En la democracia ateniense no era oro todo lo que relucía. La corrupción
no era ajena a la versión del sistema democrático imperante y el papel de la
religión inundaba todos los campos de la sociedad. Unas grietas en el sistema
que persistían porque nadie se atrevía a criticar. Y quien lo hacía, era
desterrado o condenado a muerte.
La situación la vivió en sus carnes el filósofo griego Sócrates. Ahora,
de la mano del actor Josep María Pou y del director Mario Gas quieren revivir a
través de la obra 'Sócrates, juicio y muerte de un ciudadano' el padecimiento
del pensador. Y, además, reivindicar el valor que tuvo al denunciar la
corrupción que habitaba y alertar del papel supersticioso y manipulador que
ostentaba la religión oficial en la Atenas de hace 2.500 años.
Interpretada en el Teatro Olympia del 12 al 15 de noviembre, la obra
intenta resaltar la actitud “honesta, sincera y estoica” del maestro de Platón,
en palabras de Pou, quien se pone en su piel durante la función. “Es increíble
la serenidad que muestra cuando se les está a punto de robarle la vida”,
destaca el actor en el vídeo promocional del personaje. “Es un hombre íntegro
que incluso habiendo podido haber huido de la ciudad, cumple con la sentencia
para hacer ver como se tiene que hacer las cosas correctamente”, agrega el
director.
Una reivindicación del personaje que se enfrenta también a las razones por las que entonces se le obligó a morir mediante una ingestión de cicuta: despreciar a los dioses y corromper a la juventud. “Se trata de aprovechar los últimos días de Sócrates para hacer reflexionar sobre la ética, la moral, e, incluso, la misma democracia”, indica Gas.
Una reivindicación del personaje que se enfrenta también a las razones por las que entonces se le obligó a morir mediante una ingestión de cicuta: despreciar a los dioses y corromper a la juventud. “Se trata de aprovechar los últimos días de Sócrates para hacer reflexionar sobre la ética, la moral, e, incluso, la misma democracia”, indica Gas.
“Las libertades son pisoteadas por los voceros intransigentes de un mal
llamado sistema democrático”, critica con vehemencia Pou haciendo de Sócrates.
La muestra que su reflexión a través del teatro encuentra aún en la actualidad
lazos que la hacen necesaria.
Un alegato a la figura “íntegra” de Sócrates.
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