivar nuestras propias luces, resolviendo esas posibles oscuridades que la vida nos trae de vez en cuando.

Para llegar a tener luz propia es necesario haber asumido e integrado todos estos aspectos:
Aprender que somos personas únicas y auténticas. Todo lo que eres y lo que has conseguido te identifica y debe enorgullecerte.

Los errores o fracasos del ayer no son oscuridades que esconder o de las que avergonzarnos. Son experiencias vividas que dan riqueza a nuestro ciclo vital. Son hechos de los que hemos aprendido y que hemos asumido.

Tener luz significa también saber cultivar la reciprocidad. Nos conocemos a nosotros mismos y somos empáticos con los demás, entendemos sus pesares y nos alegramos de sus alegrías. Y nunca dudamos a la hora de ayudar, de atender a quienes nos necesitan porque ello forma parte de nuestra identidad y nos enriquece.

La vida es felicidad y la felicidad es, ante todo, alegría. No hay arma más poderosa que el sentido del humor: alegra corazones y desmonta a aquellas personas que traen la oscuridad.

Suele decirse que solo las personas inteligentes son capaces de disfrutar de un buen sentido del humor. Así que aplícalo en tu día a día y relativiza tensiones, ilumina tu vida con la risa y vence a quienes desean apagar tu luz.

En conclusión, hemos de aceptar que en esta vida vamos a conocer y vamos a tener que rodearnos de personas muy complejas. No podemos cambiarlas ni obligarlas a ver el mundo desde el mismo punto de vista que nosotros.

Hemos de respetar, aceptar y cuidar de nosotros mismos para evitar que nos afecten. Mientras contemos con esas personas especiales y auténticas de nuestro círculo personal más cercano, nadie apagará esa luz propia.


Hugo W Arostegui

martes, 2 de mayo de 2017

Los Recursos Personales


Puedes clasificar tus recursos personales separándolos en dos grupos: Recursos Internos y Recursos Externos. Esta clasificación proporciona una forma más inteligente para medir tu riqueza. Y no sólo para medirla, también para crearla.

Recursos Internos y Externos
“La habilidad es la riqueza de un hombre pobre.” – John Wooden

“Es el corazón lo que hace a un hombre rico. Un hombre es rico o pobre por lo que es, no por lo que tiene”. – Henry Ward Beecher

Puedes clasificar tus recursos personales separándolos en dos grupos: Recursos Internos y Recursos Externos. Esta clasificación proporciona una forma más inteligente para medir tu riqueza. Y no sólo para medirla, también para crearla.


Recursos Internos y Externos

“La habilidad es la riqueza de un hombre pobre.” – John Wooden

“Es el corazón lo que hace a un hombre rico. Un hombre es rico o pobre por lo que es, no por lo que tiene”. – Henry Ward Beecher

Los recursos “internos” de una persona son sus hábitos, habilidades y conocimientos. Por ejemplo: creatividad, valentía, tenacidad, perseverancia, consciencia de sí misma, habilidades técnicas/profesionales/artísticas, conocimientos, auto-estima, etc.
Los recursos “externos” son cosas que por consenso social una persona puede llamar “de su propiedad”: dinero, relaciones personales (no las personas en sí), herramientas, muebles, inmuebles, vehículos, etc.
Una de las diferencias más importantes entre estos dos tipos de recursos es lo que sucede cuando los usas o “gastas”. Los recursos externos disminuyen con el uso. Tu casa y tu vehículo se deterioran con el uso. Tu cuenta bancaria disminuye con cada cheque. En cambio, tus recursos internos aumentan con el uso. Mientras más practicas una habilidad, te vuelves más hábil. Mientras más usas tu creatividad, te vuelves más creativo/a.
Al comprender estas diferencias y tenerlas presentes, puedes comenzar a explorar diferentes formas de “invertir” esos recursos:
Hugo W Arostegui



Vivir De Las Apariencias


Un Audi en la puerta, subidas a esquiar o viajes al Caribe y los dividendos de la casa y las cuotas del colegio impagas. Aunque algunos consideren esta realidad como inexistente, varias personas viven en la clásica bicicleta bancaria tratando de mantener un estándar de vida que no es acorde a sus ingresos. El trasfondo: la inseguridad que da paso a una vida basada en las apariencias.

El fenómeno no sólo se remite a las pertenencias materiales, sino que también se hace visible en las relaciones humanas que se establecen con el entorno, donde el verdadero ser es ocultado por una personalidad maquillada. Una de las explicaciones para entender esta actitud se debe a la imperiosa necesidad de “ser aceptado, amado y sentir que uno es importante para los demás”, postula la psicóloga Paulina Alfaro.

Ante esta necesidad surgirían máscaras o personajes que encubren la verdadera personalidad de un individuo. “Desde pequeños descubrimos que no todo lo que uno dice o hace es aceptado por nuestros padres, hermanos, amigos. Entonces, comenzamos a desarrollar una serie de mecanismos de supervivencia para mantener esa respuesta amorosa y afectiva de nuestro entorno”.

Sin embargo, esta respuesta adaptativa al medio en una etapa adulta se puede volver neurótica, porque la persona empieza a identificarse con esa imagen ficticia que ha construido.

