lunes, 5 de febrero de 2018

Idiosincrasia


La idiosincrasia es una característica de comportamiento, manera característica de pensar, sentir, actuar, rasgos y carácter propios o culturales, distintivos y peculiares de un individuo o un grupo, y es la palabra de origen griego ἰδιοσυγκρασία, que se define como temperamento particular.

La idiosincrasia identifica, por tanto, las similitudes de comportamiento en los aspectos culturales, en las costumbres sociales y en el desempeño profesional. El término tiene varios sentidos, depende de dónde se utiliza, y también se puede aplicar a los símbolos que significan algo para una persona en particular.

La idiosincrasia, en la medicina y en la fisiología, se refiere a cómo los médicos definían la enfermedad en el siglo XIX, es decir, cada enfermedad se relaciona con cada paciente, en lugar de evidencias como lo es actualmente. Era un tecnicismo que indicaba peculiaridad o particularidad individual.

En psiquiatría, el término idiosincrasia es una condición mental específica de un paciente, y en el psicoanálisis se utiliza para referirse a la forma como los individuos reaccionan, perciben y experimentan una situación común.

En economía, la idiosincrasia es parte de la teoría de la cartera o la teoría del portafolio, donde existen riesgos de cambios en los precios debido a circunstancias especiales en determinados casos.

En la religión, la idiosincrasia es el comportamiento extraño o diferente del usual en las personas, diferente de lo común.

La comedia de observación se basa en gran medida de la idiosincrasia, porque algunos detalles de la conducta de determinadas personas pueden ser muy divertidos.



domingo, 4 de febrero de 2018

Los Lugares Ocupados Del Saber


Los Lugares Ocupados Del Saber
Era la frase favorita de los mayores cuando querían convencernos de que aprendiésemos tal o cual cosa: «El saber no ocupa lugar», como si no ocupar lugar fuese sinónimo de algo sencillo de adquirir. Nunca es así: aprender siempre supone un esfuerzo, una ejercitación más o menos compleja, la catalogación de lo asimilado para que pueda volver a ser recuperado en cualquier momento.


Aprender es un camino que solemos emprender en compañía, todo, hasta lo más sencillo, lo más mecánico, lo hemos adquirido a través de un «otro». Un amigo, un padre, un maestro, un libro que alguien ha escrito. Por eso es tan importante acompañar esos aprendizajes de ilusión, y no de hastío, de cansancio o de obligación impuesta.

No, el saber que importa de verdad no ocupa lugar, nos satisface y nos emociona, nos hace comprendernos y conocernos mejor: la historia, las lenguas, las matemáticas, las artes todas, sólo nos enriquecen. No hay peligro de que ninguno de ellos reste, porque los otros saberes, los que no nos interesan, los que nos obligaban a memorizar, ésos se van descolgando sin necesidad de que nos esforcemos.

Uno de los momentos más mágicos del aprendizaje es el de la lectura. 

Personalmente no soy consciente de la emoción que pude sentir cuando por fin conseguí descifrar ese extraño código de los adultos, empeñados en dibujar signos unos junto a otros para contarse cosas, auténticos mensajes en clave, como si de la búsqueda de un tesoro se tratase. 

Y es que así es: leer es uno de los mayores tesoros con que contamos, aunque cada uno hayamos llegado a ello por caminos más o menos tortuosos, según el sistema pedagógico de nuestros enseñantes del momento. 

Y es que yo he tenido la inmensa suerte de revivir en diversas ocasiones esa magia del descubrimiento lector, esa clave misteriosa descifrada ahora para siempre, ese mundo adulto que ya no tiene llaves ni candados. 


No Abandonar La Lectura


Podemos creer que si vivimos en una sociedad lo suficientemente avanzada la cultura nos caerá encima, como una ducha, sin esfuerzo.

Al fin y al cabo, con Internet tenemos al alcance de la mano toda la información del mundo.

Sin embargo, la realidad es otra: no es una cuestión de disponibilidad del conocimiento, sino de capacidad independiente para encontrarlo y ser capaz de entenderlo de manera correcta.

Por eso las campañas de promoción de la lectura siguen siendo igual de importantes que antes, ya que una persona con las correctas habilidades lectoras será capaz, por sí sola, de convertirse en un ciudadano crítico e informado.

Por no mencionar que la leer es muy, pero que muy divertido.

Se anima y se busca a través de las nuevas tecnologías a esos lectores que todavía no lo son, esos potenciales devoradores de libros que bien pueden ser niños, pero también adultos que han dejado de leer o bien nunca han tenido la posibilidad de hacerlo.


¿Qué les parece? La verdad es que no podemos dejar toda la responsabilidad de conseguir nuevos lectores en manos de organizaciones y bibliotecas. El mejor difusor de la cultura es el más cercano, y por eso debemos dar ejemplo fomentando costumbres lectoras entre aquellos que nos rodean.

Entre Extraños


“Viajar es fatal para el prejuicio, la intolerancia y la estrechez de mente.  Una visión más amplia de las cosas no puede ser adquirida vegetando en una pequeña esquina del mundo durante toda la vida”

Teniendo la suerte de poder estar en constante movimiento, me doy cuenta que, debido a nuestra cultura, religión, sociedad, familia, amigos, medios, crecemos inmersos en una serie de ideas o prejuicios del que muchas veces no somos conscientes. Esto conlleva limitaciones en un montón de situaciones y nos estrecha la manera de percibir y vivir la vida. ¿Cuantas veces estamos en desacuerdo con algo simplemente porque así debe ser, porque nos dicen que así tiene que ser, porque todos los piensan o hacen, sin siquiera tomarnos un momento para buscar razones de peso que lo justifiquen?

Viajar nos enseña a abrirnos de corazón y mente si estamos dispuestos a ello. El llevar tanto tiempo fuera de casa me enseña todos los días cosas nuevas, sobre todo cosas sobre otras culturas, países y grupos de personas.

