jueves, 15 de febrero de 2018

El Show De La Política


Siempre que veo el comienzo de una campaña política, pienso: Política, 
políticos que vergüenza de personas, que pobre y deslegitimada es la política y me viene a la memoria el mundo de las fieras, el mundo de la depredación, la constante de esos días, más para olvidar que  para recordar. 

Más que una franca lid, es una batalla dialéctica, no siempre manejada con dignidad y respeto, pues la ofensa y el vituperio son su constante y más parecieran jefes mafiosos enfrentados en las calles por un territorio desde el cual delinquir con impunidad, que aspirantes a ser nuestros representantes, por esa razón es que digo que, debería dar vergüenza ser político, pariente de político y ya amigo, es como subir al patíbulo de manera voluntaria a sabiendas de lo que conlleva.

Escuchándolos hablar, entiendo porque el de los políticos es el  grupo más polémico que hay aunque paradójicamente siendo tal, aparentemente respetado, que no lo es, más bien es temido porque dada la baja condición moral, la ignorancia y la estupidez de sus miembros, infunden miedo y los ejemplos de las atrocidades que han cometido y que cometen  en todos los lugares del planeta, hacen que se les trate con deferencia aunque  esa deferencia sea fingida. El miedo, obra milagros y ellos lo saben.

Llegado a este punto, por fuerza, me tengo que remontar a los tiempos de mi niñez, cuando los veía llegar a la plaza de mi pueblo, con su actitud desafiante, su retórica florida, no exenta de acusaciones contra su rival y pensaba que eran diferentes a nosotros, los comunes mortales e inalcanzables también
.
Con el paso del tiempo, cuando he recibido golpes de la vida y he madurado, concluyo que en lo de ser distintos no me equivoqué. Y…Digo en un principio, porque el tiempo me ha hecho profundizar en mis apreciaciones y concluir que…Si, si me equivoqué pues pensaba que eran distintos, pero mejores personas comparados con los demás. Total que…Distintos si, mejores no, peores sí
.
En lo de ser inalcanzables, no me equivoqué, lo eran en aquellos tiempos pasados de mi niñez y lo son ahora en mi madurez, pero además veo más allá y saco en claro que  son corruptos hasta la médula, mentirosos, tan mentirosos como el que más,  oportunistas como no existe nadie en otro gremio y peligrosos,
muy peligrosos  tanto que encarnan perfectamente las palabras de Dan Brown en su libro, El Código Da Vinci: “El hombre va más lejos para evitar lo que teme que para conseguir lo que quiere” y de estos bandidos se puede esperar cualquier cosa porque no tienen frenos morales, tienen intereses, avaricia y corrupción y no existe poder o ley que les pueda cobrar sus fechorías porque como dice el dicho popular: “el que hace la ley, hace la trampa” y para nuestra desgracia, las leyes, las hacen ellos.


Ya para terminar,  repito: Política, políticos que vergüenza y lo peor de todo es que la mayoría de quienes sufrimos las consecuencias de sus malos actos, los legitimamos con nuestra indiferencia, nuestra ignorancia voluntaria, nuestra aceptación y la manera de actuar respecto de ellos que les trasmite que están a salvo, que nada malo les puede pasar y que si por algún motivo algún “desadaptado social” osa levantar su mano contra ellos, tienen un nutrido grupo de guardaespaldas para contrarrestar tal eventualidad y de “por añadidura”, pagados por sus víctimas que soy yo, tú, él, nosotros, vosotros y ellos, mejor dicho todos sus tontos útiles y si fallaran sus guardaespaldas, siempre quedan los cuerpos de seguridad del estado que con mucha vergüenza tengo que decir, están a su incondicional servicio.

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