Es decir, “ya no es una respuesta de supervivencia sino de sobreadaptación y comienzas a actuar preocupada por tener esa aprobación de los demás y te olvidas de ti misma”, agrega la psicóloga transpersonal. Este descuido implica que no hay un interés por identificar las propias necesidades, los objetivos de vida, las cosas o situaciones con que se disfruta, los intereses y capacidades que hacen que cada persona sea única e irrepetible. La emoción que se esconde, según Paulina Alfaro, es el miedo a ser rechazado y perder aceptación, cariño. “Lo que pasa es que somos seres sociales y que vivimos en constante interacción con los demás, pero hay veces que nos quedamos atrapados en esa máscara y respondemos automáticamente sin mayor cuestionamiento por ese terror al abandono”.

Fin a la hipocresía Para Lucía Godoy, psicóloga y académica de la Universidad Andrés Bello el tema pasa por ser falso e hipócrita. “Son personas que no han desarrollado todos los aspectos de su ser y necesitan aparentar situaciones emocionales, económicas o relaciones de familia que ya no tienen o nunca han tenido para parecer que están bien, pero no tienen conciencia de sí mismas, no han desarrollado su autoestima y dependen emocionalmente de la opinión de terceras personas”.

Mantener ese estatus, imagen de perfección y prestigio no es fácil ni menos cuando dista de la realidad, pero es tal el esfuerzo que se hace por vivir de una apariencia, que tarde o temprano termina por estallar, la verdad se asoma y la persona se libera. “La presión social efectivamente existe, pero no todos respondemos aparentando lo que no somos.

El tema está en aprender y aceptar sanamente que puede haber un alto porcentaje que no apruebe lo que digo o cómo vivo, pero eso no significa que el valor de mi persona esté en juego”, enfatiza Alfaro. En otras palabras, las personas que viven honestamente son las que saben que son queridas por lo que son y no por lo que tienen o representan. 

En ese momento el miedo al rechazo pasaría a ser parte de la experiencia humana, ya que se toma conciencia que resulta imposible controlar las respuestas de los demás. En ese mismo sentido, resulta determinante desarrollar las posibilidades de inteligencia, autoestima, autovaloración y conocer el sentido más profundo de la vida. “La idea es quitarse el peso de encima y salir de este círculo vicioso. Al hacerlo la persona entiende que es mucho más agradable vivir de una manera más auténtica y conectada con sus potenciales que vivir en la superficialidad”, agrega Lucía Godoy.


Además, será determinante en este proceso descubrirse las aptitudes, los defectos, “lo que me gusta de mí y lo que no tanto y aceptarlas como parte mía y construir una autoestima, una certeza interna que le dará coherencia y consistencia a lo que soy para desde ahí relacionarme con la sociedad”, aconseja la psicóloga Paulina Alfaro. 

Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/Tendencias/2011/11/11/736109/Vivir-de-las-apariencias-una-opcion-que-termina-siempre-por-explotar.html

Cuando No Comprendemos


Meditación: Si quieres conocerte, observa la conducta de los demás. Si quieres comprender a los demás, mira en tu propio corazón”

 Los seres humanos fuimos creados para convivir con otras personas y no para estar solos y alejados del resto de la sociedad. Sin embargo, en muchas ocasiones esta convivencia se nos hace difícil ya que estamos tan ensimismados en nuestra forma de vivir y de ver las cosas que dejamos de ser tolerantes con los demás seres que nos rodean. En verdad nos pasamos la vida sin entendernos o, lo que es más inquietante, malentendiéndonos.

Y cuando no, nos encontramos con la deslumbrante situación en la que perecemos sin llegar a comprendernos. Pero no siempre acabamos de ver los motivos que conducen a los demás a adoptar ciertas aptitudes o decisiones. También es verdad que no pocas veces tampoco está claro lo que nos ocurre con nosotros mismos. Entonces es cuando nos  descorazonamos. Y, si nos descuidamos nos lanzamos a extraer precipitadas conclusiones. Diciendo: “Si no lo entiendo es que no está bien” 

En cierta medida no parece mal que intentemos  valorar en algún sentido lo que hacemos; pero deberíamos comprender que vivir es no llegar a entenderse nunca del todo. Y si uno dice: “No te entiendo”, y con ello terminar la comunicación, sería razonable intentar comprender, que a veces es conveniente preservar una distancia. Sin embargo, tenemos que asimilar, que llegar a entenderse “del todo” no es lo mismo que “absoluto”.

Lo cierto es, que deberíamos razonar y  repetir de forma incesante y a través de nuestra mente, esto tan sencillo; “te acepto, intento comprenderte  y me intereso por ti” Así de esta forma, y si pudiéramos comunicarnos en esta forma, unos a otros, todos creceríamos individualmente, en la comprensión personal y sobre todo en la aceptación. 

No perdamos nunca de vista a las personas cercanas, e incluso  aquellas con las cuales no nos conectamos habitualmente, como pueden ser familiares o amigos. Tengamos en cuenta que en cierta forma llevamos en nuestras manos el deseo a quien apreciamos. Si así lo aceptamos, les entenderemos comunicando la fuerza de la compresión.