La vida nos va poniendo donde debemos estar, sobre todo cuando quiere que aprendamos cosas. Y así fue conmigo.

Desde que empecé mis viajes empecé a cruzarme con gente que viene de todas partes del mundo. También así empecé a crear ciertos prejuicios para con algunos grupos en particular. Muchas veces esta opinión estaba influenciada por quienes me rodeaban.

La vida me puso una y otra vez enfrente de estos seres y siempre tuve una idea negativa de ellos
.
Sí, también me puso enfrente de otros que hacían honor a mi prejuicio, pero de esos hay en todos lados y no tiene nada que ver con un solo país o cultura. 

Aprendí a primero acercarme, intentar conocer y luego opinar. Aprendí que es importante entender por qué esa persona es cómo es, por qué llegó a lo que llegó, por qué actúa de esa manera frente a la vida, por qué reacciona de cierta manera ante ciertas cosas para ya sea vernos reflejados o adquirir una nueva consciencia.

Sí, me tuve que tragar ese prejuicio y estoy feliz de haberlo hecho. Hoy puedo verlos con otros ojos. Puedo decir que el estar predispuesto a aceptar, conocer y entender nuevas culturas, a salir de la burbuja o de la caja en la que nos encerramos gracias la sociedad en la que vivimos, me dio la ventaja y el regalo de conocer grandes personas.

Como siempre, estoy agradecido a la vida y al universo y toda esa energía positiva que siempre me rodea y me permite crecer y mejorar. Gracias por brindarme la posibilidad de seguir conociendo hermosas personas y de seguir cosechando grandes amistades más allá de las fronteras.


Abramos la mente, terminemos con los prejuicios, conozcamos el mundo y sus diversas culturas, y tal vez podamos llegar a vivir mucho mejor, todos.

Actitud Positiva


La actitud mental positiva es la responsable de la motivación y la ilusión en nuestro día a día. Vivir con ilusión se trata más bien de poner los pies en el suelo y aprender a valorar más todo lo que nos rodea.

Cada persona puede definir a la ilusión según su propia idea y experiencia, pero se puede decir que en general es un comportamiento que abarca varios pasos: creer en los sueños, sentirse capaz para diseñarlos, emprender acciones para convertirlos en realidad, ser perseverante para conseguirlos, tener esperanza y confianza en nosotros mismos para lograrlos a pesar de la incertidumbre y de la adversidad, y todo ello con ganas y alegría.

Una de las formas que tenemos de entender la ilusión es como un propulsor que nos da fuerza, que nos pone en marcha, que nos impulsa, que nos da ánimo para ir hacia adelante, que nos da energía.

¿CÓMO LOGRARLA?
»» Procura una actitud mental positiva, ser optimista.
»» Aprende a centrar la atención en una sola cosa, aquella que te interese más.
»» Empieza por valorar las pequeñas cosas, así aprenderás a valorar la vida.
»» Si encuentras tu vida monótona y aburrida, haz cosas nuevas; quizás te motive conocer nuevas personas fuera de tu círculo de amistades, programar algún viaje, una salida a la montaña, o simplemente cambiar de actitud y plantearte qué tal te iría si empezaras a ver la vida con ojos de niño.

»» Cree en tus sueños, cree que mereces alcanzarlos y enfócate en ellos. Plantéate pequeñas metas y trata de cumplirlas a pesar de miedo, esto te irá motivando a avanzar siempre. Alégrate de cada progreso y esto te hará sentir que te superas y que asumes las riendas de tu vida.

»» Vuelve a sorprenderte de las cosas. En el caso de que nada absolutamente nada te cause sorpresa, intenta sorprender e ilusionar a los demás, al ver la alegría de otros te contagiarás.

»» Cambia la interpretación que haces de las situaciones de tu vida. 

Cuestiónate tu forma de verlas, busca la racionalidad de tu pensamiento. Las situaciones que consideras negativas están ahí para que aprendas algo de ti mismo.



Eres Mucho Más Que Eso

Tantas imágenes en Instagram, Facebook, y en cualquier plataforma social que encontremos, vemos constantemente casos de “éxito” cuando alguna persona logra bajar cinco, once o mil kilos y ahora es un palitroque, un modelo fitness o la tonificación hecha persona.

Muchas veces el “éxito” no tiene absolutamente nada que ver con el número que existe en la balanza, o con la cifra que muestra la cinta de medir, o la pinza del nutricionista que mide los pliegues. Amigos, si así lo piensan entonces no sé si van por el mejor camino.

Lo digo porque estuve mucho tiempo (y aún caigo en ello de vez en cuando) intentando buscar el “éxito” en ese cuerpo que me muestran las fotos, y no hablo exclusivamente de las revistas de moda que muestran a modelos esqueléticas u hombres musculosos, hablo también de los cuerpos de mujeres increíblemente tonificados y musculosos, de hombres delgados, de cuerpos con curvas y así, de todos. Quise ser muy delgado, quise también tener un six pack en mi abdomen, quise tener un trasero parado y pechugas de buen tamaño, quise tener bíceps y trapecios marcados, y también quise “ser eso” (¿qué es eso?). Siempre con la idea en la cabeza de que “si, cuando logre tener este cuerpo o me logre ver de esta forma, voy a estar feliz”.

En la búsqueda por este éxito entendí aquello que creo algunos aún no entienden. Entendí que ese éxito no existe. Al menos no de esa forma superficial. Uno no puede basar su felicidad y satisfacción en algo tan banal como la forma en que se ve nuestro cuerpo. Simplemente no se puede.

