Nos gusta escribir. En parte, por eso, muchos de
nosotros dedicamos largos momentos de nuestra vida a plasmar ideas e historias sobra
la famosa y odiada página en blanco. Bien, es una actividad que nos llena, nos
hace crecer como personas y nos gusta compartir.
Pero muchas veces nos sentimos perdidos. ¿Qué hago con mis
escritos? ¿Por qué escribo? Como en cualquier otro arte, saber por qué lo
practicamos y qué queremos sacar de nuestras obras nos ayudará a vivirlo con
más calma y disfrutarlo mejor. Porque escribir una novela, o un relato,
o un blog… supone mucho esfuerzo y dedicación y es posible que solo hallemos
frustración.
Entonces, ¿por qué escribo?
Porque me gusta
Bravo. Es la mejor opción y filosofía. Al final, debemos escribir porque
nos gusta y porque nos llena. Tal y como dijo Cervantes: “la pluma es la lengua
del alma” y, al explicar historias, nos convertimos en pequeños arquitectos de
emociones.
Pero muchas veces nos engañamos diciéndonos a nosotros mismo
que escribimos por placer cuando, en realidad, lo que buscamos es publicar o
hacernos famosos. Mal, eso es un camino de frustración. Si quieres publicar,
los caminos son otros y, a excepción de unos pocos, deberemos adaptar nuestra escritura a
las necesidades del mercado y casi que pasar más tiempo intentando publicar que
escribiendo.
Así pues, seamos sinceros con nosotros mismos y, si
realmente escribimos por placer, seamos consecuentes. Disfrutemos y no miremos
más allá de nuestro rato de ocio, nuestra inspiración y nuestros personajes.
Al final, como todas las profesiones, tan solo unos pocos
acaban empezando su carrera tal y como desearían. Hay que estudiar el mercado,
ver qué se busca, entender dónde encaja nuestra novela… Casi casi se
recomienda que se haga un plan de marketing para mover el proyecto dentro de
las editoriales y
ganar visibilidad.
En todo caso, la otra opción es autopublicar. Cada vez hay más autores que optan por
invertir en sí mismos y empezar su carrera financiada por su propio bolsillo.
Es un riesgo y también supone mucho tiempo, pero si queremos ser unos profesionales de la escritura,
no debemos perder el punto de vista emprendedor.
Sea como sea, si escribimos para publicar,
para dedicarnos a ello, no nos creamos que sentados o sentadas en tu casa vayamos
comenzar nuestra carrera literaria.
Diferenciemos publicar de
compartir. Muchos de nosotros queremos escribir para
que alguien “nos lea o escuche” y para aportar algo al mundo, al margen del
placer de la escritura o
de las ventas. Por ello, también debemos reconocernos si estamos en este grupo.
Mucha gente cree que publicar es la única manera de conseguir
este objetivo y se embarcan en una aventura que, seguramente, ni les interesa
ni entra realmente en sus planes. Compartir para por muchos caminos:
Enviarlos por mail o imprimirlo para los amigos, familiares
y conocidos.
Crear un blog donde colgar todo aquello que se quiera
compartir
Usar plataformas sociales como me gusta escribir y colgar nuestras
obras.
Autopublicar de una manera barata y con un tiraje pequeño,
el justo para llegar a quien desees
.
Seguro que hay muchas más razones… Hemos resumido las
más habituales… Así que, si quieres, cuéntanos… Y tú, ¿por qué escribes?
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