Ni que decir tiene, que muchos son personas que tienen dificultades para perdonar sus errores. Esto ocurre sobretodo en las “personas perfeccionistas” que no toleran la posibilidad de equivocarse o de errar. En estos casos es importante entender que somos humanos y que como todos, nos equivocamos y no por ello le valoremos menos.            

Todo esto es un efecto que no requiere dominarlo todo, captarlo todo; sí verlo  dominando la situación. Pero intentarlo sin fisuras llegando a un entendimiento y no tener dudas, ni incertidumbres. Tal situación no es apropiarse completamente del otro, solo se trata de apreciarlo, aunque no le tengamos enmarcado.

El entendimiento es una “potencia maravillosa”, que distingue, pero que “aísla y separa” y, por ello, no es un principio de unidad. Entenderse es necesario, aunque sí, lo complementa el afecto. Sin él, hay poco que hacer. Tampoco se trata de entregarse a la indiferencia de la comprensión.

Debemos de considerar que el interés por llegar al otro, por vincular el aprecio al conocimiento, por sintonizar, por latir y respirar conjuntamente no supone alejarnos de su existencia.

No entenderse del todo es también verse sorprendido por la vida que tanto nos atrae.


Hugo W Arostegui

Sarna Con Gusto No Pica


“Quien que va tras algo de forma voluntaria, no siente molestias por las posibles incomodidades. Comentario al marcador de uso: Esta paremia conoce una réplica: Sarna con gusto, no pica, pero mortifica; con esta réplica, se indica que siempre se produce algún daño o alguna inquietud”

Para el día de hoy, una expresión que seguramente la hayan oído alguna vez, pero que a primera vista puede ser complicada de entender.

La sarna, según nuestra amiga la Real Academia de la Lengua Española, es una afección cutánea contagiosa provocada por un ácaro o arador, que excava túneles bajo la piel, produciendo enrojecimiento, tumefacción y un intenso prurito (picor).Y bien, aunque no hace falta que nadie tenga ese problema en la piel para que usemos esta expresión, la sarna en la piel sería el equivalente a cualquier cosa molesta que nos pase en nuestra vida: tener que madrugar, tenerse que levantar 5 veces en una noche, volar en un avión durante 10 horas seguidas… a cada uno le puede molestar una cosa distinta, pero en general todos los ejemplos anteriores son situaciones no suelen agradar a nadie.

Pero pensemos ahora que el hecho de tener que madrugar es para ir a ver a alguien que hace mucho tiempo que no vemos y que nos hace mucha ilusión volver a ver. En ese caso, no nos molestará tanto madrugar como podría parecer en un principio. De la misma forma, pensemos que cuando nos tenemos que levantar 5 veces por la noche es para dar de comer o para darle un beso a un hijo pequeño. Entonces, la molestia tampoco es tan grave, ¿no?. Y supongamos que las 10 horas de vuelo son para llegar a un destino al que hemos soñado viajar durante toda nuestra vida. Merece la pena el esfuerzo, ¿verdad?

Pues bien, para todas esas cosas que en principio son molestas pero que los beneficios que llevan detrás son favorables o interesantes para nosotros, se creó la expresión de hoy: sarna con gusto no pica. Porque una molestia si nos resulta placentera, deja de ser una molestia.

Que disfruten de un excelente día!!


Hugo W Arostegui

Más Nos Vale Perderlos Que Encontrarlos


El personaje es interesante cuando intentamos comprender su "modus operandi". Pero más curiosa aún es nuestra respuesta a su requerimiento al darle lo que nos solicita. Una mirada atenta, fija, con expresión intermedia entre triste y alegre por vernos, anticipa su acercamiento. Puede conocernos o no, pero fingirá una intimidad inexistente para que desde el falso fondo de esa franqueza nos manguee, extraño verbo. No nos pide; nos manguea.

En todo pedido hay aflicción por el posible rechazo y cierto achique de la autoestima por depender de otro. En el manguero no,  y este es su arte. Sentimos cierta culpa por tener una condición deudora frente a un oportunista embaucador y habitual seductor al que debemos pagar por nuestro privilegio. 

Y luego de hacerlo rogamos por sentirnos más generosos que estúpidos. Aún más complejo resulta cuando los pedigüeños son instituciones, ONG, clubes o asociaciones, que sin mostrar certificados de pobreza nos manguean desde un derecho autootorgado, un cambio de bolsillos que exige al dador reconsiderar la opción de creer o reventar.

Los motivos invocados por el manguero discurren entre la creatividad de presentar malas noticias -madres, padres y abuelos que mueren y resucitan 14 veces- hasta el gesto sencillo y convincente de alzamiento de cejas, labios en descenso y manos extendidas, listas para recibir. Dos conclusiones se podrían obtener de todo esto: que mucha gente acepta ser seducida por temor a decir no. 

Y que a los mangueros, igual que todos los que se victimizan, más vale perderlos que encontrarlos.

Por Osvaldo Aiziczon - Psicoanalista.


Dime Con Quién Andas


Seguramente casi todos aquí hemos escuchado esta frase: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

Muchas de las frases que escuchamos son creencias limitantes, no son del todo reales y las asumimos como ciertas sin pensar primero en su veracidad.