El verdadero éxito” lo encontramos cuando logramos hacer algo que antes nos costaba tanto y lo pensábamos imposible, en cualquier ámbito. La verdadera felicidad la encontramos cuando, por ejemplo, la pasamos bien entrenando, cuando logramos levantar un kilo más que antes, cuando logramos terminar alguna tarea o trabajo, cuando podemos lograr llevarle el ritmo a nuestros hijos y no morir en el intento. Entendí que el éxito propio, no dependía de cómo se iba a ver nuestro cuerpo, sino de lo que era capaz de hacer y aguantar, que en este caso la forma no sigue al fin.

Entendí que quizás para alguien, su éxito es lograr que sus piernas no sean tan débiles, independiente de cómo se vean, o quizás sea lograr terminar algo que decidió empezar. Es poder llegar a la casa y saber que no nos falta nada, y así el éxito o felicidad de otras personas probablemente lo logren con otras cosas o sucesos.

¿A qué voy con toda esta cháchara motivacional? A que nos aceptemos por quienes somos y no intentemos cambiarnos, nuestros cuerpos nunca nos van a definir, sino nuestras acciones y actitudes frente a la vida y al día a día. Los pequeños logros diarios son los que hacen que todo sea más entretenido.


Muchas veces eso es algo que se nos olvida constantemente, y casi que tenemos que ponernos un recordatorio en el celular para no caer en lo banal.

El Mundo Sin Nosotros


La verdad es, que toda la vida, incluso ahora un poco, sigo pensando que todos somos especiales, todos tenemos algo que ofrecer a este mundo, que sin nosotros y nuestras "genialidades", estaría vacío.

Recientes acontecimientos, me han demostrado que en el fondo, o no tanto, no somos especiales, somos uno más. Nuestras historias son muy parecidas, nos pasan cosas similares a gente muy similar, aunque no igual.

No eres especial. No eres un bonito y único copo de nieve, eres la misma materia orgánica en descomposición que todo lo demás [que es realmente lo que somos]. Todos somos parte del mismo montón de estiércol...

Todos somos especiales, no? Y por qué casi nadie acaba haciendo cosas especiales? Todo el mundo espera conocer a alguien de su sexo opuesto, o no, y formar una familia, cada una a su manera, ninguna es igual, aunque la mayoría se parecen. Todos queremos acabar haciendo eso al fin y al cabo. Pero en algún lugar de ese tránsito desde la juventud hasta que formas tu familia has de perder tu ser especial; ese que clama por luchar, por revelarse contra la sociedad, por sobresalir ante el rebaño y por cambiar el jodido mundo. Y si perdemos ese espíritu, estamos embromados.

La única forma que yo conozco de vivir es ser diferente al resto, no parecerme a la manada. Si fuera uno más, no lo consideraría vida. No hay nada peor que ser vulgar, común. En el fondo seguro que me parezco a mucha gente, pero bueno, al fin y al cabo soy muy diferente al resto.

Sólo se puede vivir intentando cambiarlo todo, aunque no se consiga nada, porque es difícil hacerlo está claro, pero nadie dijo que fuera a ser fácil la vida, ni es fácil hacer cambiar algo que lleva mucho tiempo siendo algo homogéneo, sin mucha gente que despunte, sin mucho "raro" que sobresalga, y a ese grupo, es al que humildemente, me quiero parecer. Quiero ser marginal...

Quiero ser especial y cada día me doy cuenta que eso es más difícil. Cada día me doy cuenta que no somos especiales, somos uno más, cada uno con nuestras cosas, pero al fin y al cabo...

Sol y Luna. Mis dos personalidades. Mi cara optimista y mi cara pesimista. Siempre enfrentadas.

Hoy es un día más. Cada día me doy cuenta de que las celebraciones no valen de mucho. Aunque mi otra parte piensa que es importante seguir viviendo y es importante celebrarlo. Pero al fin y al cabo me quedo con que no me vale de mucho en la vida. 

Y sólo cuando no lo tenga, como todo en la vida, me daré cuenta de lo que significaba y lo empezaré a valorar...



El Mundo En Nuestras Manos



El  mundo es sobre todo de los que andan por ahí desnudos… Aunque también es de los que no se atreven a desnudarse porque aún no se conocen lo suficiente.
De esas personas que ya no se asustan por darse a conocer y admitir que la vida les duele, que se sienten decepcionados y que esperaban más… Que deciden descubrir por qué se sienten así y se responsabilizan de sus fantasmas y sus dolores…

Y también de esas que culpan a los demás de sus desgracias inventadas y construyen muros para que la vida no les afecte, no les golpee, no les contagie.
Es de todos… De los que lo recorren y de los que usan sólo un rincón porque no creen que merezcan más.

El mundo es los que admiten sus errores y se sienten vulnerables sin dejarse ahogar por la culpa… De los que aceptan que la verdadera perfección es imperfecta y asumen que los demás no están aquí para satisfacer sus necesidades y alimentar sus expectativas…

De los que se vacían las entrañas de mentiras piadosas y tragan verdades crudas y amargas porque saben que nunca podrán vivir de sucedáneos.

Hasta que no miras en el espejo y ves lo que realmente eres, no hay tregua, no hay calma… La lucha más dura siempre es contigo mismo… El enemigo más despiadado siempre eres tú.

El mundo es de los hambrientos y los alegres. De los que están metidos en su vida y se notan los dedos de los pies cuando sueñan. De los que lloran para que no se les enquisten las lágrimas y cuando se pierden se dibujan un atajo sin esperar encontrar la señal. Aunque también es de los tristes y desganados, de los que se inundan de autocompasión pero en algún momento, cuando el asco está a punto de vencerles, deciden levantarse y mirar en su interior…

El mundo es de los que se adentran en la noche porque no pueden esperar a que sea mañana y de los que se comen la impaciencia si hace falta para conseguir oler sus sueños.

Es de los callados también. Y de los que parlotean porque el silencio les duele tanto que no soportan su ruido ensordecedor… De los que cuando se quedan solos se sienten libres… De los que cuando se quedan solos, se sienten solos…

El mundo es incluso de los que están solos entre la multitud.

