viernes, 16 de febrero de 2018

La Luz De Cada Día


Cada día, la Luz del sol ilumina la conciencia. Cada día el Alma de cada ser genera impulsos amorosos, expresados a través de la alegría y el deseo de vivir cosas nuevas.
Realmente, cada día ofrece un espacio muy sagrado para la transformación. Por ello cada noche cuando te vas a dormir, tu mente se libera, tu ego descansa, entrando en un sueño profundo, mediante el cual la energía sobrecogedora, dolorosa o pesada que se acumuló durante el día, es liberada.
Al amanecer, a medida que tus ojos se abren y te das la oportunidad de abrazar el nuevo día, tu alma irradia nuevos impulsos de luz, cuyo propósito es reemplazar aquellas energías densas, que las preocupaciones del día anterior habían generado. En ese momento en el cual tú despiertas y comienzas a conectarte con tu cuerpo, para vivir un nuevo día, podrías generar una profunda transformación de ti mismo. Sin embargo aquello que comúnmente se elige es buscar de nuevo aquellas preocupaciones y miedos con las cuales te fuiste a dormir. De esa forma esto se convierte en hábito y como consecuencia se crean experiencias continuas de vida, basadas en las energías que más atraes hacia ti.
Se podría decir que los seres humanos constantemente eligen el miedo como modo de vida. Eligen sus preocupaciones como sostén de su día a día y no se permiten a sí mismos ser renovados y transformados a través del poder de la Divinidad. Y esto es una constante elección, sustentada por la conciencia de separación en la que viven. Constantemente eligen los sistemas de pensamiento y creencia que ya hay, en lugar de atreverse a crear nuevos caminos. Las costumbres no son cuestionadas, pues en cierta forma le resultan cómodas al ego que no hace otra cosa más que buscar adaptarse a la sociedad. constantemente se permiten ser alienados por aquellos sistemas de creencias que han sido transmitidos de generación en generación. Cuando en realidad, la Divinidad se expande mediante la creatividad, no a través de la rigidez de un sistema de pensamiento inamovible.
Por ello el miedo es el común denominador para el Ser humano y en base a ello crearon sus sistemas de pensamiento, mediante los cuales interpretan la vida.
El miedo es el padre de la competencia, de la manipulación y los celos, así como estos son los orígenes de los conflictos de la humanidad.
Realmente el Alma de cada uno de ustedes está buscando manifestarse. Busca entregar todo su Amor y su Sabiduría. Y el recibirle implica simple y sencillamente un acto de dejar ir, permitirse ser constantemente renovado.
Soltar todo aquello que has aprendido por medio de tus sistemas de creencias.
Cada noche al dormir, una parte de ti entra en el Vacío. Sueltas, dejas ir todo aquello que te condiciona. Entras en el mundo de los sueños ¡donde todo es posible! Esa es la forma en la cual la conciencia recibe un espacio de liberación, para que al día siguiente le energía de la Luz, pueda otorgarte la posibilidad de recibir y sostener toda tu fuerza. El Vacío por lo tanto, no es otra cosa más que el infinito potencial creador.
Sin embargo, los seres humanos le tienen miedo al Vacío, porque de alguna manera piensan que es ausencia, soledad. No obstante, el Vacío es el espacio donde todo habita, como un potencial, por lo tanto es Abundancia. Representa las infinitas posibilidades. Para crear algo nuevo primero tienes que dejar ir.
Si tienes las manos ocupadas, éstas no se encuentran libres para recibir los nuevos regalos que la vida te trae. La vida siempre te va pedir un dejar ir y este siempre traerá consigo algo completamente nuevo.
A veces piensan que se han quedado estancados en su despertar y evolución, que nada nuevo ocurre, que los días son una repetición de rutinas. Sin embargo, si esta experiencia actual, si lo que piensas de tu vida en este momento, que todo es siempre igual, significa que tu Alma te está diciendo que, durante mucho tiempo te has mantenido en el apego, hay algo que no has podido dejar ir. Hay algo que temes dejar ir y es momento de entrar en el Vacío para que las cosas se transformen.