Pero resulta que la frase que se encuentra en el título de este artículo de cierta forma sí lo es.
Yo soy de los que creen que no se nace con una personalidad fija.
Esas excusas que la gente pone (“así soy no puedo hacer nada” o “nací así qué voy hacer”) cuando hacen las cosas mal o dicen cosas que realmente no están bien, son tonterías.

Todos somos influenciados constantemente por los demás.
En especial de pequeños.
Nacemos y aprendemos todo de quienes nos rodean tanto bueno como malo. Y poco a poco nuestra personalidad se va formando.

Llega un momento en que nos convertimos en personas con personalidades bien marcadas. Con formas de ser que han sido moldeadas durante toda nuestra vida.

El problema está en que pensamos que estas no pueden ser cambiadas. Pensamos que nuestra personalidad es fija y no podemos hacer algo al respecto si es que estamos mal en algún punto.
Hoy estoy acá para decirte que sí podemos cambiar nuestra forma de ser. Sí podemos convertir nuestros aspectos negativos en positivos.

Para ello, todo se reduce al principio, en las influencias.
Ponte a pensar en la frase de arriba. ¿Crees que sea verdad?
Piensa en las cinco personas con quienes más te juntas. Sean familiares o amigos. Hasta las mascotas.
¿De alguna forma tu personalidad de asemeja en algún aspecto a las de estos?

Muy probablemente que sí.

Si quieres ser un gran inversor ¿De quién te vas a guiar? ¿De tu amigo que ni siquiera invierte pero sabe algo del tema por algo que leyó y recuerda borrosamente o del millonario inversor que creó su fortuna gracias a sus principios y métodos de inversión (como Warren Buffett)?

Si quieres ganar amigos y aprender a influir sobre los demás ¿De quién te vas a guiar? ¿De un compañero de trabajo que se cree líder pero que en realidad se hace el jefe y el mandón abusivo con los demás o de una persona que dedicó parte de su vida a ello y escribió incluso un libro al respecto como Dale Carnegie en Cómo Ganar Amigos e Influir Sobre las Personas?

Empieza a cambiar.
Si quieres ser mejor o cambiar en algo júntate con personas con quienes ya lo hayan logrado y aprende de ellas.

Lee biografías, libros, observa conferencias, etc. De aquellos quienes han llegado al éxito en aquello que tú quieres. O que simplemente han logrado cambiar en aquello que te gustaría también hacerlo.
Deja de juntarte con gente negativa. Si no puedes hacer nada para cambiarlos, aléjate de ellos o por lo menos reduce el tiempo que pasas con ellos y dedícate a cambiar.

La mejor forma de influir en la gente negativa es siendo un ejemplo para ellos.

Recuerda que la manera en que vemos las cosas, la forma en que se crea nuestra personalidad, se determina fundamentalmente en las influencias que recibimos de otros.

Así que ten mucho cuidado en quiénes influyen sobre ti y la manera en cómo tú influyes en los demás.

Empieza cambiando a esas 5 personas con las que más te juntas con aquellas que saquen lo mejor de ti y te enseñen a crecer en aquello que tú más necesites.

Ahora es el momento.

Venciendo La Adversidad


“Nada sobre esta tierra puede detener al hombre que posee la correcta actitud mental para lograr su meta. Nada sobre esta tierra puede ayudar al hombre con la incorrecta actitud mental.” Thomas Jefferson

Continuamente recibo muchos correos de personas que están atravesando diferentes dificultades bien sea en sus relaciones, en sus trabajos o negocios y hasta aprietos financieros. Muchos ya están cansados de luchar, otros ya no saben qué hacer.

¿Qué hacer cuando todo parece un valle de sombra de muerte?

Las palabras del salmista David nos muestra que es solo una sombra, no es un valle de muerte,  cuando estés en medio de la adversidad debes verla como una sombra que con la luz se desvanece.

La sombra te intimida pero no te puede vencer si sabes quién eres.  David sabía quien era por ello pudo decir: “No temeré mal alguno porque tu Dios estás a mi lado”.

Nosotros como humanos tenemos una capacidad única para enfrentar las adversidades y convertirlas en desafíos y oportunidades a medida que encontramos nuestra razón de ser. Jesús siendo hijo de Dios enfrentó adversidades como humano para mostrarnos que si es posible vencerlas.
Lo que lleva a una persona a vencer la adversidad es su compromiso consigo mismo, es no dejar que las circunstancias determinen su destino, es estar abierto a los cambios, es ser flexible, convertirse en una persona resiliente.

Leí un cuento de Pedro Pablo Sacristán llamado “La mala suerte de Pescafrito”, cualquier parecido es pura coincidencia. Hay quienes dicen que tienen mala suerte, y aquí hay una gran enseñanza a nuestras vidas:

“En aquella tienda de animales la mala suerte tenía un nombre: Pescafrito, un pequeño pez famoso porque nunca estaba en el acuario adecuado. Cada vez que tocaba reordenar los tanques, Pescafrito acababa por error o descuido en el más peligroso para él. Desde otros tanques tranquilos y seguros, sus primos y hermanos veían divertidos sus desesperadas carreras por evitar ser la merienda de algún grandullón.

