…Entonces, examinas esas tres cosas y ves lo que dicen, ves
lo que las grandes figuras han escrito sobre eso. Todos dicen (cito en parte)
que la población general son “intrusos ignorantes y entrometidos”. Tenemos que
mantenerlos lejos de la arena pública porque son demasiado estúpidos y si
tomaran parte todo lo que harían sería crear problemas. Su sitio es ser
“espectadores”, no “participantes”.
Se les permite votar de vez en cuando, escoger a alguno de
nosotros, los tipos listos. Pero luego se supone que deben volver a casa y
hacer cualquier otra cosa, mirar el fútbol o lo que sea. Pero los “intrusos
ignorantes y entrometidos” tienen que ser “espectadores, no participantes”. Los
participantes son lo que se llama la “gente responsable” y, por supuesto, el
escritor siempre es uno de ellos. Nunca te preguntas, ¿por qué yo soy un
“hombre responsable” y aquel otro está en la cárcel? La respuesta es bastante
evidente. Es porque tú eres obediente y estás subordinado al poder, y esa otra
persona puede ser independiente, etc.
Pero no te lo preguntas, claro. Así que tenemos a esos tipos
listos que se supone que deben dirigir el cotorro y el resto se supone que
estará fuera de eso, y no deberíamos sucumbir (y cito de un artículo académico)
“a los dogmatismos democráticos de que los hombres son los mejores jueces de
sus propios intereses”. No lo son. Son unos jueces malísimos de sus propios
intereses, así que tenemos que hacerlo nosotros por su propio bien.
Creo que nunca me cansaré de releer -por revelador- este
artículo de N. Chomsky, que está sacado de una conferencia realizada en el Z
Media Institute en junio de 1997 y reproducido en Rebelión con el título ¿Qué hace que los medios
convencionales sean tan convencionales?.
Noam Chomsky es
“el mismo” que en 1998 avisó a los navegantes con aquello de:
Si no hacemos nada, Internet y el cable estarán monopolizados
dentro de diez o quince años por las megacorporaciones empresariales, la gente
no conoce que en sus manos está la posibilidad de disponer de estos
instrumentos tecnológicos en vez de dejárselos a las grandes compañías. Para
ello, hace falta coordinación entre los grupos que se oponen a esa
monopolización, utilizando la tecnología con creatividad, inteligencia y
iniciativa para promocionar, por ejemplo, la educación.
¿El poder de la inteligencia colectiva en red y la web 2.0
de qué parte están: de las megacorporaciones empresariales o de los grupos
coordinados que se oponen a esa monopolización?
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