“Viajar es fatal para el prejuicio, la intolerancia
y la estrechez de mente. Una visión más amplia de las cosas no puede
ser adquirida vegetando en una pequeña esquina del mundo durante toda la
vida”
Teniendo la suerte de poder estar en constante movimiento,
me doy cuenta que, debido a nuestra cultura, religión, sociedad, familia,
amigos, medios, crecemos inmersos en una serie de ideas o prejuicios del que
muchas veces no somos conscientes. Esto conlleva limitaciones en un montón de
situaciones y nos estrecha la manera de percibir y vivir la vida. ¿Cuantas
veces estamos en desacuerdo con algo simplemente porque así debe ser, porque
nos dicen que así tiene que ser, porque todos los piensan o hacen, sin siquiera
tomarnos un momento para buscar razones de peso que lo justifiquen?
Viajar nos enseña a abrirnos de corazón y mente si estamos
dispuestos a ello. El llevar tanto tiempo fuera de casa me enseña todos los
días cosas nuevas, sobre todo cosas sobre otras culturas, países y grupos de
personas.
La vida nos va poniendo donde debemos estar, sobre todo
cuando quiere que aprendamos cosas. Y así fue conmigo.
Desde que empecé mis viajes empecé a cruzarme con gente que
viene de todas partes del mundo. También así empecé a crear ciertos prejuicios
para con algunos grupos en particular. Muchas veces esta opinión estaba
influenciada por quienes me rodeaban.
La vida me puso una y otra vez enfrente de estos seres y
siempre tuve una idea negativa de ellos
.
Sí, también me puso enfrente de otros que hacían honor a mi
prejuicio, pero de esos hay en todos lados y no tiene nada que ver con un solo
país o cultura.
Aprendí a primero acercarme, intentar conocer y luego opinar. Aprendí
que es importante entender por qué esa persona es cómo es, por qué llegó a lo
que llegó, por qué actúa de esa manera frente a la vida, por qué reacciona de
cierta manera ante ciertas cosas para ya sea vernos reflejados o adquirir una
nueva consciencia.
Sí, me tuve que tragar ese prejuicio y estoy feliz de haberlo
hecho. Hoy puedo verlos con otros ojos. Puedo decir que el estar predispuesto a
aceptar, conocer y entender nuevas culturas, a salir de la burbuja o de la caja
en la que nos encerramos gracias la sociedad en la que vivimos, me dio la
ventaja y el regalo de conocer grandes personas.
Como siempre, estoy agradecido a la vida y al universo y
toda esa energía positiva que siempre me rodea y me permite crecer y mejorar.
Gracias por brindarme la posibilidad de seguir conociendo hermosas personas y
de seguir cosechando grandes amistades más allá de las fronteras.
Abramos la mente, terminemos con los prejuicios, conozcamos
el mundo y sus diversas culturas, y tal vez podamos llegar a vivir mucho mejor,
todos.
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