A pesar de su increíble mala suerte, Pescafrito no se desanimaba, y en cada carrera ponía todo su empeño en librarse de nuevo, aunque sintiera el dolor de algún que otro mordisco en sus aletas o el cansancio de nadar entre plantas y rocas a cualquier hora del día o de la noche.

Así fue sobreviviendo Pescafrito Malasuerte, como todos le llamaban, hasta que un día de reorganización en los acuarios, Pescafrito por fin acabó compartiendo tanque con todos sus primos y hermanos. Pero mientras se juntaban a su alrededor para conocer sus desventuras, un cuidador despistado echó en ese mismo tanque al más grande, hambriento y peligroso de los peces de la tienda. Fueron sólo unos minutos, pero el enorme pez no necesitó más para acabar con todos los pececillos… excepto Pescafrito, que acostumbrado a huir de muchos peces a la vez, no tuvo problemas en escapar de uno solo.

Poco después entró en la tienda un gran experto en acuarios, y al ver a Pescafrito vivo en el mismo tanque que el pez grande no se lo podía creer. Estuvo horas en la tienda, observándolo, viéndolo escapar una y otra vez con su nadar lleno de giros y piruetas y su increíble capacidad para esconderse. No tenía dudas: era un pez único en el mundo, y el experto lo llevó consigo para ser la estrella de todas sus colecciones y acuarios.

Y Allí Pescafrito vivió feliz con todo tipo de atenciones y cuidados, pensando lo buena que había sido para él su famosísima mala suerte.”

“Mi actitud ante la adversidad determinará mi futuro” Pedro Sifontes

¿Sigues pensando que la vida ha sido “dura” contigo?
¿Has pensado que todo en la vida tiene un propósito? ¿Cuál es?
¿Qué puedes aprender de todas “las malas experiencias” vividas?

Ahora te recuerdo que si Dios tiene cuidado de las aves y de las flores, también tiene cuidado de ti. 

No te desanimes, haz lo que mejor sabes hacer y confía que todo cambiará. Toda adversidad es para tu crecimiento y fortaleza, Tu puedes vencerla!

Si consideras que necesitas ayuda para descubrir quien eres y conocer más acerca de cómo vencer la adversidad 



lunes, 1 de mayo de 2017

Sobre Solidaridad


Más allá de intentar entender la solidaridad en su sentido etimológico o epistemológico, es necesario comprenderla desde su sentido práctico. El significado llega con el hecho de vivirla, sin necesariamente saber que justo aquello se denomina solidaridad. Y es que estamos acostumbrados a entender éste y otros conceptos siempre antes de arrojarse a vivirlos, de tal modo, podemos anticiparnos y elegir racionalmente si estamos dispuesto o no a vivir lo que denominaremos “experiencias de solidaridad”.

De alguna manera, la estructura racional de nuestro ser nos sitúa en la opción de elegir ser solidarios o no, cuándo serlo, con quién serlo, por qué serlo; y luego de esto, cuando tenemos las respuestas relativamente claras, pues nos lanzamos al acto y a la experiencia dotada de seguridad y certidumbre.

Cabe preguntarse entonces dónde se sitúa nuestra propia solidaridad en este gran espectro de formas de solidaridad. Estamos de acuerdo en que todos hemos decidido venir posterior a un acto de renuncia absoluta, renuncia al confort que genera la certidumbre del día a día, confort que provoca no tener que enfrentarse con situaciones de injusticia que te hacen retorcer de la rabia, renuncia a las condiciones materiales que no sabemos por qué resulta tan evidente pensar que es natural contar con ellas, renuncia a una forma de vida, renuncia a la pulsión de anticiparnos a todo.

Sucede que nos encontramos con la situación de un pueblo que muchas veces ha sido beneficiario de la solidaridad internacional –como un caso típico de reacción post catástrofe- pero que en realidad, la misma solidaridad internacional, hasta ahora no ha absorbido su gran capital de resiliencia y resistencia.

Solidaridad es darnos cuenta que somos parte de un sistema que resulta ser más solidario que lo que racionalmente podemos pensar acerca del término. Que esta solidaridad es parte de un proceso dialéctico que va alimentando y condicionando una forma de vida, donde el recibir es igual de importante que el dar, sobretodo que uno es causa y efecto del otro.

En estos términos, no es necesario empecinarme sólo en dar, sino que también en el proceso inverso, ese que me nutre y enseña para seguir dando en función de lo que voy recibiendo, como dos procesos perfectamente opuestos, pero a la vez complementarios.

Es decir, sólo en el momento que abandonemos la idea de solidaridad como parte de un proceso dual donde hay elegidos para dar y elegidos para recibir podremos entender la importancia de ejercer solidaridad independiente de la situación, momento o posición.

Para mí, la forma más efectiva de vivenciar la solidaridad es sentirte beneficiado por las personas a quienes en algún momento pensaste ayudar. La solidaridad se torna efectiva en el preciso momento en que se vive en el sentido inverso a como se pensó. No basta con dar para vivirla, sino más bien el tema esencial radica más en el recibir, en el recibir algo que no esperábamos, en el recibir algo que ni siquiera estábamos pidiendo ni tampoco preparados para recibir.

