Los problemas de concentración no
pueden considerarse una enfermedad pero disminuyen de forma notable los niveles
de productividad y la calidad de vida de las personas. ¿Te ha pasado alguna vez
que, al terminar de leer un texto,
descubres que no has retenido nada en
absoluto de lo que acabas de leer?
La concentración es como un músculo, podemos aprender a entrenar nuestra capacidad de atención para así mejorar nuestros niveles de concentración y, de
ésta forma, aumentar nuestra productividad.
Si realizamos cada día actividades
para mantener nuestro cerebro activo, la habilidad para recordar y para memorizar, se
estará estimulando. Así recordaremos más fácilmente la lista del supermercado, números
de teléfono de familiares, nombres de los vecinos, etc... y los niños
aprenderán de manera diferente y divertida las letras y los números.
¿Qué se puede hacer para mejorar el nivel de atención en
general? Los consejos a realizar cada día
Relajarse
Antes de iniciar cualquier
actividad que requiera concentración practicar durante 5 minutos la respiración
consciente: centrar toda la atención en el aire que entra por la nariz y
observar cómo lentamente sale. Aunque aparezcan pensamientos que distraigan es
aconsejable volver a concentrarse en la respiración.
Diversas actividades son
aconsejables: hacer crucigramas, sopas de letras, sudoku, leer y hacer
cursillos de cosas que nos gusten o nos apetezcan. Realizar otras actividades
que hagan trabajar al cerebro como escribir o cepillarse los dientes con su mano no dominante.
Es conveniente para ejercitar la
concentración obligarse cada día a aprender algo nuevo de memoria: una poesía, una canción, una oración, varios números de
teléfonos, palabras nuevas del diccionario y su significado, etc...
El nivel de concentración va
disminuyendo a partir de un cierto tiempo de atención a una tarea o actividad.
Por esta razón, es importante descansar durante 5 minutos por cada hora de
trabajo.
Quédate mirando fijamente alguna cosa durante 5 minutos
Un lápiz, una marca en la pared, la
uña de tu dedo índice, tu escritorio, una planta, una esquina de la
habitación, un botón de tu camisa, una foto... Cualquier cosa que se te ocurra.
Se trata de mirar fijamente un objeto hasta que empieces a ver cosas en las que
normalmente nunca te fijas. Por ejemplo, el punto
negro que hay en la pared y las manchas cerca del techo. Pero
si lo miras fijamente durante un tiempo empezarás a darte cuenta de que parece
distinto, que la forma que tiene no era la que tú pensabas que tenía.
No hace falta nada más. Mira fijamente y observa.
En una silla o en el suelo, cierra
los ojos y escucha a ver cuántos sonidos distintos eres capaz de reconocer. Poco
a poco vas a identificar sonidos distintos, empieza a contarlos y cada vez que
haya uno nuevo, incrementa la cuenta.
Deporte y buenos hábitos alimentarios
Ambos nos ayudan a reducir el estrés, a mejorar la sensación de bienestar, la salud y, en la medida que estemos bien físicamente,
estaremos en mejores condiciones intelectuales, lo que puede aumentar nuestra
capacidad de rendimiento. La práctica regular de un deporte ayuda a liberar la
tensión muscular lo que conlleva liberar tensión mental: aumentan las
endorfinas y con ellas se reduce la sensación subjetiva de ansiedad y de estrés.
Los recursos o nemotecnias, siglas,
rimas y chistes pueden ayudar a recordar las cosas que deseas recordar, como
nombres y fechas. La repetición o la información relativa a algo a la que estás
más familiarizado pueden ayudarte.
Beber agua en abundancia
Ayuda a deshacerse de toxinas y, en general, a mantener el cuerpo y la mente sana.
Beber agua en abundancia
Ayuda a deshacerse de toxinas y, en general, a mantener el cuerpo y la mente sana.
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