domingo, 8 de marzo de 2020

Desechar El Rencor


Tener sentimientos de rencor es algo natural en el ser humano. Todo hemos sentido alguna vez rencor, pero lo que realmente no debemos permitir es que se nos quede enquistado en nuestro corazón, como una flecha envenenada: lo único que hace es herirnos, causándonos aún más daño que el que nos produjo la propia acción que hizo que generásemos rencor.

Somos responsables de nuestra felicidad, tenemos derecho a ser felices. Sin embargo, la felicidad es una decisión personal, tú decides si quieres seguir viviendo con sentimientos negativos, como el rencor, o si quieres ser feliz despojándote de ellos, como una cebolla de todas esas capas que estaban insanas y que no nos dejaban ver que había en el interior.

El rencor es un sentimiento que nos aporta beneficios cuando lo generamos en sus dosis justas (Ej: impide que volvamos a confiar en una persona que nos ha traicionado a menos que se vuelva a ganar nuestra confianza). Pero, cuando hacemos del rencor nuestro aliado, concediéndole que domine nuestra personalidad, nos generamos un problema que no teníamos y que a menudo no tiene una solución fácil. Por otro lado, si ya lo hemos generado debemos enfrentarnos a él con sabiduría: como si de nuestro contrincante se tratara. No es nuestro amigo y no queremos que lo sea.

Una persona rencorosa es reconocible porque manifiesta algunos de los siguientes rasgos:

*Su principal sentimiento es la rabia por el daño que siente, que piensa y que no expresa.
*No desea hablar de o con la persona que les causa rencor.
*Suele hablar con la persona de manera seca y/o tosca.
*No miran a los ojos a la/s personas que les causan el sentimiento de rencor.
*Desprecian por sistema cualquier idea o sugerencia que realicen las personas hacia las que guarda rencor, incluso aunque en su interior sepan que es buena. Así, prefieren pagar le precio de no seguirla a darles la razón. Por otro lado, se dirigen a estas personas para lo imprescindible, con pocas palabras y directas.
*Manifiestan su rencor en su comunicación no verbal, activando el sistema nervioso de la misma forma que si nos enfrentásemos a un peligro y tuviéramos que luchar o huir.
*Van anotando en su libreta mental todas las afrentas que ellos interpretan, desde el momento que se produjo la primera. Son sus armas por si alguna vez el silencio tenso pasa a convertirse en una batalla declarada.

Rencor viene del latín y significa “rancio”, es decir nada que está rancio puede estar o puede traer nada bueno, por lo tanto una persona con rencor en primer lugar se genera más daño a sí misma que a los demás, por otro lado el rencor dispara la presión arterial y el ritmo cardíaco produciendo estrés, ansiedad…y el estrés y la ansiedad llevan aparejados mareos, tensión muscular, sensación de ahogo etc.

Una auténtica espiral parecida a la rueda de la que nunca sale el ratoncillo de la jaula y que no nos conduce a nada. Por lo tanto, tenemos que aprender a manejar nuestras emociones, a utilizar “la inteligencia emocional” y a quitarnos sentimientos dañinos para nuestro cuerpo y nuestra mente. 

Tenemos que conseguir quitarnos esas pesadas armaduras que no consiguen otra cosa que perjudicarnos, haciéndonos infelices innecesariamente.

¿CÓMO PUEDE APRENDER UNA PERSONA QUE TIENDE A SER RENCOROSA A SUPERAR SU RENCOR?
1. En primer lugar, siendo consciente de que tiene rencor. Si no admitimos que tenemos un problema nunca podremos superarlo.
2. Aprendiendo a expresar nuestras emociones, hablar de lo que nos molesta con las personas a las que se dirige nuestro rencor.
3. Aprendiendo a perdonar. Todos cometemos errores, ¡ojo! nosotros también, tenemos que aprender a ser más indulgentes con los demás y con nosotros mismos.
4. Aprendiendo a pensar de forma positiva. Sí, no es fácil, cuesta trabajo pero es un trabajo enriquecedor; si empezamos a cambiar nuestra forma de pensamiento y empezamos a ver las cosas de otra manera, lo notaremos en nuestra mente, en  nuestro descanso y en nuestra salud. Si nos tomamos las cosas con más calma, si empezamos a relativizar todo un poco y a dejar las cosas correr por nuestro beneficio personal, todo será mejor.
Nada es fácil, pero con esfuerzo podemos ayudarnos y liberarnos de sentimientos negativos como el rencor. Utiliza la inteligencia emocional, ríete, escucha a profesionales y empieza a cambiar poquito a poco. La mayoría de las veces, querer es poder.


No hay comentarios:

Publicar un comentario