Solidaridad en el sentido inverso a como comúnmente la concebimos, necesariamente, requiere de una gran capacidad para conmoverse, de una alta dosis de afección, la dosis necesaria para rebelarse frente a una situación o condición de injusticia, y sobre todo, una gran percepción para reconocer cuánto nos pueden entregar quienes creemos que son los que reciben.


Nuestros Anhelos


El anhelo puede estar dirigido a cuestiones materiales o simbólicas. Una vivienda, un automóvil, cierta ropa o un teléfono móvil (celular) son algunos de los anhelos más frecuentes. Las personas que tienen estos anhelos se esfuerzan para reunir el dinero necesario y adquirir estos productos que, según creen, les aportarán satisfacción.

Vivir determinadas experiencias también es un anhelo de muchos individuos. Pasar las vacaciones en un lugar paradisíaco, obtener un título académico y crecer a nivel profesional están entre los deseos más habituales.

Los anhelos más profundos o intensos, de todos modos, suelen asociarse con lo afectivo. Para los padres, el principal anhelo suele ser que sus hijos crezcan sanos y felices. Una pareja de enamorados pueden tener como anhelo pasar la vida juntos.

Un ser humano comienza a anhelar algo cuando cree que, una vez conseguido aquello que anhela, experimentará una gran satisfacción. Lo que se anhela, de este modo, no se lo tiene, al menos en el presente. Por eso se orientan los esfuerzos en conseguirlo. Una vez que el anhelo se cumple, se convierte en un logro. La persona que anhelaba comprar una casa y consigue hacerlo sentirá una enorme alegría y dicho objetivo dejará ser un anhelo.

Frases:
No se puede poseer mayor gobierno, ni menor, que el de uno mismo.
 Leonardo Da Vinci

No hay alivio más grande que comenzar a ser lo que se es.
Alejandro Jodorowsky
Se necesita algo más que «pensamientos positivos» para mantener el control de tu cuerpo y de tu vida. Es importante para tu salud y tu bienestar que cambies tu forma de pensar y te concentres en los pensamientos vitales y positivos, además de eliminar los siempre presentes y extenuantes pensamientos negativos.
Bruce Lipton

Hoy he sentido de nuevo una gran admiración por ti. Y lamento mucho que hasta hoy no me haya dado suficientemente cuenta de lo maravilloso que eres.
Yoshinori Noguchi


El Mundo Que Percibimos


Desde pequeños recurrimos a las ilusiones para construir nuestro proyecto de vida, para diseñar nuestros sueños y fijar nuestras metas. Vivimos con ella porque es la fuerza que nos empuja a alcanzar nuestros objetivos. 

La ilusión es nuestra compañera de viaje. Con ella pensamos dónde nos gustaría ir, qué nos gustaría ser o a quien nos gustaría tener a nuestro lado. La ilusión nos ayuda a hacer realidad nuestros sueños.

RENOVEMOS ILUSIONES

La ilusión sirve para no rendirnos, para llenarnos de aliento y empujarnos a conseguir nuestros objetivos a largo plazo. Con el paso de los años parece como si el depósito de nuestras ilusiones se fuera agotando. Esta sensación está asociada a la experiencia. Las cosas no nos hacen la misma ilusión cuando las hacemos por primera vez, que cuando la repetimos muchas veces. Por eso las ilusiones hay que renovarlas.

El problema de las ilusiones llega cuando no sabemos conformarnos, es decir, cuando construimos nuestro objetivo sobre expectativas de las que dependen directamente nuestra felicidad o nuestra autoestima y que, si no las conseguimos, nos hacen sentir mal. Por eso, debemos motivarnos, ilusionarnos sin despegar mucho los pies del suelo.

La ilusión conecta con los sentimientos más positivos del ser humano y es contagiosa

Recurrimos a ella para sentirnos mejor, para alcanzar algo que nos hace feliz. Eduardo Punset argumenta que “en el hipotálamo del cerebro está lo que los científicos llaman circuito de la búsqueda. Este circuito, que alerta los resortes de placer y de felicidad, sólo se enciende durante la búsqueda y no durante el propio acto.

En la búsqueda, en la expectativa, radica la mayor parte de la felicidad”. Dice Gilbert Keith Chesterton que “hay algo que da esplendor a cuanto existe y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina”. La ilusión aviva nuestro sentimiento de felicidad por eso es algo que debemos cultivar.


Hugo W Arostegui

Yo Y Mi Circunstancia

Maite Larrauri

Cuando alguien te dice: “mira es que yo soy yo y mi circunstancia”, entendemos que nos está queriendo decir que no todo lo que le sucede depende de él, que él o ella no son del todo responsables porque también han influido las circunstancias.

Se trata de una famosa frase del filósofo español Ortega y Gasset. ¿Está el filósofo proporcionando una forma de excusarnos, de no ser del todo responsables de lo que somos?

Es increíble lo que sucede con algunas frases de la filosofía: cuando pasan al lenguaje cotidiano, cambian totalmente de sentido. Ortega decía que el “yo” era uno de los ingredientes de mi vida y que había otro ingrediente y este era “la circunstancia”.

Por “circunstancia” entendía literalmente lo que está a mi alrededor, “circum-stancia”, lo que me circunda. Somos un organismo vivo. Un organismo vivo tiene su medio, decimos que la vida de un organismo está formada por el propio organismo y su medio, forman una unidad, lo que quiere decir que si cambia el medio cambia al organismo y viceversa (esto es importante).