Hasta que no te aceptas y te reconoces, hasta que no abrazas la necesaria soledad para indagar en tu belleza y en tus miserias no consigues el regalo de conocerte, de estar contigo y bucear en tu inmensidad…

El mundo es de los que aman delirando por poder seguir ese amor sin esperar nada pero sin degradarse nunca. De los que sacan ventaja del dolor y saquean su mente buscando pensamientos dulces para los momentos amargos
.
Aunque es también de los que se aferraron a un amor y dependen de él para respirar…Porque no saben aún que hasta que no se amen a sí mismos, los todos los amores que encuentren  no serán más que una prueba para que descubran cómo encontrarse, cómo comprenderse, cómo sentirse cómodos en su piel…

El mundo es de los que nunca se resignan y se fabrican placebos para poder seguir andando cuando los pasos se les borran y el cansancio les rompe las ganas.
Y de los que han perdido porque no lo intentan. Porque tal vez les va bien caer para poderse levantar…

Es de los fracasados que no ceden al asco. De los desheredados que no esperan más legado que el de la pasión y la fuerza… De los que cantan sin que nadie les oiga y bailan sin necesitar encontrarse el cuerpo.

El mundo es de los que andan por ahí abiertos y no les importa que los demás conozcan sus miedos y miserias…

De los que no admiten regateos en sus valores y conquistan su paz a base de paciencia. De los impacientes que nunca llegan porque siempre necesitan…
De los que renuncian a tener la razón a cambio de conciencia.

De los que cambian la certeza por la risa y la incertidumbre por confianza…
El mundo es de los que se desesperan sin encontrar salida y se encierran en su ego para decidir que no hay justicia.

El mundo es de los que construyen fortalezas con las piedras que les lanzan y usan su miedo de catapulta para llegar antes al final del camino y volver a empezar.

El mundo es de los que comprenden a los demás y de los que nunca lo hacen. Y de los que jamás se pondrán en piel ajena ni llorarán ese dolor extraño que te une a otros… Es suyo también porque, aunque lo desconocen, ellos son los que más compasión necesitan.

Si no comprendemos a los que no ven la vida como la vemos nosotros, también somos injustos… Si no conocemos su historia ni su dolor ni sabemos qué pensamientos pasan por su cabeza ni cómo se estremece su cuerpo ante algunas situaciones… Si no sentimos ni percibimos cuál es la medida de su alma no podemos entender sus gestos ni sus palabras…

Si les juzgamos sin saber, nos quedamos sin la oportunidad de aprender.
Porque cada persona que se acerca a nosotros viene con una enseñanza bajo el brazo. Con una prueba que tenemos que superar, con un obstáculo por saltar o rodear… Si les rechazamos porque no se parecen a nosotros o no viven la vida según nuestras normas, nos perdemos el regalo que traen para nosotros…

Al fin y al cabo, si tanto nos molestan, es porque nos vemos en ellos. Porque nos traen la respuesta a una pregunta que no nos atrevemos a formularnos, porque nos recuerdan lo que negamos que somos o nos da miedo aceptar que podemos llegar a ser… Porque no nos reafirman sino que nos cuestionan nuestras creencias... ¿acaso no son cuestionables?

¿No nos merecemos ponerlas a prueba para saber si son firmes? ¿Nos da miedo perder nuestra esencia o que en realidad se nos caiga la máscara que nos hemos puesto?

Cada persona que se acerca a nosotros y nos molesta viene a zarandear nuestros valores y poner en evidencia nuestras maravillosas debilidades para que aprendamos de ellas… Viene a remover nuestra conciencia para ampliarla, a demostrarnos que debemos desaprender mil creencias grabadas a fuego que nos limitan, a poner en jaque nuestra vida para que nos conozcamos mejor y tomemos las riendas…

Sólo aceptando a esas personas nos aceptamos a nosotros… Sólo aceptándonos a nosotros somos capaces de aceptarles a ellos. Cuando les juzgamos, nos juzgamos a nosotros mismos… Si les apartamos sin comprender ni descubrir antes por qué nos duele como son, nos apartamos a nosotros y a la posibilidad de encontrar el aprendizaje que traen para nosotros…

Son las personas que necesitamos conocer para crecer… Si decides no verlas, no mirarlas, no entenderlas… Decides no verte a ti mismo…

Y cuando lo aprendemos decidimos si les queremos cerca o no, aunque, entonces, casi ya no importa… Una vez saldas cuentas contigo y te comprendes, ellos ya no te afectan ni te molestan.

La vida, el camino, la posibilidad de ser, la oportunidad de vivir, las ganas de sentir, la ilusión de llegar a dónde sueñas… El mundo es de todos, incluso de los que no lo recorren porque su miedo a ser les aleja de él…  Incluso de los que aún ignoran que lo es…


El mundo está en tus manos siempre, aunque a veces no lo puedas ver…

sábado, 3 de febrero de 2018

El Momento De Volar


“Nuestros viejos sabían de ética y política más que nadie y no eran indiferentes a la situación del país, algo que ahora es muy común entre las nuevas generaciones, dadas más a la comodidad que a la responsabilidad.”

“Cuando le dije a mi padre que me iba a echar a volar, que ya tenía mis alas y abandonaba el hogar, se puso serio y me dijo: A mí me ha pasado igual, también me fui de la casa cuando tenía tu edad. En cuanto llama la vida los hijos siempre se van; te está llamando el camino y no le gusta esperar.

“Camina siempre adelante, tirando bien de la rienda, mas nunca ofendas a nadie para que nadie te ofenda. Camina siempre adelante y ve marcando tu senda, cuanto mejor trigo siembres, mejor será la molienda.

“No has de confiar en la piedra con la que puedas topar, apártala del camino por los que vienen detrás. Cuando te falte un amigo o un perro con quien hablar, mira hacia dentro y contigo has de poder conversar.

