Generalmente la ignorancia se
suele acompañar de soberbia, porque el arrogante trata de minimizar sus
carencias de sabiduría y autoestima usando la arrogante soberbia como mecanismo
de defensa. "Yo no quiero saber nada de política", "todos son
iguales" o "aquí no hay nada que hacer", afirma el ignorante
pontificando por encima del bien y del mal, o mejor dicho escondiendo su propia
incapacidad, su propia ignorancia y su propia falta de autoestima.
En realidad alguien definió
la ignorancia no como la falta de conocimientos sino como la negativa a
adquirirlos. Pero al ignorante su propia soberbia le impide experimentar
mínimamente lo ignorante que es y, por tanto, darse cuenta de su situación y de
poner algún remedio a la misma. El soberbio ignorante se hunde él solo cada vez
más en un círculo vicioso.
Al no poseer herramientas mentales
de cierto calado, tampoco es capaz de percibir las que sí poseen los demás, y de las que se podría servir para salir de su
lamentable estado. Se encastilla en sus propias creencias y conclusiones y
tan pronto ve que algún razonamiento le puede llegar a apartarse de las mismas
-o, ¡qué digo yo!, siquiera fuera a sembrar algún mínimo atisbo de duda-,
sencillamente lo ignora, lo deja de atender. Se niega a aprender. Le falta
humildad para aprender y aquello que no comprende es una paparrucha o un
cuento.
El soberbio ignorante no es capaz de entender que las posturas que él defiende no sean asumidas por el resto y no sean vistas por los demás con la misma claridad que él. ¡Son tan evidentes!. Mitifica y se agarra al sentido literal de las cosas, sin preocuparse de si están actualizadas o siguen siendo válidas a día de hoy.
El soberbio ignorante no es capaz de entender que las posturas que él defiende no sean asumidas por el resto y no sean vistas por los demás con la misma claridad que él. ¡Son tan evidentes!. Mitifica y se agarra al sentido literal de las cosas, sin preocuparse de si están actualizadas o siguen siendo válidas a día de hoy.
Los que no asumen y comparten sus puntos de vista lo hacen, según
él, por razones extrañas y malvadas: son de otro bando, buscan hacer daño,
están financiados por la CIA o por los Illuminati, son traidores. Toda idea o
proyecto que él no entienda, le parece mala y digna de ser derribada.
Pero no solo compagina la ignorancia con la
soberbia, también lo hace con el narcicismo,.. y que hay más narcisista que la
típica frase "A mí nadie me dice lo que tengo que hacer".
Evidentemente el narcicismo postmoderno se rebela ante cualquier idea de
profundidad o jerarquía.
Empieza diciendo que todas las opiniones son válidas
y termina diciendo que todas las opiniones valen lo mismo, como si todos tuviésemos
el mismo grado de conciencia, de experiencia y de conocimientos.
De las leyes que describen y tipifican la conducta
humana podemos enunciar algo así como la Ley de la Conservación de la
Ignorancia, "Es casi imposible cambiar un estado de cosas arraigado. Y es
tanto más difícil cuanto menos sabe la persona o personas de la cuestión."
O dicho de otro modo, que cuanto más ignorante se es, más resistencia se ofrece
a salir de esa ignorancia.
Decía Alcott que la enfermedad del ignorante es
ignorar su propia ignorancia. El que además es soberbio une a ese mal un efecto
contagioso al que se vuelca con toda su devoción: el de tratar de envilecer
todo lo que no comprende.
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