Ahora bien, aún siendo organismos vivos, en los seres humanos hay algo más. Los humanos tenemos logos, pensamiento, y por tanto buscamos sentido en las cosas. Nos preguntamos el porqué y el cómo de lo que somos.

Yo tengo mis circunstancias, mi paisaje por así decirlo. Pero puedo explicarlas, encontrarles un sentido, y de esa manera hacer un acto creador al transformarlas en discurso.

A Ortega le gustaba mucho la siguiente anécdota de Heráclito. 

Encontrándose Heráclito en su cocina (hecho insólito, supongo, en la Antigüedad), se aproximaron unos discípulos, en buena parte embarazados por encontrarse con el maestro en ese lugar. Heráclito los animó a pasar, diciéndoles: “Aquí también están los dioses”. O sea, también esta circunstancia tiene valor, también merece ser explicada mediante el logos.

“Yo soy yo y mi circunstancia” está muy lejos de ser una frase determinista. Es verdad que las circunstancias son limitadas, determinadas: yo soy un hombre nacido en  un medio agreste en medio de la nada, pero dentro de esa circunstancia existe un mundo, siempre y cuando yo entienda mi medio.

Esta famosa frase tiene una coletilla, una segunda parte que dice así: “si no la salvo a ella, no me salvo yo” (refiriéndose a la circunstancia). Si yo explico mi medio, lo salvo del silencio y del sin-sentido. A eso es a lo que nos invita Ortega y Gasset.

Hugo W Arostegui


El Devenir Humano


Es evidente que nuestro cerebro no se rige ni le conmueve nada que pueda tener algún tipo de relación con fechas o calendarios de los acontecimientos que generalmente ocupan nuestros primeros planos en la atención de todo aquello que el devenir de los hechos socialmente admitidos configuran con una trascendencia tal como para constituirse en memorables y merecedores de una particular atención para toda la sociedad en su conjunto.

Tal es el caso de este primero de mayo, el cual no obstante figurar en el calendario como una fecha de particular atención por la trascendencia del contenido de los acontecimientos en fechas que ya han sido, las cuales requieren ser rememoradas como hitos de singular significado en el devenir histórico de nuestra sociedad.

Es por eso, especulamos ante la evidencia, que en lugar de detenerse en su actividad y aprovechar la ocasión para simplemente entrar tan siquiera en un “coma inducido” lejos de incorporarse a la paralización general, continúa sin detenerse, y acucia con su imprudente desquicio, a su mente enviándole permanentes señales de que debe añadir a su capacidad de recordar, la necesidad de involucrar al intelecto en darle forma y sentido a lo que incesantemente acude a su pensamiento.

Cuando todo esto ocurre no nos queda otro remedio que atender lo que en forma de pensamiento nos llega a conmover, nos remueve, “disipa la modorra intelectual”  que suele adormecer nuestros sentidos predisponiéndonos a acatar el paro de actividades que nos indica el calendario, y muy solícitos obedezcamos a sus requerimientos de expresar todo aquello que entendemos que debemos manifestar un día como el de hoy, sin estar en nada pendientes a lo que nos puedan indicar las fechas explícitas en el calendario.

A nuestro cerebro le asiste la razón, la vida es una constante que como el agua cristalina que surca nuestros ríos y arroyos nos provee de cada vivencia que hace posible nuestra existencia, sin duda es un hermoso día, tenemos mucho para reverenciar y recordar, pero continuamos en nuestra órbita alrededor de los aconteceres que nos indican su permanente presencia.

Hugo W Arostegui  



Día De Los Trabajadores


El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial.

Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales a favor de las clases trabajadoras por parte, fundamentalmente, de los movimientos socialistas, anarquistas y comunistas, entre otros.

Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago.

Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. 

A partir de entonces se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general que es celebrada en mayor o menor medida en todo el mundo.
Salud y muy feliz día trabajadores


Hugo W Arostegui

El Trabajo


El Trabajo es todo tipo de acción realizada por el hombre independientemente de sus características o circunstancias; significa toda la actividad humana que se puede o se debe reconocer como trabajo entre las múltiples actividades de las que el hombre es capaz y a las que está predispuesto por la naturaleza misma en virtud de su humanidad.

La necesidad de trabajar quizás tuvo su origen, hace milenios, en el instinto básico del hombre de sobrevivir y perpetuarse como especie. En aquel mundo solo y hostil, el hombre debió utilizar todas sus potencialidades para proveerse de alimentos, elaborar su ropa y vivienda, fabricar sus utensilios, herramientas y armas, para proteger a sus hijos.

Desde el punto de vista individual, el trabajo es todo lo que el hombre hace para su satisfacción, alegría y bienestar; toda la gama de actividades que satisfacen sus necesidades primarias, así como alcanzar la riqueza material y espiritual para el mismo, los suyos y su país.

Cuando una actividad que es común a todos, que no cesa y de la cual depende nuestro bienestar y seguridad; ella es “el mantenimiento y conservación” o “trabajo cotidiano”. Es imposible concebir la vida sin este trabajo; desde arreglar la cama cuando nos levantamos hasta cambiar un caucho del carro o acondicionar la mesa de trabajo.

