A medida que
envejecemos nuestro cerebro también puede cometer pequeños fallos de
funcionamiento, lapsus de memoria que
sólo indican el paso del tiempo, sin embargo ¿cuándo podemos considerarlos
síntomas de una incipiente demencia?
El estrés, un día de trabajo extra, un sueño pobre e incluso algunos medicamentos pueden interferir con la producción y recuperación de memorias. Y todos tenemos momentos en los que un nombre o el título de una película está en la punta de la lengua. "Eso es diferente de las clases de lapsos que podrían advertirnos de los signos de demencia", explica la doctora Sevil Yasar, geriatra de las Instituciones Johns Hopkins.
La mayoría del tiempo, los lapsus de memoria no son preocupantes, pero ¿cómo puedes saber la diferencia entre los deslices simples y algo que podría ser más grave? Más abajo los especialistas estadounidenses apuntan cinco indicadores.
El estrés, un día de trabajo extra, un sueño pobre e incluso algunos medicamentos pueden interferir con la producción y recuperación de memorias. Y todos tenemos momentos en los que un nombre o el título de una película está en la punta de la lengua. "Eso es diferente de las clases de lapsos que podrían advertirnos de los signos de demencia", explica la doctora Sevil Yasar, geriatra de las Instituciones Johns Hopkins.
La mayoría del tiempo, los lapsus de memoria no son preocupantes, pero ¿cómo puedes saber la diferencia entre los deslices simples y algo que podría ser más grave? Más abajo los especialistas estadounidenses apuntan cinco indicadores.
"Pero cada vez que estés preocupado sobre ti mismo o un ser querido,
merece la pena hablar con tu médico", recuerda Yasar.
El estrés, un día
de trabajo extra, un sueño pobre e incluso algunos medicamentos pueden
interferir con la producción y recuperación de memorias.
Olvidar el nombre
del perro del vecino es normal. Lo que no es normal es preguntar a amigos,
familiares o colegas por la misma información de forma repetida; olvidar por
completo quienes son familiares o amigos de hace mucho tiempo; o no ser capaz
de realizar las actividades diarias de la forma en la que lo solías hacer.
"Si solías equilibrar tus cuentas bancarias mirando el céntimo y ahora estás perdido sin saber a dónde va tu economía doméstica, o te sientes perdido o superado preparando tu receta tradicional, podría ser un signo de cambios cerebrales tempranos", señala Yasar.
"Si solías equilibrar tus cuentas bancarias mirando el céntimo y ahora estás perdido sin saber a dónde va tu economía doméstica, o te sientes perdido o superado preparando tu receta tradicional, podría ser un signo de cambios cerebrales tempranos", señala Yasar.
Perderse mientras
conduces, caminas o tomas un transporte público a un nuevo lugar es normal. Lo
mismo sucede cuando estás muy absorbido por el trayecto (o tus pensamientos) y
tienes que reorientarte para saber dónde estás. Pero "conducir o caminar
por un periodo largo de tiempo sin darse cuenta de que estás perdido u olvidar
por completo dónde estás puede ser un signo de demencia", indica Yasar.
También podrías olvidar cómo llegaste a una nueva localización, desorientarte fácilmente en lugares familiares o perder la capacidad para leer un mapa o seguir indicaciones y señales de tráfico.
También podrías olvidar cómo llegaste a una nueva localización, desorientarte fácilmente en lugares familiares o perder la capacidad para leer un mapa o seguir indicaciones y señales de tráfico.
De vez en cuando,
todos olvidamos en qué día de la semana estamos, pero solemos recordarlo o
averiguarlo rápido. Lo que resulta más problemático es no saber qué día es, la
hora del día o cuánto tiempo está pasando y no ser consciente de que lo has
olvidado. Estos podrían ser signos de demencia, según los expertos de las
instituciones Johns Hopkins.
Es normal perder
cosas o ponerlas en el sitio equivocado y darnos cuenta del error.
Todos tenemos en
ocasiones que parar para encontrar la palabra correcta de vez en cuando.
"Y es normal que esto pase cada vez más a menudo a medida que nos hacemos
mayores", aclara Yasar. Sin embargo, lo que no es normal es una extrema
dificultad para recordar las palabras, denominar a cosas y personas con palabras
o nombres erróneos y aislarse socialmente como resultado de ello.
Tener cada vez más problemas para continuar, unirse o seguir una conversación (dejar de hablar a la mitad y no saber qué es lo que ibas a decir después) podría también ser un aviso del riesgo de demencia.
Tener cada vez más problemas para continuar, unirse o seguir una conversación (dejar de hablar a la mitad y no saber qué es lo que ibas a decir después) podría también ser un aviso del riesgo de demencia.
Todos extraviamos
cosas y sí, en una mañana ajetreada incluso podemos poner la caja de cereales
en la nevera si vamos demasiado deprisa. Es normal perder cosas o ponerlas en
el sitio equivocado y darnos cuenta del error o reconstruir los pasos dados
para conseguir encontrar las llaves perdidas sobre la pila del correo del día.
Pero no es normal ser incapaz de averiguar dónde dejamos las posesiones extraviadas, poner las cosas en cada vez más lugares inusuales y comenzar a sospechar (sin evidencias) que otras personas han escondido nuestras posesiones perdidas.
Pero no es normal ser incapaz de averiguar dónde dejamos las posesiones extraviadas, poner las cosas en cada vez más lugares inusuales y comenzar a sospechar (sin evidencias) que otras personas han escondido nuestras posesiones perdidas.
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