“Camina siempre adelante, pensando que hay un mañana, no te permitas perderlo porque está buena la cama. Camina siempre adelante, no te derrumbes por nada y extiende abierta tu mano para quien quiera estrecharla…”.

Esos justamente son los principios y valores que recibimos de nuestros padres (en algunos casos de manera muy estricta), los cuales faltan en el presente.

Más allá de la poca o mucha instrucción que hubiesen recibido, nuestros padres y abuelos eran unos verdaderos sabios. De mi padre aprendí a dar gracias a Dios antes de comer y de dormir; a ceder el asiento a la señoras y señoritas (sobre todo las embarazadas y las ancianas) en los autobuses, a no buscar ser el primero sino el último, a esperar ser llamado, a saber escuchar, a conmoverme con los niños recordando que yo también lo fui, a ser solidario, a ser un incansable caminador.
Aprendí a disfrutar el buen cine y toda buena lectura, comenzando con la Biblia, siguiendo con los periódicos, los clásicos de la literatura, a Julio Verne o la poesía de Machado, Neruda o García Lorca, o tocar la guitarra con los boleros de Pedro Infante y Javier Solís.

Aprendí a ver la vida de colores y a entender que rico no es el que más tiene, sino que rico es el que menos necesita.

Sobre todo, aprendí a distinguir entre los políticos honestos y los mentirosos, demagogos y cómodos; los que prometen paraísos de igualdad y son los primeros en formar nuevas élites u oligarquías; los que se victimizan cuando se ven acorralados por la justicia y la razón.

Nuestros viejos sabían de ética y política más que nadie y no eran indiferentes a la situación del país, algo que ahora es muy común entre las nuevas generaciones, dadas más a la comodidad que a la responsabilidad.

En su “Carta a mi hijo”, el escritor Mathías Claudius escribe: “No te dejes engañar por la idea de que puedes aconsejarte solo y que conoces el camino por ti mismo. Este mundo material es para el hombre demasiado poco y el mundo invisible no lo percibe, no lo conoce, ahórrate, pues, esfuerzos vanos, no te aflijas y ten conciencia de ti mismo.

“Considérate demasiado bueno para obrar mal. No entregues tu corazón a cosas perecederas. La verdad, querido hijo, no es gobernada por nosotros, sino que nosotros debemos ajustarnos a ella”
.
Démosle gracias a Dios por nuestros padres y madres (y por los cumplen ambos papeles a la vez). No los desilusionemos, no los olvidemos. Dediquémosle tiempo, busquemos su felicidad.


Frases Del Monte De Perfección:


Para venir a gustarlo todo
No quieras tener gusto en nada.
Para venir a saberlo todo
No quieras saber algo en nada.
Para venir a poseerlo todo
No quieras poseer algo en nada.
Para venir a serlo todo
No quieras ser algo en nada.
________________________________
Para venir a lo que gustas
Has de ir por donde no gustas.
Para venir a lo que no sabes
Has de ir por donde no sabes.
Para venir a poseer lo que no posees
Has de ir por donde no posees.
Para venir a lo que no eres
Has de ir por donde no eres.
________________________________
Cuando reparas en algo
Dejas de arrojarte al todo.
Para venir del todo al todo
Has de dejarte del todo en todo,
Y cuando lo vengas del todo a tener
Has de tenerlo sin nada querer.
________________________________
En esta desnudez halla el
Espíritu su descanso, porque no
Comunicando nada, nada le fatiga hacia
Arriba, y nada le oprime
Hacia abajo, porque está en
El centro de su humildad.
________________________________
Monte Carmelo


Egocéntrico


El egocentrismo es un término que se utiliza en psicología para referirse a las personas que están convencidas de que sus intereses, opiniones e ideas están por encima de las del resto. El mundo gira a su alrededor y solamente importa lo que ellos creen y defienden. Cualquier cosa que no se ajuste a sus pensamientos queda descartada y rechazada, siendo desvalorizado por un individuo convencido de que tiene la única verdad.

El término egocentrismo deriva del latino ego (yo), y hace alusión a la incapacidad de ponerse en el lugar del otro. El egocéntrico está convencido de que tiene la razón y de que su forma de pensar es la correcta, por eso cree que todos deben tener los mismos objetivos que él en la vida.


En psicología se habla del ego como una instancia psíquica en la que el individuo se hace consciente de su propia individualidad. Es importante un cierto grado de egocentrismo en el desarrollo de la personalidad, ya que de lo contrario estaríamos ante una persona incapaz de valorarse a sí misma. En cambio, una valoración excesiva termina generando problemas para la socialización y para el desarrollo normal de la vida en comunidad. Como término negativo, el egocentrismo es un amor excesivo por uno mismo. Las personas egocéntricas únicamente atienden sus propias necesidades e intereses, siendo incapaces de interesarse y actuar en beneficio de otros. En el extremo opuesto se encuentran las personas altruistas, aquellas que hacen todo para ayudar y beneficiar al prójimo. Esta valoración exagerada de la personalidad y los gustos propios hacen que las personas egocéntricas sean muy difíciles de tratar. En un grupo siempre hay líderes carismáticos que tienen algo de egocéntricos, es normal y sano. Sin embargo hay que tener moderación y ser capaces de generar empatía y de reconocer al otro y valorar sus experiencias y aportes. De lo contrario el egocéntrico queda en evidencia como una persona únicamente interesada en sí misma.

Para reconocer a una persona egocéntrica en una comunidad basta con prestar atención a sus formas de comportarse en grupo. Suele mostrarse altanero, soberbio y fanfarrón, incluso egoísta y violento contra los que opinan de forma contraria. Para los psicólogos es importante encontrar un punto intermedio entre la valoración de uno mismo y la empatía y valoración de los demás.

