Somos como un Iceberg, la parte que está sobre la
superficie es nuestro ego, es la máscara social, lo que mostramos a los demás
con el fin de defendernos y no ser atacados. Nuestra verdadera esencia, el 90 %
está bajo el agua, la mantenemos cubierta sin darnos cuenta que esa es nuestra
parte verdaderamente valiosa.
Permanecemos la mayor parte del día actuando
desde nuestro ego, aunque estoy segura que todos hemos experimentado la
libertad y la plenitud que se siente cuando permitimos que sea nuestra
consciencia la que guíe nuestro camino.
Necesitamos reconocer que no hay peligro, que no hay
necesidad de luchar, de dramatizar, de atacar o defender. Es el momento de
perseverar y generar hábitos que nos lleven a aquietar nuestro ego de una vez
por todas. Es el momento de permitir que prime nuestro ser, es el momento de
ser libres y vivir en la realidad, en la belleza y en la plenitud. Ha llegado
la hora de que lo que reine en nuestros corazones sea nuestro sabio interior;
permitámonos sentir la conexión con el universo y con todos los seres que nos
rodean.
Es tiempo de relacionarnos sanamente, es tiempo de regresar a la
verdad y de vivir en paz.
El día que observemos lo que ocurre en nuestro interior en
vez de poner la atención en lo que ocurre en nuestro exterior desaparecerá
nuestro ego.
“Cambia por dentro y veras los resultados afuera”
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