El sentimiento de estancamiento por lo tanto, es solo una llamada de atención proveniente de tu Alma para que hagas una revisión de aquello que necesitas dejar ir.
El miedo al Vacío es como tener un armario lleno de ropa vieja, que ya no te queda, tienes el anhelo de obtener nuevas prendas y sin embargo, tu energía está enfocada en ese temor a dejar ir lo que alguna vez te sirvió. ¡Necesitas hacer espacio para que lo nuevo pueda llegar! Mientras no liberes, el Universo no te otorgara la apertura para lo nuevo que puede llegar.
Es comprensible que tengas miedo, pues durante mucho tiempo has vivido en la conciencia de la separación, creyendo que la Fuerza, la Luz, la Vida y la Sabiduría, se encuentran fuera de ti. Creyendo que los aspectos creadores y la Fuente se encuentran fuera de ti.
Es normal que te apegues, incluso a las cosas, situaciones y personas que te lastiman. Lo conocido se vuelve familiar y lo familiar, por muy doloroso que sea, de alguna manera conforta, te hace sentir cómodo. Ya lo dice la frase: “más vale viejo por conocido, que nuevo por conocer” esa frase es una clara representación del estado más habitual de consciencia para la humanidad.
Pero, la Fuente nos recuerda a cada instante que la vida es evolución y la evolución en cierta forma es un reto, ¡es excitante! Por ello el Vacío representa esa anticipación amorosa y alegre que se manifiesta cada vez que algo está por suceder.
No hay nada que temer, la vida va traerte siempre justo aquello que necesitas para el cumplimiento de tu Plan Divino. Apegarte es una forma cobarde de condicionar tu propia evolución.
Comienza dejando ir aquellas prendas que ya no utilizas, ese es un simple ejercicio que a medida que lo realizas te mostrara que tanto tienes que liberarte de los apegos. Después, continúa dejando ir aquellos pensamientos que te impiden ser feliz. Comienza por simple y sencillamente no buscar en cada amanecer las preocupaciones y conflictos que tuviste ayer. El ayer quedó ahí, hoy es un nuevo día. Y si, ¡la Fuente desea que seas feliz! Por eso es que en lo profundo de tu corazón anhelas serlo, es tu naturaleza.
Hoy puedes transformarte, perdonarte y tomar a la ligera el conflicto o el dolor que tuviste ayer. No lo busques más, simple y sencillamente dale la espalda. Al hacerlo su energía se disolverá.
Te mantienes envuelto en los mismos conflictos una y otra vez porque constantemente convocas su energía. Si tuviste un problema el día de ayer, al día siguiente amaneces pensando de nuevo en él. Pero hay un instante muy especial, es ese momento en el cual abres tus ojos al despertar por la mañana. En ese instante, te encuentras completamente en blanco, no estás pensando en nada, eres neutro. Si no te has percatado de ello, presta atención mañana al despertarte. Hay un momento en el cual tu mente está en blanco y ese es el instante en el que puedes elegir transformarte y ser renovado por la transformación de tu consciencia.
Sin embargo, ahí, justo ahí, tú cada día eliges buscar de nuevo las preocupaciones, las dolencias, los miedos.
Los conflictos de tu vida no están ahí para ser permanentes. Se manifiestan para enseñarte algo, o son una consecuencia de alguna causa que generaste en algún momento, mas no son eternos y no pretenden serlo. Aprende la lección y déjalos ir, no te condenes a ti mismo a ese infierno de permanente castigo cuya existencia habita únicamente en el pensamiento humano.
El castigo eterno no existe, esa es una creación humana, consecuencia de la conciencia de separación. La Fuente constantemente habita en un espacio de dicha, de gozo en amor y eso desea para ti, porque tú eres ella.
El vacío involucra dejar ir, soltar para vivir lo nuevo y eso, es ser creativo, es ser Divino.
Es momento de dejar ir, es momento de renovarse, de ser la Luz y el Amor que verdaderamente eres. Todo aquello contrario a la Luz y al Amor es una ilusión transitoria, que se basa en las experiencias de vida cuyo propósito es aprender.
Desde el más infinito Amor, inspirado en la energía de un nuevo día, abrazo a cada uno de ustedes en amor incondicional.

Sanat Kumara

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