El egocentrismo exacerbado tiene consecuencias negativas, pero tampoco es la solución ir al otro extremo y no preocuparse siquiera un poco por uno mismo.


Las Oportunidades


Cierta frase famosa dice: “Las oportunidades, favorecen a aquellas mentes que se encuentran preparadas.”

En vez de confiar en la suerte, yo más bien confiaría en el hecho de que se debe ser la persona correcta, en el momento justo. Y ser la persona correcta dependerá de nuestra preparación, así como crear y atraer todos aquellos momentos justos en donde la oportunidad toque a nuestra puerta.

Idealmente, si quieres potenciar tu “factor de suerte” o –en otras palabras– si quieres tener gozar de más suerte en la vida, lo que deberías hacer es, por un lado: Prepararte para las oportunidades que puedan presentársete, y por otro, ubicarte en cierta posición que facilite el hecho de atraer más oportunidades.

Con atraer oportunidades, también nos referimos al hecho de poder detectarlas, existen personas que simplemente tienen las oportunidades frente a sus ojos, pero no logran detectarlas, o lo hacen cuando ya es demasiado tarde.

Ambas cosas son importantes, debido a que nos permiten aprovechar todo aquello que se presente en nuestras vidas, sin embargo, aprender a prepararse para las oportunidades, en principio es más vital, debido a que simplemente pueden llegar a tu vida miles de oportunidades, pero si no sabes aprovecharlas, difícilmente lograrás algo bueno con ellas.

Esto no será una sorpresa para nadie, pero si realmente quieres estar preparado para las oportunidades que te presenta la vida, deberás comprender el hecho de que te tomará algo de tiempo afinar tu habilidad para encontrarte listo y saber aprovechar todas las oportunidades.

De hecho, las oportunidades más grandes, son aquellas que requerirán más preparación y por tanto más tiempo. Piensa por ejemplo, la oportunidad que puede tener alguien de participar en los juegos olímpicos. Muchos se preparan por años e incluso desde tempranas edades.


Es importante estar listo para futuras eventualidades que se presenten y no sólo estar dispuesto a aprender sobre la marcha, en ocasiones puede ahorrarte mucho tiempo y dinero si simplemente sabes que hacer de antemano.

Entrometidos Virtuales…



…Entonces, examinas esas tres cosas y ves lo que dicen, ves lo que las grandes figuras han escrito sobre eso. Todos dicen (cito en parte) que la población general son “intrusos ignorantes y entrometidos”. Tenemos que mantenerlos lejos de la arena pública porque son demasiado estúpidos y si tomaran parte todo lo que harían sería crear problemas. Su sitio es ser “espectadores”, no “participantes”.

Se les permite votar de vez en cuando, escoger a alguno de nosotros, los tipos listos. Pero luego se supone que deben volver a casa y hacer cualquier otra cosa, mirar el fútbol o lo que sea. Pero los “intrusos ignorantes y entrometidos” tienen que ser “espectadores, no participantes”. Los participantes son lo que se llama la “gente responsable” y, por supuesto, el escritor siempre es uno de ellos. Nunca te preguntas, ¿por qué yo soy un “hombre responsable” y aquel otro está en la cárcel? La respuesta es bastante evidente. Es porque tú eres obediente y estás subordinado al poder, y esa otra persona puede ser independiente, etc.

Pero no te lo preguntas, claro. Así que tenemos a esos tipos listos que se supone que deben dirigir el cotorro y el resto se supone que estará fuera de eso, y no deberíamos sucumbir (y cito de un artículo académico) “a los dogmatismos democráticos de que los hombres son los mejores jueces de sus propios intereses”. No lo son. Son unos jueces malísimos de sus propios intereses, así que tenemos que hacerlo nosotros por su propio bien.

Creo que nunca me cansaré de releer -por revelador- este artículo de N. Chomsky, que está sacado de una conferencia realizada en el Z Media Institute en junio de 1997 y reproducido en Rebelión con el título ¿Qué hace que los medios convencionales sean tan convencionales?.

Noam Chomsky es “el mismo” que en 1998 avisó a los navegantes con aquello de:
Si no hacemos nada, Internet y el cable estarán monopolizados dentro de diez o quince años por las megacorporaciones empresariales, la gente no conoce que en sus manos está la posibilidad de disponer de estos instrumentos tecnológicos en vez de dejárselos a las grandes compañías. Para ello, hace falta coordinación entre los grupos que se oponen a esa monopolización, utilizando la tecnología con creatividad, inteligencia y iniciativa para promocionar, por ejemplo, la educación.

¿El poder de la inteligencia colectiva en red y la web 2.0 de qué parte están: de las megacorporaciones empresariales o de los grupos coordinados que se oponen a esa monopolización?


La Materia Gris


Lo que diferencia a la materia gris de la blanca es que la primera no tiene ninguna capa de mielina.

La materia gris se distingue de la sustancia blanca en que contiene numerosos cuerpos celulares y relativamente pocos axones mielinizados, mientras que la sustancia blanca contiene relativamente muy pocos cuerpos celulares y se compone principalmente de largo alcance tractos de axones mielinizados.

La diferencia de color surge principalmente del color blanco que posee la mielina. La sustancia gris debe su color a los núcleos grises que componen las células. En tejido vivo, la materia gris en realidad tiene un color gris muy claro con tonalidades amarillentas o rosadas, que provienen de capilar de los vasos sanguíneos y los cuerpos de las células neuronales.

Ocupa aproximadamente el 40% de todo el cerebro en los seres humanos, y consume 94% del oxígeno.

Como ya hemos dicho, la materia gris contiene la mayor parte de los cuerpos neuronales del cerebro. Se encuentra en las regiones del cerebro implicadas en el control muscular y la percepción sensorial como ver y oír, la memorialas emociones, el habla, la toma de decisiones y el autocontrol.

