miércoles, 18 de marzo de 2020

Julio Cortázar





Esta no es una cátedra sobre Julio Cortázar, ni una muestra de erudición sobre su obra. Entre otras cosas porque nuestra cultura es lacustre, está siempre llena de lagunas. Y este trabajo no aspira a llenar las de nadie. Cortázar mismo reconoce que tenía una especie de visión muy planetaria de las cosas (…), con grandes lagunas. Se trata entonces, simplemente, de un ensayo personal (con la libertad que ello entraña), un punto de vista que aspira a ser acogido con tolerancia, en torno al quehacer del que, para mí, es el cronopio mayor… y mayor en este caso no es título castrense o bélico pues no iría bien para uno de los hombres más pacifistas que hubo en este planeta. Se trata de una invitación a la lectura de sus libros (no de todos, claro) encaminada a escoger para que los lectores no corran el riesgo de volverse eruditos… Esta es mi experiencia con su obra, reflejada a través de un afecto no incondicional, pues es posible criticar lo que se quiere sin denostarlo.

Julio Cortázar: cronopio mayor, o cómo no aceptar el mundo tal cual es

Fuiste capaz, nos diste la medida, que también necesitamos,
Del letrado deletreando los nombres de los mártires,
el libro de los héroes, la poesía pura de la patria;
Y ardiendo por los pobres, defendiendo con tu nombre la justicia,
Nos entregas ahora tu vida completa, enteramente útil.
Cintio Vitier (1921-2009)

Siempre supe que tu obra nos abriga, que tu mejor obra sos vos.
Juan Gelman (1930-2014)

Quizá debemos considerar la muerte de Cortázar
Como el final de una prodigiosa historia de amor.
Félix Grande (1937-2014)

Mi propósito es evidenciar de qué manera busqué el conocimiento
a través de una avalancha de tinieblas
Y mi propia potencia en la infinita debilidad que me acompañó hora tras hora.
Roberto Arlt (1900-1942)

Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me eran dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra madre era la palabra madre y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mí un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba. En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.
Julio Cortázar (1914-1984)


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