El “trabajo social” es la ayuda que le prestamos a otro semejante sin otra intención que la ayuda misma; lo que significa otra forma de efectuar acciones en la sociedad que debe cada vez tomar importancia y ser parte del trabajo diario de cada miembro de la sociedad.

Hugo W Arostegui



La Dignidad Del Trabajo


En el mundo de hoy en día, defender la dignidad del trabajo es una batalla constante. El pensamiento económico predominante considera el trabajo un coste de producción, que en la economía mundial debe ser lo más bajo posible para resultar competitivo.

Considera a los trabajadores consumidores, que, debido a sus salarios relativamente bajos, necesitan acceder fácilmente al crédito para estimular el consumo y terminan teniendo deudas increíbles. En ningún lado se ve la importancia social del trabajo como base de la dignidad personal, como fuente de estabilidad y desarrollo de las familias o como contribución a la paz de las comunidades.

Este es el significado de “trabajo decente”. Es un esfuerzo por recordar que estamos hablando de políticas que se ocupan de la vida de seres humanos y no solo de cuestiones de costes y beneficios. 

Este es el motivo por el que la constitución de la Organización Internacional del Trabajo nos dice “El trabajo no es una mercancía”. Y sabemos que la calidad del trabajo define de muchas formas la calidad de una sociedad. En esto deberían consistir nuestras políticas: hacer que las personas sigan ocupando progresivamente mejores empleos con un salario que les permita vivir, respetar los derechos de los trabajadores, la no discriminación y la igualdad de género, facilitar la organización de los trabajadores y la negociación colectiva, la protección social universal, las pensiones adecuadas y el acceso a la atención médica.

Todas las sociedades se enfrentan a dificultades respecto al trabajo decente, especialmente en medio de una crisis mundial que todavía nos persigue. ¿Por qué es tan difícil? Hay numerosas explicaciones históricas y políticas convergentes, pero existe una causa firme: según los valores del mundo actual, el capital es más importante que la mano de obra. Se han visto señales por todas partes, desde el crecimiento inaceptable de la desigualdad a la proporción decreciente de los salarios en el PIB. Todos debemos reflexionar sobre las implicaciones para la paz social y la estabilidad política, incluidos quienes se benefician de una ventaja actual.

Pero las cosas están cambiando. Muchos países emergentes y en desarrollo han demostrado una gran autonomía política al definir su respuesta a la crisis, con la mirada puesta en el empleo y la protección social, como defiende el Informe sobre Desarrollo Humano 2014
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Las políticas que provocaron la crisis sobrestimaron la capacidad de los mercados para autorregularse; subestimaron el papel del Estado, la política pública y las normativas y devaluaron el respeto del medio ambiente, la dignidad del trabajo y las funciones de los servicios sociales y la asistencia pública en la sociedad. Llevaron a un modelo de crecimiento insostenible, ineficiente e injusto. Lentamente, hemos empezado a cerrar este ciclo político, pero no contamos con una alternativa predefinida preparada para ocupar su lugar.

Esto representa una extraordinaria oportunidad política y un reto intelectual para el sistema de las Naciones Unidas. La reunión en torno a una visión mundial creativa Post-2015 con Objetivos de Desarrollo Sostenible claros puede ser un primer paso hacia un nuevo ciclo de políticas públicas que analice cómo debería ser el mundo después de la crisis. Y fuera de las Naciones Unidas, tenemos que escuchar.

En muchas sociedades existe una gran desazón e inseguridad. Y por ello es tan importante la insistencia de este Informe en reclamar el papel del pleno empleo, la protección social universal y el camino hacia el trabajo decente. Se basa en el consenso existente en las grandes reuniones de Jefes de Estado y de Gobierno de la historia de las Naciones Unidas. En su cumbre de 2005, afirmaron que “Apoyamos firmemente una globalización justa y resolvemos que los objetivos del empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, en particular las mujeres y los jóvenes, serán una meta fundamental de nuestras políticas nacionales e internacionales y nuestras estrategias nacionales de desarrollo, incluidas las estrategias de reducción de la pobreza, como parte de nuestro esfuerzo por alcanzar los Objetivos de “Desarrollo del Milenio”. Por consiguiente, al menos sobre el papel, el compromiso está ahí en términos claros.

Permítanme concluir con un ejemplo de los cambios necesarios sobre los que creo que existe un consenso generalizado. Las inversiones sólidas en la economía real, grandes y pequeñas, con una importante capacidad de creación de empleo deben desplazar a las operaciones financieras del mando de la economía mundial. 

La expansión de los beneficios a corto plazo en los mercados financieros, que refleja un escaso empleo, ha desviado recursos del horizonte a largo plazo de lograr empresas sostenibles en la economía real. 

El mundo está repleto de liquidez, que debe convertirse en inversiones productivas mediante un marco regulador que vele por que las entidades financieras cumplan su función original de canalizar ahorros hacia la economía real. Asimismo, la ampliación de la participación salarial en el PIB dentro de unas tasas de inflación razonables aumentará la demanda real y servirá como fuente de crecimiento del desarrollo sostenible.

Hugo W. Arostegui