Es una acción que requiere inmediatez, planeación,
esfuerzo y trabajo permanente. Por lo que simplemente el tiempo, el deseo y la
propia estimulación, no llegan a un buen puerto.
Las aspiraciones que habitualmente tenemos en la
vida, tienen su centro en aquellas oportunidades, su provecho y la obtención de
los frutos deseados. Por lo tanto, podríamos decir que la superación es aquel
valor que nos motiva a perfeccionarnos, ya sea desde lo humano, espiritual,
profesional, económico. Por lo cual debemos vencer todos aquellos problemas que
se nos presenten. Para ello, desarrollaremos la capacidad de lograr cada
objetivo propuesto. Es decir, que la verdadera solución no tiene cantidad, sino
por el contrario, calidad
.
Los seres humanos tenemos que saber que poseemos un
deseo innato: la superación. Pero a veces, nos paralizamos. ¿Por qué? Diríamos
que el principal freno es nuestra persona, ya que muchas veces los temores más
profundos, nos paralizan y actuamos como simples conformistas.
Usualmente, nos encontramos con personas que hablan
permanentemente de sus planes y del nuevo rumbo que iniciarán en sus vidas,
pero finalmente todo se desvanece, y quedan en palabras y deseos, replicando
los contratiempos no previstos, los cuales obstaculizaron sus objetivos.
Ello
demuestra lo que mencionábamos anteriormente, y es que la superación no se
logra con tiempo, sino con acciones inmediatas y cargadas de esfuerzo y arduo
trabajo.
El gran cambio lleno de beneficios materiales, no
concuerda con la superación.
La capacidad de plantearnos nuevos retos,
disponernos a enfrentar y resolver dificultades, es temida por las personas, ya
que el tiempo y permanencia en un determinado lugar, nos asegura estabilidad y
seguridad.
Justamente, la manera más fácil de medir el
progreso, es la acumulación de recursos económicos y materiales tan necesarios.
El problema es que siempre encauzamos la superación hacia ese punto. El hecho
aquí, es que existen otros aspectos fundamentales que debe tener en cuenta
cualquier persona.
Por ejemplo, como manejamos nuestros hábitos y
costumbres (ya sea desde el cuidado de cosas ajenas y personas, a la amabilidad
con que nos dirigimos hacia otros). Además como nos desenvolvemos en el ámbito
laboral. Si somos padres analizar que tiempo le dedicamos a nuestros hijos y la
labor que estamos haciendo en la formación de nuestra familia. Y además ver
nuestra cercanía al ámbito espiritual, ya que es muy frecuente que quede
descuidado, sin embargo es un espacio que ofrece muchas posibilidades para el conocimiento
de valores, preceptos y sacramentos.
Como mencionábamos anteriormente, en los bienes
materiales no encontramos la superación; sino por el contrario, está en
nosotros mismos. Ahora bien, tampoco importa la edad en el que uno se dispone a
superarse, porque renunciar a mejorar, se asemeja a una vida sin falta de
aspiraciones, es decir, solamente a conformarse.
"Porque renunciar a mejorar, se asemeja a una vida sin falta de aspiraciones, es decir, solamente a conformarse." De una. Genial. Saludos.
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