La materia gris en el de la médula espinal se divide en tres columnas:

La columna gris anterior: contiene neuronas motoras. Estas células son responsables del movimiento de los músculos.
La columna gris posterior: contiene los puntos de sinapsis de las neuronas sensoriales. Estos recibe la información sensorial del cuerpo, incluyendo el tacto fino, la propiocepción y la vibración. Esta información se envía desde los receptores de la piel, los huesos y articulaciones a través de las neuronas sensoriales cuyos cuerpos celulares se encuentran en el ganglio de la raíz dorsal.

Esta información se transmite a continuación, en los axones hasta la médula espinal, incluyendo la columna dorsal-medial y el tracto espinotalámico.
La columna gris lateral: es la tercera columna de la médula espinal.

La materia gris de la médula espinal se puede dividir en diferentes capas, llamadas láminas Rexed.

La sustancia gris se compone de los cuerpos de las células nerviosas, y la sustancia blanca está compuesta por sus fibras.

A diferencia de la sustancia blanca, las neuronas de la sustancia gris no tienen axones extendidos.

La sustancia gris ocupa 40% del cerebro, mientras que la sustancia blanca ocupa el 60% del cerebro.

La sustancia gris tiene un color gris debido a los núcleos grises de las células. La mielina es responsable de la apariencia blanca de la sustancia blanca.

El procesamiento de la información se realiza en la materia gris, mientras que la materia blanca permite la comunicación entre las distintas zonas de la materia gris, y entre la materia gris y las otras partes del cuerpo.

La sustancia gris no tiene vainas de mielina, mientras que la sustancia blanca está mielinizada.


Conocimiento


El conocimiento es un conjunto de representaciones abstractas que se almacenan mediante la experiencia o la adquisición de conocimientos o a través de la observación. En el sentido más extenso que se trata de la tenencia de variados datos interrelacionados que al ser tomados por sí solos, poseen un menor valor cualitativo.

El conocimiento es la disciplina que se encarga de considerar su validez y la expresión que se identifica como la epistemología que es la rama de la filosofía donde el objetivo de estudio son los conocimientos científicos que no solo debe ser válido y consistente desde el punto de vista lógico, pero además debe comprobado mediante el método científico o experimental.

El conocimiento estima el valor o mérito por la sociedad que es el llamado “científico”, en tanto que son las personas con defectos de dicción que le hace pronunciar la S y la C como T pero cuando se supone que guarda una cercanía más estrecha con lo representado.

Para estimar el valor de la proximidad en el espacio o en el tiempo relevante que puedan hacerse anuncios o avisos previos de la materia sobre lo que trata el saber.

Lo importante es examinar que el propio “método científico” que es un método de investigación utilizado principalmente en la producción de conocimientos en las ciencias. 

En efecto, de las fases que constituyen el diseño o planificación de una teoría que sucede contrastación que se consideran como los procedimientos más pertinentes para elaborar un saber acertado en el proceso de una representación en sí mismo.


viernes, 2 de febrero de 2018

Hablemos De Ternura


“Cuando sabemos dar la ternura y también sabemos recibirla, nos damos cuenta que se halla presente en todas partes: en un perro, en un amigo o en una desconocida”
Jacques Brel

Una vivencia consciente del presente.
Una expresión del amor incondicional.
Un sentimiento íntimo, que brota desde el corazón.

Puede ser el resultado de un proceso de auto-sanación de viejos dolores, de completar un proceso de duelo ante pérdidas, o despertarse ante un estímulo (ej. la percepción de un bebé, un cachorro, una persona querida en un momento difícil, alguien que se muestra tal como es) o por una actividad (ej. meditación, hacer servicio social) o por presencia de otra/s persona/s que siente ternura (ej. grupos de 12 pasos, terapias).

También puede nacer del silencio que se crea cuando escuchamos lo que dice la otra persona o intentamos participar de sus vivencias y sentimientos. La ternura es algo dulce y lleno de confianza, que circula entre dos personas que se reciben mutuamente.

Tiene que ver con la capacidad de apreciar y recibir, con estar atento y dispuesto
Tiene que ver con la “hormona del amor” u oxitocina (ej. se activa en el momento del parto y la lactancia, facilitandolos)

La atención al otro con ternura, inspira a verlo siempre con una mirada fresca, notando los cambios y necesidades con el transcurso del tiempo.

No es cariño, afecto, amabilidad, dulzura, simpatía. Tampoco es mostrar los propios sentimientos, o demostrar sentimientos cálidos hacia otra persona.

La ternura puede estar acompañada de estos sentimientos y actitudes, pero es no lo mismo.

Por ejemplo, uno puede ser muy afectuoso con otra persona, decirle palabras cargadas de cariño, tener atenciones con el otro, hacerle mimos con abrazos y caricias, darle la razón, hacer cosas para ser querido, y sin embargo no sentir ninguna ternura, no prestar atención a lo que está viviendo el otro, no conectar con el amor al prójimo, no aceptar tal como es al 100%. 

Algunos llaman “aceptación” lo que acá explico como ternura. Puede tomar este nombre, recordando que acá me refiero no sólo a la aceptación desde el entendimiento, sino la aceptación que brota desde corazón. Por ejemplo, puedo entender que es inevitable que llueva algunos días al año, puedo aceptar que esos días puedo mojarme, pero sólo será ternura cuando me conecto con el proceso vital de la lluvia, con lo que implica para la vida en este planeta que llueva, cuando siento gratitud por la lluvia y sus consecuencias.

 El aceptar a las personas y a las situaciones tal como son, es la gran fuente de paz interior.

Y ocurre que cuando alguien se siente profundamente comprendido y amado, sin querer ser cambiado, a veces algo ocurre en su corazón, y se despierta un enorme poder auto-sanación y auto-transformación.

Toca el corazón de la autoestima. Es fundamental en el desarrollo del niño y luego en cada etapa de la vida.

Necesaria para ser felices en la convivencia con otras personas (en el hogar y también en otros ámbitos como empresas y organizaciones). La falta de ternura lleva a las luchas de poder, la competencia, la impaciencia, el control, el agotamiento, la tensión emocional, la frustración, el enojo, etc. La presencia de ternura, lleva a la aceptación, el disfrute, el desarrollo de cada uno, a su propio ritmo, a su propia manera. 


Desvalorizar la ternura. Ej. “Eso es cosa de mujeres”; “Es un sentimiento empalagoso, molesto, invasivo”; “Son exageradas, a veces hasta ridículas, las expresiones ante los bebés”; “Escuchar sin decirle nada al otro para ayudarlo a pensar y actuar diferente, no sirve para nada”; “La ternura es un sentimiento de debilidad, que te hace ver como un tonto”.

Creencias que tienen que ver con comprender al otro desde un plano intelectual, mental, y no desde sentir amor hacia el prójimo. Ej. “Mi trabajo para ser empático es comprender las emociones y necesidades del otro, comprender su historia, pero no hace falta sentir nada por el otro”.

Creencias que tienen que ver con querer controlar el aprendizaje y crecimiento del otro. Ej. “Progresamos todos juntos o ninguno”; “A tu edad ya deberías tener resuelto este tema”; “De esta situación, lo que tenés que aprender es…”; “Si seguís cambiando de esa forma, tus amigos de siempre no te vamos a seguir y te vas a quedar solo”; “No puedo cambiar si vos no cambiás conmigo, en el mismo camino”; “No puedo seguir con vos, si no cambiás conmigo”; “Lo que tenés que hacer es…”.
Creencias sobre que el otro tiene que ser tierno con uno. En realidad, cuando creemos esto tiene que ver con una ausencia de ternura en nosotros mismos, ya que no estamos aceptando lo que el otro siente / hace / expresa. 

También creer que yo mismo “tengo que” ser tierno, es anti-ternura. 

Lapsus De Cordura


A medida que envejecemos nuestro cerebro también puede cometer pequeños fallos de funcionamiento, lapsus de memoria que sólo indican el paso del tiempo, sin embargo ¿cuándo podemos considerarlos síntomas de una incipiente demencia?

El estrés, un día de trabajo extra, un sueño pobre e incluso algunos medicamentos pueden interferir con la producción y recuperación de memorias. Y todos tenemos momentos en los que un nombre o el título de una película está en la punta de la lengua. "Eso es diferente de las clases de lapsos que podrían advertirnos de los signos de demencia", explica la doctora Sevil Yasar, geriatra de las Instituciones Johns Hopkins.

La mayoría del tiempo, los lapsus de memoria no son preocupantes, pero ¿cómo puedes saber la diferencia entre los deslices simples y algo que podría ser más grave? Más abajo los especialistas estadounidenses apuntan cinco indicadores. 

"Pero cada vez que estés preocupado sobre ti mismo o un ser querido, merece la pena hablar con tu médico", recuerda Yasar.

El estrés, un día de trabajo extra, un sueño pobre e incluso algunos medicamentos pueden interferir con la producción y recuperación de memorias.
Olvidar el nombre del perro del vecino es normal. Lo que no es normal es preguntar a amigos, familiares o colegas por la misma información de forma repetida; olvidar por completo quienes son familiares o amigos de hace mucho tiempo; o no ser capaz de realizar las actividades diarias de la forma en la que lo solías hacer.

"Si solías equilibrar tus cuentas bancarias mirando el céntimo y ahora estás perdido sin saber a dónde va tu economía doméstica, o te sientes perdido o superado preparando tu receta tradicional, podría ser un signo de cambios cerebrales tempranos", señala Yasar.

Perderse mientras conduces, caminas o tomas un transporte público a un nuevo lugar es normal. Lo mismo sucede cuando estás muy absorbido por el trayecto (o tus pensamientos) y tienes que reorientarte para saber dónde estás. Pero "conducir o caminar por un periodo largo de tiempo sin darse cuenta de que estás perdido u olvidar por completo dónde estás puede ser un signo de demencia", indica Yasar.

También podrías olvidar cómo llegaste a una nueva localización, desorientarte fácilmente en lugares familiares o perder la capacidad para leer un mapa o seguir indicaciones y señales de tráfico.

De vez en cuando, todos olvidamos en qué día de la semana estamos, pero solemos recordarlo o averiguarlo rápido. Lo que resulta más problemático es no saber qué día es, la hora del día o cuánto tiempo está pasando y no ser consciente de que lo has olvidado. Estos podrían ser signos de demencia, según los expertos de las instituciones Johns Hopkins.

Es normal perder cosas o ponerlas en el sitio equivocado y darnos cuenta del error.

Todos tenemos en ocasiones que parar para encontrar la palabra correcta de vez en cuando. "Y es normal que esto pase cada vez más a menudo a medida que nos hacemos mayores", aclara Yasar. Sin embargo, lo que no es normal es una extrema dificultad para recordar las palabras, denominar a cosas y personas con palabras o nombres erróneos y aislarse socialmente como resultado de ello.

Tener cada vez más problemas para continuar, unirse o seguir una conversación (dejar de hablar a la mitad y no saber qué es lo que ibas a decir después) podría también ser un aviso del riesgo de demencia.

Todos extraviamos cosas y sí, en una mañana ajetreada incluso podemos poner la caja de cereales en la nevera si vamos demasiado deprisa. Es normal perder cosas o ponerlas en el sitio equivocado y darnos cuenta del error o reconstruir los pasos dados para conseguir encontrar las llaves perdidas sobre la pila del correo del día.

Pero no es normal ser incapaz de averiguar dónde dejamos las posesiones extraviadas, poner las cosas en cada vez más lugares inusuales y comenzar a sospechar (sin evidencias) que otras personas han escondido nuestras posesiones perdidas.